Por Luis Manuel Aguana
Me quería quedar tranquilo y no escribir nada
acerca de la gira de Juan Guaidó hasta que terminara, pero no va a ser posible.
Casi que me como los dedos para no tocar el teclado después de verlo arrodillarse
en España en la Puerta del Sol, en horroroso recuerdo de Hugo Chávez y su crucifijo, pidiéndole perdón a los
venezolanos por las atrocidades cometidas. Pero había que esperar. La gira no
se había acabado. Sin embargo en lugar de enfilar el avión a los Estados Unidos
decidió ir a Canadá.
Tal vez –me dije- Canadá sea la antesala a la
verdadera razón del salto de la otra reja, los Estados Unidos (ver El salto de
la otra reja, en https://ticsddhh.blogspot.com/2020/01/el-salto-de-la-otra-reja.html)
¡Pero no! Nos llega la noticia lamentable que “Durante una rueda de prensa celebrada tras la reunión
con Champagne, Guaidó aprobó las reuniones que el Gobierno canadiense
ha mantenido en los últimos meses con las autoridades cubanas para intentar
desbloquear la crisis venezolana y
a su vez negó que existiese alguna posible reunión con Donald Trump.” (ver 2001, en http://www.2001.com.ve/en-la-agenda/221726/guaido-aprueba-las-reuniones-de-canada-y-cuba-para-resolver-la-crisis-venezolana.html)
(subrayado nuestro)
A mi juicio esa
lamentable declaración mató con los pies lo que alguna vez quisieron hacer con
las manos, y por dos lados diferentes: un tiro en el corazón, rematando la gira
con uno en la cabeza. Nos da a los venezolanos un tiro en el corazón cuando le
dice a todo el mundo que planea buscar negociaciones –otra mesa, pues- pero
esta vez con el país que nos tiene invadidos y que ahora tiene puesto en el
Consejo de Ministros del régimen. ¿Es que no le dice nada la experiencia colombiana?
Es decir, que en
lugar de hacer una gira para planear URGENTEMENTE con la Comunidad
Internacional –léase los más influyentes y poderosos- el desalojo del régimen y
sus aliados de nuestro país, estamos empezando a entender que fue para buscar
arreglos –de nuevo- con quienes nos están esquilmando, pero esta vez a través de
vías diferentes. ¿Fue para eso que salto la otra reja Juan Guaidó? ¡Qué
decepción! En mi opinión, y para todos los efectos, en lo que respecta a los
intereses de los venezolanos, esa gira terminó en el mismo momento en que
Guaidó expresó ante el mundo esa declaración.
Y no es que
tengamos “algo en contra de Guaidó” como insisten en indicar algunos. ¡No se
trata de Guaidó! “Desguaidoseamos” el discurso hace mucho tiempo (ver
Desguaidoseando el discurso, en https://ticsddhh.blogspot.com/2019/09/desguaidoseando-el-discurso.html).
Es que el personaje que detenta esa posición nos debe una explicación a los
venezolanos. Como dije en esa nota, Guaidó ES EL UNICO RESPONSABLE de poder
hacer algo para aliviar la situación de millones de venezolanos, al haber
asumido la responsabilidad de Presidente Encargado. No es que nos pongamos en
la posición de “pobrecito, el ha hecho un esfuerzo enorme” para luchar en
contra de esta situación. No. Me pongo en la posición de exigir resultados
porque estoy en mi derecho de hacerlo y es un tema de responsabilidades.
Lo que ha
ocurrido en Venezuela es tan grave que cualquier cosa que venga después deberá
tener en consideración el aprendizaje de esta dura enseñanza que ha costado y
sigue costando muchas vidas venezolanas. A Guaidó lo han acompañado en su gira
los delincuentes del Cucutazo y “embajadores” que nadie se explica que están
haciendo allí. ¿No tenemos derecho a desconfiar? Sin embargo muchos ven de
manera superficial lo que ha pasado en esa gira solamente por el respaldo
ofrecido en las calles de Madrid. CUALQUIERA con nuestra representación legítima
de pueblo asolado por esta tragedia tan grande y tan evidente ante el mundo,
hubiera sido aclamado de la manera que fue recibido Juan Guaidó.
¿Qué le quedaría
por hacer inmediatamente –insisto- a cualquiera con esa investidura que le
duela lo que sucede en su país después de escaparse como lo hizo? (y no estoy
diciendo que a Guaidó no le duela). ¡Salir corriendo a ver a quien encuentra
para que MAÑANA lo ayude a resolver el sufrimiento de tanta gente! Eso es lo
que haría cualquiera. Algunos dirán que estoy siendo mezquino en mi evaluación.
Pues si eso es lo que me toca, lo acepto, así como en mis largos años de
ejercicio ejecutivo en diversas posiciones gerenciales, me toco aceptar como
jefe cuando alguna decisión resultaba no ser del agrado de la gente que estaba
bajo mi responsabilidad. Los resultados exitosos siempre fueron lo primero para
la estabilidad de la gente y de la corporación que me había dado la
responsabilidad. Me exigían RESULTADOS. No me decían “pobrecito, el hizo un
esfuerzo enorme”. No. A la hora de mi evaluación si no habían resultados habían
consecuencias. Por eso había que capacitarse más y trabajar más, para hacerlo
cada vez mejor. Eso lo llaman experiencia…
Y ese es el
dilema que estamos afrontando aquí. Tenemos un país completo un año a la espera
de resultados por parte de Juan Guaidó y su equipo. Esos son quienes están allí
al mando de la estrategia y las acciones. Y hasta ahora lo que hemos visto como
resultado luego de toda la ayuda internacional recibida, es al principal
responsable pidiendo perdón como lo hizo Chávez, después de un año de sufrimiento
de la población, habiéndosele entregado el mayor respaldo nacional e
internacional que político alguno en la oposición haya tenido.
Hubo voces con
curtida experiencia como la del ex Embajador Diego Arria que le ofreció ayuda a
Guaidó para organizar una Formula Arria en las Naciones Unidas para que en el
foro político más importante del mundo, el Consejo de Seguridad de la ONU, se
discutieran las alternativas posibles para resolver de inmediato la crisis
venezolana. Incluso el Dr. Arria ofreció en entrevista con PanAm Post regresar
al país con otras importantes personalidades acompañando al Presidente
Encargado, para forzar una situación de borde con el régimen (ver Diego Arria
dispuesto a volver a Venezuela en avión con Guaidó, en https://youtu.be/PWhH2H-5w2k).
Todo eso fue
desestimado. Es imposible que todas las alternativas sugeridas sean
incompatibles con cualquier solución que el equipo de Guaidó quiera darle a la
crisis. ¿Cómo podía ser una Formula Arria incompatible para resolver nuestra situación?
¡Hasta Rusia la acaba de utilizar para ventilar el tema de las armas químicas
en Siria! Pero Guaidó y su equipo se dieron el tupé de desestimar eso. ¿Qué
podemos pensar los venezolanos? Guaidó decide no viajar a los Estados Unidos,
nuestro mayor aliado internacional para resolver la crisis, ni entrevistarse
con el Presidente Trump, ni sentarse en las Naciones Unidas para hablar en una
Formula Arria en el UNICO escenario del mundo donde pueden autorizar una acción
formal de fuerza en contra de estos delincuentes.
Los venezolanos
deberemos evaluar después de terminada esta gira si los resultados netos fueron
positivos para aliviar nuestra tragedia, más allá de lo inflados que regresen
los representantes de la oposición oficial diciendo que se la comieron y que
mañana Maduro se irá en otra “Operación Libertad”, o el consabido cuento de que
saldremos de esto con elecciones. Algunos continuaremos trabajando sin descanso
en alternativas que convoquen directamente la Soberanía Popular como la única
capaz de decidir el destino de los venezolanos, que más temprano que tarde
terminarán imponiéndose, porque la terca realidad terminará descubriendo que el
Rey del cuento está desnudo y no tiene nada en las bolas…
Caracas, 28 de Enero de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana