sábado, 13 de agosto de 2022

El paradigma de la libertad

Por Luis Manuel Aguana

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Intervención en el Foro-chat “Democracia y Derechos Humanos, realidades y expectativas para Venezuela”, auspiciado por ANCO Mérida, 13 de agosto de 2022

Audio de la ponencia y respuesta a las preguntas formuladas, en https://youtu.be/lWf50QivUOo

Buenas tardes, mi nombre es Luis Manuel Aguana, y formo parte de la Directiva Nacional de la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO. Antes que nada mi agradecimiento a ANCO Mérida, en la persona de su Coordinadora, Mari Sol Arreaza, por la invitación a esta importante oportunidad de dirigirme a ustedes en este Foro, para intercambiar acerca de la realidad de la Democracia y los Derechos Humanos en Venezuela, y las expectativas que muchos todavía tenemos de que en un futuro muy cercano podamos alcanzarlos. Sin embargo ambos constructos, Democracia y Derechos Humanos, son solo posibles y consecuencia directa de un derecho superior, que asegura la libre determinación de las personas: la libertad.

Sin libertad no puede existir la Democracia y mucho menos asegurar que se cumplan los Derechos Humanos de las personas, porque su respeto es condición fundamental de un Estado de Derecho. Sin libertad estamos expuestos a ser atropellados en cualquier momento porque no hay límites para quienes estando en el poder abusan de él con la intención de perpetuarse en su ejercicio. De allí, que más allá de describir lo que ha sucedido y sigue sucediendo en Venezuela por la ausencia de Democracia y el atropello de los Derechos Humanos por la pérdida del Estado de Derecho, debemos tratar de entender porque hemos bajado la guardia en la búsqueda de ese derecho superior que es la libertad. Más adelante justificaré esa afirmación.

Hoy haré con ustedes un ejercicio que a mi juicio puede explicar ese comportamiento, comparando la libertad que dábamos por sentada antes de llegar el régimen, con el concepto de paradigma. Para nuestro caso, el significado de paradigma, de acuerdo a su segunda acepción en el DRAE, es: “Teoría o conjunto de teorías cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar y que suministra  la base y modelo para resolver problemas y avanzar en el conocimiento”. Con base a eso, no cuestionamos los paradigmas, dejando de de lado, de alguna manera y por cuenta propia, el derecho supremo de la libertad.

Lo más cercano y sencillo que he visto para explicar en el contexto actual las implicaciones de no entender a cabalidad la palabra paradigma, lo vi hace algunos años en las redes sociales de un autor anónimo, del cual les extraigo la siguiente historia, que tal vez les parecerá un poco larga, pero si me tienen un poco de paciencia la encontrarán muy significativa:

“Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo. Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo golpeaban.

 

Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le acomodaron tremenda paliza. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera, aunque nunca supo el por qué de tales golpizas.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho, lo volvieron a golpear. El cuarto y, finalmente, el quinto de los veteranos fue sustituido. Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas. Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentaban subir la escalera, con certeza la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así”. ¡¿Te suena conocido?!” (autor anónimo).

Desconozco si este experimento en realidad tuvo lugar, pero explica a cabalidad el comportamiento humano del venezolano ante la realidad de una tiranía que persigue, encarcela, tortura y mata a la disidencia civil y militar. Al comienzo de estas luchas ciudadanas, el bien supremo de la libertad, como la describía El Libertador, era perseguida por todos. Los venezolanos se echaron a las calles buscando la libertad. Eso lo demostraron las marchas gigantescas de los primeros años de la tiranía, siendo la fundamental la gran marcha del 11 de abril de 2002. Y ese día, no lo olvidemos nunca, por unas horas, cayó la tiranía.

Pero uno a uno, como en la historia contada, al intentar alcanzarla, el régimen se las arregló para castigar todo esfuerzo de la población para conseguir la libertad. Y finalmente, al ir desapareciendo quienes activamente pedían libertad, ya bien sea por éxodo o por el cansancio de los años y la entrega de la dirigencia política, los venezolanos nos quedamos luchando y protestando, ya no por nuestra libertad sino por la subsistencia, sin percatarnos que esa era la fórmula del régimen para continuar en el poder.

Y a las pruebas me remito: de acuerdo al Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, las protestas relacionadas con las exigencias de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA), más que duplicaron aquellas dirigidas a exigir nuestros Derechos Civiles y Políticos (DCP). Durante el primer semestre de 2022, el 73% de las protestas (2856 protestas) fueron en reclamo de mejoras en la calidad de vida, mientras que el 27% (1036 protestas) fueron y cito, “en rechazo a la persecución, estigmatización y detención contra defensores de derechos humanos, trabajadores humanitarios y otros miembros de la sociedad civil. Mientras, las personas privadas de libertad y sus familiares denunciaron retardo procesal y pésimas condiciones de reclusión” fin de la cita (ver OVCS, Conflictividad Social en Venezuela, Primer semestre 2022, en https://www.observatoriodeconflictos.org.ve/destacado/conflictividad-social-en-venezuela-en-el-primer-semestre-de-2022). Esto significa, que los números indican que los venezolanos están protestando principalmente por sobrevivir, no para alcanzar su libertad.

De acuerdo a la clasificación de los Derechos Humanos de la ONU (ver Clasificación de DDHH según la ONU, en https://eacnur.org/es/actualidad/noticias/eventos/tipos-de-derechos-humanos-segun-la-onu), se conciben dos tipos de Derechos Humanos: Los Derechos Civiles y Políticos (DCP), y los Derechos Económicos Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA).

En el primer tipo (DCP), se encuentran los llamados Derechos de Primera Generación, y son los referidos a nuestras libertades, o Derechos de Libertad. Aquí se encuentran, por ejemplo, entre otros el derecho a la libertad, a la vida, a la seguridad jurídica, libertad de expresión, libertad de asociación, derecho al debido proceso, libertad religiosa, libertad de derechos entre hombres y mujeres. Son también llamados Derechos Fundamentales. No se puede hablar de Derechos Humanos sin que existan antes estos derechos.

El segundo tipo, los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) conocidos también como de Segunda Generación, se encuentran referidos a aquellos que deben cumplirse en un Estado Social y de Derecho. Aquí se encuentran, entre otros, el derecho a la seguridad social, el derecho al trabajo, derecho a sindicalizarse, derecho a tener un nivel adecuado de vida, a la salud, vestido, vivienda, servicios sociales necesarios, derecho a la educación, derechos del niño y la maternidad.

Se han agregado una tercera, cuarta, y hasta quinta, sexta y más generaciones de Derechos Humanos. De estas últimas no nos referiremos en esta discusión. La tercera generación se vincula a la justicia, paz y solidaridad de los pueblos, estando entre otros, el Derecho a la Autodeterminación, derecho que ANCO está exigiendo a través del llamado Constituyente, Derecho a la Independencia Económica y Política, Derecho a la Identidad Nacional y Cultural, Derecho a la Paz, Derecho a la Coexistencia Pacífica y Derecho al Desarrollo.

Los Derechos de Cuarta Generación surgen a partir del uso masivo de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TICs). Entre ellos se encuentran el Derecho a acceso a las TICs, el Derecho a la Autodeterminación Informativa, Derecho al Habeas Data y la privacidad y seguridad digital. Citando acertadamente al portal Unidiversidad, cito: “Actualmente en un mundo donde se habla de Big Data, del Internet de las cosas, de inteligencia artificial debe existir un marco legal que regule este progreso digital para que se evite la violación o vulneración de los derechos humanos” Fin de la cita. (ver Clasificación de los DDHH, Unidiversidad, en https://www.unidiversidad.com.ar/como-se-clasifican-los-derechos-humanos). Este modesto espacio que abrí en la red “TICs & Derechos Humanos” hace más de 10 años, estuvo dirigido especialmente a la vigilancia de estos derechos de Cuarta Generación, en especial la Privacidad de los Datos de los venezolanos (Ver nota Censo 2011 en Venezuela y el Derecho a la Autodeterminación Informativa, en https://ticsddhh.blogspot.com/2011/08/censo-2011-en-venezuela-y-el-derecho-la.html).

Una de las tesis fundamentales que he sostenido públicamente en mi blog, y que fue una de las principales hipótesis de mi trabajo doctoral, es que la tecnología resulta ser el mejor aliado de regímenes políticos del corte del que tenemos en Venezuela, constituyéndose en su sostén porque se llega a controlar hasta la más mínima pieza de información del ciudadano. Es por eso lo tecnológicamente avanzado de su proceder en todos los órdenes de la administración. El ejemplo más representativo de esto es nuestro actual sistema electoral y de información del ciudadano. Este es otro de los derechos pendientes de conquistar.

Poco a poco la tiranía de Nicolás Maduro Moros ha logrado que los venezolanos vayan olvidando sus Derechos Civiles y Políticos, reventando a la población por todas partes, y especialmente a los que no han intentado subir las escaleras, tal y como lo hacían con los monos los científicos de nuestra historia, para que nosotros mismos nos olvidemos y peleemos entre sí para descartar la lucha por lo fundamental: la libertad. Y no es que no sea importante luchar por los sueldos, la salud, la seguridad social y el resto de los derechos que el régimen ha violado. Es que con los años hemos dejado de percibir que sin las libertades, los derechos de 2da., 3ra., y más generaciones jamás serán alcanzados. Ese es el verdadero éxito del régimen para continuar en el poder. ¡Hay que romper ese paradigma!

Y si continuamos en esa dirección, llegará el momento –tal vez no muy lejano- en que dejemos de intentar siquiera subir por las escaleras, en que diremos como los monos del experimento: “aquí las cosas siempre se han hecho así”, y seguiremos protestando, pero no por los motivos a los que el régimen realmente teme, habiendo olvidado las verdaderas razones por las cuales luchamos en algún momento para salir de la tiranía, quedándonos con las sobras que el régimen nos termine dando cuando protestemos por ellas, porque seguirán en el poder. Lo lamentable es que tienen una oposición blandengue, corrupta y cómplice que los ayuda, no nos olvidemos de eso, y que se conforma con las migajas de poder que les tiran.

Hay que comprender bien el paradigma que nos plantea la libertad, para voltear esa proporción medida por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social durante el primer semestre de 2022, si queremos mejorar las expectativas de que se respeten el resto de los derechos que nos han conculcado. Primero son las libertades individuales. Esa es la primera lucha por los Derechos Humanos que hay que dar en Venezuela, y por eso termino y comienzo –otra vez- exigiendo Derechos Fundamentales, como lo son la vida y la libertad: ¡Libertad para los presos políticos!

Muchísimas gracias… 

Caracas, 13 de Agosto de 2022

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