lunes, 15 de mayo de 2017

Constituyente Originaria versus fraude constitucional

Por Luis Manuel Aguana

Nota explicativa:
La confusión generada en aquellos seguidores del tema constituyente a raíz de los decretos inconstitucionales de Maduro del 1ro de Mayo, han dado pie a que muchos pescadores en rio revuelto, interesados en destrozar la idea de concurrir a un Proceso Constituyente Originario en Venezuela, estén teniendo ganancias inusitadas. La Alianza Nacional Constituyente, no solo mucho antes que el régimen utilizara la vía Constituyente como escape a la grave situación política del país, sino precisamente ahora, dadas las características de pre guerra civil que presenta, ha estado recorriendo a Venezuela insistiendo en convencer y organizar a la población que la vía constituyente llevada de la mano del Depositario y Dueño de la Soberanía es la única manera de salir de este atolladero histórico con reconciliación y reconstrucción futura. Lamentablemente estos decretos han confundido a la población y ensuciado –mas no destruido- nuestro trabajo. Nos está tocando ahora explicar porque ahora más que nunca nuestro planteamiento tiene una vigencia histórica. Lo que sigue es una de esas explicaciones a nuestros seguidores en el Estado Anzoátegui.

Constituyente Originaria versus fraude constitucional
Intervención con las JAPCOs de la ANC en el Estado Anzoátegui
Barcelona, 13 de Mayo de 2017

Buenos días…

Gracias por la invitación a una ciudad que siempre he considerado, como mi casa, mi ciudad natal. Mis abuelos, mi padre, mi familia están enterrados en Barcelona. Todos eran de Puerto Píritu. Por accidente naci en Caracas y fui presentado en el Registro Civil de Barcelona. Pase mi niñez en Barcelona, por lo que ciertamente me considero de aquí.

Quise empezar por establecer localidad, porque creo que ese es el verdadero fondo de todo este enredo. Venezuela tiene más de 200 años enredada, debatiéndose entre el centralismo asfixiante de las regiones y unas regiones que a su vez desean desarrollarse en base a sus propias potencialidades políticas, económicas, humanas y culturales.

Sin excepción, todas las regiones de Venezuela exigen ahora mismo participar y ser protagonistas de su propio destino y ser parte de la cruzada de su desarrollo. Lo hemos visto y constatado en nuestro largo recorrer por el país. Eso viene de 1811. No es casualidad, eso está en nuestra sangre, en nuestra historia, en quiénes somos y hemos sido como pueblo.

No entrare aquí a establecer porque siendo Venezuela fundada como Federal, en la práctica no se desarrolló como tal, aunque todas nuestras constituciones lo hayan dicho. Ningún gobernante, y en especial El Libertador, en toda la historia republicana de Venezuela cedió el control a los Estados, ni aun después de la Guerra Federal, donde triunfó la Federación, y a partir de la cual, con la Constitución de 1864, nos llamamos Estados Unidos de Venezuela.

Luego, con la riqueza petrolera, menos aun se ha cedido ni compartido el poder político ni económico con los Estados. Los presupuestos, las políticas, la infraestructura, la salud, la educación, la seguridad, el ambiente, etc., todo lo que tiene que ver con la calidad de vida del ciudadano en cada municipio, de cada región de Venezuela, la deciden quienes llegan al Poder en Caracas. De allí que nadie quiera ceder eso. Quien le pone las manos al coroto decide por todos nosotros.

De eso se trata todo esto. De eso se trata nuestro planteamiento fundamental al país con el Proyecto País Venezuela, de cómo desmontamos todo eso. Como logramos desarrollo partiendo de las regiones y su autonomía política, administrativa, financiera y fiscal, generando un nuevo Estado Federado. Allí está el centro de nuestra propuesta. y en el Proyecto País Venezuela esta explicado cómo hacerlo.

Y para cambiar esta triste realidad 180 grados hay que cambiar la Constitución y la forma de Estado que nos ha regido por más de 200 años. Y para cambiar la Constitución hay que hacer una Constituyente, no existe otra manera. Eso a la vez nos permite discutir a fondo esta propuesta.

Tenía que partir de este concepto fundamental para poner los caballos delante de la carreta y ordenar el “para que” la Alianza Nacional Constituyente anda en esto de una Constituyente desde hace mas de 15 años, ¿lo comprenden ahora?

Ahora bien, el régimen por razones ideológicas también tiene su propio Proyecto de País. Un mamotreto socialista llamado Plan de la Patria. Es una manera de concebir al mundo, copiada de la Cuba castrista. Y para imponer ese Proyecto  en Venezuela también necesitan una Constituyente.

Pero en esta cruzada que comenzamos hace muchos años, nos hemos dado cuenta que no solamente el gobierno desea impedir que los venezolanos cambiemos las relaciones entre gobernantes y gobernados. Esto es, la forma del Estado, a favor de la población. Y es por eso que la propuesta es que sea el pueblo el que decida convocarla, al margen de cualquier otro interés, es decir, el Poder Originario, y de allí su nombre: Constituyente Originaria.

Pero el gobierno confundió la gimnasia con la magnesia. Eso que dicen que el gobierno está “convocando a una Constituyente” es un fraude constitucional.

Desde la Alianza Nacional Constituyente, organización que se constituyó con el único objeto de impulsar un movimiento para el cambio de la forma de Estado a través de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, hemos estudiado por muchos años como plantearle al país ese cambio, y esa manera no es otra que a través de una convocatoria al Constituyente de Carácter Originario, por iniciativa popular, esto es, de la mano del pueblo de Venezuela.

Desde este espacio que ustedes me obsequian generosamente en Anzoátegui aprovecho para informarles a los venezolanos y a la comunidad internacional que eso que el gobierno hizo y algunos sectores desinformados llaman Constituyente es un fraude a la nación que utiliza elementos establecidos en la Constitución para convocar una elección constituyente, pero que de ninguna manera conforma un llamado al pueblo soberano a una Asamblea Nacional Constituyente.

Una Constituyente por definición nos convoca a todos no solo a una parte del país (por cierto la más pequeña) a convenir un Pacto de convivencia denominado Pacto Social. Esa discusión trae la Paz y la Reconciliación. Y de allí nace un nuevo texto constitucional. Si el Pacto es bueno, se cumplirá lo que dice la Constitución. Si es malo el país se incendiará por los 4 costados.

Hasta que la iniciativa prevista en el Articulo 348 no se cristalice en una consulta al pueblo de Venezuela, que es el único con el poder de convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, así como de aprobar sus Bases Comiciales, el Presidente de la República está con su convocatoria dándole un golpe definitivo a la Constitución de 1999, acto al llamamos a desconocer en todas sus partes.

El día de ayer el Directorio de la ANC, encabezado por  el Ing. Enrique Colmenares Finol, concurrimos a la Asamblea Nacional a una rueda de prensa, para solicitar  que ese Poder Legislativo active el dispositivo contemplado en el Art. 71 de la Constitución cuyo contenido expresa: Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referendo consultivo por iniciativa del Presidente o Presidenta de la Republica en consejo de Ministros, POR ACUERDO DE LA ASAMBLEA NACIONAL, APROBADO POR EL VOTO DE LA MAYORIA DE SUS INTEGRANTES; O A SOLICITUD DE UN NUMERO NO MENOR DEL 10% DE LOS ELECTORES INSCRITOS E INSCRITAS EN EL REGISTRO CIVIL Y ELECTORAL”.  (resaltado nuestro)

Es claro para todos los venezolanos que los decretos anunciados por el Presidente de la Republica el 1ro de Mayo convocando a una supuesta Constituyente, son de “especial trascendencia nacional” por lo cual deben ser sometidos a consulta del pueblo de Venezuela. Solicitamos ayer a la Asamblea Nacional que active de inmediato el voto de la mayoría de sus integrantes a los fines de convocar la realización de un Referendo Consultivo para consultar: a) Si el pueblo desea el proceso constituyente en los términos expresados por los Decretos No 2830 y 2831 del 1ro de Mayo de 2017; b) Si el pueblo desea la apertura de un canal humanitario internacional para el aprovisionamiento inmediato de alimentos y medicinas; y c) Si el pueblo desea la libertad inmediata de los presos políticos.

Desde aquí les puedo informar que si la Asamblea no hace la consulta solicitada, la Alianza Nacional Constituyente instrumentará a la brevedad posible una planilla de Consulta a los venezolanos por ese 10% del Articulo 71, a los fines que esta complemente el proceso de recolección del 15% que comenzamos a adelantar en varias regiones del país.

Por último deseo hacerles un llamado a no esperar más y convocar inmediatamente una Asamblea Nacional Constituyente auténticamente Originaria y Constitucional como la herramienta óptima para  unir al país, y para salirle al paso al régimen con un planteamiento de la misma proporción, magnitud y dirección política a la propuesta hecha por el régimen, con este pretendido fraude constitucional, reconciliando a Venezuela y proponiendo el Gran Cambio de  reinstitucionalización del Estado y la plena vigencia de la libertad y la justicia.

Les convoco a todos en Anzoátegui a que, masiva, contundente y organizadamente, adelanten a la brevedad el proceso de recolección del 15% de las firmas del Registro Civil y Electoral de este Estado, haciendo uso de la organización e instrumentos constituyentes ya diseñados por la Alianza Nacional Constituyente. Esos instrumentos constituyen en la práctica el desarrollo del desconocimiento de la autoridad constituida establecido en el Artículo 350. Ese es el llamado urgente y necesario que hacemos a todos nuestros compatriotas para salvar a Venezuela.

De allí que repitamos machaconamente:

¡CONTRAPONGAMOS LA FUERZA DEL PODER CONSTITUYENTE ORIGINARIO A LA PRETENSIÓN DE PODER DE UN RÉGIMEN, QUE MANCILLANDO UNA HERRAMIENTA QUE SOLO LE PERTENECE AL PUEBLO DE VENEZUELA, INTENTA UTILIZARLA PARA SOMETERLO,  DESTRUYENDO SU LIBERTAD!

Muchas gracias...

Caracas, 15 de Mayo de 2017

Twitter:@laguana

martes, 9 de mayo de 2017

Caída controlada

Por Luis Manuel Aguana

 La voladura de edificios es la demolición controlada de estructuras mediante la colocación de material explosivo en puntos estratégicos, al momento de la detonación de los explosivos se crea una implosión por lo que una estructura se derrumba sobre sí en cuestión de segundos minimizando el daño físico a su entorno inmediato,..” (ver  https://es.wikipedia.org/wiki/Voladura_de_edificios).  ¿Ustedes han visto videos de ese tipo de destrucción controlada de estructuras? Es impresionante como los expertos en demoliciones, colocando los explosivos en los lugares precisos hacen que el edificio caiga de una manera ordenada, en algunos casos sin ensuciar la calle en donde se encuentran.

No todo el mundo sabe hacer eso. Si a alguien le dijeran “toma esta dinamita y ponla en un edificio, y que cuando explote no se lleve a la manzana completa o los edificios que están a su alrededor”. Si es una persona responsable diría que no se atrevería. Tendría que ser un experto en explosivos y más aun, un experto en demoliciones controladas.

Sin embargo algo que es obvio para ese ejemplo, no lo es así para lo que está pasando en las calles de Venezuela. A la voz de “vamos a tumbar al régimen”, todo el mundo salió con su propio cartucho de dinamita. Nadie discute que a ese edificio hay que volarlo. Lo que yo discuto es el cómo. Si tenemos ese explosivo llamado Soberanía,  como fuerza que reside en cada uno de los venezolanos para disponer de un gobierno delincuente, entonces no la pongamos donde le de la gana a cualquiera. Hay que hacer como los expertos en voladura de edificios: ponerla donde es más efectiva para que al igual que en la demolición controlada, el edificio del régimen se venga abajo en cuestión de segundos minimizando el daño físico a su entorno inmediato...”.

Pero eso no es lo que estamos viendo. Lo que vemos es que cada venezolano ha salido a las calles con su propio cartucho de dinamita a ponérselo al edificio, obviamente haciendo daño pero a su vez haciéndoselo a sí mismo, sin ninguna seguridad que el edificio se caiga de manera inmediata y controlada. En ese esquema, no sabemos cuándo se caerá, ni como. Es posible que se caiga pronto porque muchos hemos salido con nuestro cartucho, pero nadie puede predecir si el edificio caerá porque nadie está controlando ese proceso. Lo que si podemos prever es que cuando caiga habrá muchos buitres a la espera de lo que quede.

A este punto donde nos encontramos nadie oye razones. El hambre, la desesperación, el “ya basta” a un régimen que no ha parado de atropellar y asesinar venezolanos hace que incluso algunos de quienes pensaron alguna vez en la demolición controlada de la estructura del régimen a través de un proceso Constituyente Originario duden si lo que es mejor es que todos salgamos con un cartucho de dinamita debajo del brazo, y cual kamikazes, tirárselo al edificio del régimen a ver si se cae mañana. Craso error. Es ahora cuando debemos ser mejores que eso.

La critica opositora oficial generalizada ha satanizado el proceso constituyente del régimen al punto que se ha llevado por delante (¿deliberadamente?) cualquier acto de razonamiento que diferencie el fraude de Maduro de un proceso controlado de solución de la crisis a través de un Proceso Constituyente Originario. Astutamente han sabido venderle a la población que toda “Constituyente es mala”, no solo la del régimen, cualquier constituyente. De esta manera el régimen les ha dado la oportunidad, no solo de quitarse de encima un cambio estructural que puede ser promovido de la mano de una población que pide a gritos sacarse a los castrocomunistas, sino la oportunidad que alguien les explique la diferencia. De esta forma hacen que la gente confunda la gimnasia con la magnesia, metiendo en un solo saco dos propuestas completamente diferentes pero que vienen empacadas en un envoltorio semejante.

De la misma manera, a mi juicio por ignorancia, la situación de violencia que genera la crisis pone a la gente a dudar de si en esta situación es pertinente o no un proceso constituyente originario, cuando precisamente este es el momento más propicio para impulsarlo. No me canso de citar a Donnedieu de Vabres, en su obra L’Etat: El proceso Constituyente se convoca cuando: “se llega a una total ingobernabilidad e inseguridad jurídica y no hay reglas de juego claras.  Cuando se desborda el enfrentamiento político, el odio, y la división prevalece entre los ciudadanos. Cuando un gobierno dilapida los mayores recursos que ha tenido el país en toda su historia y no hay manera legal de controlarlo. Cuando la corrupción, la incapacidad, la inseguridad y la impunidad incrementan la situación de crisis. Cuando todas las realidades anteriores nos puedan conducir al abismo de una guerra civil”.

Y también no me canso de decir que lo que está necesitando Venezuela no es una Constitución nueva sino un nuevo Pacto Social que estabilice el país y de este Pacto nazca un nuevo texto constitucional. ¡Eso es otra cosa! Ese es el Pacto Federal de descentralización política, económica, administrativa y de reingeniería de poder del cual hablamos en el Proyecto País Venezuela. Parece de Perogrullo pero no lo es. Pero no es eso lo que quieren los factores que desean un cambio gatopardiano: que se vayan los que están pero para montarse quienes antes estuvieron, solo que con sus mismas prebendas.

Es verdad que habrá cambios si el edificio cae en una explosión no controlada. Expulsaremos al castrocomunismo. Pero eso no resolverá la profunda destrucción institucional en la cual nos hallamos, y cuya solución, imposible en el corto-mediano plazo, la reclamarán para ayer los venezolanos. Véanse en el espejo de Nicaragua. Salieron de los sandinistas y pusieron a Violeta Chamorro sin hacer los cambios estructurales que el país requería, y los comunistas de la mano de Daniel Ortega volvieron para quedarse. Por eso le repetimos al país cual maestros de primaria: volar la estructura institucional actual, salir del régimen, y rehacer el Pacto Social en un solo acto Constituyente Originario, ¡es una misma cosa de una manera controlada!

La gente quiere, es verdad, que le resuelvan el problema ahora, y los políticos de la oposición oficial están haciendo lo que la gente quiere, ayudando a tumbar al edificio sin un experto en demoliciones. Eso, a mi juicio, es un ejercicio de irresponsabilidad sin límites y de manipulación de una sociedad entera. Incluso, algunos impulsan a que se vayan dejándoles la vía libre, en una suerte de “justicia transicional” coordinada por factores internacionales muy interesados en salir ahora del régimen pero por otras razones (ver Macri será orfebre del salvoconducto - El Nuevo País y Zeta http://enpaiszeta.com/macri-sera-orfebre-del-salvoconducto/). Ojala que ese remedio no termine siendo peor que la enfermedad porque lo que quedará de Venezuela después de todo esto será un enfermo hospitalizado (el pueblo de Venezuela) al que los primos le administrarán los bienes muy interesadamente a su favor.

A algunos le disgustarán estas líneas indicando que debería también estar a favor de tumbar a como de lugar el edificio del régimen. Y estoy a favor de hacerlo, pero administrando una caída controlada, colocando las cargas explosivas en el lugar y el tiempo adecuados, sabiendo con precisión de relojería que vendrá luego de apretar el botón de demolición, cosa que deberá ocurrir en el momento que consideremos más conveniente, impidiendo que ese edificio caiga sobre nosotros, haciendo daño a quienes le circundan. Eso es lo inteligente, es lo racional. Desde la Alianza Nacional Constituyente le dijimos a los factores democráticos de lo oposición que es lo que hay que hacer para que el edificio caiga como es, de una manera controlada. Si no lo hacen es porque no les interesa. Saquen ustedes sus propias conclusiones.

Caracas, 9 de Mayo de 2017

Twitter:@laguana

sábado, 6 de mayo de 2017

El sentido correcto de la confrontación

Por Luis Manuel Aguana

Ante la convocatoria inconstitucional del régimen a una Asamblea Nacional Constituyente, pareciera que toda la discusión pública de los factores opositores se ha centrado en lo que ha hecho Maduro para quedarse en el Poder. Al margen de lo cierto de esa afirmación, poca ha sido la discusión acerca de lo que debe hacerse para enfrentar la gravedad de lo que ya es un hecho que gravita como una espada apuntando sobre la libertad de los venezolanos. Somos muy dados a discutir y discutir al ver acercarse el peligro pero muy poco dados a movernos para enfrentarlo.

La respuesta política de la oposición se centra en insistir en protestar por el llamado a elecciones generales con la gente en la calle, cuando la estrategia del régimen está muy clara al convocar en vivo y en directo a una elección de Constituyentes, cuando el único facultado para hacerlo es el pueblo de Venezuela. El régimen ha dicho que las únicas elecciones que hará serán las de constituyentes y ahora está llamando a la MUD a Miraflores para conversar acerca de eso (ver Jaua invitó a la MUD a reunión en Miraflores sobre Constituyente, en http://www.el-nacional.com/noticias/gobierno/jaua-invito-mud-reunion-miraflores-sobre-constituyente_180611).

Esta estrategia del régimen desarma a la oposición oficial en su pedido de elecciones generales porque le dice a todo el mundo internacional que ellos no se niegan a un encuentro electoral, invitando a la oposición a discutirlo, obligando a un diálogo forzado con el gobierno. La otra ventaja que obtiene el régimen es que quien luciría como violenta a no aceptar el llamado a una Constituyente es la oposición, al no deponer la protesta en las calles porque ya le están haciendo una oferta electoral a dirimir la confrontación de manera pacífica y electoral mediante un llamado constituyente.

El régimen mataría 3 pájaros de un solo tiro: 1) pone a la oposición a dialogar, y si no lo hacen “demostrarían su poco talante democrático”, como siempre ha reiterado el régimen al tildarlos de “golpistas”; 2) si la oposición “dialoga” con el régimen esa Constituyente, enfriarían de inmediato las calles; y 3) en el peor de los casos para el régimen, con seguridad concurrirían a ese dialogo los partidos de la MUD que han demostrado estar cuadrados con el gobierno (me reservo sus nombres, pónganlos ustedes). No puede decirse que no hay gente pensando en el régimen.

Ante esto, que es un hecho cierto y en pleno desarrollo, ¿qué está haciendo, no digo la oposición oficial, sino los venezolanos, quienes al final somos los afectados definitivos de esta tragedia, ante esta realidad? ¿Cómo paramos esa Constituyente del régimen? Ciertamente no es negociando con los delincuentes, ni seguir pidiendo elecciones generales a un régimen que se saco de la manga una carta electoral trucada, ni escalar el conflicto al punto de una confrontación civil. La solución debe ser de la misma inteligencia y magnitud, pero de mayor escala política de la que ha planteado el régimen.

Desde la Alianza Nacional Constituyente le hemos propuesto una solución a la oposición democrática y al pueblo de Venezuela: Si Maduro le secuestró al pueblo de Venezuela  su capacidad soberana para convocar un proceso Constituyente, que sea el mismo pueblo el que lo convoque, en protesta pacífica y abierta al régimen, con las reglas (Bases) que ese mismo pueblo se dé, organizando desde ahora mismo la recolección de las manifestaciones de voluntad necesarias para convocar al Soberano, con base a la iniciativa popular establecida en el Artículo 348 de la Constitución, manteniendo la protesta cívica, pero esta vez para defender ese legítimo derecho en las calles.

De esa forma nadie podría decir que no deseamos que esta crisis se dirima de una manera pacífica, electoral y constitucional. Diríamos que SI, que si deseamos contarnos con una Constituyente, pero en una que sea convocada en los términos que el pueblo establezca en Referendo, y no en los términos que decida una Comisión del régimen sin la aprobación del soberano. Esta sí sería la respuesta correspondiente al problema planteado de cara a la comunidad nacional e internacional, con la magnitud, dirección y fuerza correctas que ese llamado fraudulento del régimen requiere, en una estrategia constituyente que desarme las pretensiones de Maduro de contarse como él quiere y no como el pueblo decida.

Desde la Alianza Nacional Constituyente ponemos a la disposición de las fuerzas de la oposición democrática todo el trabajo que hemos realizado en estos últimos años para diseñar conjuntamente esa estrategia Constituyente de la mano del Poder Originario del pueblo. El régimen no podrá en ningún caso evadir esa fuerza del pueblo en la calle, como si la está evadiendo con este llamado fraudulento.

Pero los tiempos no son indefinidos ni están a nuestro favor. Si el régimen se sale con la suya al convocar a elecciones constituyentes tal y como lo pretenden hacer, una vez que esa Comisión Presidencial establezca unas Bases sin aprobación del pueblo soberano, lo que vendrá serán unas elecciones sin la participación de la oposición democrática, dejando como una única salida la violencia. No podemos permitir que eso pase.

¿La solución será matarnos en una confrontación para llegar luego a un armisticio? ¿Recorrer el camino de la Guerra Civil española? ¿No creen ustedes que sería mejor confrontar el camino constituyente del régimen con el camino de una constituyente verdadera del pueblo, de manera pacífica electoral y constitucional? No creo que la mayoría del pueblo venezolano quiera escalar la confrontación a una guerra civil. No creo tampoco que la mayoría de los liderazgos opositores prefieran poner por encima sus aspiraciones políticas personales al derecho a la vida los venezolanos, así el régimen desee la violencia. Si no hay sensatez de aquel lado, debemos encontrarla de este lado a como de lugar.

No estamos llamando a que detengamos la protesta pacífica que en la actualidad se lleva a cabo. A lo que llamamos es a un cambio de estrategia, reevaluando las razones por las cuales nos encontramos protestando. Si van a haber muertos en las calles en protesta por algo, ese algo no puede ser para que se convoquen elecciones para poner a cualquier político en un cargo. Eso es de un absurdo desquiciante. Tiene más sentido de patria que alguien arriesgue su vida para recuperar el derecho soberano de un pueblo a convocarse para decidir su destino, arrebatado arteramente por un dictador. Esa ha sido nuestra tradición libertaria desde que los venezolanos nos dimos nuestra primera Constitución en 1811, lo que nos llevó a la Guerra de Independencia que arrasó con la mitad de la población. Al menos démosle el sentido correcto a esta confrontación…

Caracas, 6 de Mayo de 2017

Twitter:@laguana