Por Luis Manuel Aguana
Es todavía muy pronto para evaluar en su
justa dimensión y profundidad el alcance de las decisiones tomadas por el
régimen de Nicolás Maduro en materia económica. Después de su sentencia
condenatoria, Maduro y su régimen huyen hacia delante con unas medidas
económicas desesperadas que intentan cuadrar un círculo imposible de cuadrar, tratando
de inventar una economía diferente de la que rige en el mundo civilizado. Pero
el análisis que priva aquí no es económico, es profundamente político. A ningún
economista serio le cuadrará un tipo de cambio anclado a una criptomoneda
inexistente, ni que el salario mínimo se multiplique por 36 de la noche a la
mañana sin ninguna base de sustentación.
Aunque Maduro jure encima de la Biblia que no
seguirá imprimiendo billetes sin respaldo, la maquinaria de la economía se
moverá inexorablemente sola con sus propios mecanismos, como bien lo saben los
economistas. Tratando de resolver el problema facial de poder manejar cifras
inimaginables hasta hace pocos años en Venezuela, en el medio de la
hiperinflación jamás vista antes en este planeta, no se está incidiendo en las
causas sino en las consecuencias del desastre provocado por estos aprendices de
brujo.
Nadie en el régimen se está ocupando de la
producción, porque ese nunca ha sido el problema de los comunistas, odian todo
aquello que represente esfuerzo para producir porque viven del esfuerzo de
otros. Han destruido en 5 años el 50% del tamaño de la economía venezolana,
como lo destacó recientemente el economista José Guerra (ver Guerra: En cinco
años Venezuela ha perdido el 50% del tamaño de su economía, en http://versionfinal.com.ve/politica-dinero/guerra-en-cinco-anos-venezuela-ha-perdido-50-del-tamano-de-su-economia/),
y ahora pretenden terminar lo que comenzaron, destrozando lo que queda del
sector privado, el último bastión de la producción del país.
Pero de lo que se trata aquí es de una
cuestión de supervivencia: o sobreviven ellos intentando imponer a troche y
moche un modelo económico fracasado en el mundo, o sobrevivimos los venezolanos
saboteando a como de lugar ese intento. Por alguna razón han visto que no es
viable lo que hasta ahora ha pasado creando dinero inorgánico y produciendo una
terrible hiperinflación. Ven con asombro que ellos mismo se han empobrecido y
empobrecido al resto de los venezolanos, y creen que solo con tener una riqueza
no realizada debajo de la tierra es suficiente para fundamentar un sistema
económico.
Que por favor alguien le explique a este
régimen que no es suficiente con estar sentado sobre un barril de petróleo. Hay
que sacarlo, venderlo y cobrarlo con todos los costos asociados que
ello implica, para que eso pueda ser considerado como un valor de cambio en el
mercado internacional, como hasta ahora se ha hecho con la riqueza petrolera en
Venezuela desde hace mas de 100 años, con la explotación del pozo Zumaque I en
1914. Pero eso no lo quieren o no lo pueden entender.
Y como creo que el régimen no lo puede y no
lo quiere entender, ha llegado a una etapa en la que ya nada de lo hagan no logra
sino agravar la situación de los venezolanos, haciendo que el problema, no
económico sino político, se reduzca a una solución simple pero increíblemente difícil:
Maduro y su régimen deben ser desplazados del poder.
Aquí ya deben cesar las discusiones de
economía o si la agenda económica del régimen es o no es una locura. Esa dejo
de ser la discusión desde hace varios años. Solo que ahora el problema es de
una gravedad extrema, de vida o muerte: “Me lleva el o me lo llevo yo, pa’ que
se acabe la vaina” como bien decía el estribillo de una vieja canción de Carlos
Vives.
En este sentido está planteada una discusión
ahora mismo en la Asamblea Nacional en torno a la decisión del Tribunal Supremo
de Justicia legitimo acerca de la condena a Nicolás Maduro por corrupción y
legitimación de capitales, y que di a conocer en mi nota anterior (ver Una
decisión del Soberano, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/08/una-decision-del-soberano.html).
Luego de ese nuevo “programa económico” (porque hay que llamarlo de alguna
manera) dado a conocer por el gobierno hace pocas horas se multiplica la
responsabilidad de los diputados de la Asamblea Nacional de sustituir en
gobierno de Nicolás Maduro a consecuencia de la sentencia del TSJ legitimo.
Los diputados no deberían de ninguna manera
irse a un receso parlamentario dada la grave situación del país y mucho menos
dejar su responsabilidad en manos de un super cogollo establecido en la
Comisión Delegada para decidir cuál será la posición del Poder Legislativo en
torno al vacío de poder constitucional de Maduro que sale como consecuencia de
esa sentencia. Los venezolanos exigimos que se nos represente de manera
adecuada para tomar las decisiones trascendentales a las que haya lugar como
consecuencia de ese paquete económico que nos acaba de anunciar el régimen, que
quiebra en la práctica a todo el mundo en este país.
Pero esa quiebra generalizada no le importa
al régimen. Lo importante aquí es lo que haremos nosotros frente a esa nueva realidad.
Si frente a esa nueva realidad anteponemos una actitud cobarde de aceptar sin
chistar lo que nos imponen, eso es lo que precisamente tendremos. Y eso es lo
que está haciendo el Presidente de la Asamblea Nacional al decir que la
sentencia de Maduro “es inejecutable sin Estado de Derecho” (ver Barboza:
Sentencia contra Maduro es inejecutable sin estado de derecho, en http://cronica.uno/barboza-sentencia-contra-maduro-es-inejecutable-sin-estado-de-derecho/).
Yo me preguntaría que si como consecuencia de no haber Estado de Derecho en
Venezuela dejaríamos lo que tenemos que hacer para el retorno de la legalidad.
Eso es como si detuvieran a Omar Barboza por cualquier razón y sus defensores
no ejercieran lo que tienen que ejercer en su defensa porque en Venezuela “no
hay Estado de Derecho”. Se pudriría en las mazmorras del régimen.
¡Y claro que no hay Estado de Derecho! La
situación dejo hace mucho tiempo de ser jurídica para ser política. Dada la
trama de corrupción de Odebrecht, donde fueron repartidos millones de dólares
tanto al régimen como a su oposición oficial para favorecer contratos de la
República con esa empresa, veo sumamente cuesta arriba que la oposición oficial
reunida en los partidos de la MUD en la Asamblea Nacional reúna las condiciones
necesarias para decidir el curso de acción política para el bienestar de
Venezuela.
Si bien es cierto que los partidos reunidos
en la Asamblea Nacional tienen la responsabilidad constitucional para decidir
un nuevo gobierno como ha sido de hecho desde el 9 de enero de 2017, cuando se
declaró el Abandono del Cargo de Nicolás Maduro, no es menos cierto que esa
Asamblea se encuentra disminuida, contaminada y corrompida por fracciones que han
sido socias del régimen para mantener a Maduro en el poder, tratando de
destrozar desde su Directiva el trabajo del TSJ legitimo, así como de partidos
políticos que han sido acusados con sus principales dirigentes de haber
aceptado sobornos de Odebrecht, y que buscarán desesperadamente asumir el
control del país para evitar investigaciones posteriores. Si a eso se le añade
la persecución política de diputados y dirigentes de partidos que no se han
doblegado, ¿cuál puede ser el resultado de un acuerdo político para formar un
gobierno hecho entre corruptos y perseguidos? Entonces la Asamblea Nacional no
sería el mejor escenario político para que nazcan quienes conducirían al país
en el peor momento de la historia de Venezuela.
Se explica entonces que la Directiva de la
Asamblea Nacional no haya querido lavar ni prestar la batea en el nombramiento
de un Gobierno de transición. Saben que tienen la responsabilidad constitucional,
pero tampoco desean que sea el TSJ legítimo quien tome la decisión donde ellos
no tengan el control. Y en el medio de esa tragedia estamos los venezolanos
muriéndonos aceleradamente en el medio del más espantoso escenario económico
jamás visto por la humanidad.
¿Debemos entonces aceptar ese chantaje de
Barboza y su Directiva al decir que la sentencia de Maduro es “inejecutable”
porque no hay Estado de Derecho en Venezuela para no hacer lo que les
corresponde hacer? Eso es inaceptable. El debate inmediato planteado por la
fracción 16J en la Asamblea Nacional (ver Fracción 16J tras madurazo: Exigimos
la inmediata convocatoria a sesiones extraordinarias de la AN, en https://www.lapatilla.com/2018/08/18/fraccion-16-j-tras-madurazo-exigimos-la-inmediata-convocatoria-a-sesiones-extraordinarias-de-la-an/)
es la respuesta legitima de la decencia que aún queda en la Asamblea Nacional
al indicar: “Definitivamente firme la
sentencia del legítimo TSJ, por todos conocidas, la Asamblea Nacional no puede
evadirla e incumplir con sus responsabilidades evidentemente de carácter
constitucional. La respuesta al trágico madurazo está en llenar la vacante
constitucional. Esto sólo puede hacerlo la Asamblea Nacional, imposible de ser
reemplazada por la Junta Directiva o la Comisión Delegada”. Pero eso es lo
que desea precisamente hacer Barboza, sustituir la decisión de la Plenaria de
los Diputados por lo que arregle un cogollo de una Directiva entregada al
régimen.
Pero el país no se encuentra para esperar un
segundo más para que se decida un nuevo gobierno en Venezuela. Barboza ni nadie
puede ser un obstáculo para evitar que se cambie el rumbo suicida que lleva la
República. Se podría decir que no están dadas las condiciones para que un nuevo
gobierno sea nombrado desde la Asamblea Nacional por más legal que esta
decisión pueda ser. Sería incluso hasta perjudicial para los intereses de
Venezuela, que este nuevo gobierno provenga de una negociación con factores
opositores agavillados con la corrupción del régimen. Urge entonces una
decisión Política (con P
mayúscula) no solo lo más apegada a la justicia, sino a la ética y la moral
republicanas, como siempre lo exigía el Libertador en sus proclamas. Y quienes
hasta ahora han demostrado en su actuar esa conducta que tanto se necesita en
Venezuela, se encuentran fuera del país en una lucha sin cuartel para llevar a
la cárcel a quienes han destruido a la Nación, en el TSJ legitimo en el exilio.
Sumemos todos para que esa decisión sea respaldada por el pueblo de Venezuela.
Caracas,
19 de Agosto de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana