sábado, 22 de abril de 2017

Vamos a medirnos, pero en la calle

Por Luis Manuel Aguana

Una de las preguntas que más nos han hecho durante todos estos años que tenemos impulsando el tema constituyente es qué pasaría si el régimen convocaba a una Asamblea Nacional Constituyente por su lado. Y mi respuesta siempre fue invariablemente la misma: ¡que lo haga! Maduro puede levantarse mañana y haciendo uso de su atribución constitucional establecida en el Artículo 348, y convocar a un Consejo de Ministros para decretar la iniciativa constituyente. Eso está previsto en la Constitución.

Igualmente puede con sus hordas proceder, con auxilio del ministerio electoral del régimen, a una recolección trucada del 15% del padrón electoral y decir que la convoca “el pueblo”, para luego proceder a establecer, al igual que Chávez, las reglas para su convocatoria, repitiendo el ciclo de destrucción que inició su antecesor en 1999.

Al parecer esa es la más reciente propuesta de huida hacia delante de un régimen acorralado, la convocatoria al “poder popular constituyente”, como llamara el Ilegitimo al Poder Constituyente Originario: “En los próximos días voy a convocar el Comando Central Bolivariano de la Revolución, con los delegados de todo el país y les voy a presentar la propuesta estratégica, constitucional que creo pertinente para abrir las compuertas a una etapa de 20 años de triunfo revolucionario, por la vía del poder popular constituyente y socialista” (ver Presidente Maduro presentará propuesta para la nueva etapa de la Revolución durante los próximos 20 años

En todos estos años hemos aprendido algo de lo que hizo Chávez en 1999. Un pueblo completamente ignorante de lo que significaba un proceso constituyente se vio inmerso en un cambio significativo del texto constitucional que nos había dado estabilidad política por 40 años, sin ninguna discusión acerca de las implicaciones de ese paso para el país, dándole luz verde a los aprendices de brujo que crearon la colcha de retazos que resultó ser nuestra actual constitución, que magnificó los poderes que ya tenía el Presidente de la República, en detrimento del proceso de descentralización que se había iniciado en 1989.

No seré yo quien les cuente la barbaridad que resultó de eso, sino les invitaré a oír de nuevo la intervención del experto constitucionalista, el Dr. Asdrúbal Aguiar en un Foro Constitucional en el 2014 (https://soundcloud.com/laguana-1/intervencion-del-dr-asdrubal-aguiar-foro-el-nacional-21-07-2014) o leer los múltiples escritos del Dr. Allan Brewer-Carías (por ejemplo Federación Centralizada en Venezuela: Una contradicción Constitucional – Allan R. Brewer-Carías http://tinyurl.com/h6wzxux). Eso les dará una idea del resultado que podríamos esperar de esta gente metida a brujos sin conocer la hierba.

Se preguntarán entonces, ¿porque ustedes proponen también un cambio constitucional? Y la respuesta es simple: precisamente para recomponer el adefesio creado en 1999, que al menos nos da la oportunidad de arreglarlo convocando a una Asamblea Nacional Constituyente; lo que se propone en el marco de una reingeniería del sistema político, llevando la forma centralizada del Estado establecida en la Constitución, a una verdaderamente federal y  descentralizada que nos permita la autonomía de las regiones, fundamentándonos en un Proyecto de País novedoso que hemos denominado Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (descargar documento del Proyecto País Venezuela en http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html). Para eso es que queremos una Constituyente.

A diferencia de Hugo Chávez en 1999, y ahora de Nicolás Maduro en 2017, le estamos haciendo una propuesta concreta a Venezuela en ese Proyecto de País. Estamos entonces enfrentando dos visiones diferentes del futuro que deseamos para los venezolanos, una progresista basada en los valores según los cuales fue fundada la República en 1811 y otra “socialista”, basada en un plan castrocomunista titulado “Plan de la Patria” que aun no se ha terminado de ejecutar completamente y que ahora se pretende consolidar mediante un llamado constituyente, en un nuevo intento desde el año 2007, cuando los venezolanos rechazamos la reforma comunista de nuestra constitución. Esa es concretamente la oferta engañosa de Maduro del día 20 de abril.

Estamos de acuerdo con un proceso constituyente pero no fundamentado en medirse en elección constituyente con los poderes públicos secuestrados por el régimen porque sería exactamente lo mismo que aceptar elecciones generales sin resolver como se garantiza una elección imparcial. Reafirmamos entonces nuestra Ruta Constituyente Originaria (ver ¿Y ahora? La ruta Constituyente Originaria http://ticsddhh.blogspot.com/2017/04/y-ahora-la-ruta-constituyente-originaria.html) , desconociendo a los Poderes Constituidos, basados en los últimos cuatro artículos de la Constitución.

En este punto debe entonces quedar claro para todo el mundo opositor –incluyendo a la oposición oficial- a la luz de esta nueva estrategia de la dictadura, que la vía ahora más que nunca siendo demostrar de la mano del mismo Poder Constituyente Originario, la voluntad de la mayoría de los venezolanos. Esto se logra emprendiendo todos la recolección masiva de al menos las mismas manifestaciones de voluntad a favor de un cambio hacia la libertad y la democracia, expresada el 6 de diciembre de 2015. Esto es al menos 7 millones de firmas contabilizadas utilizando las reglas de convocatoria que el mismo pueblo apruebe en el momento de expresar su voluntad.

Este procedimiento lo ha propuesto la Alianza Nacional Constituyente al país en el documento “Bases Constituyentes, propuesta de las Ciudadanos para la Reconciliación y el Cambio” (descargar documento desde http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html), y en base a este procedimiento hemos comenzado el proceso de recolección de firmas a nivel nacional.

Enfrentemos esta nueva trampa del régimen castro-chavista-madurista con una demostración masiva cívica, palpable y evidente, profundizando la recolección de esas voluntades en una clara manifestación de desobediencia civil, consolidando una insurrección cívica constitucional, que de ninguna manera es excluyente a las acciones que ya se han emprendido. Vamos a medirnos, pero no en los términos del régimen, sino en los del Poder Constituyente Originario: en la calle y de la mano del pueblo.

Caracas, 22 de Abril de 2017

Twitter:@laguana

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