jueves, 24 de noviembre de 2022

Primarias: ignorando la voz del pueblo

Por Luis Manuel Aguana

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Intervención en la Mesa de Diálogo, “¿Que piensan los ciudadanos de la Primarias?”, patrocinado por la Asociación Civil Mujer y Ciudadanía, Colegio de Ingenieros de Venezuela, 24 de noviembre de 2022

Buenas tardes,

En primer lugar, deseo agradecer a la Asociación Civil Mujer y Ciudadanía, así como a Espacio Civil AC, y el resto de las organizaciones aquí presentes, por la gentil invitación hecha a la Alianza Nacional Constituyente, ANCO, a esta importante Mesa de Diálogo que intenta responder a las inquietantes preguntas: ¿Qué piensan los ciudadanos de las primarias? ¿Son las primarias parte de las prioridades de la ciudadanía? ¿Son una preocupación solo para los políticos?

Siempre he pensado que gran parte de la situación que vivimos los venezolanos se debe a que nos hemos empeñado en darle respuesta a las preguntas equivocadas. Que si no nos hacemos las preguntas correctas, nunca obtendremos respuestas correctas. Que si damos respuestas equivocadas a las preguntas correctas, al menos tenemos la oportunidad de volverlo a intentar hasta encontrar una respuesta adecuada. Pero si desde un principio las preguntas son equivocadas, nunca estaremos en la dirección correcta.

¿Por qué los todos los sectores opositores –no solo los partidos políticos- llegamos a la conclusión de que eran necesarias unas primarias opositoras para oponerle al régimen un solo candidato? Les daré mi versión. Luego del desastre del Referendo Revocatorio del año 2004, y nótese que no lo llamo derrota, porque posteriormente se demostró que el régimen ha hecho fraude consistentemente desde ese año en los resultados provenientes de las maquinitas del CNE (ojo, no dicho por mi sino por la misma Smartmatic), TODO EL MUNDO OPOSITOR a partir de ese año coincidimos en la necesidad de apuntar a las elecciones del año 2006, con un solo candidato, escogido entre Julio Borges, Teodoro Petkoff y Manuel Rosales.

Aquellos que tenemos canas recordamos lo sucedido en esa elección. Todavía Venezuela hacía colas kilométricas para votar en los centros electorales por la operación morrocoy que nos aplicó el régimen, y a las 7pm el candidato Rosales nos sorprende con una rueda de prensa anunciando que perdió. Mayor decepción imposible para todos los que pusimos nuestra fe en esas elecciones. Miles de rumores que apuntaban hacia la entrega del candidato, que no voy a avalar aquí, pero si la realidad del sentimiento común de traición que sentimos los venezolanos en esa elección. Aquellos que deseen revisar la historia de eso, les invito a verla en detalle, contada por un protagonista que estuvo en ese Comando de Campaña de Rosales, el desaparecido Eric Ekvall, asesor político de esa campaña (busquen en YouTube Eric Ekvall – Elecciones Presidenciales en Venezuela 2012, en https://www.youtube.com/watch?v=nSa0kgHgcjs). Saquen ustedes de allí sus propias conclusiones.

Creo que fue a partir de allí donde los opositores comenzamos a dudar acerca de la efectividad de la ruta electoral para sacar al régimen del poder. Sin embargo, y a pesar de que muchos venezolanos dejamos de creer en esta vía, los partidos nunca la soltaron, insistiendo que en el 2012 haríamos la diferencia. Y los venezolanos, a pesar de todas las reservas, la respaldaron. Y el 2012 se realizaron unas primarias que dieron como abanderado a Henrique Capriles a quienes, de nuevo, todos los opositores respaldamos.

El régimen y el CNE afinaron todas las estrategias encaminadas a aferrarse en el poder, y a pesar de todos los pronósticos que apuntaban a una victoria opositora el 7 de octubre de 2012, la oposición “perdió” esas elecciones. A pesar de las explicaciones burdas del entonces vocero técnico opositor, Roberto Picón, aceptando esa “derrota electoral”, los venezolanos volvieron a retirarse a sus casas decepcionados. Di respuesta a cada afirmación engañosa dicha en ese comunicado en un artículo que titule “A todo elector frustrado: Mi respuesta” (pueden igualmente buscarlo en las redes, pero les doy la dirección: https://ticsddhh.blogspot.com/2012/11/a-todo-elector-frustrado-mi-respuesta.html).

En 2013, luego de muerto el tirano, la cosa se puso peor. El fraude técnico de Maduro con los 200 mil y algo más de votos por encima del candidato de la oposición, fue tan burdo que todavía no cabe en mi entendimiento que no hayamos ignorado la pendejada de la salsa y las cacerolas de Capriles y haber ido todos juntos molestos (por no decir la palabra apropiada) al CNE a que abrieran todas esas cajas podridas de fraude (lean lo que escribí en esa oportunidad, que titulé “Las 12 Mil Cajas de Tiby”, en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/04/las-12-mil-cajas-de-tiby.html).

De nuevo, los técnicos electorales de la oposición –el Ing. Roberto Picón y su Grupo La Colina- fueron utilizados para acomodar eso, al ser llamados por el CNE para dar fe de la “veracidad” técnica del supuesto “triunfo” del Ilegítimo. Y eso se aceptó sin que pasara nada. Ahora Roberto Picón es Rector del CNE, designado por una Asamblea Nacional ilegítima. Saquen ustedes sus propias conclusiones.

De allí en adelante la historia del CNE es harto conocida. Maduro se ha atornillado aún más en el poder, y todavía la solución que le damos desde la oposición al problema del régimen sigue siendo la misma, preguntándonos si unas primarias para ir a unas elecciones controladas por quienes usurpan el poder sigue siendo válido. Y mi respuesta es un rotundo NO.

Y ustedes me preguntarán, si no es eso, ¿entonces qué es? Y aquí cabe lo que ANCO le ha propuesto a Venezuela: QUE SEA EL PUEBLO VENEZOLANO EL QUE DECIDA qué hacer con este problema nacional y continental que han producido los delincuentes que conducen el país. No los partidos, no los precandidatos a las primarias, no los candidatos presidenciales, SINO EL PUEBLO VENEZOLANO SUFRIENTE. Nosotros en ANCO si hemos propuesto que se convoque al Constituyente como un mecanismo para no solo decidir el rumbo inmediato del país, sino para decidir la Refundación de la Nación sobre nuevas bases e instituciones. Pero eso no se puede hacer con una mafia usurpadora en el poder.

ANCO ha planteado para ser debatida en esa Constituyente una propuesta titulada “El Gran Cambio” (ver el Gran Cambio, Una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://tinyurl.com/5n6enjrr) para esa reinstitucionalización, que incluye un replanteamiento político territorial y una profunda reorganización del poder público, despiezándolo en todas las entidades Federales y Municipales, llevando el poder, los recursos y su administración, al nivel ciudadano de manera constitucional. Nos ponemos a la disposición de ustedes para profundizar lo expresado en esa propuesta en cualquier momento.

Le hemos preguntado DOS VECES al pueblo venezolano que es lo que quiere, una el 2017 y otra el 2020 y la respuesta FUE CONTUNDENTE: Fuera Maduro y convocatoria a elecciones libres, justas y verificables, con toda la ayuda que la Comunidad Internacional nos pueda dar. ¿Qué parte de eso no han entendido todavía quienes conducen la oposición?

Convocar a los venezolanos a un encuentro de todas las corrientes, donde se elija, no un Presidente, sino a los legítimos representantes de ese pueblo, víctima de todas las atrocidades cometidas, de todos los rincones del país, para que deliberen qué hacer con lo que unos delincuentes han destruido, no es más que el comienzo de la titánica tarea de volver a empezar de una manera UNIFICADA y reconciliada. La Iglesia Católica lo ha llamado Refundación de la Nación y nosotros en ANCO hemos acompañado ese concepto.

Hemos planteado a Venezuela y a la Comunidad Internacional que esa elección Constituyente sea arbitrada por los países amigos de Venezuela interesados en una salida pacífica, electoral y constitucional. Esto debe ser negociado con los secuestradores del poder, con la presión de quienes se dicen amigos de Venezuela, en lugar de negociar con desventaja, como lo comenzaron a hacer en México unos negociadores sin la debida representación de los venezolanos, al reconocer de entrada al régimen como Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela a la firma del Memorándum de Entendimiento. Un grupo de venezolanos hemos interpuesto un Recurso de Amparo ante el TSJ legítimo en el exilio para el rescate de la participación política y la anulación de ese acuerdo (pueden revisar los documentos en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/10/solicitan-nulidad-del-memorandum-de.html).

Convocar a los venezolanos de nuevo a unas primarias, no solo será una decepción para todos, sino el comienzo de la vía más expedita para legitimar lo que nos ha costado años y sangre deslegitimar. Solo los venezolanos tenemos el poder de decidir que hacer, si seguir en el engaño o resistir hasta que esto se encamine, basados en estos principios fundamentales.

Para finalizar, ensayaré la pregunta correcta que debemos hacernos: ¿Hasta cuando seguiremos ignorando la voz del pueblo en la solución de la crisis del país?  Cualquier salida con estabilidad política para Venezuela pasará por involucrar la participación de los ciudadanos en el destino final del país. La convocatoria Constituyente no es más que el reflejo básico de ese principio constitucional fundamental. Seguir ignorando esa voz es el error que están cometiendo las élites políticas al despreciar a la gente y usarla en la toma de decisiones. No se puede seguir cometiendo ese mismo error…

Muchísimas gracias…

Caracas, 24 de Noviembre de 2022

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

domingo, 20 de noviembre de 2022

Venezuela, el país de soluciones únicas

Por Luis Manuel Aguana

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Tal vez la única oportunidad donde los venezolanos estuvimos todos de acuerdo en algo, fue el 11 de abril de 2002, cuando 1a consigna “Chávez vete ya” unifico a todo el mundo en una sola idea fuerza. Y lo hizo con tal potencia que logró echar a las calles de Caracas a más de un millón de personas para exigir que se fuera, al punto que aunque solo fue por unas horas, desalojó al tirano del poder. Y todos sus acólitos y secuaces mostraron al mundo su verdadera cara. Ese día mataron personas y al verse desalojados del poder se escondieron cobardemente cual criminales perseguidos. Y cuando su jefe regresó a reinstalarlos en el poder, desde ese momento Venezuela ha sido víctima de su venganza criminal.

Esa fue la primera vez que se nos ocurrió una solución única para el problema que significaba el régimen. Esto es, salir a las calles hasta que se fueran. En vano, Venezuela derramó la sangre de cientos de jóvenes -y otros no tan jóvenes- en las calles, bajo la misma consigna que indicaba que si no salíamos todos como lo hicimos el 11 de abril de 2002, nunca lo sacaríamos del poder. Los repetidos intentos de hacer eso mismo derramaron aún más sangre.

Chávez a su regreso se dio cuenta de que había que destruir a las Fuerzas Armadas que todos conocíamos para evitar que otro 11-A se repitiese, profundizando su desmantelamiento en milicias politizadas bajo el control de sus principales socios extranjeros, y el resto es historia. Cualquier intento de utilizar esa misma solución –gente en la calle- terminaría en un baño de sangre, como ya ha ocurrido. Un régimen cuya única consigna es eternizarse en el poder, no se para en lo más mínimo en la vida de quienes se le oponen.

Ante ese callejón sin salida aparente, la oposición decidió entregarse y jugar el papel de segundón en este teatro del absurdo, siguiendo el juego electoral del régimen, a sabiendas de que nunca tendría chance de acceder al poder. Se les daría dinero y pequeñas posiciones en algunas alcaldías y gobernaciones, en elecciones controladas por quienes cuentan los votos, puestos por la tiranía, para dar una percepción democrática equivocada frente a la Comunidad Internacional. Y de allí surgió la siguiente solución única: elecciones con el régimen.

Es imperante indicar que esa última “solución” de la oposición entregada, no es ninguna solución. Es una manera de tolerar lo que es intolerable para quienes aún sostenemos algún valor moral, ético y democrático. Sin embargo, esa solución les parece digerible a quienes hoy conducen la mal llamada oposición democrática, y convencen de su viabilidad a quienes en la Comunidad Internacional ven horrorizados lo que ocurre en Venezuela, y que, contra todo pronóstico, han aceptado que esa solución termina siendo la menos mala de las soluciones para nuestra tragedia, cuando resulta ser todo lo contrario para quienes vivimos aquí.

La habilidad, la experiencia, los recursos, los medios, la estrategia comunicacional, y todo con lo que cuentan los partidos de la oposición oficial, han sido invertidos para convencer al venezolano común de esta solución, que llevará finalmente al PSUV y al oficialismo a eternizarse en el poder, pero esta vez de manera legítima.

Y el país, por el cansancio y la obstinación, hará cualquier cosa que le vendan, con tal de que la pesadilla acabe o disminuya, aunque sea mentira. Queremos creer las mentiras opositoras porque no vemos OTRA solución única en el camino, más allá de lo que nos presentan estos traidores. Y con eso cuentan los partidos que llaman a “buscar” un candidato único que se “enfrente” con el candidato del régimen, con la lejana esperanza de que esa solución electoral funcione. El venezolano común quiere desesperadamente creer en eso. Pero la realidad es terca y no será así…

Pareciera que estuviéramos condenados a que si no se aplica una única solución, no hay manera de salir de los criminales que usurpan el poder. Incluso nosotros mismos en ANCO pudiéramos haber caído en el síndrome de la solución única. Muchos todavía tienen la percepción equivocada que una Constituyente es otra solución única, con la que se puede estar o no estar de acuerdo. Y no lo es. La convocatoria a un proceso Constituyente no es más que el comienzo de una solución, NO ES LA SOLUCIÓN. Es colocar el tren que descarrilaron deliberadamente en el riel de nuevo. Ponerlo a rodar ya es tarea de todos.

Convocar a los venezolanos a un encuentro de todas las corrientes, y que se elija –no un Presidente que salga de un partido, sino a los representantes de ese pueblo, víctima de todas las atrocidades cometidas, de todos los rincones del país, para que deliberen qué hacer con lo que unos delincuentes han destruido, no es más que el comienzo de la titánica tarea de volver a empezar de una manera UNIFICADA y reconciliada. La Iglesia lo ha llamado Refundación y nosotros hemos acompañado ese concepto. Si alguien está de acuerdo con esa idea, que presente su manera materializarla. ANCO lo ha hecho y lo ha expuesto al país.

Entonces la solución no sería una Constituyente, sino la manera de llegar a concretarla. En esa Constituyente ANCO plantearía un proyecto para refundar Venezuela sobre unas bases diferentes, así como suponemos que también otros lo harán, y que entre esa verdadera representación del pueblo se decida qué hacer. ¡Esa es precisamente la idea! Que se reúnan los LEGÍTIMOS representantes del pueblo y deliberen lo que hay que hacer y decidan. ¡Que el pueblo decida! Eso es muy diferente a que venga cualquiera a decidir por nosotros,  producto de una elección con el régimen, y pasando por encima de la representación política que el mismo pueblo decida.

De más está decir que hemos planteado a Venezuela y a la Comunidad Internacional que esa elección constituyente sea arbitrada por los países amigos de Venezuela interesados en una salida pacífica, electoral y constitucional. ¡Y eso precisamente es una Constituyente! Pero ese volver al riel por parte del dueño de la soberanía, no ha sido ni es de la conveniencia de quienes promueven elecciones, ya que su deseo no es nuestro bienestar sino el suyo.

Sin embargo, al parecer que las cartas están echadas. Venezuela se encamina una vez más a una elección írrita, como tantas otras que hemos tenido, y de las cuales ya conocemos el resultado. Pareciera que estamos tratando de parar al Titanic a un kilómetro del bloque de hielo que lo destruirá. Hay una inercia en esto que es imposible eludir. En ese caso solo podemos hacer dos cosas: aprestarnos para el choque y organizarnos para los botes salvavidas, o sentarnos a oír la banda de música esperando el golpe que hundirá el barco. En ambos casos habrá daños y muertes, pero una diferencia en el número de vidas.

Venezuela no tiene ni tendrá una solución única. Simplemente es imposible. Por razones culturales, a los venezolanos nos fascina que alguien llegue con una solución única que todo el mundo entienda. Y somos inmediatistas en eso. De allí que sea norma para nosotros que la solución, además de ser exitosa, sea también inmediata. Esto es, “lo mío que me lo den ya”. Por eso nos gustó tanto la solución del 11-A porque en un solo día “acabamos” con Chávez. Pero no fue una verdadera solución porque no fue sustentable. El pueblo sacó efectivamente a Chávez, al lograr movilizar a las Fuerzas Armadas producto del crimen del régimen, pero el resto que se requería para hacer definitivo ese paso importantísimo de los ciudadanos, fue la improvisación, la mediocridad y la anarquía de quienes llegaron luego a Miraflores a conducir esa victoria popular, que le permitieron al tirano retomar su posición.

La solución de Venezuela tiene un complejo número de variables. Eso lo demuestra un análisis detallado de la situación venezolana realizado por R. Evan Ellis(1) en el año 2004 basado en la metodología de Dinámica de Sistemas, donde pone de relieve todas las variables involucradas en la desestabilización sociopolítica protagonizada por Hugo Chávez, y la complejidad de sus interacciones (ver análisis de R Evan Ellis, La Desestabilización Sociopolítica de Venezuela: Una perspectiva de la dinámica del sistema sobre la interacción de la retórica de élite, la estructura sociopolítica y la movilización de masas, Actas de la 22ª Conferencia Internacional de la System Dynamics Society. Oxford, Inglaterra. 25-29 de julio de 2004, en https://tinyurl.com/2cjwxjs3).

La solución no será única, sino una combinación de todas las anteriores, con las variables del estudio de Ellis y muchas otras más, pero con un énfasis especial en el protagonismo del pueblo venezolano. Cualquier salida con estabilidad política para Venezuela pasará por involucrar la participación de los ciudadanos en el destino final del país. La convocatoria Constituyente es el reflejo básico de ese principio constitucional fundamental. Ignorarlo es el error que están cometiendo las élites políticas al despreciar a la gente y usarla en la toma de decisiones, como sucedió el 11-A. No cometamos de nuevo ese mismo error…

Caracas, 20 de Noviembre de 2022

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Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

(1) El Dr. Evan Ellis es profesor de investigación de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, y se centra en las relaciones de la región con China y otros actores del hemisferio no occidental, así como en el crimen organizado transnacional y el populismo en la región.