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jueves, 30 de marzo de 2017

OEA y Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

“Veinte países emplazan a la OEA a concretar una hoja de ruta sobre Venezuela” (http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1&t=64148#p864137). No se podía esperar otra cosa. La decisión de concretar una hoja de ruta “en el menor plazo posible para “apoyar el funcionamiento de la democracia y el respeto al Estado de Derecho” en nuestro país, marca el comienzo de una “crónica de una muerte anunciada” dirigida al gobierno de Venezuela. Las pruebas irrefutables presentadas de las continuas violaciones a los derechos humanos de los venezolanos ya eran tan evidentes que los cancilleres de la OEA no pudieron seguir mirando para los lados.

Y digo al gobierno de Venezuela porque esa decisión de profundizar el caso venezolano, ya no de la mano del Secretario General, sino del seno del Consejo Permanente de la OEA, para apoyar el “respeto del Estado de Derecho” no es en contra de los ciudadanos de este país sino en contra de quienes en mala hora desgobiernan a los venezolanos. Y van dirigidas a comenzar una presión de fuera hacia dentro a fin de que ese desgobierno tome un curso democrático que algunos dudamos que esté interesado en tomar, habida cuenta que no se trata de un gobierno sino de una banda de delincuentes que han tomado como rehén a un país entero. Así de grave están las cosas.

Pero, ¿qué ha hecho la oposición oficial con ese esfuerzo que hace el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, al exponer al mundo la narco-dictadura de Nicolás Maduro? Hasta ahora sabotearlo. Hace algunos meses atrás exponía el polvo de oro que nos brindaba Almagro al exponer el caso venezolano en la OEA (ver ¿Y qué hacemos con ese Informe? http://ticsddhh.blogspot.com/2016/06/y-que-hacemos-con-ese-informe.html).

De no existir una estrategia opositora congruente con el planteamiento de Almagro en la OEA, todo ese esfuerzo no podrá ser aprovechado (ver El desenlace de una carta en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/03/el-desenlace-de-una-carta.html).

La resolución final de la OEA terminara como todas ellas, exhortando al gobierno venezolano a solucionar la crisis por la vía electoral. Pero cuando la comunidad internacional convoca a esa solución a través del Sistema Interamericano lo que el lenguaje diplomático está diciendo es “consulten al pueblo” y resuelvan. Pero eso aquí es interpretado como "hagan elecciones". Y de consultar al pueblo libremente a hacer elecciones bajo el secuestro del sistema electoral por una dictadura hay una diferencia abismal.

Ambas cosas -consultar al pueblo y elecciones- significan lo mismo cuando en el país en referencia existe democracia. Esto es, tolerancia a la existencia del otro en el marco de un Estado de Derecho. Ese no es el caso de Venezuela. Todos, léase bien, todos los poderes públicos se encuentran secuestrados por el gobierno. Ergo, todos aquellos que piden elecciones deben con esa declaración indicar como se harán en el medio de un secuestro electoral.

Sin embargo en la OEA siguen teniendo razón: la solución continúa siendo, “consulten al Soberano”. Ese lenguaje diplomático es muy sutil para ser adecuadamente comprendido por la mayoría que solo ve en su desesperación “la inutilidad” de unos esfuerzos a los que no les ve eficacia para remover al régimen. Pero es absolutamente útil y además muy pertinente.

Los gobiernos democráticos del continente y sus embajadores en la OEA están muy conscientes que una dictadura no hace elecciones espontáneamente, hay que obligarla a hacerlas. No son un atajo de idiotas que están pidiéndole peras a una mata de mango. Hay que obligar al régimen venezolano a respetar las reglas de la democracia. Pero eso no se logra solamente desde afuera. Hay una parte -la más importante- que hay que realizar aquí. Y eso no se ha logrado con quienes dicen hacer oposición política en el país, ni será una concesión graciosa de un régimen autoritario, por lo que hay que hacer otra cosa y comunicarla claramente a los países amigos que desean tanto como nosotros la recuperación de la libertad en nuestro país.

La posición de la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) en relación a la solución institucional que abogamos para Venezuela ya ha sido comunicada de manera oficial al Santo Padre, Su Santidad el Papa Francisco (http://ancoficial.blogspot.com/2016/11/carta-de-la-anc-al-papa-francisco-31-10.html) y a su enviado Papal Monseñor Claudio María Celli (http://ancoficial.blogspot.com/2016/11/carta-de-la-anc-mons-claudio-maria.html) en ocasión de las negociaciones por el dialogo de la oposición oficial con el gobierno el año pasado. De allí que la comunidad internacional está al tanto que las soluciones constitucionales a la crisis de Venezuela no se acabaron con el atropello del régimen al impedir el Referendo Revocatorio el 2016.

Los Cancilleres de la OEA al referirse a la convocatoria a que el pueblo se pronuncie pacifica y electoralmente no solo abogan por una solución pacifica e institucional de la grave crisis que atravesamos en Venezuela, sino porque se imponga un cambio en la manera en que se ha gobernado el país. Eso no solo se circunscribe a exigirle de una manera ilusa a un régimen autoritario a que realice elecciones libres, sino a que el mismo pueblo se organice, se pronuncie y lo imponga haciendo uso de su derecho a la participación legitima establecida en la Constitución. Y eso amigos se llama el Poder Originario convocando una Asamblea Nacional Constituyente.

Al convocar los ciudadanos al Constituyente de la manera prevista en nuestra Constitución, no solo haremos valer nuestro legítimo derecho constitucional para convocarnos, sino que la comunidad internacional nos estará diciendo que contaremos con el apoyo del hemisferio reunido en la OEA, condición necesaria -más no suficiente- para hacerlo. El cambio definitivo habrá de venir cuando los responsables de garantizar que eso pase, ya en ese momento no les quede duda de quién es el dueño de la Soberanía, al contar con el apoyo del continente, y actuando en consecuencia...

Caracas, 30 de Marzo de 2017

Twitter:@laguana

jueves, 18 de agosto de 2016

Tres días, dos firmas

Por Luis Manuel Aguana

Sorprendió solo a los ingenuos la decisión del directorio del CNE de dejar para finales de octubre la recolección del 20% de las firmas del Registro Electoral para revocar a Nicolás Maduro. Para aquellos que desde hace mucho tiempo le hemos hecho seguimiento a las trácalas técnicas del Poder Electoral, nos pareció incluso hasta benévolo que hayan dejado la "posibilidad" que el Referendo Revocatorio se haga este año, "suponiendo que todo vaya bien" y el CNE decida aplicar los plazos mínimos para su convocatoria. Algo debíamos reconocerle a Tiby...

Sin embargo no fantaseemos. Si bien es cierto la MUD decidió la presión de calle para obligar al gobierno y su oficina electoral a ceder para este año el Referendo Revocatorio, no es menos cierto que eso dependerá de que tanto le importe al régimen arrasar con todo y con todos para quedarse en el poder. Y la experiencia nos ha confirmado que no les importan los muertos, los torturados y las cárceles para los opositores, ni el atropello brutal a los Derechos Humanos de los venezolanos. Eso ya lo sabemos.

¿Significa eso que nos quedaremos así? No necesariamente. Aunque el CNE no le puso fecha al Referendo Revocatorio -que es la que pretenden dejar para el 2017-, si se la tuvo que poner a la recolección de firmas.

Como saben, de acuerdo a esa normativa de carácter sub-legal inconstitucional que rige al RR (Resolución No. 070906-2270 de fecha 6 de septiembre de 2007) el CNE nos concede tres días para la recolección en sus términos del mínimo constitucional del 20% de las firmas del Registro Electoral, para luego ir a un proceso de "verificación" a fin de constatar si esas manifestaciones de voluntad son confirmadas por los convocantes a través de un sistema de chequeo biométrico (captahuellas). Allí está el detalle, Cantinflas dixit.

No sabremos cuantas máquinas de esas se colocarán, ni dónde. Y es muy posible que apliquen el mismo criterio absurdo de distribuirlas en lugares donde la gente no firmó, o en número insuficiente donde la gente si lo hizo, con el objeto de correr los tiempos del Referendo Revocatorio. Pero en todo caso ese proceso se realizará posterior a los tres días de recolección de firmas; tres días que por cierto no se mencionan en el Art. 72 de la Constitución.

Desde la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) pensamos que los partidos políticos convocantes del Referendo Revocatorio deberían estar de acuerdo en que esos tres días también sean utilizados para la recolección de una segunda firma para la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario.

Esta recolección se realizaría con una planilla enteramente diferente, que ha sido diseñada en la Alianza (pueden revisarla en las Bases Constituyentes en http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html) y que obedece al criterio esbozado en el Art. 347 constitucional que indica que "El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.”, pudiendo en virtud de eso convocar con sus propias reglas al Poder Constituyente Originario solamente con el 15% de ese mismo Registro Electoral, de acuerdo con el Art. 348 constitucional.

Y digo que pensamos que deberían estar de acuerdo con esa propuesta porque esa única movilización de la población de esos tres días, tiene una carga de aseguramiento del mismo Referendo Revocatorio cuando se tiene a su vez el registro de la manifestación de voluntad para convocar al Poder Constituyente Originario en el otro bolsillo, con un numero mucho menor de firmas (15%).

Si a Tiby y al régimen se les ocurre dejar el Referendo Revocatorio para el 2017, extendiendo al máximo el plazo de los 90 días para su llamado, convocaríamos entonces en consecuencia, a una Asamblea Nacional Constituyente en el mismo acto y con los mismos venezolanos que también firmaron para convocar al Referendo Revocatorio. En otras palabras en esos tres días recogeríamos las firmas para el Referendo Revocatorio y las firmas para asegurarlo. Tres días, dos firmas.

De esta manera siempre podríamos convocar al Poder Constituyente Originario, independientemente de lo que el régimen decida hacer.

Sometemos a la consideración de Venezuela esta propuesta que no solo desea una solución política y pacífica al grave problema del cambio del gobierno, sino también dar paso a un proceso de Reconciliación y Reconstrucción del país, con la participación de todos los venezolanos sin distinción de filiación política, a través de un proceso Constituyente.

Me confieso escéptico a que los partidos de la oposición oficial acojan esta propuesta. Sin embargo, Venezuela está por encima de los intereses de los partidos políticos, cuyos dirigentes tienen la obligación de dirimir sus apetencias para superar este momento de hambre, muerte y desesperación de nuestra población. Es por eso que la sometemos al país nacional sufriente de esta tragedia indigna de nuestro pueblo, para que todos la impulsemos en la aspiración de que sea asumida por quienes deben y tienen la responsabilidad de dar cauce a una energía de cambio positivo para no sufrir de nuevo una frustración colectiva.

En la Alianza Nacional Constituyente estamos dispuestos a discutir con quien sea necesario las Bases para la convocatoria del Poder Constituyente Originario y sus condiciones. Nada en nuestra propuesta está escrito en piedra, solo lo está la voluntad de poner al país por encima de cualquier condición. Es hora, Venezuela espera por nosotros.

Caracas, 18 de Agosto de 2016

Twitter:@laguana

domingo, 24 de julio de 2016

Revocatorio en una Caja

Por Luis Manuel Aguana

Decía Dwight Eisenhower, ex Presidente de los Estados Unidos que Lo que es importante pocas veces es urgente, y lo que es urgente, pocas veces es importante” (“What is important is seldom urgent and what is urgent is seldom important”). Ike, como cariñosamente le decían sus compatriotas, fue el autor de lo que se ha dado en llamar la “Caja de Eisenhower”, un método práctico que ayuda a discernir entre lo urgente y lo importante.

De acuerdo a ese método, se distribuyen las posibles acciones en cuatro cuadrantes dentro de una caja: a) Urgente e importante (tareas que harás de inmediato); b) Importante, pero no urgente (tareas que puedes hacer después); c) Urgente, pero no importante (tareas que puedes delegar a alguien más); y d) Ni urgente ni importante (tareas que puedes eliminar) (ver El Método Eisenhower y la productividad, en https://www.entrepreneur.com/article/267004).

Deberíamos recomendarles a los venezolanos este invento de Ike para entender la diferencia entre el Referendo Revocatorio y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

El Referendo Revocatorio es urgente. Millones de venezolanos en las calles buscando comida debe ser urgente de resolver para cualquiera, en especial para quienes gobiernan. Visto de esa manera, cualquier método que sea diferente para sacar de inmediato al régimen puede verse como un obstáculo a ese fin último definitivamente urgente e importante.

Desde la anterior perspectiva, resulta que para la mayoría de los venezolanos ya es un hecho que un Referendo Revocatorio es urgente y a la vez importante –siguiendo a metodología de Ike- con lo cual debería tener prioridad, porque “salimos” del régimen, dejando posteriormente la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, si se considera que la Constituyente es un mecanismo que puede ser usado para el mismo fin, aun cuando hemos demostrado que la convocatoria Constituyente es más expedita que el Revocatorio siguiendo las reglas del régimen (http://ticsddhh.blogspot.com/2016/02/enmienda-y-constituyente.html).

La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente es importante. Lo importante, de acuerdo a la metodología de Ike, tiene que ver con la “misión, valores y metas de largo plazo”, y en efecto es así. Una Constituyente no se convoca para cambiar a un gobierno. Para eso están los mecanismos previstos en la Constitución de 1999, como efectivamente lo es el Referendo Revocatorio. Con la Constituyente deseamos transformar al país, cambiar la forma del Estado, plantearnos la redacción de una nueva Constitución que pueda dar vida a un nuevo país, de acuerdo a un Proyecto propuesto que ponga al ciudadano más cerca del Poder, controlando a sus gobernantes. Que le de a los Estados autonomía real sobre su destino. En suma, un cambio profundo e importante para el país.

Visto así, hacer eso no tiene absolutamente nada que ver con sustituir a los Poderes Públicos, que igualmente tendrían que ser removidos en el medio de un proceso de transformación como el que planteamos en el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), si así lo deciden los representantes del pueblo en una Asamblea Nacional Constituyente. En un escenario de un Referendo Revocatorio exitoso este año, una Asamblea Nacional Constituyente solo le restaría remover al resto de los poderes para que este gobierno transitorio pueda ser viable hasta la promulgación de la nueva Constitución. En caso de no haber Revocatorio la Asamblea Nacional Constituyente haría lo propio con todos los Poderes Públicos.

Si entendemos que el Revocatorio es urgente e importante y la Constituyente es importante pero no urgente, en los términos de remover a un gobierno, que no es el fin último que le pretendemos dar hasta ahora –como si lo es en el Revocatorio-, entonces no tenemos problemas en colocar ambas cosas en la caja de Ike pero en cuadrantes diferentes. Podría realizarse el primero el Revocatorio, sin estorbar el llamado Constituyente, que debería luego inmediatamente realizarse. Sin embargo, este supuesto se basa en la premisa que el Referendo Revocatorio es la vía más expedita para lograr salir del régimen (cosa que, como vimos, hemos demostrado que no es así). Pero poco a poco los venezolanos estamos viendo el CNE está reventando esa premisa, y posiblemente la oposición política se vea en la necesidad de mover la Constituyente del cuadrante b) al cuadrante a) en la “Caja de Eisenhower”.

Como desde la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) no vemos de ninguna manera, ambas vías planteadas para el mismo fin –remover al régimen- sino mas allá, bien podemos iniciar inmediatamente los procedimientos para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, sin para nada ser un obstáculo para la realización del Referendo Revocatorio, ni ser considerada la convocatoria Constituyente un obstáculo al Revocatorio. Incluso podríamos buscar firmas para ambas iniciativas al mismo tiempo.

Algunos sectores han pensado equivocadamente que hemos planteado al país una Constituyente con el fin de “competir” con el Referendo Revocatorio y que recoger firmas para ese fin “dividiría” a la oposición. Eso sería cierto si se entendieran ambos mecanismos para un mismo fin. Esa perspectiva no comprende todavía lo que una y otra vez hemos indicado desde la Alianza Nacional Constituyente, que nuestra misión va más allá de lo que pasará en el país una vez que se hayan ido los delincuentes que nos desgobiernan. Haya o no haya Referendo Revocatorio es mandatorio e imperativo ir a un proceso Constituyente para reconciliar y reconstruir al país, en unos términos completamente diferentes de los que hemos sido gobernados los venezolanos por más de 200 años.

La Alianza Nacional Constituyente está recorriendo el país para explicarle a todos los sectores la magnitud del cambio que hay que dar para que Venezuela de un salto al futuro y se convierta en un país desarrollado, con posibilidades de retener a su juventud, así como la manera en cómo tenemos planteado ese proceso. Para nosotros el Revocatorio es un proceso urgente e importante del presente político, pero que de ninguna manera resolverá el fondo del grave problema estructural que tiene el país. Que no bastará cambiar un Presidente por otro, y que sería un error de incalculables consecuencias no realizar los cambios que el país necesita. Tenemos bases para sustentar esa afirmación y las hemos explicado muy bien en nuestros recorridos por Venezuela.

Los enemigos del proceso Constituyente y que trancan el avance de este cambio indetenible son los que sucumbirían a los cambios estructurales que estamos planteando, entre otras razones porque ya disfrutan de las ventajas que dan la cercanía de un Poder centralizado y asfixiante que ha dejado mucha miseria a las regiones por mucho mas de los 18 años que lleva este régimen. Sin embargo el Poder Originario es de los ciudadanos, no de quienes han quebrado paulatinamente al país desde mucho antes de la aparición de Hugo Chávez.

La convocatoria del Poder Constituyente Originario es entonces complementaria –pero no supeditada- a la iniciativa del Referendo Revocatorio y puede ser realizada conjuntamente. Pero no nos equivoquemos, el Revocatorio les ha permitido a los enemigos del proceso Constituyente esconderle al país la urgente necesidad de los cambios estructurales que necesita para que no se repita la tragedia de Chávez, y salgamos de la miseria donde nos han llevado, estos y aquellos, planteándoles una solución definitiva a los venezolanos.  

Muy pronto veremos si el Revocatorio desaparece o no del primer cuadrante de la “Caja de Eisenhower”, forzando la máxima de Ike de “…lo que es urgente, pocas veces es importante”; y si lo hace, confirmará más aun -si eso es posible- la necesidad imperiosa del único mecanismo que tiene el pueblo para decidir su propio destino. Los demás que esperen por el régimen a ver si nos da un Revocatorio, nosotros ya comenzamos.

Caracas, 24 de Julio de 2016

Twitter:@laguana