viernes, 9 de noviembre de 2018

Angostura o cómo ganar una guerra con el enemigo dentro

Por Luis Manuel Aguana

Nunca como ahora a los venezolanos nos ha hecho falta volver a nuestras raíces. Recuerdo haber visto en algún documental como se ha recuperado una plantación de un cultivo especial después de un voraz incendio luego que se buscara de entre los restos chamuscados un tronco que peleo con el fuego y que conservo su verdor interior a pesar de la alta temperatura. Luego de colocarlo en germinación y cuidos intensivos, volvió a nacer la planta prácticamente desde sus cenizas. Algo así nos pasará a nosotros pero es absolutamente necesario conservar a toda costa lo verde peleando con el incendio. Y nos hallamos en el medio del más espantoso incendio.

La respuesta está en lo que somos –ese verdor interior- y que por múltiples razones y golpes lo hemos ido olvidando, hasta perder completamente la brújula. ¿Cómo saber hacia dónde ir si no sabes de dónde vienes? Sabemos en donde estamos aun cuando no sepamos al final como llegamos aquí. De allí mi insistencia de siempre de volver a los principios cuando sientas que te perdiste en el camino. Cuando te pierdas vuelve a tus principios. Te aseguro que retomas luego el camino.

El comienzo mismo del camino perdido entre tantos golpes de Venezuela se halla volviendo a lo que somos. Hemos venido recorriendo un hilo político que a mi juicio comenzó en Angostura el 15 de Febrero de 1819 cuando el Jefe Supremo de la República, Simón Bolívar, pronunció la pieza política más importante de toda nuestra historia, el Discurso de Angostura (ver en https://storicamente.org/sites/default/images/articles/media/1880/Bolivar_Discurso_de_Angostura.pdf).

¿Quiénes somos los venezolanos? ¿Cuál verdor interior debemos pelear para conservar? Bolívar lo describió en Angostura en 1819: “Multitud de beneméritos hijos tiene la patria capaces de dirigirla: talentos, virtudes, experiencia, y cuanto se requiere para mandar a hombres libres, son el patrimonio de muchos de los que aquí representan el pueblo, y fuera de este soberano cuerpo se encuentran ciudadanos que en todas las épocas han mostrado valor para arrostrar los peligros, prudencia para evitarlos, y el arte, en fin de gobernarse y de gobernar a otros”. Eso somos y eso debemos rescatar después del incendio.

Lo primero que hizo El Libertador fue asumir su condición ciudadana y convocar la soberanía nacional representada en ese Congreso:

“Dichoso el Ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando ha convocado la Soberanía Nacional, para que ejerza su voluntad absoluta! Yo, pues, me cuento entre los seres más favorecidos de la Divina Providencia, ya que he tenido el honor de reunir a los Representantes del Pueblo de Venezuela en este augusto Congreso, fuente de la Autoridad legítima, depósito de la voluntad soberana y árbitro del Destino de la Nación”.

Bolívar devuelve al Congreso el mando Supremo de Venezuela: “Legisladores! Yo deposito en vuestras manos el mando Supremo de Venezuela.- Vuestro es ahora el augusto deber de consagraros á la felicidad de la República: en vuestras manos está la balanza de nuestros destinos, la medida de nuestra gloria: ellas sellarán los Decretos que fijen nuestra Libertad En este momento el Jefe Supremo de la República no es más que un simple Ciudadano, y tal quiere quedar hasta la muerte. Serviré sin embargo en la carrera de las armas mientras haya enemigos en Venezuela”.

Léase bien la significación de esto. Bolívar devuelve al Congreso el mando para que este realice los Decretos necesarios que fijen la libertad de Venezuela, y asume su condición de ciudadano de la carrera de las armas para servir a Venezuela.

En 1819 todavía no se había alcanzado la liberación de Venezuela. En plena guerra y con el enemigo dentro del país, El Libertador concibió necesario reunir al Congreso y entregarles el poder a los ciudadanos para que estos establecieran la mejor formulación política para alcanzar la libertad y la felicidad del pueblo venezolano. Eso no lo harían los militares sino los ciudadanos:

“Meditad bien vuestra elección, Legisladores. No olvidéis que vais a echar los fundamentos a un Pueblo naciente que podrá elevarse a la grandeza que la naturaleza le ha señalado, si vosotros proporcionáis su base al eminente rango que le espera. Si vuestra elección no está presidida por el genio tutelar de Venezuela que debe inspiraros el acierto al escoger la naturaleza y la forma de Gobierno que vais á adoptar para la felicidad del Pueblo; si no acertáis, repito, la Esclavitud será el término de nuestra transformación”.

Pero la responsabilidad de esta tarea se ve magnificada porque de acuerdo al Libertador si se concede la libertad a un pueblo pervertido muy pronto se vuelve a perder:

“Un Pueblo pervertido si alcanza su Libertad, muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud: que el imperio de las Leyes es más poderoso que el de los tiranos, porque son mas inflexibles, y todo debe someterse á su benéfico rigor: que las buenas costumbres y no la fuerza, son las columnas de las Leyes: que el ejercicio de la Justicia es el ejercicio de la Libertad. Así, Legisladores, vuestra empresa es tanto más ímproba cuanto que tenéis que constituir a hombres pervertidos por las ilusiones del error, y por incentivos nocivos. La Libertad, dice Rousseau, es un alimento suculento, pero de difícil digestión. Nuestros débiles conciudadanos tendrán que enrobustecer su espíritu mucho antes que logren digerir el saludable nutritivo de la Libertad. Entumidos sus miembros por las cadenas, debilitada su vista en las sombras de las mazmorras, y aniquilados por las pestilencias serviles, ¿serán capaces de marchar con pasos firmes hacia el augusto Templo de la Libertad? ¿Serán capaces de admirar de cerca sus espléndidos rayos y respirar sin opresión el éter puro que allí reina?”.

En otras palabras la libertad tiene prerrequisitos, no se le puede dar a cualquiera. No la puede entender un pueblo pervertido. Y ese es mi mayor temor. La vorágine de perversión y distorsión en la que se ha sumido al país como consecuencia del altísimo grado de corrupción al que se ha llegado en todos los órdenes de la vida nacional por la delincuencia que se ha alzado con el poder, podría ser el mayor obstáculo para alcanzar una libertad perdurable luego de salir de esta tragedia.

Cuando el Libertador se refiere a “nuestros débiles conciudadanos” no se equivoca si trasladamos al presente esas mismas inquietudes, y las preguntas hechas allí quedan sin respuesta. ¿Seremos capaces? En lo personal creo que si lo seremos. ¿Por qué? Porque esa corrupción no es de ninguna manera del pueblo, es de quienes en mala hora accedieron al poder. Si tocará educar y crear ciudadanía para evitar que esa perversión vuelva a ocurrir. Ese es el gran reto y la gran responsabilidad de quienes accedan al poder después..

Pero eso también tiene prerrequisitos. Solo necesitamos el desprendimiento ilimitado de quienes les toque conducir, ¡nada menos! De allí la sentencia categórica de Angostura: “Los códigos, los sistemas, los estatutos por sabios que sean son obras muertas que poco influyen sobre las sociedades: ¡hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las Repúblicas!”. Estamos conscientes que no es lo sobresale de la escena política actual. Pero sabemos que existe. Las líneas maestras están en Angostura, en nuestros principios como Nación: el poder reside en el ciudadano y allí se encuentran las respuestas para lograr la libertad. Que la construcción del país y su organización está en manos del pueblo y sus representantes, “depósito de la voluntad soberana y árbitro del destino de la nación” para enfrentar una guerra que no ha terminado, con el enemigo todavía dentro del país, como ocurrió en 1819.

¿Tuvo Bolívar temor de entregarle el poder a pueblo representado en el Congreso de Angostura para realizar lo necesario para alcanzar la libertad? El Libertador nunca le tuvo temor a la soberanía popular. Lo demostró en Angostura y lo reafirmo mas tarde en la Carta dirigida a Francisco de Paula Santander en Octubre de 1826:

“En una palabra, mi querido general, yo no conozco más partido de salud, que el de devolver al pueblo su soberanía primitiva para que rehaga su pacto social. Vd. dirá que esto no es legítimo: y yo, a la verdad, no entiendo qué delito se comete en ocurrir a la fuente de las leyes para que remedie un mal que es del pueblo y que sólo el pueblo conoce. Digo francamente que si esto no es legítimo, será necesario a lo menos, y, por lo mismo, superior a toda ley: pero más que todo es eminentemente popular, y, por lo mismo, muy propio de una república eminentemente democrática”.

Y al final esa fue la solución, devolverle al pueblo su soberanía primitiva y rehacer el pacto social. Hagámosle caso al Libertador, ha sido el único venezolano que ganó una guerra entregándoles el poder a los ciudadanos…

Caracas, 9 de Noviembre de 2018

Twitter:@laguana

lunes, 5 de noviembre de 2018

Enmienda engañosa

Por Luis Manuel Aguana

La primera reacción de la oposición oficial en la Asamblea Nacional luego que Nicolás Maduro convocara inconstitucionalmente a una Asamblea Nacional Constituyente el 1ro de Mayo de 2017 sin la aprobación del pueblo venezolano fue conformar un “Frente en defensa de la Constitución” (ver La AN conformó el Comité del Frente en defensa de la Constitución, en https://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/La-AN-conformo-el-Comite-del-Frente-en-defensa-de-la-Constitucion-20170525-0085.html). Esa misma reacción de defender la constitución actual ha tenido ahora para convocarse de urgencia para discutir una enmienda constitucional propuesta por la Fiscal General de la Republica legítima, Luisa Ortega Díaz, para “impedir expresamente que se reforme, derogue, cambie, o pierda vigencia la actual constitución  por un lapso de 5 años…” (ver propuesta de Luisa Ortega Díaz en https://twitter.com/lortegadiaz/status/1048609823380660224).

Es impresionante ver que quienes han devenido como los primeros defensores del legado del Galáctico Hugo Chávez, que no es otra cosa que la Constitución de 1999, sean quienes todavía se digan a sí mismos opositores venezolanos. No quiero repetir de nuevo el daño que nos ha causado la Constitución de 1999 y las razones por la que creemos que debe ser cambiada a la brevedad posible (ver La lucha por una Constituyente Originaria debe continuar en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/05/la-lucha-por-una-constituyente.html) pero esta vez convocando al pueblo venezolano para que apruebe tal convocatoria.

Alargar por 5 años el bodrio constitucional de 1999 es inaceptable y un engaño a los venezolanos porque igualmente se tiene que solicitar la aprobación del pueblo en referendo a esa enmienda tal y como lo establece el Artículo 341.3 constitucional: “El Poder Electoral someterá a referendo las enmiendas a los treinta días siguientes a su recepción formal”. Y si hay que someter la enmienda a referendo, entonces ¿por qué no hacerlo para una Constituyente Originaria con un nuevo gobierno que la Asamblea Nacional tiene la obligación de designar inmediatamente? Algunos dirán que ninguna otra constitución ha sido lo más amplia y protectora de los Derechos Humanos. Es verdad. Pero también es cierto que con ninguna otra paradójicamente se habían violado más los derechos humanos de los venezolanos que con la Constitución actual.

En un foro con dirigentes de ANCO del Estado Anzoátegui en los primeros días de la convocatoria inconstitucional del constituyente en mayo de 2017 lo referí de una manera directa: “…Ningún gobernante, y en especial El Libertador, en toda la historia republicana de Venezuela cedió el control a los Estados, ni aun después de la Guerra Federal, donde triunfó la Federación, y a partir de la cual, con la Constitución de 1864, nos llamamos Estados Unidos de Venezuela. Luego, con la riqueza petrolera, menos aun se ha cedido ni compartido el poder político ni económico con los Estados. Los presupuestos, las políticas, la infraestructura, la salud, la educación, la seguridad, el ambiente, etc., todo lo que tiene que ver con la calidad de vida del ciudadano en cada municipio, de cada región de Venezuela, la deciden quienes llegan al Poder en Caracas. De allí que nadie quiera ceder eso. Quien le pone las manos al coroto decide por todos nosotros…” (ver Constituyente Originaria versus fraude constitucional, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/05/constituyente-originaria-versus-fraude.html)

La Constitución de 1999 elevo exponencialmente ese centralismo asfixiante, y ella fue la consecuencia directa de la tozudez de los sectores políticos de no querer cambiar la Constitución de 1961, que le pudiera dar a las regiones el respiro necesario para hacer realidad las mejoras que requerían de urgencia -ya para esa época- de manejar sus propias realidades. Esa deuda no solo está pendiente, sino que lleva unos intereses tan elevados que sería imposible concebir una nueva situación política luego de la dictadura que no lleve aparejado un cambio constitucional que refleje una verdadera descentralización del poder en Venezuela. Esta en nuestra cruzada en la Alianza Nacional Constituyente-ANCO (http://ancoficial.blogspot.com/).

De allí que aun cuando pueda parecer “conveniente” la propuesta de la Fiscal de introducir una enmienda para no cambiar la constitución, es definitivamente engañosa para los venezolanos. Pero lo más grave es que esconde una situación de continuidad negociada entre ese “chavismo light” que representa la Fiscal y la oposición oficial que no quiere morir después de la dictadura. Quieren alargar a como de lugar la situación utilizando cualquier oportunidad.

De allí que ese “nuevo pacto de Punto Fijo” que propone la periodista Júrate Rosales a María Corina Machado (ver El Diario de Júrate, Carta Abierta a María Corina Machado, en http://revistazeta.net/2018/11/04/el-diario-de-jurate-carta-abierta-a-maria-corina/) con Julio Borges, Ramos Allup, y Leopoldo López, en la búsqueda de “una Venezuela libre” no sea otra cosa que una estrategia para reflotar liderazgos hundidos, pero a costillas de quienes si se han diferenciado tajantemente del colaboracionismo con el régimen: María Corina Machado, Diego Arria y Antonio Ledezma dentro de la plataforma de Soy Venezuela.

Una Constituyente Originaria con Bases Comiciales justas y amplias de participación política a la sociedad venezolana, actuaría como una suerte de limpieza con cloro y acido a fondo de todo lo viejo para así darle la oportunidad a que se expresen los verdaderos liderazgos regionales de la sociedad civil que no han tenido cabida en el ejercicio de la política, así como darles apertura a otros liderazgos que aun perteneciendo a los partidos conocidos no han tenido el chance de figurar porque no forman parte de las roscas que han impedido la democracia interna de los partidos políticos.

Una Constituyente convocada en esas condiciones, y dirigida a la base misma del pueblo venezolano reuniría lo mejor de la representatividad de todos los Estados del país, de todas las tendencias y de todos los sectores. No sería una reedición de lo mismo que nos ha traído hasta aquí. Una Constituyente que salga de esa convocatoria podría discutir la verdadera realidad de los Estados y del país, no la que se desearía imponer desde las estructuras centralizadas de los partidos o sus liderazgos mesiánicos nacionales que por más que hayan fracasado y colaborado con el régimen todavía impiden deliberadamente el libre ejercicio de la democracia partidista.

No es con una enmienda engañosa que resolveremos que el régimen detenga lo que pretenden convocar para el 9 de diciembre. Lo harán igual por encima de la constitución como siempre lo han hecho. Lo que debemos hacer los venezolanos es rechazarla contundentemente y NO concurrir a una nueva elección en Venezuela que no esté ajustada a la sentencia del TSJ legítimo del 13 de Junio de 2018: “En virtud de los razonamientos precedentemente expuestos, se declara NULO e INAPLICABLE a partir de la presente fecha el uso del SISTEMA AUTOMATIZADO DE VOTACIÓN Y ESCRUTINIO para la elección de los cargos de representación popular de los poderes públicos, así como para la celebración de los referendos, en los términos señalados en el artículo 293.5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Y así se decide (ver Sentencia de Nulidad del Sistema Electoral venezolano, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/tribunal-supremo-de-justicia-declara.html).

El único curso de acción concebible para los venezolanos es que la Asamblea Nacional cumpla inmediatamente con su obligación constitucional de reemplazar el gobierno de Nicolás Maduro Moros en ocasión de la Falta Absoluta del Presidente de la República originada por su sentencia condenatoria publicada el 29 de Octubre de 2018 por el TSJ legitimo (ver Sentencia en el Twitter Oficial del TSJ legitimo en, https://twitter.com/TSJ_Legitimo/status/1056859165187076096?s=03); y que ese nuevo gobierno proceda a consultar a los venezolanos si convocan o no al Constituyente Originario para proceder a los cambios institucionales requeridos para recuperar la vida del país, previo a una nueva elección en Venezuela. Otra cosa es más colaboracionismo y continuación del sufrimiento de los venezolanos.

Caracas, 5 de Noviembre de 2018

Twitter:@laguana