lunes, 15 de julio de 2024

El 28J y el cáncer de la Revolución Bolivariana

Por Luis Manuel Aguana

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Intervención en la Cátedra Pio Tamayo del lunes 15 de Julio de 2024: ¿Qué pasará el 28J-24? ¿Fin de la “Revolución Bolivariana socialista”?

De nuevo mi permanente agradecimiento a la Cátedra Pío Tamayo y al Profesor Agustín Blanco Muñoz por su invitación para reflexionar acerca de los sucesos del país, y en especial aquellos que están construyendo la historia contemporánea de Venezuela, como los que ocurrirán al finalizar el presente mes de julio de 2024.

En esta oportunidad las preguntas del Foro son muy precisas, en especial por la gran expectativa que se ha creado entre la población por un cambio en la conducción política del país, de las manos de un liderazgo nuevo, luego de la muy dura y decepcionante experiencia que representó el gobierno interino que se estableció en enero de 2019.

En relación con la primera pregunta, ¿Qué pasará el 28J-24?, esta pareciera dirigida a un adivino, y, pero en realidad, no lo es. Quienes hemos tenido una formación técnica y hemos sido investigadores en diferentes áreas, la metodología comúnmente utilizada para predecir eventos es estudiar el comportamiento pasado de las variables que intervienen en un proceso y estimar con cierto grado de certeza su comportamiento futuro.

Y sin ahondar en una mayor explicación técnica en relación con los que siempre hemos insistido en el fraude electoral permanente y sistemático en que ha incurrido el CNE después de cambiar, a partir del año 2004, la manera de contabilizar los votos de los venezolanos, a un sistema de votación y escrutinio automatizado, mencionaré una de las conclusiones de una investigación publicada recientemente por el matemático Guillermo Salas D., en su libro “El Poder de la Matemática” (1). Salas concluye, y cito:

“Las evidencias basadas en matemática estadísti­ca que se muestran a lo largo de este escrito, han sido las que han permitido llevar las discusiones poco fundamentadas que por años se han dado sobre el desempeño que tuvo en su debut el sis­tema de votación objeto de este caso de estudio, a un ámbito mucho más objetivo. Éstas son las que inclinan la balanza de forma contundente a favor de la tesis del fraude, electrónico y masivo, y permiten aseverar, con un grado de certeza vir­tualmente igual a 1, que esta tesis es la correcta. También la matemática es la que permite inferir que el sistema de votación objeto de este caso de estudio, al menos en su debut, debió tener una co­nectividad inalámbrica oculta, que permitía, que desde un centro de control se interactuara con las máquinas de votación en tiempo real” Fin de la cita (Salas D, Pág. 123) (Ref. Amazon: https://www.amazon.com/-/es/Guillermo-Salas-D/dp/8412677757/).

De estas conclusiones se puede desprender que el régimen ha alterado los resultados de los procesos electorales en Venezuela para permanecer en el poder desde el año 2004, por lo que podemos concluir que el 28J no será diferente, en la intención de alterar los resultados a través de los medios tecnológicos de los que dispone. Múltiples denuncias realizadas, incluyendo una muy reciente del Comisario Iván Simonovis, hoy en el exilio, donde señala cómo y quiénes están involucrados en ese delito de corte tecnológico (ver @Simonovis, Tengan presentes estos nombres y estos rostros, en  https://x.com/simonovis/status/1805539319886614885).

Pero creo que esa no es la respuesta que la Cátedra está esperando. Sabemos ya de cierto que el fraude existe y se está desarrollando a los ojos de todo el mundo, comenzando por impedir que la otrora precandidata opositora, ganadora indiscutible de las primarias, pueda competir en esta elección. Ya no es una especulación de unos técnicos que hemos  denunciado hasta la saciedad al “mejor sistema electoral del mundo”. Ya es un hecho indiscutible que el régimen ya está perpetrando fraude electoral.

Pero si ya comprobamos que el fraude ha existido siempre, ¿por qué insistimos que en esta oportunidad las cosas serán diferentes? Porque si bien es cierto que el régimen es capaz de declarar en la madrugada del 29 de julio a Nicolás Maduro Moros como “vencedor” de las elecciones, basándose en unos resultados que cuadrarán perfectamente por todas las trampas técnicas  que han logrado perfeccionar por 20 años, el peso de lo que realmente pase estará en la disposición que tenga la dirigencia opositora de aceptar un fraude –como ya lo ha hecho en el pasado- con una población que en esta campaña electoral ha demostrado mayoritariamente en las calles de todo el país, haber perdido el miedo a confrontar y no dejarse robar de nuevo la elección, exigiendo el conteo total de los votos emitidos en todo el país, lo que podría  producir una situación de rebelión cívico-electoral, como la he llamado en mis artículos recientes, de consecuencias impredecibles.

Y como en otras oportunidades de la historia de Venezuela, situaciones como esa la han dirimido las FFFAA. Los militares serán quienes en definitiva decidirán el curso de los acontecimientos. Y eso ya pasó el 11 de abril de 2002, cuando la oposición oficial no supo manejar ese episodio trascendental de protagonismo popular frente a un régimen que había abiertamente cometido un delito. Espero que hoy las cosas sean diferentes y los militares respalden al pueblo venezolano comprobando las urnas electorales, si eso se hace necesario, para verificar si lo que dice el CNE se corresponde con la realidad.

Sin embargo, prefiero que del mundo militar hable una persona que lo conoce bien. En un reciente artículo, el General de División retirado, Carlos Julio Peñaloza, ex Comandante General del Ejército, señala y cito: “En una situación parecida está hoy el colombiano Maduro, quien luego de haberse robado las elecciones de 2018 espera repetir el fraude con sus consabidas trampas, Al igual que en esa oportunidad la situación militar es tensa. Es cierto que algunos oficiales mercenarios apoyan al régimen para obtener beneficios económicos, pero no son mayoría. De producirse un alzamiento en caso de fraude en las venideras elecciones lo más probable es que Maduro huya, como Pérez Jiménez. Para espolear su huida debemos convencer a los militares que su futuro esta con la democracia y no con la cleptocracia chavista que ha desprestigiado y prostituido a la organización armada. La mejor forma de lograrlo es empezar desde ahora, con un llamado a un paro nacional a partir del día de las elecciones, en caso de detectarse fraude” Fin de la cita (ver Carlos Julio Peñaloza, La Patilla, ¿La historia se repite?, en https://lapatilla.1eye.us/2024/07/12/carlos-julio-penaloza-la-historia-se-repite/).

 

Mi estimado amigo, el General Peñaloza lo llama “paro nacional”, pero yo lo propongo como una rebelión cívico-electoral pacífica del pueblo venezolano, exigiendo el conteo de todas y cada una de las boletas emitidas, en todas las mesas de todos los centros del país, en caso de que el resultado no se corresponda con lo que ha visto Venezuela en las calles, al paso de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, versus el repudio demostrado a Maduro y sus cómplices en todo el país. Los militares deben ser los primeros en acompañar eso para comprobarlo.

 

Pero, aun reconociendo el régimen a duras penas y con mucho esfuerzo la victoria de la oposición, ¿representará eso el fin de la Revolución Bolivariana socialista, como es la pregunta de la Cátedra el día de hoy? No lo creo. De hecho ya están preparándose para eso.

 

El conocido abogado y articulista, Omar Estacio, en un reciente artículo señala, y cito: “…el pasado 28 de mayo, entre gallos y medianoche, la espuria Asamblea Nacional de Venezuela, sancionó la no menos espuria reforma parcial de la Ley Orgánica del Poder Popular. El propósito de esta última, como lo hemos venido publicando, es vaciar de sus atribuciones naturales a la presidencia de Venezuela. Neutralizado por los demócratas venezolanos, el fraude electoral, en sus diferentes facetas y modalidades, que culminará el próximo 28 de julio, el presidente electo, Edmundo González, en lugar de posesionarse el 10 de enero de 2025 de una verdadera jefatura de Estado, sería el titular de un cascarón vacío. Un fraude poselectoral, para hacernos entender mejor” Fin de la cita (ver Omar Estacio, La Patilla, Fraude poselectoral vía los consejos comunales, en https://lapatilla.1eye.us/2024/07/11/omar-estacio-z-fraude-poselectoral-via-los-consejos-comunales/). Esta estrategia de “vaciar” de atribuciones los cargos donde no resultan ganadores, ya la han aplicado en la Alcaldía Metropolitana de Caracas y las gobernaciones estratégicas del país, como la del Táchira. Ahora van por la Presidencia de la República a través de otro fraude, esta vez poselectoral.

 

Este cáncer denominado Revolución Bolivariana, que con seguridad será removido del Poder Ejecutivo en su parte fundamental el 28J, no se extinguirá con solo sacar el tumor de Miraflores. Requerirá de un tratamiento de terapia inmediata posterior para eliminar posibles metástasis, tal y como se le aplica a un cáncer en el cuerpo humano. Esa terapia es nuestra propuesta de convocatoria al pueblo a una Asamblea Nacional Constituyente, por iniciativa popular, de la mano del liderazgo político que saldrá victorioso el 28J, utilizando la inercia electoral de la elección presidencial.

 

Cualquier parecido con la realidad venezolana de 1999 NO ES PURA COINCIDENCIA. Se requerirá de esa decisión en ese preciso momento para poder cambiar constitucionalmente la realidad política del país que se nos ha impuesto por 25 años. Eso fue precisamente lo que hizo Hugo Chávez Frías para cambiar la realidad de Venezuela, y nosotros debemos hacer lo mismo.

 

Esta Asamblea Nacional Constituyente estará en la capacidad de “transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución” tal y como lo señala el Artículo 347 Constitucional. Ya esto dejo de ser una opción para convertirse en una necesidad ante el inminente peligro de perpetuar el desastre, así hayamos ganado la elección del 28J. Esperamos que así lo comprenda el nuevo liderazgo político, como una deuda pendiente por saldar al pueblo venezolano.

Muchísimas gracias…

Caracas, 15 de Julio de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

(1) Salas D., Guillermo, El poder de la matemática, Editorial La Esquina del Alveo, Madrid, España, ISBN: 978-84-126777-5-1

jueves, 11 de julio de 2024

Papelito por papelito

Por Luis Manuel Aguana

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De una entrevista al historiador Jorge Olavarría en el año 2002:

P: ¿Existe la posibilidad de que en Venezuela se repita un acontecimiento parecido o similar (al 11 de abril de 2002), que haya una reacción sobre todo de las FFAA? ¿Hay el peligro de un nuevo golpe de Estado en Venezuela?

R: “Yo no creo que existe la posibilidad, yo creo que eso es inevitable.

P: ¿Por qué cree usted?

R: Porque la manera como las piezas han caído después del primer terremoto, te indican que va a haber un segundo terremoto. Es decir es casi imposible pensar que con la exacerbación de ánimo, que con las maniobritas que se están haciendo por parte del gobierno para diluir en unas comisiones que no van a encontrar la verdad, o que van a buscar un diálogo con una serie de infinitos discursos, donde todo el mundo lo que vamos a hacer es aturdirnos más de lo que estamos, con todo lo que está pasando, va a producir tal exasperación en el país, que eso va a llevar inevitablemente a una nueva situación de confrontación dentro de las FFAA que espero que no se dé, pero que no veo posible que se pueda evitar(ver Olavarría y el 11 de abril, Pastillas de Memoria, Entrevista de José Israel González a Jorge Olavarría, Programa Historia Viva, en https://youtu.be/68JadxKJMzQ?t=2975) (resaltado nuestro).

¿Por qué considero importante traer a la memoria esta opinión del historiador Jorge Olavarría, en especial cuando en esta misma entrevista Olavarría indicaba que lo ocurrido el 11 de abril de 2002 fue una rebelión popular? (ver Rebelión cívico-electoral, en https://ticsddhh.blogspot.com/2024/07/rebelion-civico-electoral.html). Porque sin ser profeta del desastre, pero profundo conocedor de la historia de Venezuela, y en especial de aquellos momentos en que el poder cambió de manos en este país, Olavarría predice que de nuevo una nueva situación de rebeldía popular en el futuro va a preceder “inevitablemente a una nueva situación de confrontación dentro de las FFAA”. Olavarría no dijo cuándo sería, pero sí cuáles son las condiciones para que se produzca un terremoto como ese.

Con esto en mente, y sin ser adivino de terremotos políticos, eso es lo que muchos estamos visualizando en Venezuela para el 28 y 29 de julio, si el régimen insiste en desconocer la realidad política del país expresada en una campaña electoral  histórica, donde el pueblo ha manifestado de manera contundente y a los ojos de todo el mundo, la necesidad de un cambio político en Venezuela. Pero el régimen insiste mirar para otro lado, profundizando la persecución, el fraude electoral y la violación de los Derechos Humanos.

Los únicos capaces de ser los fieles de la balanza de la controversia histórica que se presentará cuando el régimen en la madrugada del 29 de julio proclame a Nicolás Maduro Moros “vencedor” en las elecciones presidenciales, serán las FFAA. Pero la única manera de convencer a los militares y al mundo, pero en especial a los venezolanos que no creeremos ese resultado, será que todas y cada una de las urnas electorales, contentivas de la realidad que expresó y constató con sus propios sentidos en una boleta electoral, el pueblo venezolano el día de la elección,  sean abiertas y contadas, en cada centro del país, por todos los interesados y el pueblo venezolano, “papelito por papelito”, como lo expresó para que todo el mundo lo entendiera, María Corina Machado (MCM) al decir “Vamos por la formalización de esa derrota, contando papelito por papelito!” (ver @mariacorinaya en X, antes Twitter, en https://x.com/MariaCorinaYA/status/1796679136095727943).

“Papelito por papelito” no es una expresión cualquiera. El pueblo no se movilizará ante un anuncio del régimen proclamando ganador a Maduro -cosa que muy posiblemente ocurra- sin una línea de qué hacer proveniente del liderazgo político. Y esta línea  indudablemente no debe ser otra que NO ACEPTAR EL RESULTADO HASTA QUE SE ESCRUTEN TODAS LAS URNAS PAPELITO POR PAPELITO. Una vez hecha esa afirmación por MCM y en especial Edmundo González Urrutia como candidato, la gente se debe colocar pacíficamente a la entrada de todos los centros EXIGIENDO PRECISAMENTE ESO. Esto es lo que llamé en una nota pasada REBELIÓN CIVICO-ELECTORAL, que  plantearía exigir que la Soberanía Popular que reside intransferiblemente en el pueblo venezolano, como dispone Artículo 5 Constitucional, se imponga sobre una ley y un reglamento electoral inconstitucionales.

Nadie está planteando aquí violencia en los centros, sino que todos los venezolanos nos plantemos hasta que se respete la Constitución, especialmente los militares. Eso mismo fue lo que sucedió el 11 de abril de 2002, cuando masivamente los venezolanos exigimos a viva voz, en una marcha histórica, la renuncia del Presidente de la República, como nuestro derecho plenamente constitucional.

Si el régimen no acepta la realidad de cambio de los venezolanos, esa rebelión cívico-electoral llevará “inevitablemente a una nueva situación de confrontación dentro de las FFAA”, de acuerdo al vaticinio realizado por Jorge Olavarría en el año 2002, porque ellos están perfectamente conscientes, como lo estamos el resto de los venezolanos, que esta situación inaguantable con el régimen tiene que terminar, y todos esperamos que sea de una manera pacífica y electoral. Y a diferencia de Olavarría creo que esa confrontación se puede evitar si los militares apoyan esta solución que deja sin lugar a dudas expuesto el resultado real para todo el mundo y donde todos estamos involucrados.

La única manera de preservar la paz y la armonía entre los venezolanos es que absolutamente todos los votos de todas las mesas se cuenten a los ojos de todo el mundo, los testigos y el pueblo venezolano. Estamos viviendo la consecuencia de haber ignorado ese principio fundamental de la democracia: no existirá la paz en un pueblo hasta que se demuestra, a la vista de todos, la decisión de la mayoría. Y un sistema electoral automatizado, arreglado y distorsionado desde hace 20 años, que esconde parte de los votos detrás de unas máquinas, nunca será capaz de asegurarle eso a un pueblo. Los venezolanos vamos a tener que aprenderlo por las malas si no atendemos ese principio y cambiamos de una vez por todas la manera de contar nuestros votos.

Caracas, 11 de Julio de 2024

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