viernes, 15 de noviembre de 2024

La percepción sigue siendo realidad

Por Luis Manuel Aguana

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Sigo sin dejar de asombrarme por el énfasis que algunos factores de la oposición en Venezuela le han dado al “cómo” María Corina Machado (MCM) y Edmundo González Urrutia (EGU) cristalizarán la promesa de juramentar a este último como Presidente de la República el venidero 10 de enero, al punto de que no se habla o analiza otra cosa en el país, promoviendo un grado de desesperación que solo abona el terreno del régimen, al restarle credibilidad a la figura de MCM, hoy medida en más de un 80%, como veremos más abajo en esta nota.

Y nadie podría negar la importancia de ese hecho. Sin embargo, pienso que más importante aún es el porqué esos mismos factores “opositores” insisten en ese punto de inflexión de la política venezolana. Porque a mi juicio sería mucho más importante para nosotros pensar que sucedería si Maduro insiste en quedarse, esto es, materializar el golpe de Estado a la Soberanía Popular el 10 de enero, y que es lo que se desataría para el país si eso ocurriera, dadas las condiciones externas, que son ya un hecho cierto y que se darán luego de la toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero de 2025.

Entonces más bien deberíamos estar haciéndonos la pregunta correcta. En lugar de preguntarnos cómo EGU se va a juramentar, la pregunta debería estar centrada en lo que le pasaría a Venezuela –y por supuesto al régimen-, si no lo hace. Y esto no lo digo por evadir que es lo que pueden o no estar haciendo MCM y EGU para asegurar tomar posesión de lo que la voluntad popular otorgó al verdadero triunfador de esas elecciones  del 28 de julio, sino por las implicaciones para nuestro país de insistir no respetar esa voluntad del pueblo venezolano.

Comenzaré por recalcar algo que se menciona en la reciente encuesta de Meganálisis de octubre, donde a la pregunta “Sin importar por quien votó usted, según su opinión y su percepción ¿quién ganó la elección del pasado 28 de julio?” Y la respuesta de 90,7% de los encuestados fue que EGU ganó esa elección. A juicio de Meganálisis “9 de cada 10 venezolanos, tienen la percepción de que Edmundo González Urrutia ganó la elección del pasado 28 de julio” (ver Encuestadora Meganálisis Punto de Corte, Noviembre 13, 2024, en https://x.com/Meganalisis/status/1857104701709266995).

Esto, a mi juicio, es lo más importante de esa encuesta. Más del 90% de los venezolanos consideran una realidad que EGU es el triunfador indiscutible del 28 de julio INDEPENDIENTEMENTE DE POR QUIEN HAYAN VOTADO. Y eso es demoledor para el régimen, porque LA PERCEPCIÓN ES REALIDAD. Veamos por qué, de acuerdo a la Ciencia del Comportamiento (Behavioral Science):

Un hallazgo muy importante de la Ciencia del Comportamiento es que en cualquier cosa que nos pasa, la percepción es realidad. Lo que importa realmente al final es lo que la persona percibe, y no lo que realmente está pasando: “Durante décadas, los científicos conductuales y cognitivos han estudiado cómo las personas experimentan las interacciones sociales, forman juicios y almacenan recuerdos, así como qué sesgos influyen en la vida diaria”…  “La ciencia del comportamiento puede arrojar luz sobre los complejos procesos que intervienen en la formación de las percepciones”. Pueden ayudar a entender “cómo reaccionan las personas ante la secuencia y la duración de los acontecimientos y cómo racionalizan las experiencias una vez que se producen” (ver Richard B. Chase y Sriram Dasu, en Harvard Business Review, HBR - ¿Quiere perfeccionar el servicio de su empresa? Utilice las Ciencias del Comportamiento – Junio  2001, en https://hbr.org/2001/06/want-to-perfect-your-companys-service-use-behavioral-science?language=es).

A pesar de cualquier mentira que intenten acuñar desde el aparato comunicacional del Estado, ya esa percepción cristalizó al punto de que ya no es solo de los venezolanos, todo esto sin contar que ha sido respaldada con pruebas ante la Comunidad Internacional, por lo que el siguiente paso no puede ser otro que materializar la voluntad popular de traspasar el poder al legítimo mandatario electo el 28 de julio. Y eso es un hecho que deberá ocurrir más temprano que tarde.

Pero ya había abordado el tema de la percepción aplicada a nuestra realidad política, en el año 2016 en una nota titulada "La percepción es realidad", partiendo de la aplicación de la Ciencia del Comportamiento en el área de los servicios, meses después de la publicación del artículo de HBR en el año 2001 (ver La percepción es realidad, en https://ticsddhh.blogspot.com/2016/08/la-percepcion-es-realidad.html). La situación actual nos demuestra que la percepción sigue siendo realidad.

Las investigaciones de la Ciencia del Comportamiento ayudan a entender cosas como el porqué la gente culpa a una persona de la que espera algo, en lugar del sistema sobre el cual depende cuando algo no funciona bien, y del cual esa persona no tiene ninguna culpa. Las personas NECESITAN siempre culpar a ALGUIEN, no a algo. Sería muy interesante seguir profundizando esto en la política venezolana, donde la gente aún no sabe dónde poner la culpa de lo que les pasa cuando las expectativas fallan, si es en los dirigentes o el sistema en donde están inmersos. Esto es especialmente interesante cuando todo el mundo tiene una expectativa puesta sobre personas, cuando el resultado final no depende exclusivamente de ellas sino de un entorno muy complejo. ¿Les suena conocido?

Es claro que MCM y EGU están realizando un esfuerzo sobre el que finalmente dependerá la expectativa del 10 de enero, esfuerzo cuyos detalles no necesitamos conocer y cuya evolución debe permanecer confidencial a las mayorías, so pena de un fracaso rotundo en alcanzar el objetivo que se persigue. Pero si el resultado no es el que todo el mundo espera, las hienas de la supuesta “oposición” tendrán a alguien a quien culpar para justificar meterse en la cama con el régimen y convencer a la gente de  concurrir a unas elecciones regionales en el 2025 en contra de la decisión general.

Esto es porque son ellos los primeros beneficiarios del fracaso del MCM y EGU el 10E, no solo porque ya el sistema electoral del régimen se encuentra profundamente herido de muerte por su fraude masivo, sino porque nadie votaría en esas elecciones regionales, como lo evidencia la Encuestadora Meganálisis al indicar que el 72,2% de los venezolanos no votarían en unas elecciones regionales con el actual CNE (ver Encuestadora Megánalisis, Mientras continúe crisis poselectoral del pasado 28 de julio, y no se recupere imagen institucional del CNE, elecciones regionales de 2025 no atraerá a la mayoría. Se volvería a otro evento de bajísima participación, en  https://x.com/Meganalisis/status/1856199186699501949).

Entonces, ¿a quiénes les conviene más hacer énfasis en saber ese “cómo” que a ellos? No debemos caer en esa angustia que no es precisamente nuestra, en especial cuando a la pregunta de la Encuestadora Meganálisis “¿Usted confía en María Corina Machado?”, la respuesta fue un contundente SI en un 80,9%. En la misma pregunta sobre EGU la respuesta es de un SI indiscutible del 60,6% (ver Encuestadora Meganálisis, MCM Liderazgo que marca un hito, en https://x.com/Meganalisis/status/1856199184405180617).

Si ya le dimos nuestro firme respaldo a MCM y EGU y tenemos medidos esos altísimos  niveles de confianza, entonces dejemos que quienes apuestan por el fracaso de MCM y EGU se mueran por saber lo que se está haciendo para que EGU se juramente el 10E como se ha prometido, y concentrémonos en cuáles puertas se han abierto, en especial en los EEUU tras la victoria de Donald Trump en las elecciones norteamericanas.

Sin siquiera haberse juramentado como el 47º Presidente de los EEUU, ya el mundo está reaccionando favorablemente ante ese hecho, y por razones de espacio solo mencionaré un aspecto que nos atañe directamente a los venezolanos: la reacción del mercado petrolero ante una baja de los precios debido a las políticas que aplicará Trump al llegar a la Casa Blanca en enero 2025:

“Entre la batería de medidas que propone, Trump planea acelerar los permisos de perforación para impulsar la producción de petróleo y gas natural, aliviar “las sofocantes alzas de impuestos de Biden a los productores de petróleo, gas y carbón”, y volver a llenar las reservas estratégicas de petróleo. “Para mantener el ritmo de la economía mundial, que depende de los combustibles fósiles para más del 80% de su energía, el presidente Trump will drill, baby, drill” (perforará, nene, perforará), resume el programa de Trump, utilizando el popular lema para animar a seguir extrayendo crudo de suelo americano. “Vamos a ver ventas de concesiones en alta mar, vamos a ver que los oleoductos se mueven mucho más rápido, vamos a ver fracking en terrenos federales y una mentalidad centrada en reducir el coste de la energía para los consumidores”, dijo a Bloomberg Dan Eberhart, director ejecutivo de la empresa de servicios petrolíferos Canary LLC” (ver El País: La victoria de Trump sacude el mercado del petróleo: Citi cree que se abaratará hasta un 20%, en  https://tinyurl.com/yc3j74wb).

Lo anterior resume en un solo párrafo el impacto que esto tendrá sobre el precio de nuestro principal producto de exportación, y el menguado interés que desde ahora podrán tener las compañías petroleras que están ahora negociando con Maduro para extraer crudo venezolano en un mercado saturado. Todo esto sin contar con el halcón  que acaba de nominar Donald Trump para ocupar el Departamento de Estado, el Senador Marcos Rubio, enemigo No. 1 del comunismo y las dictaduras latinoamericanas. Lo que se le viene encima al régimen si insiste en cristalizar el golpe de Estado a la Soberanía Popular en Venezuela irá subiendo en intensidad conforme llega enero. Los venezolanos estamos percibiendo ahora que más les vale comenzar a capitular porque la realidad ya los alcanzó…

Caracas, 15 de Noviembre de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

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sábado, 9 de noviembre de 2024

Venezuela, una segunda oportunidad

Por Luis Manuel Aguana

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¿Quién realmente ha sido el responsable de que hayan sido infructuosos los diferentes intentos de salir de un régimen autoritario que comenzó Hugo Chávez Frías en 1999? ¿El mismo régimen? ¿Los cubanos, los chinos, los rusos e iraníes? ¿Los Estados Unidos y en general la Comunidad Internacional? ¿O la oposición venezolana?

Algunos de ustedes podrían responder que ha sido una combinación de todos ellos. Otros le darán cierto peso al régimen y los militares, quienes han utilizado exitosamente los sistemas de inteligencia cubana (G2), o de los demás socios internacionales del régimen (China, Rusia, Irán). Pero decididamente es imposible ignorar el peso fundamental que ha tenido la percepción que han tenido en todos estos años los diferentes gobiernos EEUU y el resto de los países de la Comunidad Internacional que giran en la órbita democrática, para generar una respuesta acorde que pueda socavar el régimen que gobierna en Venezuela. Y en ello ha jugado un papel fundamental la oposición que se ha tenido hasta ahora frente al régimen. Una muy mala oposición ha traído como consecuencia una pésima respuesta exterior –y en especial la de los EEUU- a los desmanes que han cometido los criminales en este país.

De allí que en esa percepción se hayan agarrado los venezolanos como una tabla de salvación para apostar que un cambio en la administración de los EEUU pueda hacer una diferencia en Venezuela. Pero eso lamentablemente no es suficiente. Si bien Donald Trump tenía toda la intención en el 2019 de volatilizar al régimen venezolano, una pésima oposición logro que no lo hiciera, revelándonos a todos los venezolanos que nosotros mismos hemos sido los responsables de nuestras desgracias, y seremos los responsables de salir de ellas.

Hoy al triunfar Donald Trump en la carrera por la presidencia de los EEUU, es lógico suponer que los venezolanos  tengamos la esperanza de un cambio radical en la política exterior norteamericana en relación con la grave situación de Venezuela. Como ejemplo, esta expectativa se refleja en la opinión internacional de un medio español al 6 de noviembre, luego del triunfo de Trump:

“La migración venezolana en Estados Unidos y una parte del antimadurismo creen que el republicano puede ser decisivo para los cambios en ese país. Se aferran a su declaración más polémica, en junio de 2023: "Cuando me fui, Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos hubiéramos apoderado de ella, nos hubiéramos quedado con todo ese petróleo". El Palacio de Miraflores encontrará en Trump y sus amenazas una posibilidad mayor de endurecimiento interno” (ver Perplejidad, temor y festejos en América Latina por la victoria de Trump, en https://www.elperiodico.com/es/internacional/20241106/perplejidad-temor-festejos-america-latina-victoria-donald-trump-elecciones-eeuu-2024-111432456).   

Aunque esta declaración de Trump está incompleta en ese artículo y fue descontextualizada, si refleja el apoyo de ahora Presidente Electo de EEUU a la causa venezolana para recuperar la libertad y la democracia, tal y como lo comente en esa oportunidad en junio de 2023 al comentar ese episodio (ver Trump, petróleo y Venezuela, en https://ticsddhh.blogspot.com/2023/06/trump-petroleo-y-venezuela.html).

Lamentablemente, la oposición venezolana ha sido uno de los principales obstáculos para resolver el gravísimo problema político del país, y sobre lo que vuelvo a insistir  hoy en el 2024: En abril de 2019, en el tope de su popularidad, Juan Guaidó y la Asamblea Nacional de 2015 rechazaron la posibilidad de una intervención militar en Venezuela (ver La intervención militar está descartada en Venezuela, en https://www.clarin.com/mundo/juan-guaido-intervencion-militar-descartada-venezuela_0_ldSsWxwpG.html  … De nada valió que el primer respaldo mundial a ese Gobierno Interino, sujetado con alfileres, fuera precisamente el de los EEUU, y a través de ese país, el del resto de los más de 60 de la Comunidad Internacional. Ese “socialismo” metido en los huesos de la mayoría de los “opositores” venezolanos, y en especial el de los jóvenes políticos de la nueva generación envejecida con carburo, es la razón fundamental por la cual aún está Maduro todavía en Miraflores… ¿Qué logró la torpeza del interinato y de sus titiriteros de la Asamblea Nacional de 2015? Atornillar al régimen, convirtiéndolo en negociador petrolero frente al actual gobierno de los Estados Unidos (Biden), y más rico a expensas del petróleo de todos los venezolanos. Los venezolanos hemos pagado muy caro la torpeza de este seudo liderazgo “opositor” incompetente que todavía insiste en representarnos de manera ilegítima.

Vuelve Trump a ser Presidente de los EEUU a partir de enero 2025. El problema nunca han sido los EEUU a pesar de la mediocridad de sus intermediarios (Juan González y demás asociados de la Administración Biden). Ha sido la manera tóxica en cómo en la oposición tradicional venezolana ha abordado el problema y su presentación ante quien en realidad pudo hacer algo por Venezuela en su momento. Esa ventana se cerró en el 2020 pero por un milagro para los venezolanos se vuelve a abrir de nuevo el pasado 5 de noviembre. Que la sepamos aprovechar abierta dependerá de nosotros.

¿Por qué lo digo? Porque las cosas también cambiaron en Venezuela a partir del 22 de octubre de 2023. Existe ahora OTRO liderazgo político opositor, representante indiscutible del sentimiento de los venezolanos de resolver el problema y expulsar a quienes ocupan ilegítimamente el gobierno de Venezuela, que podrá y deberá entenderse con el Presidente Trump y su administración en esta nueva ventana de libertad, a pesar de que la primera oportunidad se perdiera durante el interinato de Guaidó y la Asamblea Nacional de 2015.

Pero el régimen también juega y Maduro se ha apresurado a felicitar públicamente a Trump, expresando que quiere un “nuevo comienzo”: “En el primer Gobierno no nos fue bien. Este es un nuevo comienzo para que apostemos a ganar, ganar y le vaya bien a EE.UU. y a Venezuela” (ver Maduro felicita a Trump y espera un “nuevo comienzo” en sus relaciones, en  https://www.libertaddigital.com/internacional/latinoamerica/2024-11-07/maduro-felicita-a-trump-y-espera-un-nuevo-comienzo-en-sus-relaciones-7183928/).

Veamos que tan “ganar, ganar” serían unas relaciones con un régimen que le dio un golpe a la voluntad popular, y que se ha autoproclamado como “ganador” sin presentar pruebas fehacientes de haber triunfado en las elecciones del 28 de julio de 2024, como si lo ha hecho internacionalmente la oposición venezolana. Es por allí que debería comenzar Maduro esa “segunda etapa” que menciona en su discurso si quiere el reconocimiento del gobierno de Trump.

Este es el escenario planteado antes del 10 de enero de 2025. Una nueva oposición que aguarda una segunda oportunidad con una nueva Administración Trump, pero con la gran diferencia de que en esta ocasión ya no hay un “Presidente Interino”, sino un Presidente Constitucional Electo, salido de la voluntad popular, con las pruebas de su victoria de las urnas electorales de Venezuela en sus manos, y ampliamente reconocido por la Comunidad Internacional antes que el mismo Trump llegara a la Casa Blanca. ¿Podría existir mayor alineamiento de planetas?

En otras palabras, llegamos a esta fecha con el mandado hecho y que tuvo que realizar Donald Trump con Guaidó en enero de 2019, y de paso montárselo en el lomo hasta el mismísimo Congreso de los EEUU. ¡De ese tamaño era el compromiso de Donald Trump para salir del problema! Y con todo y eso, nuestra oposición de la época se encargó de echar a la basura de la historia una oportunidad que nadie esperaba volver a tener. Si esta nueva oportunidad no es un tiro al piso y un milagro para que una nueva oposición logre que esta vez sí se concreten las aspiraciones de cambio de los venezolanos, bajemos entre todos la santamaría de Venezuela, y el último que se vaya que apague lo que quede de luz, porque si no se apresuran dudo que Dios en su infinita paciencia nos dé una tercera oportunidad.

Caracas, 9 de Noviembre de 2024

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