Por Luis Manuel Aguana
Si algo era predecible, luego de lo que algunos considerábamos como un hecho, y manifestado ahora en la realidad política del país, es la frase que titula esta nota: un estruendoso vacío de liderazgo opositor y cuya manifestación final la determinó el “autosuicidio” de la oposición oficial con el desmantelamiento del llamado interinato.
Sin entrar en las famosas consideraciones que apuntan a la inexistencia del vacío como concepto en la ciencia física, el horror vacui de la naturaleza llegó a ser un principio absoluto para la mayoría de las escuelas filosóficas de la antigüedad (ver Aristóteles, Torricelli, Pascal, el horror al vacío y la presión atmosférica, en https://vicmat.com/aristoteles-torricelli-pascal-horror-al-vacio-la-presion-atmosferica/).
En la práctica, ese principio de Aristóteles, que afirmaba que la Naturaleza aborrece el vacío, se extendió a campos tan diferentes como el de la política, al punto de que allí hablamos de otros tipos de vacío, como el de poder y de liderazgo, sometidos a las mismas reglas de la física, según las cuales no pueden existir esos vacíos.
Sin entrar en la discusión filosófica de si es posible trasladar esos conceptos entre diferentes campos, lo cierto en la práctica es que si no hay alguien conduciendo el vehículo, siempre hay alguien al frente, aunque no sea visible, afirmando ese famoso concepto de la inexistencia del vacío.
Si al conductor de un automóvil en marcha le da un infarto mientras conduce y está inconsciente, la máquina irá a parar a un destino que estará de acuerdo a la combinación de velocidad, estado de los neumáticos, alineación del vehículo, etc., etc., etc. Todos estos factores conjuntamente harán que el auto se desvíe a la derecha o la izquierda, haciendo que el automóvil haga impacto, con mayor o menor intensidad, en contra del primer objeto del camino. En este caso, se podría decir que el estado de la máquina se hizo cargo de “conducir” el vehículo.
Algunos podrían suscitar la controversia de que el vehículo “no tenía conductor”. Pero en realidad si lo había: las condiciones del automóvil al momento de perder quien lo conducía. Lo mismo aplicaría a cualquier cosa o situación que requiera ser conducida. Ese también es el caso de los pueblos, en cuyo caso sus conductores son denominados líderes. En este caso, al perderse el liderazgo, la situación dará los bandazos que determine el contexto sobre el que el anterior líder actuaba. Y aquí la situación supera en complejidad la del caso del automóvil.
Los venezolanos hemos confundido históricamente la expresión “liderazgo opositor” al asociarlo con quienes ejercen la actual dirigencia de los partidos políticos. Ese error podía pasar antes desapercibido en unas condiciones de menor gravedad en el país, cuando los partidos prevalecientes se alternaban el poder, sin olvidar que eran los únicos del patio. Allí podía coincidir el liderazgo de los dirigentes de los partidos políticos con el liderazgo del país.
Al cambiar drásticamente la situación de Venezuela e instaurarse una tiranía formalmente en el poder, difícilmente estos “líderes” -que en realidad eran los dirigentes de esos partidos- nunca llegaron a alcanzar las condiciones necesarias para verdaderamente conducir al pueblo opositor venezolano para abatirla. Desde ese mismo momento nunca existió en Venezuela un “liderazgo opositor”. Lo que existía eran los cascarones de unos partidos con una dirigencia devaluada.
A pesar de todo eso, los partidos insistieron en su error de entender mal lo que se requería y consistentemente impidieron que los liderazgos naturales de cada gremio y agrupación, en cada región del país, se desarrollara, para hacerle frente a algo que requería el aglutinamiento de cada fuerza política opositora para oponerle a la tiranía. Los partidos opositores “olvidaron” contarse internamente, prevaleciendo en su dirección los mismos dinosaurios que desde hace décadas han conducido el barco opositor a la obvia situación de encallamiento en la que ahora se encuentran. No en vano se dice ahora que existe un vacío de liderazgo, cuando lo que en realidad existe es el control de los factores que actúan en el contexto de la situación actual, sin que NADIE dirija efectivamente su cauce, como en el ejemplo del vehículo mencionado.
Aun cuando esta situación viene desde hace muchísimo tiempo, ahora resulta más notoria al perder completamente la dirigencia de los partidos opositores la confianza de los venezolanos, que de manera errónea han creído históricamente que esos dirigentes políticos son en realidad líderes opositores.
De una entrevista hace 8 años en la Dirección de Información y Comunicaciones de la UCV, el Dr. Vladimir Petit, especialista en temas de liderazgo, explicaba en ese entonces lo que consideraba era el tipo de liderazgo que el país podía estar necesitando: “Aclara en primer lugar, no estar seguro de si realmente el país necesita un líder. “De lo que sí estoy seguro es que necesitamos alguien que ejerza el liderazgo”. En ese orden señala que lo que existe actualmente en el país es un vacío del mismo”…” Destaca en ese sentido, que si se considera que el futuro cercano es muy inestable, “automáticamente el sistema busca, en primer lugar, a un varón, lo cual me parece injusto. En segundo lugar, busca a alguien distinto a lo que hay actualmente. Luego, busca a alguien, no joven. ¿Por qué? Porque si tú sientes que la crisis explotó, vas a buscar a un experto. En cuarto lugar, buscas a alguien que no haya tenido que ver con la situación que nos llevó hasta aquí. Y en quinto lugar, buscas a alguien de carácter”, acota. “Si tú me preguntas que está buscando Venezuela, te diría que alguien entre 40 y 50 años; varón, lo cual, repito, es muy injusto; y alguien que tenga posiciones duras y severas para poder arreglar esto. No político profesional. Alguien que lo asocie con cualquier otra área no directamente relacionada con la política profesional”, resalta” (ver ¿Existe crisis de liderazgo en Venezuela?, entrevista de Humberto Luque DIC/UCV, en http://www.ucv.ve/organizacion/rectorado/direcciones/direccion-de-informacion-y-comunic-dic/detalle-noticias-dic/article/existe-crisis-de-liderazgo-en-venezuela.html).
Aunque estoy en desacuerdo
con que los venezolanos estemos buscando “un
varón…que tenga posiciones duras y severas para poder arreglar esto” y
acotado en edad, si concuerdo en que se requería desde ese entonces alguien con
experiencia que ejerciera el liderazgo y desaprobábamos que estuviera
relacionado con algún partido de los que ya conocemos, proveniente de la
sociedad civil. Las mujeres venezolanas han demostrado que en esta lucha han
superado con creces la reciedumbre que se le endilga al hombre, y ni decir de
los ancianos que han dejado la comodidad de sus hogares para luchar en caliente
por sus pensiones y jubilaciones en las calles. Pero es muy posible que el Dr.
Petit haya actualizado ese perfil al ver lo que ha pasado en los últimos años.
En otras palabras, CUALQUIER venezolano, hombre, mujer de cualquier edad, más identificado con la tragedia del país que en cualquier otra cosa, con la experiencia de vida y profesional suficiente y dispuesto a enfrentarse al régimen con una narrativa clara y precisa, puede asumir esa tarea, que no es de ninguna manera fácil, como ya lo veremos.
De Simon Sinek, destacado autor internacional en liderazgo, podemos adelantar una tesis que tal vez pueda explicar el porqué no hemos encontrado ese liderazgo hasta ahora, a pesar de tener claro cuál es el perfil requerido, como lo dibujara el Dr. Vladimir Petit en la UCV. De un video corto de Sinek, extraigo para ustedes las siguientes reflexiones, con traducción e interpretación propia:
“El liderazgo es duro. Es extremadamente duro. Hablando con un amigo mío que solía dirigir todo el entrenamiento del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, me dijo que el criterio número uno para ser un líder es que quieras serlo. Y tenemos que recordar que ser un líder es como ser un padre. Ya sabes, para mucha gente que tiene un trabajo, ellos ejercen el liderazgo durante el tiempo que los demás están en su trabajo. Bueno, cuando eres un padre, ya sabes, no hay horas de encendido y apagado. Eres padre todo el tiempo. Y no estás seguro de cuándo va a pasar algo. Puede suceder en momentos oportunos e inoportunos y tienes que reaccionar. Pues bien, el liderazgo es lo mismo. No puedes encenderte o apagarte cuando eres líder. En el momento en que aceptas una posición de liderazgo, ahora es un trabajo de 24 horas al día, 7 días a la semana.
El liderazgo es en realidad algo muy, muy difícil. También conlleva el valor de mantener el rumbo. Hablamos del desvío de la misión. Decir: "No, no vamos a perseguir ese objeto atractivo. Vamos a mantener este rumbo". Eso requiere valor. Porque recuerden que muchas de las presiones que se ejercen sobre nosotros, tanto externas como a veces desde dentro de la propia empresa, con nuestros incentivos financieros, nos presionan, no siempre para que hagamos lo correcto, o a veces para que hagamos lo más conveniente, o lo más eficaz desde el punto de vista financiero. Pero eso puede perjudicar luego a la organización y a las personas. "Pero yo me beneficiaré", ¿sabes? Cosas así. Así que el coraje, el coraje de hacer lo correcto. El coraje de tener la integridad, el coraje de decir "Estoy luchando, necesito ayuda". La valentía de dar el ejemplo, la valentía de construir un equipo de confianza, la valentía de aprender y enseñar habilidades humanas. Creo que la gente no aprecia lo difícil que es el liderazgo, y es mucho más que simplemente aceptar un ascenso” (ver Simon Sinek, Ser líder significa ser responsable 24 horas al día, 7 días a la semana, en https://tinyurl.com/59zrvkcf).
Aunque Sinek se refiera fundamentalmente al entorno empresarial, el concepto expresado es trasladable a cualquier liderazgo en cualquier otro entorno, especialmente el político. De allí que podamos intercambiar el término “empresa” por “movimiento” y “ascenso por “responsabilidad”. Lo que si queda inalterable es la necesidad de coraje para hacer lo correcto.
Y eso es precisamente lo que les ha faltado a quienes se han puesto –o los han puesto- por una u otra razón al frente de esta lucha. Seguir el rumbo que su conciencia les dicte, sin la distracción de consejeros maliciosos e interesados porque eso requiere valor, dando el ejemplo. NUNCA hemos tenido eso, y menos un trabajo del liderazgo 7/24 con esa orientación. Lo bueno de todo lo que nos está pasando con este llamado vacío de liderazgo es que estamos más cerca que antes de llenar ese vacío para conseguir eso…
Caracas, 27 de Enero de 2023
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