viernes, 29 de julio de 2016

Energía Política

Por Luis Manuel Aguana

No, no me voy a referir a política de energía, que es otra cosa. Me voy atrever a enunciar otro concepto cuyas raíces se encuentran en la naturaleza. Y lo llamaré Energía Política, aun cuando el término haya aparecido referido a otro campo distinto. El principio parte de una ley natural llamada Ley de la Conservación de la Energía. De acuerdo a esa ley natural “la energía no puede crearse ni destruirse, sólo se puede cambiar de una forma a otra…” (ver Conservación de la energía, en https://es.wikipedia.org/wiki/Conservaci%C3%B3n_de_la_energ%C3%ADa). Es decir la energía no se destruye, solo se transforma. De la misma manera, la energía en la política sigue ese mismo principio, se transforma. Veamos por qué.

El año 1998 los venezolanos vimos el derrumbe final del sistema de partidos, tal y como lo conocimos quienes nos formamos durante los 40 años que comenzaron en 1958, a la finalización de la anterior dictadura de Venezuela. Y digo la anterior dictadura con toda la intención.

La Energía Política, una fuerza que se expresaba en el desempeño de los dos principales partidos de la democracia, fue disminuyendo en un declive que estimamos comenzó a principios de los años 80, cuando el país presencio el derrumbe de su economía a pesar de poseer una renta petrolera que no se pudo o no se supo sembrar para hacer sostenible el desarrollo del país. Empezó entonces la caída inevitable de la credibilidad de los partidos políticos y sus dirigentes, y cuyo primer colapso lo vivimos el 4 de febrero de 1992, cuando un militar golpista se asomó por primera vez a la política del país.

La Energía Política de esos partidos empezó en ese momento a buscar su transformación porque hasta ese momento no encontraba en qué transmutar. Los venezolanos no tenían muchas opciones políticas más allá de las izquierdas arruinadas de la lucha armada. Y aunque los protagonistas principales estaban muy desacreditados, en 1992 era muy pronto decir que esa energía iría a parar transformada a algún otro lado. Algunos intentaron sin éxito capitalizar ese descontento pero todavía faltaban por pasar algunas cosas en el país.

Se podría decir que la democracia tuvo un chance de reorientarse de las manos de los líderes políticos de entonces y buscar nuevos cauces para esa energía que necesitaba expresarse a favor de un pueblo lleno de necesidades. Pero eso no ocurrió. La dirigencia política no entendió el grito de cambio social del pueblo y la Energía Política se quedo presa en las manos de quienes la detentaron hasta ese entonces. Pero la energía no se destruye, se transforma. Incluso la política.

¿Cuándo empezó a transformarse la Energía Política? Al existir la posibilidad de abandonar el antiguo sistema político basado en un bipartidismo que los venezolanos comenzaron a rechazar por no resolver lo más elementales problemas de ese entonces. Apareció una cara nueva –el mismo golpista d 1992- proponiendo algo diferente: la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. La Energía Política se transformó y fluyó a ese nuevo fenómeno político que en 1998 dejó en el piso a los dos principales partidos, constructores de la democracia conocida hasta ese entonces. Los partidos tradicionales se quedaron así sin Energía Política.

Todos estos años que han transcurrido desde 1998, la Energía Política del régimen, transformada ese año en un mandato para el cambio, fue utilizada para permanecer en el Poder, sin ninguna posibilidad de alternabilidad, porque el régimen controló todos los hilos para que eso no pasara. Pero la Energía Política, como en la naturaleza, se encuentra en pleno proceso de transformación. La muerte del caudillo del 4F y la tragedia de desempeño de su sucesor, está forzando que esa Energía Política vuelva a fluir y transformarse de nuevo. La energía que tenían los partidos del “estatus” en 1998 se transformó y pasó a Chávez, por encima de esos partidos deslegitimados. La gran pregunta sería: y ahora, ¿en qué se transformará?

La respuesta pareciera ser que volverá a las manos de quienes la perdieron en 1998, en una transformación obvia. Pero ese análisis superficial olvida que, aunque esa Energía Política puede volver a su forma original, ahora los factores son otros. Si bien es cierto que muchos de los que fueron responsables de la transformación de la Energía Política, y cuya etapa final de cambio ocurrió en 1998, están maniobrando para lograr obtenerla de nuevo. La realidad es que ya no podrán hacerlo de nuevo. No al menos en las mismas condiciones que la tuvieron en el pasado.

Los antiguos detentadores de la Energía Política que mueve el destino de Venezuela no han aprendido nada en estos 18 años. Han ocurrido cambios importantes. Y uno de ellos ha sido el despertar de la participación política, principio fundamental que se ha  manifestado en muchas formas en estos últimos años. Si hay algo que se despertó, producto del concepto de la “democracia participativa” de la nueva constitución de 1999, fue el concepto de la participación ciudadana. Cientos de organizaciones no gubernamentales, organizaciones vecinales, de contraloría ciudadana están montadas sobre el accionar autoritario del régimen. Pero también hay muchas que están con el gobierno y que no se irán si las cosas cambian. Hay un despertar ciudadano.

Y aunque el régimen no respeta ese concepto introducido por ellos mismos y no lo hace realidad en la práctica, si lo hacen en términos de exigencia todas estas organizaciones que se han creado a la sombra y alrededor de un concepto diferente de democracia a la que se tenía en el pasado. Es por eso que aun cuando la Energía Política pueda volver a su forma original, no así las condiciones en la que se desarrollará, formando un cuadro político enteramente diferente.

Es por esa razón que no creo que la próxima transformación de la Energía Política será hacia quienes la detentaron y la perdieron en 1998. En la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) hemos sustentado nuestro accionar político en el derecho humano a la participación política consagrado en la Constitución de 1999. Eso es lo fundamental en nuestro planteamiento de conducir el proceso de convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, basados en los artículos 2, 5, 19, 22, 39, 40, 62, 70, 347, 348, 349 y 350 de la Constitución Nacional, de las manos del dueño de la Soberanía.

Eso me permite afirmar responsablemente que un pueblo en participación directa de sus asuntos no necesita de la conducción política corresponsable de este desastre que han sido los últimos 18 años de la vida de los venezolanos. Que lo que se asoma son los nuevos liderazgos de todas las regiones del país que están saliendo producto de esta crisis, y que empoderados de un Proyecto, la visión y el sueño de un país diferente, serán los ductores de esa nueva transformación de la Energía Política de Venezuela. El siguiente cambio, la siguiente transformación de esa energía, estará en las manos de los ciudadanos…

Caracas, 29 de Julio de 2016

Twitter:@laguana

domingo, 24 de julio de 2016

Revocatorio en una Caja

Por Luis Manuel Aguana

Decía Dwight Eisenhower, ex Presidente de los Estados Unidos que Lo que es importante pocas veces es urgente, y lo que es urgente, pocas veces es importante” (“What is important is seldom urgent and what is urgent is seldom important”). Ike, como cariñosamente le decían sus compatriotas, fue el autor de lo que se ha dado en llamar la “Caja de Eisenhower”, un método práctico que ayuda a discernir entre lo urgente y lo importante.

De acuerdo a ese método, se distribuyen las posibles acciones en cuatro cuadrantes dentro de una caja: a) Urgente e importante (tareas que harás de inmediato); b) Importante, pero no urgente (tareas que puedes hacer después); c) Urgente, pero no importante (tareas que puedes delegar a alguien más); y d) Ni urgente ni importante (tareas que puedes eliminar) (ver El Método Eisenhower y la productividad, en https://www.entrepreneur.com/article/267004).

Deberíamos recomendarles a los venezolanos este invento de Ike para entender la diferencia entre el Referendo Revocatorio y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

El Referendo Revocatorio es urgente. Millones de venezolanos en las calles buscando comida debe ser urgente de resolver para cualquiera, en especial para quienes gobiernan. Visto de esa manera, cualquier método que sea diferente para sacar de inmediato al régimen puede verse como un obstáculo a ese fin último definitivamente urgente e importante.

Desde la anterior perspectiva, resulta que para la mayoría de los venezolanos ya es un hecho que un Referendo Revocatorio es urgente y a la vez importante –siguiendo a metodología de Ike- con lo cual debería tener prioridad, porque “salimos” del régimen, dejando posteriormente la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, si se considera que la Constituyente es un mecanismo que puede ser usado para el mismo fin, aun cuando hemos demostrado que la convocatoria Constituyente es más expedita que el Revocatorio siguiendo las reglas del régimen (http://ticsddhh.blogspot.com/2016/02/enmienda-y-constituyente.html).

La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente es importante. Lo importante, de acuerdo a la metodología de Ike, tiene que ver con la “misión, valores y metas de largo plazo”, y en efecto es así. Una Constituyente no se convoca para cambiar a un gobierno. Para eso están los mecanismos previstos en la Constitución de 1999, como efectivamente lo es el Referendo Revocatorio. Con la Constituyente deseamos transformar al país, cambiar la forma del Estado, plantearnos la redacción de una nueva Constitución que pueda dar vida a un nuevo país, de acuerdo a un Proyecto propuesto que ponga al ciudadano más cerca del Poder, controlando a sus gobernantes. Que le de a los Estados autonomía real sobre su destino. En suma, un cambio profundo e importante para el país.

Visto así, hacer eso no tiene absolutamente nada que ver con sustituir a los Poderes Públicos, que igualmente tendrían que ser removidos en el medio de un proceso de transformación como el que planteamos en el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), si así lo deciden los representantes del pueblo en una Asamblea Nacional Constituyente. En un escenario de un Referendo Revocatorio exitoso este año, una Asamblea Nacional Constituyente solo le restaría remover al resto de los poderes para que este gobierno transitorio pueda ser viable hasta la promulgación de la nueva Constitución. En caso de no haber Revocatorio la Asamblea Nacional Constituyente haría lo propio con todos los Poderes Públicos.

Si entendemos que el Revocatorio es urgente e importante y la Constituyente es importante pero no urgente, en los términos de remover a un gobierno, que no es el fin último que le pretendemos dar hasta ahora –como si lo es en el Revocatorio-, entonces no tenemos problemas en colocar ambas cosas en la caja de Ike pero en cuadrantes diferentes. Podría realizarse el primero el Revocatorio, sin estorbar el llamado Constituyente, que debería luego inmediatamente realizarse. Sin embargo, este supuesto se basa en la premisa que el Referendo Revocatorio es la vía más expedita para lograr salir del régimen (cosa que, como vimos, hemos demostrado que no es así). Pero poco a poco los venezolanos estamos viendo el CNE está reventando esa premisa, y posiblemente la oposición política se vea en la necesidad de mover la Constituyente del cuadrante b) al cuadrante a) en la “Caja de Eisenhower”.

Como desde la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) no vemos de ninguna manera, ambas vías planteadas para el mismo fin –remover al régimen- sino mas allá, bien podemos iniciar inmediatamente los procedimientos para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, sin para nada ser un obstáculo para la realización del Referendo Revocatorio, ni ser considerada la convocatoria Constituyente un obstáculo al Revocatorio. Incluso podríamos buscar firmas para ambas iniciativas al mismo tiempo.

Algunos sectores han pensado equivocadamente que hemos planteado al país una Constituyente con el fin de “competir” con el Referendo Revocatorio y que recoger firmas para ese fin “dividiría” a la oposición. Eso sería cierto si se entendieran ambos mecanismos para un mismo fin. Esa perspectiva no comprende todavía lo que una y otra vez hemos indicado desde la Alianza Nacional Constituyente, que nuestra misión va más allá de lo que pasará en el país una vez que se hayan ido los delincuentes que nos desgobiernan. Haya o no haya Referendo Revocatorio es mandatorio e imperativo ir a un proceso Constituyente para reconciliar y reconstruir al país, en unos términos completamente diferentes de los que hemos sido gobernados los venezolanos por más de 200 años.

La Alianza Nacional Constituyente está recorriendo el país para explicarle a todos los sectores la magnitud del cambio que hay que dar para que Venezuela de un salto al futuro y se convierta en un país desarrollado, con posibilidades de retener a su juventud, así como la manera en cómo tenemos planteado ese proceso. Para nosotros el Revocatorio es un proceso urgente e importante del presente político, pero que de ninguna manera resolverá el fondo del grave problema estructural que tiene el país. Que no bastará cambiar un Presidente por otro, y que sería un error de incalculables consecuencias no realizar los cambios que el país necesita. Tenemos bases para sustentar esa afirmación y las hemos explicado muy bien en nuestros recorridos por Venezuela.

Los enemigos del proceso Constituyente y que trancan el avance de este cambio indetenible son los que sucumbirían a los cambios estructurales que estamos planteando, entre otras razones porque ya disfrutan de las ventajas que dan la cercanía de un Poder centralizado y asfixiante que ha dejado mucha miseria a las regiones por mucho mas de los 18 años que lleva este régimen. Sin embargo el Poder Originario es de los ciudadanos, no de quienes han quebrado paulatinamente al país desde mucho antes de la aparición de Hugo Chávez.

La convocatoria del Poder Constituyente Originario es entonces complementaria –pero no supeditada- a la iniciativa del Referendo Revocatorio y puede ser realizada conjuntamente. Pero no nos equivoquemos, el Revocatorio les ha permitido a los enemigos del proceso Constituyente esconderle al país la urgente necesidad de los cambios estructurales que necesita para que no se repita la tragedia de Chávez, y salgamos de la miseria donde nos han llevado, estos y aquellos, planteándoles una solución definitiva a los venezolanos.  

Muy pronto veremos si el Revocatorio desaparece o no del primer cuadrante de la “Caja de Eisenhower”, forzando la máxima de Ike de “…lo que es urgente, pocas veces es importante”; y si lo hace, confirmará más aun -si eso es posible- la necesidad imperiosa del único mecanismo que tiene el pueblo para decidir su propio destino. Los demás que esperen por el régimen a ver si nos da un Revocatorio, nosotros ya comenzamos.

Caracas, 24 de Julio de 2016

Twitter:@laguana