sábado, 20 de septiembre de 2025

Refundación, la Reingeniería del poder

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

English versión

La primera vez que abordamos en ANCO nuestro proyecto El Gran Cambio en términos de Refundación de la Nación fue a partir de la conmemoración de los 200 años de la Batalla de Carabobo, con el Mensaje de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana, CEV, titulado “Al Pueblo de Venezuela con ocasión del Bicentenario de la “Batalla de Carabobo”, de fecha 23 de junio de 2021, y que fue respaldado en contenido y espíritu por el mensaje de ANCO publicado el 3 de julio de 2021, titulado “ANCO expresa su apoyo al “Mensaje de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana al pueblo de Venezuela con ocasión del Bicentenario de la Batalla de Carabobo”, y los poderes creadores del pueblo venezolano y su tradición republicana” (ver Comunicado ANCO, 3-07-2021, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/07/anco-expresa-su-apoyo-al-mensaje-de.html).

La iglesia Católica venezolana, al resumir en un solo concepto esta profunda aspiración del pueblo venezolano, interpreta cabalmente la historia de Venezuela y la gesta libertadora que llevó la batalla del 24 de junio de 1821 en Carabobo:

“10.- El legado que nos deja Carabobo nos obliga a pensar en una tarea irrenunciable en estos momentos. Fue el punto de llegada de un proceso y el inicio de todo un proyecto de construcción del país. Los oscuros nubarrones que se ciernen sobre el país y las consecuencias de malas prácticas políticas de los últimos años plantean la urgente necesidad de “REFUNDAR LA NACION”. Basada en los principios que constituyen la nacionalidad, inspirada en el testimonio de tantos hombres y mujeres que hicieron posible la Independencia, la tarea que nos concierne hoy y de cara al futuro es rehacer Venezuela, pero sin poner la mirada atrás con nostalgia. La herencia recibida nos permite seguir adelante y construir la Venezuela que la inmensa mayoría anhela y siente como tarea: donde predomine la justicia, la equidad, la fraternidad, la solidaridad, la unidad y la paz” (ver Mensaje completo de la CEV del 23-06-2021, en https://conferenciaepiscopalvenezolana.com/wp-content/uploads/2021/06/5.MENSAJE-DE-LA-PRESIDENCIA-DE-LA-CEV.-Batalla-de-Carabobo.pdf) (resaltado nuestro).

En ese Mensaje al país, la CEV dejaba claramente expresado para la historia “la urgente necesidad de REFUNDAR LA NACIÓN”, concepto compartido plenamente por ANCO en reiteradas oportunidades a los venezolanos, y expresado con otras palabras pero en la misma dirección, días antes de ese histórico mensaje: “Esta crisis amenaza seriamente la existencia de la República, y convoca a todos los venezolanos a participar activamente en la impostergable misión de restablecer la unidad nacional, la dignidad, la justicia, la paz social y política, la libertad, la democracia, el progreso y el bienestar general de nuestra población. Esfuerzo que ha de emprenderse con un auténtico proceso de Reconciliación Nacional, el cual, tiene como punto de partida la afirmación de principios y valores de nuestra tradición republicana, para luego producir el reencuentro entre actores y sectores nacionales, y así poder: Establecer un nuevo Pacto Social y Político, de tal manera, que superemos el enfrentamiento que amenaza con una indeseable y trágica confrontación violenta, y nos permita concretar, en paz y con el concurso de nuestras propias fuerzas, la ineludible transformación del Estado y la reconstrucción nacional” (ver Comunicado, ANCO a los venezolanos y a la Comunidad Internacional: La crisis es del pueblo venezolano y solo el pueblo venezolano debe resolverla, 12-06-2021, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/06/anco-los-venezolanos-y-la-comunidad.html) (resaltado nuestro).

A partir de ese momento, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria no tiene otro propósito para ANCO que REFUNDAR LA NACIÓN, como lo hemos manifestado desde muchos años antes con el Proyecto El Gran Cambio, desde allí convertido en una propuesta para la Refundación de Venezuela.

Pero El Gran Cambio no es un proyecto que va en el sentido de “mejorar lo existente”, como lo define el DRAE (Reingeniería: f. Reestructuración de un proyecto, de una empresa o de una institución con el fin de mejorar sus resultados o sus beneficios)  sino que va más allá, repensando y reinventando la manera de como hemos conducido el poder en Venezuela desde nuestra fundación como República, proponiendo una nueva distribución del poder en Venezuela, coincidiendo en su esencia con el concepto empresarial de “reingeniería”, popularizado por los autores Michael Hammer y James Champy en su libro "Reengineering the Corporation" (1993):

“La reingeniería es un concepto empresarial que implica la revisión fundamental y el rediseño radical de los procesos de una organización. El objetivo es lograr mejoras espectaculares en medidas críticas de rendimiento, como los costos, la calidad, el servicio y la rapidez. A diferencia de la mejora continua, que busca optimizar los procesos existentes de forma incremental, la reingeniería propone "empezar de cero" para repensar y reinventar completamente el flujo de trabajo. Se basa en una mentalidad de cambio drástico, dejando de lado la pregunta de "¿cómo podemos hacer mejor lo que ya hacemos?" para centrarse en "¿qué deberíamos estar haciendo y cómo?". (ver Reingeniería: Rediseño radical de procesos, en https://g.co/gemini/share/41aaa9eeeb23) (resaltado nuestro).

Y es precisamente eso lo que propone el Proyecto de ANCO, la reingeniería del poder en Venezuela, no un programa de gobierno para después de la fase de Transición. Se trata de responder la pregunta “¿qué deberíamos estar haciendo y cómo?”, enunciado por la reingeniería. Les recomiendo bajar y leer el documento El Gran Cambio, una propuesta para la Refundación de Venezuela (ver Proyecto en,  https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html), o ver el resumen en un video de presentación de 23 minutos (ver Proyecto El Gran Cambio  - Convocatoria del Poder Constituyente Originario - Dr. Luis Manuel Aguana, en https://youtu.be/yFhX-r88nrE). Estos materiales les harán comprender bien que lo que estamos proponiendo es efectivamente una reingeniería del poder en Venezuela, y no un programa de gobierno postransición.

El Gran Cambio propone un nuevo conjunto de atribuciones y nueva distribución de responsabilidades a la pirámide del Estado en sus tres niveles clásicos (nivel Municipal, Estadal y Federal), con una reforma sustancial de la distribución político-territorial de Venezuela, acorde con las actuales circunstancias y necesidades de la población. Y eso no se puede realizar sin una reingeniería de la Constitución discutida en un proceso Constituyente. ¿Y cuál es el objetivo final de toda esta nueva estructuración? Establecer el mecanismo constitucional federal y estadal para acercar las potestades del poder público a los ciudadanos, invirtiendo la pirámide de poder, dándole el mayor peso y recursos a los municipios, para que sean ellos los que decidan con ese poder desarrollar la máxima calidad de vida que puedan para los ciudadanos en cada localidad de Venezuela.

Es este el proyecto de Refundación que deseamos debatir en la fase del mismo nombre  del modelo Desplazamiento-Transición-Refundación descrito antes en esta tribuna, que perfecciona la Refundación del país. Pero, como indiqué antes, esto no se puede realizar sin la previa convocatoria a un proceso Constituyente. Y para explicar eso es necesario volver a nuestro ejemplo clásico de 1958.

Los factores políticos llegaron a un acuerdo trascendental durante la Transición de 1958, el llamado Pacto de Punto Fijo, al que pocos le han dado la importancia debida, y que fue el factor clave para que la fase de Refundación comenzara después de la Transición, surgida posteriormente al Desplazamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Ese Pacto puede ser una guía-escuela para lo que se puede hacer ahora en Venezuela. De no haber existido la estabilidad necesaria que dio la Junta Militar de Gobierno en la Transición del país, no hubiese existido el Pacto ni la siguiente fase.

Con esa estabilidad en la Transición es que se fragua la fase de Refundación, habida cuenta de que uno de los objetivos principales del Pacto era concretar un proceso electoral en diciembre de 1958. El Pacto se fundamentó con base a los siguientes lineamientos generales:

“l. En efecto, los partidos acordaron en primer lugar, establecer unas pautas de  convivencia basadas en el mutuo respeto, inteligencia y cooperación entre las diversas fuerzas políticas, sin perjuicio de la autonomía organizativa de cada una de ellas o de sus características ideológicas. Estas pautas de convivencia se consideraban como una garantía para no romper el frente unitario que ellas implicaban, y buscaban prolongar la tregua política, despersonalizar el debate y erradicar la violencia partidista.

2. En segundo lugar, ese esfuerzo de cooperación entre las fuerzas políticas tenía un fin inmediato: lograr, entre todos, que se desarrollase el proceso electoral de diciembre de 1958, y que los poderes públicos que resultaren electos de ese proceso, respondieran a pautas democráticas. Se trataba, por tanto, de un acuerdo para el establecimiento de un sistema democrático.

3. En tercer lugar, como principio general del Pacto, se establecía el compromiso del establecimiento de un gobierno y unos cuerpos representativos, que debían agrupar equitativamente todos los sectores de la sociedad, interesados en la estabilidad de la República como sistema popular de gobierno.” (ver Allan R. Brewer-Carías, Constitución de 1961, Enmiendas No 1 y 2, Pág. 12-13, en https://allanbrewercarias.com/wp-content/uploads/2007/08/47.-CONSTITUC-1961-ENMIENTS-1-y-2.pdf) (resaltado nuestro).

Lo anterior se resume en que el Pacto garantizó tres factores muy importantes a todos los involucrados: 1) Convivencia entre los actores políticos; 2) Elecciones generales; 3) Gobierno estable con participación de todos.

¿Y cuál fue la metodología jurídica que aplicaron? A pesar de que el Acta que crea la Junta Militar de Gobierno, que pasó por encima de la normativa constitucional de 1953 relativa a sucesión presidencial, asumiendo todos los poderes del Estado, la Junta dejó vigente la Constitución de 1953, con las modificaciones que consideraron pertinentes: “…se dejó en vigencia la Constitución de 1953 y se fue directamente a un proceso electoral, de acuerdo a la Ley Electoral que se había dictado en mayo de ese mismo año 1958 por la Junta de Gobierno, a los efectos de elegir al Presidente de la República y a una Asamblea-Congreso que debía elaborar la nueva Constitución. Por eso, el primer compromiso del Pacto de Punto Fijo fue la defensa de la constitucionalidad, y esta era la establecida en la Constitución de 1953, con las modificaciones establecidas por el Gobierno de facto” (ver Allan R. Brewer-Carías, Constitución de 1961, Enmiendas No 1 y 2, Pág. 15).

La Transición bajo el control militar le dio suficiente estabilidad a los partidos que fueron legalizados después de la fase de Desplazamiento, para llegar a un acuerdo político que permitió ir a un proceso electoral en condiciones equitativas, para luego, producto del Pacto, convocarse para resolver una nueva Constitución que sería discutida en esa Asamblea-Congreso electa en diciembre de 1958. La nueva Constitución de 1961, en su esencia, no fue más que ese mismo Pacto convertido en norma Constitucional. Ese fue el secreto de la estabilidad política de Venezuela por 40 años.

La Refundación del país post dictadura de 1958 se le debe a unos partidos maduros capaces de haber asimilado las lecciones de las luchas partidistas que le dieron paso a una dictadura: “…la lucha interpartidista extrema, basada en la destrucción del adversario y la hegemonía de un partido sobre otros habían provocado la destrucción del sistema democrático en la década de los cuarenta y habían provocado la dictadura. El Pacto de Punto Fijo, fue una voluntad formalmente expresada, de evitar caer en la misma situación” (ver Allan R. Brewer-Carías, Constitución de 1961, Enmiendas No 1 y 2, Pág. 19).

De lo anterior se deriva que si los actuales grupos políticos y su dirigencia no tienen la suficiente altura política para aprender de nuestra propia historia, olvidando que el país es de todos, y siguen actuando como “salvadores de la patria” olvidando al resto de la sociedad, habrá sido un desperdicio de más de 25 años de tragedia política, pobreza, diáspora, destrucción del país, persecución, encarcelación y muerte de los venezolanos. El subproducto de la Refundación que materializó el Congreso Constituyente y la Constitución de 1961 fue precisamente que esos partidos entendieran la misión de construir y mantener a Venezuela en libertad, democracia y desarrollo. Y el país se destruyó cuando dejaron de sostenerlo. No se puede cometer de nuevo el mismo error, ahora tenemos mejores herramientas para evitarlo. El camino está muy claro para el que lo quiera ver…

Caracas, 20 de Septiembre de 2025

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martes, 16 de septiembre de 2025

Instrumentos fundamentales de la Transición

Imagen resumen de la nota cortesía de Google AI Studio

Por Luis Manuel Aguana

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Cuando se propone un modelo conceptual para tratar de explicar la realidad, que por supuesto es mucho más compleja, lo que en el fondo intenta es, no solo entender esa realidad, sino comprender como se podría modificar a nuestro favor, no dejando que variables sin precisar nos lleven por caminos peligrosos que no podamos controlar.

Al haber definido las fases del modelo Desplazamiento-Transición-Refundación y poner bajo el microscopio como discurrieron los hechos históricos en 1958, con énfasis en la fase de Transición en mi pasada nota, pudimos ver que efectivamente el modelo aplicaba para colocar en su lugar cada fase, poniendo a prueba el modelo con la última Transición venezolana hacia el sistema democrático desde una dictadura (ver Transición venezolana, lecciones del 23 de enero, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/09/transicion-venezolana-lecciones-del-23.html).

Constatamos que la presencia militar en aquel entonces resultaba indispensable, aun sin tener los problemas que hoy nos aquejan, de grupos armados sin control de ninguna autoridad legítima en todo el territorio. Por supuesto, los militares de hoy no tienen nada que ver con los de esa época. Sin embargo, era importante precisar la necesidad del control interno de las armas para que esas fases puedan transcurrir sin problemas. Es claro que ese sería un modelo ideal, al que habría que apuntar si se pretende hacer pasar al país por el difícil camino de una Transición.

La conclusión de la aplicación del modelo a 1958 es que se necesita a los militares en las fases 1 y 2, y no precisamente a los extranjeros, sino a los locales. Eso, a mi juicio, no está resuelto ante la creencia de que todo se caerá ordenadamente después de una supuesta “extracción” de quienes tienen el cartel de “Se busca” con recompensa. De hecho, si sucede así, lo que seguiría es la sucesión constitucional prevista. ¿O se llevarían también al vicepresidente de la República y al Presidente de la Asamblea Nacional? ¿O va a ocurrir una “extracción” con invasión incluida, para imponer a la fuerza a Edmundo González Urrutia (EGU) y necesariamente sostenerlo con tropas extranjeras por encima de nuestro ordenamiento jurídico?  Esas serían las preguntas que deberíamos hacernos si efectivamente se materializa lo que la mass-media de todas las partes vaticina en el corto plazo.

Visto así, la cosa no se ve tan sencilla entonces. Pero volvamos de nuevo a 1958. Cuando ocurrió el golpe militar a Marcos Pérez Jiménez, estaba en vigencia en Venezuela la Constitución de 1953. El dictador huye del país dejando un vacío de poder. Pero los militares al mando no siguieron la Constitución de 1953, que tenía perfectamente prevista esa situación:

“Artículo 106. En caso de falta absoluta del Presidente de la República después de haber presentado el juramento de ley, se encargará del Poder Ejecutivo Nacional el Ministro que obtenga la mayoría absoluta de votos de los Ministros en Gabinete, constituidos éste con la mitad más uno, por lo menos, de sus componentes. El Ministro designado prestará inmediatamente el juramento de ley ante el Gabinete y actuará con el carácter de Encargado del Poder Ejecutivo Nacional…” (ver Constitución de 1953, Artículo 106), en https://cidep.online/files/constituciones/1953.pdf).

Los militares que condujeron el golpe de Estado en 1958, no designan como sucesor al “Ministro que obtenga la mayoría absoluta de votos de los Ministros en Gabinete”, se arman su propio ordenamiento jurídico, y en un Acta el mismo 23 de enero de 1958, disponen lo que pasará a continuación. Veamos sus dos primeros artículos:

“Artículo 1. Se constituye una Junta Militar de Gobierno integrada por cinco miembros, a saber: Contralmirante Wolfgang Larrazábal, Coronel Abel Romero Villate, Coronel Roberto Casanova, Coronel Carlos Luis Arague y Coronel Pedro José Quevedo. La presidencia de la Junta la ejercerá el contralmirante Wolfgang Larrazábal.

Artículo 2. La Junta así constituida asumirá todos los poderes del Estado, y por lo tanto, ejercerá el Poder Ejecutivo de la Nación mientras se organizan constitucionalmente los Poderes de la República dentro de las pautas del artículo 3…” (ver Acta Constitutiva de la Junta Militar de Gobierno de la República de Venezuela de 1958, 23 de enero de 1958, en https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/acta-constitutiva-de-la-junta-militar-de-gobierno-de-la-republica-de-venezuela/html/e9f43968-913e-48c4-a2b5-63b638c2f317_2.html) (resaltado nuestro). Ese fue el primer acto de la Fase de Transición de 1958.

Cualquier cosa que venga después de la fase de Desplazamiento debería contar con algo semejante a esto desde el primer momento y, más aún, con la fuerza de las armas para sostenerlo por el tiempo que sea necesario. ¿Harán eso los EEUU? En otras palabras, la cosa no es solo llevarse a las cabezas de quienes gobiernan, o hacer que estos huyan del país porque los EEUU los señalaron como jefes de un cartel de drogas. No. Porque no es solamente un asunto “criminal”. Es también un asunto político que incluye todas las fases para desplazar un régimen que gobierna un país.

El historiador venezolano Jorge Olavarría validó de alguna manera el modelo conceptual propuesto indicando que en toda la historia venezolana se siguieron los mismos procesos en todas las situaciones donde se había fracturado el orden Constitucional, desde 19 de abril de 1810 hasta el 23 de enero de 1958. Indicaba que seguían el mismo patrón de comportamiento:

“Nuestra historia está llena de episodios en los cuales gobiernos deslegitimados fueron derrocados mediante procesos subversivos que siguen un patrón: 1)Manifiesto; 2) Acta Constitutiva del gobierno de facto; 3) Decretos; 4) Proceso constituyente que restituye o aspira a restituir la legitimidad de los formalismos rituales que consagran el derecho a gobernar” (ver Jorge Olavarría, El derecho a la rebelión, Jorge Olavarría, 19 de febrero de 2002, en https://tinyurl.com/32vm9uas) (resaltado nuestro).

En un video que considero histórico, una entrevista realizada a Olavarría por el periodista José Israel González en abril de 2002, el historiador relata su versión de los hechos del 11 de abril de 2002, precisando lo que significaba cada uno de los procesos –o instrumentos fundamentales como allí los llama- arriba señalados:

“Yo he estudiado cuidadosamente todas las situaciones en las cuales se ha fracturado el orden constitucional en la historia de Venezuela, desde el 19 de abril de 1810 hasta el 23 de enero de 1958….El patrón es el siguiente: hay tres cosas fundamentales, tres instrumentos fundamentales: uno es el Manifiesto que tiene una prosa política, una prosa sociológica, un raciocinio de tipo histórico, donde tú dices que has hecho lo que has hecho, por las razones que das allí.

El general Joaquín Crespo dio sus razones en el manifiesto que estalló la Revolución Legalista en 1892, el general Cipriano Castro hizo lo mismo con la Revolución Liberal Restauradora de 1899, Rómulo Betancourt hizo lo mismo en 1945, los militares del 48 hicieron un manifiesto que leyó Pérez Jiménez a la una de la tarde del 24 de noviembre, el Manifiesto.

La segunda es el Acta. Que tiene una prosa jurídica sobria, explícita y precisa y que donde se establecen los fundamentos constitucionales. Porque una cosa Israel que hay que entender muy bien. Una cosa es el derecho A la rebelión y otra cosa es el derecho DE la rebelión. Cuando una rebelión exitosa logra desmontar una estructura constitucional, el armazón jurídico de un Estado, inmediatamente tiene que decir: "Esto que yo estoy irrespetando y que estoy violando, lo voy a sustituir por esto".

Verbo y gracia, 24 de noviembre de 1948. “Se pondrá en vigencia la Constitución de 1945 y en todos aquellos aspectos progresistas, se pondrá en vigencia la constitución del 47”. O sea, ya hay una estructura, un armazón constitucional al cual se refiere el gobierno de facto, y generalmente se le pone la coletilla que puso Crespo en el 93, Castro en el 99, Betancourt en el 45, los militares en el 48 etcétera, ¿no? Dice, “en todo aquello que no contradiga los objetivos de la revolución victoriosa,  establecidos en el Manifiesto”.

“… El tercer elemento son los decretos. Inmediatamente, tienes que empezar a decretar, a gobernar. Tú no puedes meter todos los decretos en un solo cambote porque lo que estás haciendo una ensalada espantosa.

¿Cuál es la estructura jurídica de un decreto, Israel? Tú has leído los decretos, no sé si eres abogado, pero has leído los decretos, “considerando, considerando, considerando, en uso de las facultades que le confiere el acta constitutivo del gobierno de transición revolucionario, llámalo como tú quieras, decreta: artículo primero…”. Pero cada decreto es un caso. Cada decreto tiene que tener una cocina política, una especie de manipulación política para ver su viabilidad. Cada decreto tiene unos considerandos autónomos que tienen que estar naturalmente en consonancia con el manifiesto y con el acta….” (ver Olavarría y el 11 de abril, Pastillas de Memoria, Entrevista de José Israel González a Jorge Olavarría, Historia Viva, en https://youtu.be/68JadxKJMzQ?t=1447).

Magistral y mejor explicación de lo que debe pasar en una Transición, imposible. El Manifiesto, el Acta constitutiva del nuevo gobierno, los Decretos y la Constituyente caben perfectamente dentro del modelo indicado. Los tres primeros instrumentos irían dentro de la Transición y la convocatoria Constituyente constituiría parte de la fase de Refundación. Quién, cómo se va a gobernar y lo que viene después.

Los 3 instrumentos fundamentales de la Transición y el último de la Refundación son ineludibles. Lo han sido en el transcurso de toda nuestra historia política. La situación actual no es diferente aunque este revestida de características que la hacen única en su tipo. Si de verdad estamos en una fase de Desplazamiento, los próximos días o semanas nos dirán cono será el resto de las fases y sus instrumentos, pero lo que no puede ser posible es que se ignoren como hasta ahora se ha hecho…

Caracas, 16 de Septiembre de 2025

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viernes, 12 de septiembre de 2025

Transición venezolana, lecciones del 23 de enero

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

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No sería posible escribir una nota especialmente dedicada a la transición sin referirme a las aproximaciones señaladas en las más recientes publicaciones de este blog, en especial la última, donde dividí en compartimientos bien definidos las fases o etapas que tenemos que transitar en un orden establecido, para resolver la crisis política de Venezuela. También se abordó el tema en un excelente programa especial de Arrímate al Mingo por MingoTeve en YouTube, en la especial compañía de la Dra. Blanca Rosa Mármol de León y el analista político Víctor Maldonado (ver Desplazamiento, transición y refundación / ARRÍMATE AL MINGO / Miércoles 10 de septiembre de 2025, en https://www.youtube.com/live/qqxbi6_69TE?si=rjVUZZJQFwDeUQdw).

El constructo conceptual Desplazamiento-Transición-Refundación que expuse en la pasada nota (ver Venezuela: Desplazamiento, Transición y Refundación, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/09/venezuela-desplazamiento-transicion-y.html) era muy necesario para ubicarnos en el análisis de la situación política del país, donde cada fase representa un estado que debe atravesarse obligatoriamente antes de poder afirmar que nos encontramos fuera de la grave crisis que padece Venezuela.

Se desprende de las explicaciones de las notas pasadas, y del excelente programa en referencia conducido por Mingo y Erika Mendoza, la fase de Transición viene posterior a la fase de Desplazamiento del régimen. Esto es, que solo una vez concluida la fase anterior de Desplazamiento y el régimen no se encuentre en el poder, es posible pensar en un gobierno de Transición.

Sin embargo, las fases de Transición y Refundación dependen del tipo de Desplazamiento que se haya hecho del régimen. En otras palabras, las fases son interdependientes. No se puede esperar una Transición pacífica si el Desplazamiento fue violento, y mucho menos esperar una Refundación sin un consenso general de los factores y una estabilidad política en el país. Lo anterior hace que la fase de Desplazamiento sea crucial para el desenvolvimiento de todo el proceso.

Deseo tomar como ejemplo el caso del Desplazamiento y posterior Transición, del último dictador del siglo XX en Venezuela, Marcos Pérez Jiménez. Las Fuerzas Armadas se ocuparon completamente de la fase de Desplazamiento. Pérez Jiménez sale del país e inmediatamente se instaura una Junta de Gobierno: “…(Wolfgang) Larrazábal se establece como el primer presidente de la Junta de Gobierno. La Junta estaría conformada inicialmente exclusivamente por militares entre los que se encontraban Roberto Casanova, Abel Romero Villate, Carlos Luis Araque y Pedro José Quevedo. Sin embargo, debido a protestas en contra de la composición militar de la junta y al compromiso de los coroneles Casanova y Romero con el perezjimenismo, estos últimos dos son sustituidos por los civiles Eugenio Mendoza y Blas Lamberti, representantes de importantes grupos económicos del país. Asimismo, se incorpora al civil Édgar Sanabria como secretario de la junta” (ver Wolfgang Larrazabal, Wikipedia, en https://share.google/IKvs561r2DjLqLx5l).

Al ser la fuerza militar la responsable del Desplazamiento del dictador, no era posible pensar que el mando posterior estuviese en manos civiles. De hecho, en la Junta de Gobierno inicialmente se encontraban militares afines al perezjimenismo, y debido a  protestas internas, fueron posteriormente sustituidos por civiles.

Ese periodo entre el 23 de enero de 1958, pasando por las elecciones generales del 7 de diciembre (Presidente y Congreso), hasta la entrega del poder al Presidente Rómulo Betancourt el 13 de febrero de 1959, fue el período de Transición posterior a la dictadura. Durante el período de la Junta de Gobierno “…se legalizaron los partidos políticos proscritos durante la dictadura de Pérez Jiménez, se designa un gabinete con representación de diversos sectores de la sociedad, se designa un comité para la crear un estatuto electoral que permitiera elecciones libres inmediatamente, además de revisión de las finanzas públicas y la declaración de confiscación de los bienes de los principales dirigentes de la dictadura” (ver Wolfgang Larrazabal en la referencia anterior) (resaltado nuestro).

Debo hacer un énfasis especial en el cuidado que tuvo la Transición de crear un estatuto electoral que garantizara al país la transparencia de las elecciones generales, fuera del ámbito de las instituciones anteriores creadas por el régimen depuesto. Esto debería ser seguido ahora como una lección aprendida de la experiencia.

Podríamos decir que el proceso fue claro desde la primera fase, los militares desplazan al dictador y toman el poder, para luego imponer, en la siguiente fase, la línea de legalizar los partidos y llamar a elecciones generales. Una vez finalizada esa Transición en febrero de 1959, los 3 partidos principales, Acción Democrática, AD, Unión Republicana Democrática, URD y COPEI, terminaron de sellar el Pacto político que habían firmado en octubre de 1958, el Pacto de Punto Fijo, realizando lo conducente para producir una nueva Constitución para refundar el país, comenzando así la fase de Refundación que produciría la Constitución de 1961, y que nos garantizó 40 años de democracia continua.

“El Pacto de Punto Fijo, puede decirse, tuvo como producto fundamental, el texto de la Constitución de 1961, y ello resulta del hecho de que la primera tarea que se imponen los Senadores y Diputados electos en diciembre de 1958 fue la elaboración del texto constitucional. En efecto, como se dijo, el Pacto de Punto Fijo se suscribió en octubre de 1958; las elecciones se realizaron en diciembre de 1958; el 23 de -enero de 1959 se celebra el primer aniversario de la Revolución de 1958, y el 2 de febrero de 1959 se instala la Comisión de Reforma Constitucional, como Comisión Bicameral en el Congreso electo” (ver Allan R. Brewer-Carías, Constitución de 1961, Enmiendas No 1 y 2, Pág. 20, en https://allanbrewercarias.com/wp-content/uploads/2007/08/47.-CONSTITUC-1961-ENMIENTS-1-y-2.pdf).

Ahora bien, las fases de Desplazamiento y de Transición en 1958 fueron absolutamente militares, aun sin tener el grave cuadro actual de un país contaminado de efectivos militares extranjeros (ELN, FARC, cubanos, etc.) controlando extensas partes del territorio nacional, en especial los Estados fronterizos, con anuencia del régimen.

En atención a nuestra propia historia, cualquier cambio político que se pretenda realizar en Venezuela, no solo debe contar con el protagonismo militar en la primera y segunda fase, sino con un acuerdo básico de todas las fuerzas políticas del país para producir con éxito una posterior fase de Refundación.

Téngase en cuenta que cualquier fase de Desplazamiento puntual o equivocada, esto es, sin ir más allá de un simple cambio de quienes están a la cabeza del régimen, producirá una sucesión DENTRO del mismo sistema. Pero si de lo que se trata es de un cambio total como ocurrió en 1958, la Transición deberá tener la responsabilidad de asumir todos los Poderes Públicos, para renovarlos posteriormente, tal y como ocurrió en la Transición pasada, generando de la misma manera el piso necesario para la Refundación que operará después.

Lo anterior se dice fácil, pero es aterradoramente más complicado de lo que la historia cuenta. Cada fase de la Transición política de 1958 debió ser cuidadosamente diseñada y ejecutada por políticos con P mayúscula, con todas las amenazas de que cualquier fase saliera mal. En esta oportunidad, apartando el hecho de que ya no contamos con el tipo de políticos que nos dieron la democracia de los 40 años, la situación y el contexto son infinitamente más complejos, y requerirán del mejor aporte de todos, así como de una oposición verdaderamente abierta a escuchar y lograr consensos. De no ser así, no habrá fases de Transición y Refundación, ni mucho menos democracia con libertad…

Caracas, 12 de Septiembre de 2025

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miércoles, 3 de septiembre de 2025

Venezuela: Desplazamiento, Transición y Refundación

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini
 

Por Luis Manuel Aguana

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No hay nada más desesperante que intentar redondear una idea que estés expresando en un momento y de repente haya una interrupción. Me pasa cuando estoy escribiendo, y en el medio de una idea, de repente llega mi nieta a pedirme un papel para dibujar, y pierdo el flujo del pensamiento. O peor aún, cuando en el medio de una entrevista, se cae el internet y te quedas con la palabra en la boca, en especial para mí, que no soy particularmente de palabra hablada sino escrita.

En una reciente entrevista a la que gentilmente fui invitado por Mingo y Erika, en el programa “Arrímate al Mingo”, en MingoTeVe en YouTube, sucedieron esas interrupciones, no una sino varias veces, debido al internet horrible que tengo (y que en general hay en el país), y al que no tengo esperanza de poder cambiar en este momento. Esto dejó recortado el planteamiento que deseaba hacer, sin permitirme un cierre general. A pesar de todos los esfuerzos de mis anfitriones, ya las interrupciones en si mismas generan un desvío de las ideas. Esto trae como consecuencia que al truncarse el mensaje, no expresas la idea general de lo que deseabas expresar, aunque se hayan podido transmitir acertadamente algunas partes (ver Tenemos que hacer política ¡pase lo que pase! / ARRÍMATE AL MINGO / Martes 02 de septiembre de 2025" en YouTube, en https://www.youtube.com/live/p6S1UGJUe2E).

No repetiré todo lo que dije allí (les invito a ver la entrevista en el enlace arriba señalado), pero me gustaría con esta nota terminar de expresar las ideas que intentaba exponer allí, y que por razones de tiempo e interrupciones técnicas no pude concluir, reconociendo que en un programa con tiempo limitado ya de por sí es bastante difícil.

Existe una idea equivocada, creada artificialmente en el país, debido a múltiples razones (bien sea por las narrativas implacables de los factores en conflicto, los intereses políticos de la dirigencia involucrada, el temor por perder la influencia política) de que los EEUU acabaran con nuestra tragedia “extrayendo” a quienes se mencionan en los carteles de “Se busca” que circulan internacionalmente. Gran parte de esta equivocación ya la he explicado en mis tres últimas notas, en especial la más reciente, y motivo de la invitación al programa “Arrímate al Mingo” (ver Hacer política en Venezuela, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/08/hacer-politica-en-venezuela.html).

A diferencia de lo que la matriz generalizada de opinión creada artificialmente difunde, no existe tal cosa de que Venezuela esté comenzando una “transición”, entre otras razones por que Venezuela aún no ha entrado en esa fase. ¿Y por qué creo que eso es una fase? ¿Una fase de qué? Veamos.

Se ha dicho incontable número de veces que “hay que salir de Maduro y su régimen” para comenzar un proceso de transición. Y eso es verdad. Sin embargo, a pesar de eso, aún la gente confunde la “gimnasia con la magnesia”, como decían mis abuelos. He aquí las fases a las que me refiero:

Fase DESPLAZAMIENTO

Esta es la fase donde estamos trancados. La narrativa opositora ha convencido a los venezolanos que la única manera de salir del régimen es por la fuerza. Ese convencimiento por parte de los actores políticos a la población nos tiene a todos la espera de los marines de Trump, o las bombas de los barcos, o del comando de “extracción”, porque eso terminaría con el sufrimiento del pueblo venezolano.

Eso ha cancelado toda discusión, debate, intercambio de ideas entre los factores afectados, para abordar las consecuencias de esa supuesta acción, todo. En otras palabras, de hacer política en el país. De hecho, todo el capital político opositor está invertido en esa acción, que NO DEPENDE DE ELLOS, y que, si no se materializa, ese capital terminará rematándose al precio de gallina flaca en el mercado político, con la consecuente ruina política de quienes  impulsaron esa ruta. Tanto el régimen como la oposición mercadean cada vez más agresivamente sus narrativas al mejor postor a la espera de una decisión de los EEUU.

Los factores opositores, al plantear una solución como la anterior, tienen la obligación a cambio de responder a los EEUU, país al que le están solicitando esa ruta que podríamos llamar de “violencia controlada”, con lo que se podría llamar “un plan político”. Esto es, fundamentalmente, responder qué pasaría cuando ellos hagan su parte, que garantice que ellos, los EEUU, no sean los que recojan los vidrios rotos que esa acción traiga como consecuencia. Ese es el plan que reclamó James Story, ex embajador de los EEUU en Venezuela, en su entrevista con Gabriela Perozo de VPItv (verla en mi nota pasada referenciada arriba).

En esta fase, que he llamado “Desplazamiento”, si se escoge la violencia como factor fundamental como nos lo han vendido, luego de “extraídos” los más buscados, los militares tienen un rol fundamental que jugar. La oposición ha demostrado haber raspado esa materia desde que en el 2019 dejaron abandonados a cientos efectivos que desertaron de las FFAA de Venezuela en apoyo al interinato de Juan Guaidó (ver La Tercera, Las historias de los militares que desertaron a favor de Guaidó, en https://www.latercera.com/mundo/noticia/las-historias-los-militares-desertaron-favor-guaido/583844/).

Difícilmente, sin garantías, ningún uniformado volverá a creer en ningún dirigente político opositor. NINGUNO. Y hasta donde sepamos, las cosas no han cambiado. Al contrario, se sigue solicitando como disco rayado (perdonen la expresión sesentosa), como en el 2019, que se inmolen a favor de un cambio político, sin decirles cómo será ese cambio en relación con ellos. Esa es una pregunta clave que debe ser respondida antes de cruzar esta fase importantísima para el cambio político en Venezuela.

El desplazamiento del régimen que existe en Venezuela NO SE PUEDE REALIZAR sin contar previamente con un comando militar perfectamente definido. Léase bien: DEFINIDO. Del jefe máximo para abajo, con nombre, apellido y rango militar. Los militares no obedecen a políticos sino a militares de mayor rango, y no a cualquier militar, sino a quienes ellos reconozcan como superiores y se hayan ganado su respeto en la Fuerza Armada. Y esa es precisamente la definición misma de quienes son ellos: “los tres pilares fundamentales en que descansan la organización, administración, operatividad y unidad de mando de la Fuerza Armada.. son la DISCIPLINA, LA OBEDIENCIA Y LA SUBORDINACION” (ver ver Jacobo Yépez Daza, Réquiem por un General civilista, en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/12/jacobo-yepez-daza-requiem-por-un.html y Doce Ejes y un Destino: 10) Institucionalización de las Fuerzas Armadas, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/10/doce-ejes-y-un-destino-10.html). 

No me corresponde sugerir a la oposición cómo hacer eso, entre otras razones, porque esa es una responsabilidad que le compete al liderazgo político, como una pieza fundamental con la que debe contar una oposición que todavía no ha dado muestras de entender todavía esta fase. Lo único que puedo decir es que esta fase ha sido conducida en el pasado extraordinariamente bien, por políticos como Rómulo Betancourt, que estuvieron a la altura del momento político que transitaron, entendiendo y respetando a cabalidad el rol de los venezolanos de la institución militar para el ejercicio del poder en Venezuela.

Ahora bien, si ocurre, como es previsible, que no se pueda salir de esta fase porque se escogió la ruta equivocada, se hará necesario entrar en una discusión POLÍTICA, esto es, HACER POLÍTICA en Venezuela, para encontrar entre todos la mejor manera de pasarla con éxito, con cualquier ayuda que nos puedan brindar desde el exterior, que no necesariamente se traduzca en fuerza militar.

Y aquí introduzco la solución pacífica propuesta por la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, cuyos términos sean negociados a 4 partes, entre Oposición, régimen, Sociedad Civil y Comunidad Internacional (EEUU a la cabeza).

Esa convocatoria sería la resultante de acuerdos políticos (de nuevo, haciendo política) entre todos los involucrados, donde se garantice transparencia electoral para la elección de Constituyentes, a través de un Tribunal Electoral Ad-Hoc, controlado por esos 4 factores (pueden profundizar el tema en ANCO Proclama: Hacia una negociación Constituyente- 02-05-2025, en https://ancoficial.blogspot.com/2025/05/proclama-anco-hacia-una-negociacion.html y una nota mía titulada, Negociación Constituyente, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/05/negociacion-constituyente.html). 

Las 4 partes acuerdan que una vez reunido el Constituyente, este decidirá un Gobierno de Transición, que se ocupará en menos de un año de redactar un nuevo Pacto entre gobernantes y gobernados, esto es, redactar una nueva Constitución, para luego convocar a elecciones de acuerdo a ese nuevo Pacto, después de aprobada la nueva Constitución en Referendo.

Fase: TRANSICIÓN

La dificultad de esta fase dependerá de cuál ruta escogida en la fase anterior. Si el desplazamiento fue violento (en cualquiera de sus formas), será violenta la transición, por lo que cobra más importancia contar con una defensa militar clara de la nueva estructura de poder que vendría. Esto sería materia a cubrir en la fase anterior. Sin embargo, no perderé el tiempo explorando lo que sería esa hipótesis porque no creo en una solución violenta en la fase de desplazamiento. Me atrevo a afirmar con la mayor seriedad  que ningún político opositor en Venezuela está preparado para la desaparición inmediata de quienes nos desgobiernan. Y eso es precisamente porque NO EXISTE hasta ahora un plan que aborde todos los demonios que se desatarían de suceder esa eventualidad.

La transición se debe entender como el producto de un acuerdo nacional entre todos los factores políticos involucrados en el cambio. Nadie cooperará con un nuevo gobierno producto de decisiones donde no hubo participación, por lo tanto, no se sostendría por mucho tiempo, y ocurriría una repetición en mayor escala del fracaso opositor del 11 de abril de 2002, donde la acción del pueblo y los militares lograron el desplazamiento del régimen, pero solo duró horas porque nadie en el sector político se encontraba coordinado para el siguiente paso en la sucesión del poder. Aún hoy, después de 23 años, pareciera no haberse aprendido esa lección.

De realizarse una Asamblea Nacional Constituyente en la fase de desplazamiento, el gobierno de transición tendría un piso absolutamente constitucional y político para poder gobernar y tomar decisiones trascendentales en el ámbito económico, social y político. La opción contraria requeriría de la fuerza de las armas, en el medio de un cuadro de desestabilización política promovido por quienes fueron desplazados del poder. Entraríamos en una espiral de violencia política que se uniría con la de Colombia, por sus vínculos con el negocio del narcotráfico.

Igualmente, la composición de ese gobierno de transición nacería de los acuerdos llegados en la primera fase, así como de los resultados de la elección Constituyente. A ese nivel debe apreciarse la voluntad política y el amor por Venezuela en la escogencia de ese gobierno, que indudablemente debe estar compuesto por los mejores en su campo de actividad, a fin de afrontar los retos de un país en ruinas.

Fase: REFUNDACIÓN

Hemos llamado Refundación a la fase donde se desarrolla la discusión de un nuevo paradigma para nuestro país, donde exista el debate abierto de los representantes legítimos del pueblo venezolano, en una Asamblea Nacional Constituyente, de las reformas institucionales que hay que realizar para la nueva Venezuela democrática del futuro, donde todos podamos estar seguros de que esta tragedia no vuelva a repetirse.

En la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, hemos propuesto un Proyecto de cambio institucional, fundamentado en un planteamiento formal de reformulación político-territorial del país, que incluye un modelo de autonomía federal de los Estados. No estoy diciendo aquí que sea ese el proyecto que se aplique, sino que se contrasten diversos proyectos para dar con una fórmula de consenso en la que los representantes del pueblo estén de acuerdo. Nuestro Proyecto se denomina El Gran Cambio, una propuesta para la Refundación de Venezuela (pueden descargar el documento en, https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).

 

El Gran Cambio NO ES UN PROGRAMA DE GOBIERNO. Es una propuesta de cambio estructural del Estado y reasignación de responsabilidades entre los Poderes Públicos. No es discutible, sino en una Asamblea Nacional Constituyente, a los fines de reescribir nuestro actual texto Constitucional para Refundar la Nación. Responde también a la angustia de la Iglesia Católica venezolana de REFUNDAR la Nación, y cuya tesis fue respaldada por ANCO en ocasión del mensaje relativo al Bicentenario de la Batalla de Carabobo de la Conferencia Episcopal Venezolana el 23 de junio de 2021. A partir de ese momento, nuestro proyecto está dirigido a la REFUNDACIÓN de Venezuela (ver ANCO expresa su apoyo al Mensaje de Refundar a la Nación de la CEV, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/07/anco-expresa-su-apoyo-al-mensaje-de.html).

Nótese aquí que la última fase no es llegar a unas “elecciones libres”, como rezaba la trilogía del interinato. Es cambiar las estructuras del Estado, y dentro de ello generar las condiciones de país necesarias para unas verdaderas elecciones libres y transparentes, garantizando la paz y la estabilidad política para poder retomar el rumbo democrático perdido de Venezuela.

Conclusión

Como se ha podido notar en este planteamiento, no se ha comenzado siquiera con la primera de las tres fases necesarias para retomar la ruta del restablecimiento Constitucional de Venezuela. De hecho, a mi juicio, se ha comenzado mal la primera fase, sin garantizar todos los elementos necesarios para evitar que la tragedia social del país se agrave e incluya la violencia política nunca antes vista en Venezuela, el mal endémico de nuestros hermanos colombianos.

Nos encontramos abiertos a discutir otras opciones pacíficas para la crisis política venezolana. No somos propietarios de la verdad. De eso se trata la política. Pero si la creencia, ya dada por descontado, es que el conflicto violento entre venezolanos es la solución de la crisis, o que esta viene de los barcos de Trump o cualquier otra medida que incluya militares extranjeros, no hablemos de política.

Las personas que crean de verdad en esa solución, que den un paso al frente, que busquen los recursos necesarios  y comiencen un enfrentamiento armado. No seré yo quien discuta eso. Al menos presentarán una solución venezolana, que puede ser digna de respeto, aunque la considere equivocada, porque después de ella necesariamente tendría que continuar el arreglo político pacífico, pero luego de quién sabe cuál número de muertos. Así, al menos no se pretenderá que otro país ponga su sangre para solucionar un problema que es definitivamente nuestro…

Caracas, 3 de Septiembre de 2025

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

viernes, 29 de agosto de 2025

Hacer política en Venezuela

Imagen resumen de la nota cortesía de Aycaracha!

Por Luis Manuel Aguana

English versión

¿Qué significa hacer política? Esto me contestó el buscador de Google en el primer intento: “Hacer política significa involucrarse en actividades relacionadas con la toma de decisiones en grupo, el ejercicio del poder, la gestión de recursos y la búsqueda del bien común, a través del diálogo, la negociación y la formulación de leyes y políticas para el progreso y el orden social”.

La pregunta viene a cuento por el escandaloso silencio del debate nacional relativo a como se ha detenido el país a la espera de un desenlace de la situación generada por el envío de buques de guerra norteamericanos frente a nuestro territorio, donde, por un lado, el régimen se encuentra a la espera de una hipotética invasión de los EEUU, y por el otro, una oposición que ha reducido su accionar político a las decisiones que se tomen en la Casa Blanca, para cristalizar la captura de quienes ostentan el cartel de “se busca” por narcotraficantes, producido por las autoridades norteamericanas. A esa mueca se ha minimizado el hacer política en la Venezuela de hoy.

¿Se está haciendo política en Venezuela? Claramente, no. De acuerdo a esa definición estándar del buscador mencionado, no se están tomando decisiones que incluyan, a través del diálogo, la negociación y la formulación de políticas para el progreso, a todos los grupos de interés que tienen que ver algo con lo que pasa en el país. Venezuela no solo le pertenece a quienes se dedican a la política como oficio, aun cuando ellos también formen parte y tengan una opinión importante que dar.

Y no es porque nos encontremos en el medio de un régimen autoritario como el que nos gobierna desde hace más de un cuarto de siglo. No. Es porque el debate para discutir las opciones de política a aplicar a la desgracia que sufre el país, se redujo a su mínima expresión, al concluirse –a pesar de todo el doloroso recorrido de la población venezolana- que “la única manera de salir del problema tiene que pasar por una solución de fuerza”. Y en ese sentido, hemos llegado al punto de esperar a que un político –o políticos- fuera de nuestras fronteras, cuyos intereses muy probablemente no se correspondan con los nuestros, tomen una decisión de esa magnitud por nosotros, porque “no podemos solos”.

Y a muchos les será intolerable este punto de vista, y puedo comprenderlo. Venezuela está exactamente en el caso de una persona herida al que por un accidente –en este caso de la historia- se le clavó un objeto punzante en el pecho, y que por un milagro divino todavía no se ha muerto, pero está agonizante. Se ha convencido a la mayoría de sacar el objeto inmediatamente, en la desesperación de salvarle la vida. Y ha prevalecido ese criterio para nuestro país, al punto que ya no se hace política. O es eso o nada.

Al utilizar la metáfora médica, debo indicar la recomendación para esos casos: “Se debe evitar retirar un objeto incrustado de una herida porque se corre el riesgo de causar un sangrado más severo si el objeto está taponando un vaso sanguíneo, agravar el daño interno si ha perforado órganos, o desestabilizar al paciente en caso de hemorragia masiva. En su lugar, se debe inmovilizar el objeto con un vendaje para prevenir su desplazamiento y buscar atención médica profesional de inmediato” (ver video explicativo de medicina pre-hospitalaria  en https://www.instagram.com/reel/DHCDL9vuXOO/).

Y en el caso venezolano la situación es más grave. Se ha creado la percepción masiva de que sacar el objeto que hace daño, resolverá la situación. Sin embargo, debemos estar claros de que sacar el objeto de la forma planteada no es una buena idea. Y esa es precisamente la evaluación que están haciendo los EEUU, para examinar si proceden o no a sacar el objeto hiriente de Venezuela. Veamos:

En una reciente entrevista realizada al ex embajador de los EEUU en Venezuela, James Story, realizada por la periodista Gabriela Perozo, de VPItv, el ex embajador puntualizaba lo que pudiera ser la decisión de los EEUU relativa a una supuesta “extracción” del objeto punzante clavado en Venezuela:

“GP: ¿Y hay manera de que se puedan movilizar rápidamente, en algún punto se están construyendo las fortalezas, o usted por ahora ve un mensaje?

JS: No lo veo yo. No lo veo yo, por en cuanto siempre tenemos la capacidad de hacer una extracción específica dentro de Venezuela. Eso existe. Tenemos la capacidad, como hemos visto en Irán y también Irak en su momento dado con Suleimán, de una acción específica contra unas personas específicas. Eso sí existe, siempre, siempre vamos a tener esto, pero obviamente lo que está pasando en este momento es que Maduro está llamando la atención a un posible enfrentamiento militar para tratar de ganarse apoyo en la región con el presidente Petro y con otros.

No hemos dicho esta vez, no, más (de) una vez, no hay un esfuerzo, o no hay una fuerza suficiente para un enfrentamiento militar. Y si no sabemos qué viene después, es difícil tomar acciones. O sea, imagínese, y más una vez estoy retirado, no estoy dentro del gobierno, pero si yo fuera quién estaba tomando la decisión, okay, vamos a a hacer una acción contra la cúpula militar y lo de Maduro. Sí se puede hacer. Pero ¿qué viene después? Puede haber un caos porque ahí en Venezuela ¿que tiene? el ELN, FARC, el Tren de Aragua. Yo siempre decía que el propio Maduro es el alcalde de Fuerte Tiuna, él no domina el país. Él no domina el país. Entonces, estos grupos ilegales armados que existen en Venezuela, pueden causar un caos después de la caída de de Maduro, aún más de lo que existe hoy día. Entonces, hay que definir si Maduro y su cúpula se va mañana, cómo van a gobernar el país. Eso es importante (ver Embajador James Story, en exclusiva sobre Operación militar en el Caribe, - 26Ago, en https://youtu.be/AtXg11fNxLE?t=578) (resaltado nuestro).

Y en el caso de que EEUU decida intervenir y se desate una hemorragia durante la extracción del objeto hiriente de Venezuela, habida cuenta de que se trataría de una extracción unilateral, dado que hasta ahora ningún país está acompañando esa acción (descarto aquí a los países latinoamericanos que han apoyado la decisión norteamericana porque aun así, sigue siendo una acción unilateral por el peso específico de los EEUU, y habría que ver si estarían dispuestos a una intervención en Venezuela. Ver Marco Rubio anunció la creación de coalición internacional con países de Sudamérica para combatir el narcotráfico tras despliegue militar cerca del mar de Venezuela, NTN24.COM, en  https://share.google/kuYoV07CarLObFEfx), la opinión del Embajador Story es la siguiente:

“JS: …Pero yo creo que el presidente Trump está dispuesto a actuar unilateralmente.

GP: ¿Y eso sería bueno o podría ser sorpresivo, no?

JS: Sería más fácil tal vez porque no tendría que llegar a un acuerdo con muchos países. Sí, pero el resultado es como dijo una vez Colin Powell, si tú lo quiebras, tú eres el dueño de lo que quebraste. Entonces, entonces imagínese el día después de la caída de Maduro tiene que enfrentarse con Tren de Aragua, con ELN, con FARC, con todos esos grupos ilegales, con los cubanos que están ahí, con los iraní, con los rusos que están haciendo quién sabe qué en el Esequibo. Eso sí sería bastante difícil. Entonces ese no hace parte de los pensamientos del presidente Trump en cómo hacer la política exterior.  (ver Embajador James Story, en exclusiva sobre Operación militar en el Caribe, - 26Ago, en https://youtu.be/AtXg11fNxLE?t=2466) (resaltado nuestro).

En otras palabras, como lo indicó Colin Powell, ex Secretario de Estado de los EEUU en la administración del Presidente George W. Bush, los EEUU “serían el dueño de lo que quebraron”, esto es, tendrían que meterse militarmente de cabeza, pies y manos en el país para poner orden al desastre, solamente como consecuencia de la decisión unilateral de extraer el objeto hiriente del país.

Y no creo, como el Embajador Story, que estén dispuestos a hacer eso, por lo que es tajante en la necesidad de la presentación de UN PLAN PREVIO que minimice los efectos y que diga claramente qué hacer el día después. Y no creo que tal plan exista todavía si a estas alturas el ex embajador lo reclama a la oposición venezolana como una tarea pendiente. ¿Y cómo sería y qué incluiría ese plan? Veamos lo que dice Story:

“JS: Bueno, en marzo 2020 lanzamos Elliott Abrams y nosotros, del Departamento del Estado lanzamos el Marco para la Transición Democrática…

GP: Que era una salida para los militares, ¿no?

JS: Exactamente. Definimos cómo y ese indicó para los militares dentro del régimen que va a haber una vida para ellos después porque…

GP: Había como cierta amnistía, ¿verdad? Eso es bueno recordárselo a las personas.

JS: Exactamente. No para los que tienen crímenes de lesa humanidad, Derechos Humanos, sino para otros. Porque imagínese, hay bastantes personas dentro del sistema que quieren salir, pero no saben cómo, y hay mucho temor dentro del sistema con los cubanos ayudando a torturar a a los políticos y militares en el Helicoide. Hay mucho temor. Y lo que viene después es una buena pregunta. ¿Cómo cómo ellos van a tomar parte de de una vida política o una vida normal en Venezuela después? Yo creo que este fue una idea, obviamente que comunicamos con la oposición en su momento dado, pero ese fue una idea más bien de afuera y ahora necesito una idea de dentro. ¿Cómo va a, digamos, reconstruir las instituciones nacionales en Venezuela? la Corte Suprema, obviamente tiene que tener un voto para alcaldes y luego para los diputados y luego para gobernaciones y luego para el presidente. ¿Cuál sería el horario (cronograma) de hacer este? En 3 meses comenzamos? En 6 meses comenzamos? ¿Quién va a estar encargado de de un gobierno de transición? ¿Quiénes van a quedar? ¿Quiénes no van a quedar? ¿Quiénes no pueden? y cómo van a llevar al pueblo de Venezuela lo que necesiten, que son medicamentos, comida, acceso a agua limpia, acceso a la educación y salud. Esos son las cosas que también tiene que definir, pero la definición política es de sumamente importancia en ese momento” (ver Embajador James Story, en exclusiva sobre Operación militar en el Caribe, - 26Ago, en https://youtu.be/AtXg11fNxLE?t=747) (resaltado nuestro).

En realidad lo que piden (y siempre han pedido) a los políticos que pretenden el poder en Venezuela, es que presenten, si desean una ayuda determinante de los EEUU, una versión venezolana actualizada de lo que ellos, los EEUU, propusieron en marzo de 2020 como Marco para la Transición Democrática para Venezuela, que aunque fue rechazado por la oposición, tampoco propuso ninguno (para aquellos que deseen recordar esta propuesta, les sugiero leer Marco para la transición democrática de Venezuela, presentado por Mike Pompeo, Secretario de Estado de los EEUU, en marzo de 2020, en https://tinyurl.com/2n92p47v).

Pero para desarrollar seriamente un plan venezolano de manera integral HAY QUE HACER POLÍTICA, porque todos los sectores democráticos deben ser convocados, si es que quienes dirigen la oposición se consideran demócratas. Sin esa tarea hecha, cualquier ayuda como la que pretenden de los EEUU nunca se cristalizará.

En la construcción de ese plan deberán estar incluidos todos los sectores, sociedad civil, Iglesias, trabajadores, pero en especial los dolientes que han participado en esta lucha en contra de lo que sucede en Venezuela.  Esa lista interminable de preguntas a responder que sugiere James Story, y otras que no están allí reflejadas en esa entrevista, van más allá del ámbito de respuesta un solo grupo opositor, así sea el que esté al frente.

Y tal vez esa es la razón por la cual hasta el día de hoy no existen respuestas para ellas, y resulta prueba fehaciente para no creer que solo extrayendo el objeto hiriente del cuerpo de Venezuela, sea suficiente para preservar la vida del paciente, sin que esas respuestas hayan sido claramente resueltas a satisfacción de todos los involucrados, en especial del país que va a prestar la ayuda que se requiere.

Muchas de ellas, como la refundación y reconstrucción institucional del país, qué hacer con los Poderes Públicos, tienen su respuesta en la convocatoria inmediata a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, como hemos repetido al país en innumerables ocasiones desde la Alianza Nacional Constituyente Originaria (ANCO), como parte principalísima de ese plan.

Sin embargo, una Constituyente es solo una de las piezas más importantes del complejo Plan que hay que sugerir, no la única, y a la que hay que darle respuesta a los venezolanos y a nuestros amigos de la Comunidad Internacional, para que pueda existir una acción segura y coordinada de todos para cambiar el panorama político de los venezolanos, sin falsas expectativas.

Decida lo que decida el Presidente Trump hacer con sus barcos de guerra, se requiere hacer política, independientemente de la manera en como se remueva el objeto hiriente que hace sufrir a Venezuela. Solo que si se retira antes de llegar al hospital para que se realicen los exámenes y se tenga un plan político de qué hacer en el medio de la operación, es claro de que habrá una mayor probabilidad de que el paciente se muera en el camino. Y es ahora cuando hay que pensar en eso, no después del desangre…

Caracas, 29 de Agosto de 2025

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