lunes, 3 de marzo de 2014

Somos mayoría, ¿qué sigue?


Por Luis Manuel Aguana

Las impresionantes manifestaciones vistas en los últimos días en toda Venezuela solo son comparables a la megamarcha del 11 de abril de 2002 en Caracas. Incluso podría decirse que siendo a nivel nacional, todas las marchas conjuntamente desbordan aquella que logró la histórica renuncia “la cual acepto”. No cabe dudas de que somos mayoría. El pueblo venezolano ha manifestado con su presencia en la calle el verdadero resultado de las elecciones del 7-O y 14A. Seguir diciendo que el país está dividido en dos es reivindicar una mentira del régimen y la oposición colaboracionista.

Siempre hemos señalado que sacar esa cuenta basada en los números del CNE en manos de los cubanos era tomar decisiones sustentadas en la basura informativa del régimen. Por eso esconden o tergiversan las estadísticas de todo en el país. Nadie sabe realmente nada, ni siquiera cuantos enfermos de tuberculosis tenemos. Realizar análisis basados en los resultados de los últimos procesos electorales es tomar decisiones equivocadas sustentadas en lo que el régimen desea que veamos.

Sin embargo, lo que veo de analistas nacionales e internacionales, es que la crisis por la que pasa el país es que “dialoguemos” entre dos bandos, como si en realidad los hubiera y no los hay. Lo que existe es un régimen entronizado intentando imponer una manera de ver al mundo que fue derrotada en 1989 cuando cayó el Muro de Berlín, y una población que no se deja. Un conflicto que no hemos iniciado nosotros los venezolanos sino un régimen intentado meternos en un corsé comunista. Eso no nos deja muchas opciones. Y en un escenario planteado de esa forma NO HAY DIALOGO POSIBLE.

Entonces los análisis deben ser ubicados en ese contexto, no en otro. No puede ningún gobierno del planeta sugerir un “dialogo” entre partes en conflicto, no puede una OEA plantear una nueva Mesa de Negociación y Acuerdos porque aquí no hay nada que negociar. Imagino que no se pueden plantear opciones como que negociemos ser “menos” comunistas, o que haya “un poco más” de libertad de expresión, o tal vez que haya “menos” presos políticos. Una mujer nunca esta “medio preñada”. Está o no está preñada. Y en Venezuela lo que está planteado es que seamos o no seamos comunistas, de esto es de lo que se trata.

En este sentido, cualquier llamado o propuesta que se haga para resolver la situación del país- en especial aquellos de la llamada “Unidad”-, que NO incluya a) La Renuncia Inmediata de Nicolás Maduro Moros, su Tren Ejecutivo y Alto mando Militar, b) La salida inmediata de Venezuela de todo el personal civil y militar cubano que ha introducido el gobierno al país; y c) El llamado a un gobierno de TRANSICION para afrontar la crisis que el régimen ha producido, debe en justicia ser considerado como un engaño a la población y un atraco en descampado a las banderas que ha enarbolado el glorioso movimiento estudiantil, en un vano intento de ganar “indulgencias con escapulario ajeno”.

Imagino que la comunidad de las naciones está muy al tanto de este dilema venezolano. Muchos están interesados en el desenlace de esta grave situación. Cuba y las FARC están muy interesadas que en Venezuela exista un régimen comunista. Pero las calles han demostrado que no existe una mayoría que desee el sistema que tiene Cuba. Y no estoy hablando de los resultados del CNE de Tibisay Lucena sino el de las calles estos últimos días. Y como la mayoría ya nos hemos pronunciado, no en las maquinitas SmartMatic sino en las calles de Venezuela, la pregunta que inmediatamente sale es ¿por qué seguimos en esta confrontación? ¿Por qué la mayoría no se ha impuesto?

La mayoría no se ha impuesto porque no tenemos un gobierno democrático. Parecería una respuesta de Perogrullo pero no lo es. Y ese es el verdadero fondo del problema. No hemos tenido un gobierno democrático desde que nos hacen trampas en los procesos electorales. Y eso tarde o temprano se hace evidente, como ahora. Desde que en la Constituyente de 1999 Chávez hizo trampas con sus Bases Comiciales hasta la negación de una auditoria real de las elecciones de 14A, la voluntad del pueblo venezolano no se ha expresado y esa voluntad tarde o temprano termina por expresarse.

En ese sentido ya no hay manera de ocultar cual es el deseo de las mayorías: QUE EL REGIMEN SE VAYA. Y si el pueblo en la calle es la verdadera expresión de la voluntad popular entonces no le quedará más a sus órganos regulares sino acatar esa voluntad. No estamos hablando aquí que las Fuerzas Armadas den un golpe por su cuenta sino de QUE ACATEN EL MANDATO DE LA MAYORIA, restituyendo el cauce constitucional. Es eso lo que estamos pidiendo aquí.

Y hasta aquí nos trajo la lógica. Una mayoría exigiendo a sus militares que actúen y estos acatando su mandato, tendría que ser lo que pase Y NO ESTA PASANDO. El régimen, que desde hace tiempo dejo de ser democrático, se defiende con más represión. Importa tropas cubanas para reprimir a los venezolanos, agravando más el cuadro de su inestabilidad. Más heridos y muertos, en un intento de recuperar el control del país.

Pero solo tienen una ilusión de control, ya el país no les obedece porque tienen años de no ser legítimos, desde que se robaron la Constituyente de 1999 con unas Bases Comiciales trampeadas. Un país obedece solo a sus autoridades legítimamente constituidas y ese no es el caso del Ilegitimo y su gobierno. Nunca tendrán la estabilidad porque carecen de su base fundamental de sustentación: la legitimidad.

Y entonces ¿qué sigue después de demostrar que somos mayoría? ¿Traerse a todo el ejército cubano y dominarnos? ¿Matar a cualquiera que ejerza su derecho de manifestar? ¿Cerrar al Estado Táchira o cualquier otro Estado luego, como un mega guetto en Venezuela? ¿Pagarle más a los motorizados de los colectivos para asesinar y amedrentar las protestas? ¿Quién puede sostenerse más en su posición, un pueblo arrecho o un gobierno débil y boqueante por legitimidad? Son las preguntas que deberán estar haciéndose en el gabinete del Ilegitimo y su Alto Mando Militar.

Por su lado los cubanos deberían estar preguntándose si no se equivocaron con nosotros. ¿Cuántos efectivos están dispuestos a sacrificar si las cosas se ponen más negras para ellos en Venezuela? ¿Cuántos de esos no buscarán desertar estando ya en el país a la primera oportunidad? ¿Cuántas Avispas Negras de esas nos van a echar para que nos piquen y a quienes, vista toda la observación mundial de las redes sociales? ¿Cuánto más durará Maduro? Si bien es cierto que es un títere, no están al tanto de saber cuál será la evolución de los acontecimientos, y aunque ahora lo controlen puede ser que las cosas se volteen y venga otro que las ponga en otra perspectiva. Y en esa incertidumbre, ¿cuánto tiempo seguirán apostando a un gobierno tan débil como este? ¿No será mejor parar y hacer control de daños?

Pero si por el contrario su escenario único en Venezuela es del todo o nada-lo cual es muy probable-, lamentablemente el resultado será nada y bien harían en evaluar esta situación de nuevo. Si piensan que la gente en todo el país se regresará a sus casas después de todos esos muertos sin una contraprestación que valga esas tragedias, el tiempo que llevan en Venezuela no les ha servido de nada.

Si de una manera criminal el régimen lleva a los venezolanos a caer en una guerra civil, estoy seguro que esta nunca se planteará entre nosotros sino en contra del invasor cubano, partiendo de la unión de nuestras Fuerzas Armadas no cooptadas y la población civil. Y me imagino que sabrán cómo terminará solo viendo en las calles del país quienes somos la mayoría...Y también me imagino que saben que el mejor pleito es el que no se hace.

Caracas, 3 de Marzo de 2014

Twitter:@laguana

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