sábado, 29 de noviembre de 2025

Venezuela: Transición, riesgos y escenarios futuros

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

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Intervención inicial del conversatorio titulado “Análisis político de la situación actual de Venezuela y posibles escenarios en el corto y mediano plazo”, sostenido con el Dr. José María Rodríguez y el Dr. Jesús Domingo Ortiz, el 28 de noviembre de 2025

(ver video completo en https://youtu.be/g7CisD11eP8?si=jRryKO3GOBiCd8Ac)

Buenos días todos. Gracias por la invitación José María y Jesús Domingo.

Durante los últimos años, Venezuela ha entrado en una fase crítica de su historia política y social. Diversos análisis, tanto nacionales como internacionales, coinciden en que el país atraviesa un punto de inflexión en el que las decisiones que se tomen —o que se impongan— definirán las próximas décadas. Las notas que he publicado recientemente en mi blog, “El dilema de la transición venezolana”  (ver nota en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/09/el-dilema-de-la-transicion-venezolana.html) y “Venezuela ante su encrucijada final” (ver nota en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/11/venezuela-ante-su-encrucijada-final.html) exploran, desde distintas perspectivas, los desafíos, peligros y posibilidades que acompañan un eventual cambio de poder en el país.

He expuesto públicamente la misma preocupación fundamental: la extrema fragilidad institucional de Venezuela. Desde hace años, el país opera sin contrapesos reales, sin poderes públicos legítimos y con una estructura estatal penetrada por redes criminales, intereses externos y grupos armados que ejercen influencia territorial. Cualquier transición, incluso aquella respaldada internacionalmente, enfrentaría un ambiente donde coexisten facciones militares enfrentadas, estructuras de seguridad politizadas, organizaciones criminales y actores externos con intereses propios.

Este contexto se hace aún más complejo ante la posibilidad de una intervención internacional o de un desplazamiento abrupto del régimen. Estudios elaborados por centros de análisis como Crisis Group, simulaciones del gobierno de Estados Unidos y evaluaciones de publicaciones como Foreign Affairs y el New York Times coinciden en advertir un escenario de alta inestabilidad posterior a la salida de Nicolás Maduro Moros. En dichos ejercicios se describe un país donde, de producirse un cambio forzado, distintas facciones competirían por ocupar el espacio de poder dejado por el régimen. Esa disputa podría desembocar en enfrentamientos armados, descontrol territorial y un incremento significativo de la violencia.

Uno de los elementos más citados es la fragmentación interna dentro de las Fuerzas Armadas venezolanas. Aunque sectores podrían respaldar un nuevo gobierno, otros se opondrían o intentarían preservar sus estructuras de poder. Los análisis señalan que esta fractura haría difícil sostener una transición sin un respaldo militar unificado o sin la presencia de fuerzas externas capaces de estabilizar el país durante el proceso. Sin embargo, Estados Unidos ha insistido en que, aunque posee la capacidad de ejecutar operaciones de precisión, no tiene la intención de mantener tropas en territorio venezolano para sostener un gobierno de transición. Esto deja un vacío significativo en la ecuación de seguridad.

A este panorama se suma la presencia de múltiples grupos armados con influencia regional —desde colectivos urbanos hasta guerrillas transnacionales— que podrían aprovechar un vacío de poder para expandir su control. La desinstitucionalización prolongada ha permitido la formación de redes complejas de economía ilícita y control social, lo que convierte a cualquier intento de restablecer el orden en una labor extremadamente delicada.

En este contexto, surge la pregunta sobre cómo legitimar un proceso de transición que permita reconstruir el país sobre bases firmes. Es aquí donde desde ANCO hemos planteado en dos comunicados, uno el 6 de octubre (ver Comunicado ANCO 06-10-2025 en https://ancoficial.blogspot.com/2025/10/comunicado-la-alianza-nacional.html) y otro el 17 de noviembre (ver Comunicado ANCO 17-11-2025, en
 https://ancoficial.blogspot.com/2025/11/comunicado-anco-propuesta-para-una.html), la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente Originaria como mecanismo para devolver el poder al ciudadano y establecer nuevas reglas institucionales. Esta propuesta parte del reconocimiento de que ninguna institución actual posee legitimidad suficiente para dirigir o supervisar un proceso de transformación profunda. Sin embargo, incluso esta vía requeriría condiciones mínimas de seguridad, acuerdos políticos y un entorno pacificado que hoy no existe.

Más allá de los análisis técnicos, existe un elemento humano que ya he hecho del conocimiento público: el cansancio colectivo del pueblo venezolano. Tras más de dos décadas de deterioro económico, social y político, una parte significativa de la población percibe cualquier desenlace como preferible al estancamiento actual. Este sentimiento, aunque comprensible, contrasta con las advertencias de los expertos sobre los riesgos de un colapso abrupto.

Mi conclusión: ¿hacia dónde puede dirigirse Venezuela?

El futuro inmediato de Venezuela depende de factores que trascienden la política tradicional. Si el cambio político ocurre sin planificación, sin acuerdos y sin presencia de estructuras capaces de garantizar la seguridad en el corto plazo, es posible que el país enfrente una fase de violencia y competencia entre actores armados, poniendo en riesgo cualquier intento de consolidar un gobierno democrático. El mediano y largo plazo depende de eso.

Sin embargo, si los distintos actores —internos y externos— logran coordinar esfuerzos, establecer garantías de seguridad y abrir un camino hacia una reconstrucción institucional basada en la legitimidad constituyente, Venezuela podría iniciar un proceso de recuperación. No sería inmediato ni sencillo, pero permitiría sentar las bases para un Estado funcional y orientado al bienestar ciudadano.

Los próximos años serán decisivos. Lo único claro es que Venezuela ha llegado a un momento que exige definiciones. El desenlace no está determinado, pero dependerá de la capacidad colectiva para evitar un colapso violento y construir un proceso de transición que responda a la complejidad real del país. Pero por sobre todo, aun sabiendo todo esto, estoy seguro que los venezolanos seremos capaces de correr el riesgo de un país inestable. Ya lo hemos hecho por más de 25 años…

Muchísimas gracias…

Caracas, 29 de Noviembre de 2025

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domingo, 23 de noviembre de 2025

Venezuela ante su encrucijada final

Imagen resumen de la nota cortesía de AI ChatGPT

Por Luis Manuel Aguana

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Al parecer es ahora cuando importantes publicaciones que influencian la conducta política en los EEUU les está “cayendo la locha” (antigua expresión muy venezolana que indica que se están dando cuenta) de lo que sucedería en Venezuela al minuto siguiente de que el Presidente Donald Trump tome la decisión de remover por cualquier vía al régimen de Nicolás Maduro Moros.

Hace menos de una semana, el 20 de noviembre, el New York Times, NYT, publicó un artículo del periodista Michael Crowley, reportando desde Washington, según el cual simulaciones de guerra realizadas por el gobierno de los EEUU “…mostraron que era probable que estallara el caos y la violencia en Venezuela, a medida que unidades militares, facciones políticas rivales e incluso grupos guerrilleros selváticos se disputaban el control del país rico en petróleo. Estas conclusiones desclasificadas, respaldadas por otros análisis de expertos, subrayan el riesgo asociado a la ofensiva de Trump contra Maduro en su segundo mandato” (ver NYT, EE UU simuló el derrocamiento de Maduro. Venezuela se sumió en el caos, en https://www.nytimes.com/es/2025/11/20/espanol/estados-unidos/eeuu-simulacion-derrocamiento-maduro.html).

Por otro lado, Crisis Group, una importante organización internacional independiente especializada en el análisis de conflictos a escala mundial, en un reporte fechado el 24 de octubre, advierte:

“No se deben subestimar los riesgos de violencia en cualquier escenario post-Maduro. Muchos altos mandos militares podrían resistirse a un cambio de régimen. Incluso con un acuerdo sobre los términos de la transición, no resulta inconcebible que sectores de las fuerzas de seguridad se rebelen e incluso emprendan una guerra de guerrillas contra las nuevas autoridades. Más aún, la infinidad de grupos armados que operan en gran parte del país probablemente aprovecharían cualquier vacío de poder para consolidar o incluso extender su control territorial”. … “Cualquier gobierno que suceda a Maduro tendrá que lidiar con una burocracia disfuncional y politizada; una grave crisis económica y humanitaria; y una infraestructura colapsada. Le resultará sumamente difícil mantener la estabilidad si al mismo tiempo se ve sometido a una campaña de violencia política” (ver Crisis Group, Los peligros de forzar un cambio de régimen en Venezuela, en https://www.crisisgroup.org/es/latin-america-caribbean/venezuela/beware-slide-toward-regime-change-venezuela)

Pero para ponerle la guinda a la torta, el 21 de noviembre, Foreign Affairs, una de las publicaciones de política mundial más importantes y prestigiosas del mundo, publica un artículo titulado “El peligro de derrocar a Maduro” (The Peril of Ousting Maduro), firmado por Phil Gunson, que dice cosas tan vitales como estas:

“Es poco probable que todos los militares respalden a Machado si llega al poder. La precaria estabilidad entre estos grupos y el Gobierno probablemente se colapse con la salida de Maduro, especialmente si el cambio se produjera de forma repentina y desafiara el control que los aliados del presidente tienen sobre las palancas del poder. Como ha señalado Juan González, ex asesor principal del presidente estadounidense Joe Biden para América Latina, las condiciones en Venezuela son propicias para una guerra prolongada de baja intensidad. Esto podría hacer que Venezuela se pareciera más a Colombia o México, plagada de asesinatos selectivos, atentados con bombas y ocasionales batallas callejeras, pero sin el tipo de gobierno electo estable que existe en Bogotá o Ciudad de México. Machado habla con confianza de un ambicioso plan de 100 días que ha preparado y que incluye restaurar el orden institucional, estabilizar la economía, reformar las fuerzas armadas y abordar una crisis humanitaria impulsada por la pobreza. Pero si la administración Trump se negara a contribuir con un número significativo fuerzas terrestres estadounidenses a Venezuela, un nuevo gobierno de la oposición dependería de los mismos generales a los que ahora acusa de dirigir cárteles de la droga para sobrevivir”… “Machado podría tener razón al predecir que algunos oficiales militares la respaldarían si lograra alcanzar el poder. Pero es poco probable que todos lo hicieran. Y si el ejército se dividiera en facciones rivales o si un gobierno posterior a Maduro disolviera el ejército y destituyera a los funcionarios civiles, las posibilidades de que se produjera un caos violento aumentarían aún más. Un gobierno de Machado-González sin suficiente respaldo militar, tanto nacional como extranjero, probablemente no podría defenderse de una campaña de acoso violento por parte de grupos armados que buscaran desestabilizarlo” (ver Foreign Affairs, The Peril of Ousting Maduro, en https://www.foreignaffairs.com/united-states/peril-ousting-maduro).

Este artículo de Foreign Affairs, así como el reporte de Crisis Group mencionados, le sirvieron de soporte y fuente principal al NYT para su aseveración acerca del resultado de los juegos de guerra realizados, para desestimar la posible inminente intervención de los EEUU en Venezuela.

El artículo de Gunson concluye, “En otras palabras, Venezuela no puede transformarse rápidamente en un país libre. Por muy poco fiable que sea el Gobierno de Maduro en la mesa de negociaciones, intentar forzar un cambio de régimen mediante la violencia acabará socavando el objetivo tanto de la oposición como de la gran mayoría de los venezolanos de establecer un sistema seguro, estable y basado en el Estado de derecho que reemplazar el régimen de Maduro. Intentar tomar un atajo podría dejar al país en una situación peor que la actual” (ver artículo de Foreign Affairs citado supra).

Pero yo me pregunto: ¿y por qué ahora? Desde la toma de posesión de Trump como Presidente de los EEUU, a escasos 10 días después de perfeccionarse el fraude electoral del 28 de julio de 2024 con una toma de posesión irrita en Venezuela, así como la anterior administración del Presidente Joe Biden, el gobierno de los EEUU ha manifestado su interés de un cambio de gobierno en Venezuela, y ahora cuando pareciera inminente ese cambio en el rumbo de los acontecimientos en nuestro país producto de la decisión de Trump, aparecen de repente “dándose cuenta”, de lo que todo el mundo percibe, que un supuesto gobierno de Edmundo González Urrutia (EGU) y María Corina Machado (MCM) parecería no tener el sustento de fuerza suficiente para mantenerse después de una hipotética caída del régimen. ¡Por favor! ¡No somos tan pendejos!

De hecho, este escribidor desde un oscuro rincón de la red, sin toda la base mundial de conocimiento ni el prestigio de esas tres publicaciones, escribió y sustentó lo mismo el 30 de septiembre en este blog: “Entonces, ¿quiere decir que vendrían, suprimirían las cabezas del régimen, trasladarían a Edmundo González Urrutia y a María Corina Machado a Miraflores y nos dejarían al resto de los venezolanos el paquete posterior de deshacernos de la superestructura narco-criminal del régimen, para que la oposición pueda conservar el poder durante una transición? Eso luce, por decir lo menos, suicida. Si los norteamericanos al menos dijeran que eso está cubierto con fuerza local, sin que la oposición tenga que afirmarlo o negarlo, el asunto no se vería tan descabellado. Pero es que los mismos funcionarios norteamericanos, como James Story, han dicho públicamente que no existen esos planes de sustentabilidad de parte de la oposición” (ver El dilema de la transición venezolana, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/09/el-dilema-de-la-transicion-venezolana.html).

No quiero ni suponer la maquinaria de intereses subterráneos que se han podido mover, para impedir que ocurra lo que todo el mundo ya da como un hecho, al punto de que estas publicaciones de talla mundial se hayan pronunciado a favor de darle un respiro al régimen a menos de una semana de la fecha límite dada por los EEUU.  Y no es porque yo esté a favor o en contra de la manera de resolver de la forma planteada la situación venezolana, así Foreign Affairs sugiera que con la negociación la oposición venezolana ha conseguido más en estos 26 años de tortura miserable a todo un pueblo. ¡No!

Es que como venezolano ya estoy, como ese más del 90% que votamos por MCM el 22 de octubre de 2023 en las primarias, y el casi 70% de los que votamos por EGU el 28 de julio de 2024, harto y obstinado de que perdure esta situación, ¡y que si algo está guindando de una mata en esta encrucijada final, ¡que termine de caer, sin importar lo que suceda luego! Y si, como dice Phil Gunson, la situación puede ser peor, ¡carajo, que lo sea! ¡Son 26 años de vivir cada vez peor! ¡Ya estamos acostumbrados al "como vaya viniendo, vamos viendo" desde nuestra fundación como país! No somos como los norteamericanos, ni como los europeos, ni siquiera como el resto de nuestros hermanos latinoamericanos. Somos venezolanos y afrontaremos lo que venga; no nos parecemos a nadie, ¡y es precisamente por eso que saldremos como vencedores!

Caracas, 23 de Noviembre de 2025

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martes, 18 de noviembre de 2025

Venezuela: Crisis de Hecho y Derecho

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

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Es realmente difícil encontrar en los anales de la historia del mundo una situación como la que ahora vive Venezuela. Ciertamente, han existido partes de esa situación en otras regiones del mundo, como grupos de irregulares armados controlando pedazos del territorio, narcotraficantes haciendo negocios en el país y exportando droga, funcionarios corruptos en todos los niveles de la administración del Estado, solo por citar algunos ejemplos, pero nunca que su alto gobierno fuera señalado como terrorista y dueño del negocio del narcotráfico, y menos aún que se encuentre sitiado militarmente por la potencia más poderosa del mundo.

Lograr que confluyan todas esas plagas en un solo lugar es verdaderamente insólito, y por supuesto en tal país, la Venezuela de la actualidad, no sería posible que funcione institucionalidad alguna, como la tendría la más pequeña de las naciones del planeta.

Las cosas funcionarían, como escuché recientemente, de hecho, más no de derecho. Y eso llamó mi atención porque, como veremos más adelante, esto tiene una importancia capital para lo que ocurrirá en el país. Pero, en lenguaje llano, ¿qué significa una situación de hecho frente a una de derecho? Parece mentira, pero estamos rodeados de esas situaciones enfrentadas en nuestra vida cotidiana. Le consulté a una IA que me refiriera 5 de ellas para esta explicación:

1. El accidente de tránsito

                     HECHO: Dos vehículos chocan en una intersección. Un conductor pasó el semáforo en rojo y golpeó a otro vehículo que cruzaba con luz verde.

                     DERECHO: La ley de tránsito establece que quien no respeta el semáforo es responsable. El conductor infractor debe indemnizar los daños según el código civil y puede recibir una multa administrativa.

2. La compra en el supermercado

                     HECHO: Una persona toma productos de los estantes, los lleva a la caja, paga con su tarjeta y se retira con la mercancía.

                     DERECHO: Se ha perfeccionado un contrato de compraventa. El supermercado transfiere la propiedad de los bienes a cambio de un precio, con todas las garantías legales del consumidor aplicables.

3. El matrimonio

                     HECHO: Dos personas mantienen una relación amorosa, viven juntas, comparten gastos y proyectos de vida.

                     DERECHO: Si contraen matrimonio ante autoridad competente, se crea un vínculo jurídico con derechos y obligaciones: régimen patrimonial, derechos sucesorios, obligaciones alimentarias, presunción de paternidad, etc.

4. El inquilino que no paga

                     HECHO: Una persona habita una vivienda durante tres meses sin pagar la renta acordada con el propietario.

                     DERECHO: Existe un incumplimiento del contrato de arrendamiento que faculta al propietario para exigir el pago mediante proceso judicial y, eventualmente, solicitar el desalojo.

5. El nacimiento de un bebé

                     HECHO: Una mujer da a luz a un bebé en un hospital.

                     DERECHO: Desde ese momento, el recién nacido adquiere personalidad jurídica, es sujeto de derechos (nombre, nacionalidad, filiación, herencia), y sus padres adquieren patria potestad con las obligaciones de cuidado, alimentación y educación que la ley establece.”

En síntesis: El hecho es el acontecimiento material que ocurre en la realidad, mientras que el derecho son las consecuencias jurídicas, derechos y obligaciones que la ley atribuye a ese hecho” (ver Claude.ai, en https://claude.ai/share/6712f4aa-d75f-4e56-9d7d-eccc4af86b0f) (resaltado nuestro).

En cada acto que realicemos o cualquier situación en donde nos encontremos, por más insignificante que nos pueda parecer, hay una normativa detrás que la sustenta que deviene del contrato no firmado que tiene cada persona por vivir en sociedad. Y si no se toma en cuenta y se ignora, hay consecuencias. Esto de ninguna manera significa que una situación DE HECHO no se pueda alargar indefinidamente. El punto aquí son las consecuencias de que no venga aparejada con la situación DE DERECHO correspondiente. Es por eso que la forma natural de las sociedades democráticas es vivir en un estado DE DERECHO.

Para hacerles el cuento más complicado, mi segunda pregunta a la IA fue por cuánto puede sostenerse una situación DE HECHO sin que se resuelva la situación DE DERECHO. Y la respuesta resulta que depende de cada caso:

“Casos donde la situación de HECHO puede sostenerse prolongadamente:

1. Cuando no hay interés en formalizarla.

Parejas en unión libre que no necesitan casarse. Acuerdos verbales entre vecinos que funcionan sin contratos

2. Cuando la ley reconoce el hecho prolongado.

Prescripción adquisitiva (usucapión): Ocupar un terreno de facto durante años puede convertirse en propiedad legal.

Uniones de hecho: Algunas legislaciones reconocen derechos tras cierto tiempo de convivencia.

Costumbre jurídica: Prácticas gubernamentales reiteradas pueden convertirse en derecho consuetudinario.

3. Cuando hay debilidad institucional

Gobiernos de facto en países con inestabilidad política

Construcciones ilegales que las autoridades no sancionan por años” (ver Claude.ai, en la dirección indicada arriba) (resaltado nuestro).

Qué interesante esta respuesta, en especial el último punto: “Gobiernos de facto en países con inestabilidad política” cuando hay debilidad institucional. No cabe duda de que Venezuela se encuentra en esa categoría.

Se intentó, a través de un proceso electoral presidencial, acabar con la situación DE HECHO (el gobierno de facto) el 28 de julio de 2024, al concurrir a unas elecciones “negociadas” que finalmente no resolvieron la situación. Pero ese día ocurrió algo extraordinario: se produjo una nueva situación: a pesar del desconocimiento del régimen  del resultado electoral, los venezolanos elegimos un presidente DE HECHO para Venezuela, más no DE DERECHO.

¿Y porque Edmundo González Urrutia (EGU) es un Presidente DE HECHO? Porque aunque el 67,1% de los votos válidos de los ciudadanos le hayan concedido la elección, constatables a través de las Actas electorales reunidas y depositadas en el Banco Central de Panamá, ninguna parte del sistema institucional venezolano tenía (ni tiene aún) la legitimidad para convertirlo en un Presidente DE DERECHO, incluidos el CNE, la Asamblea Nacional y el TSJ.

En otras palabras, aun cuando el régimen le hubiera concedido la elección, ya toda la estructura institucional del Estado venezolano se encontraba (y aun se encuentra) completamente podrida, sin legitimidad. EGU ni quienes le acompañan, no habrían podido gobernar sin antes resolver la situación institucional del Estado, de allí que ANCO siempre les sugiriera, en caso de haber llegado a Miraflores, convocar al dueño de la soberanía como primer acto de gobierno para corregir esa situación.

Tan DE HECHO es la condición presidencial de EGU que en la reciente declaración del  X Diálogo Presidencial del Grupo IDEA, celebrado en Miami, FL, EEUU, el primer punto indica: “Reconocemos formalmente a Edmundo González Urrutia como legítimo presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en los hechos y según el Derecho (ver Grupo IDEA, DECLARACIÓN DE MIAMI SOBRE EL RECONOCIMIENTO AL LEGÍTIMO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELA Y A SU VICEPRESIDENTA, en https://tinyurl.com/bddv935s) (resaltado nuestro).

La conclusión de la IA a todo este ejercicio es directa:

“Conclusión:

La tensión entre hecho y derecho es constante. Mientras que algunos hechos pueden mantenerse largo tiempo sin consecuencias jurídicas, el derecho tiende a alcanzar los hechos eventualmente mediante:

                     Fiscalización y control (auditorías, inspecciones)

                     Acción de terceros afectados (demandas, denuncias)

                     Regularización forzosa (el propio sistema exige formalización)

Reconocimiento legal del hecho (cuando el derecho se adapta a la realidad social)

En el ejercicio gubernamental, la situación es más crítica: un gobierno que sostiene situaciones de hecho sin respaldo jurídico erosiona el Estado de Derecho y eventualmente enfrenta crisis de legitimidad, control judicial o incluso sanciones internacionales(ver Claude.ai, en la dirección indicada arriba) (resaltado nuestro).

Nada más cercano a la realidad venezolana: desaparición del Estado de Derecho, una crisis mayúscula de legitimidad y sanciones internacionales. La frase “el derecho tiende a alcanzar los hechos es una realidad, y por más que se intente alargar o negar la situación DE HECHO presentada el 28 de julio de 2024, esta terminará por imponerse.

Sin embargo, muy poco se habrá logrado si esto llega a realizarse sin estar acompañado por el contexto de legitimidad necesario, para que esa presidencia DE HECHO se pueda convertir en una presidencia DE DERECHO. Y este es el verdadero fondo del más reciente comunicado de ANCO: “Propuesta para una Solución Pacífica, Democrática y Constitucional a la Crisis Política y Estructural de Venezuela” (ver Comunicado ANCO 17-11-2028, en https://ancoficial.blogspot.com/2025/11/comunicado-anco-propuesta-para-una.html).

En otras palabras, si vamos a entrar pronto a un nuevo ciclo –esta vez virtuoso- de la vida del país, hay que hacerlo comenzando por el principio: permitiendo que el pueblo, en ejercicio de su completa soberanía decida traducir las situaciones DE HECHO de 26 años de tragedia continuada, en un ejercicio DE DERECHO. Eso es lo único que nos puede garantizar a los venezolanos un retorno limpio y claro a la democracia y la libertad para las nuevas generaciones.

Caracas, 18 de Noviembre de 2025

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sábado, 8 de noviembre de 2025

Constituyente, antes que elecciones

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

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Siempre me ha llamado la atención la frase que muchos amigos me repiten: “Es muy interesante lo que escribes, pero (siempre el "pero"…) dejo de leer cuando abordas tu tema permanente de la Constituyente…”. Al parecer, años tratando el tema, que ya fastidio a mis amigos... Y eso es muy lamentable porque si ahora, en este momento crucial del país, hay algo que debemos comenzar a abordar desde este momento -y con mayor profundidad- es precisamente la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. Y no solamente en este modesto espacio, todo el que desee la estabilidad de un posible nuevo gobierno de transición, después de cualquier cosa que le pueda ocurrir al régimen de Nicolás Maduro Moros, debe empezar a estudiar lo que significa un proceso Constituyente.

Y no solo por el rescate de las instituciones para que la acción de un posible nuevo gobierno de transición  llegue donde tiene que llegar (tema que abordé hace mas de 12 años: La institucionalidad: ¿Cómo se come eso?, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/01/la-institucionalidad-como-se-come-eso.html) , o explicar una vez más el porqué y el para qué de una Constituyente (cosa que también hice: ANCO, el porqué y el para qué de una Constituyente, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/09/anco-el-porque-y-el-para-que-de-una.html). No.

Y hay que abordarlo porque sigo sin explicarme, porque la gente aún confunde el mecanismo con la finalidad. La única manera que establece la Constitución (Artículo 347) para hacerle un “reset” (botón que usted le aprieta a una computadora para comenzar todo desde el principio) al país, es el mecanismo Constituyente. Convocar a la soberanía popular para escucharnos todos y debatir el futuro, que es en realidad la razón de esa convocatoria. Pero hay terror en hacer eso. Después de más de 26 años de que Chávez destruyó lo que llamó “la moribunda”, al momento de su juramentación por primera vez como Presidente de la República, todavía el venezolano común siente que pasaría lo mismo, si se vuelve a convocar otra Constituyente. Bien decimos en Venezuela, “el que fue picado de culebra le tiene miedo al bejuco”…

Y lo más lamentable es que esa percepción es alimentada por los partidos políticos –los viejos y los nuevos- y todo aquel que quiera que las cosas sigan igual. Los primeros detractores de una convocatoria cabal del pueblo venezolano para reordenar este desastre, son precisamente aquellos que lo han creado porque creen que el pueblo, no sin cierta razón, les exigirá las cuentas a pagar. Y algunos que no quieren quedar mal ante sus electores, aunque por dentro estén convencidos de la necesidad de hacerlo, se abstienen de pronunciarse o se pronuncian tímidamente en contra, argumentando que se puede gobernar con el adefesio de 1999 y que “hay que defender la Constitución”.

Pero lo más extremo es lo que recientemente he escuchado de algunos personajes, que insisten en la convocatoria a elecciones después de un posible desplazamiento del régimen de Maduro, posterior a un necesario gobierno de transición. Eso es como si alguien nos dijera que, luego de sacar a los “ocupas” ilegales de tu casa alquilada después de 26 años de usarla y hacerla trizas, decidas que la destrucción de toda la estructura y los baños se resuelve con una mano de pintura.

En mi nota anterior (ver Del Decreto Orgánico a la Transición, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/10/del-decreto-organico-la-transicion.html) no hice referencia al resultado de una posible intervención de los EEUU en nuestro país, entre otras razones por que nadie sabe, salvo el Presidente de los EEUU, lo que finalmente pasará con la fuerza que movilizo a las cercanías de Venezuela. Solo me referí a lo que debería pasar después ante una posible ausencia sobrevenida de los actuales gobernantes del país, recordando lo que ha sucedido en Venezuela en más de 100 años de golpes de Estado, bien documentados por el desaparecido historiador venezolano, Jorge Olavarría.

Sin embargo, la situación de la Venezuela actual es muy diferente, en comparación a la última vivida en 1958. Ese año, la Junta de Gobierno Cívico-Militar encabezada por el VA Wolfgang Larrazabal, luego de legalizar los partidos proscritos por la dictadura perezjimenista, les dio un piso de estabilidad a las fuerzas políticas de entonces para proceder a unas elecciones generales en diciembre de ese año. La única resistencia solo podría venir de los grupos disidentes dentro de las mismas FFAA, y que la Junta logró mantener a raya para unas elecciones pacíficas a finales de ese año.

La Venezuela de 1958 está muy lejos de ser el país en el que hoy vivimos. En la actualidad, Venezuela se encuentra invadida por fuerzas armadas irregulares colombianas en los estados fronterizos, y azotada por grupos paramilitares armados a lo largo y ancho del país, en especial en las principales ciudades, con unas FFAA señaladas como responsables del negocio del  narcotráfico. Este cuadro no es precisamente el mejor contexto para manejar una transición pacífica como en 1958. Wolfgang Larrazabal manejó un jardín de infancia en comparación con lo que enfrentará un posible gobierno de transición en Venezuela.

Cualquier propuesta de solución pacífica en el territorio tendría que tomar en cuenta esa situación para generar un piso institucional que logre estabilizar el país y darle base legítima a un nuevo gobierno post-régimen en Venezuela. Es por esa razón que ANCO propuso a comienzos del mes de octubre el camino Constitucional de una Constituyente:

“Siendo testigos de excepción hasta hoy de la actual situación política del país, consideramos que el rol de la ciudadanía tiene que ser auténticamente protagónico, en el caso de que se produzca cualquier evento sobrevenido o no, que interrumpa el actual estado institucional del país. A este respecto, fieles a nuestra tradición republicana, a la libertad y la paz, ANCO PROPONE para enfrentar la crisis que se conforme un Gobierno de Transición Nacional y de Reinstitucionalización Democrática Representativo, en ejercicio y acatamiento a los artículos 5, 62, 70, 326, 333, 347 y 350 constitucionales, integrado por venezolanos de trayectoria y experticia pública intachable, con representación de la Fuerza Armada, donde se reconozca la voluntad expresada por la soberanía popular el 28 de julio del 2024, y que sea obligatoriamente ratificada por el pueblo venezolano, y legitimada en su origen y desempeño, mediante una Convención Constituyente, que brinde legitimidad a la gestión de la transición y elabore un nuevo, moderno y urgente Pacto Social conforme al Artículo 347 Constitucional. El corazón de esta transición radica en establecer las bases para acometer la gran tarea de reconstrucción de Venezuela, bajo el acompañamiento soberano y respaldo del pueblo” (ver Comunicado ANCO 06-10-2025, en https://ancoficial.blogspot.com/2025/10/comunicado-la-alianza-nacional.html).

Una vez sometido ese Gobierno de Transición Nacional a la consideración y aprobación del pueblo venezolano, tendría la legitimidad suficiente para gobernar y estabilizar el país, tomar las medidas necesarias que requiere con urgencia el pueblo venezolano, hasta la entrega del poder a quienes resulten electos mediante la convocatoria a elecciones generales (Presidente y Congreso), basadas en una nueva Constitución que redactaría la representación legítima reunida en la Asamblea Nacional Constituyente convocada, y aprobada por el pueblo mediante el correspondiente Referendo Constitucional.

Esa debería ser la secuencia, y hago votos porque la Comunidad Internacional entienda que cualquier otra ruta sería altamente inestable políticamente para Venezuela y la región, porque no sería otra cosa que cambiar una situación grave por otra seguramente peor. Unas simples elecciones convocadas por un posible gobierno de transición post-régimen no resuelven el problema de fondo de la ilegitimidad estructural e institucional del país. Y eso deberían saberlo quienes asedian al régimen desde el exterior. En este momento no existe legitimidad alguna en ninguna institución del poder público en Venezuela. Recuperar esa legitimidad antes, debe y tiene que ser la prioridad principal para cualquiera que llegue al poder en Venezuela.

Caracas, 8 de Noviembre de 2025

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viernes, 31 de octubre de 2025

Del Decreto Orgánico a la Transición

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

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El artículo del historiador venezolano Jorge Olavarría y la Memoria Histórica que le acompaña, titulado “El derecho a la rebelión”, publicado a pocos días de los sucesos del 11 de abril de 2002, podría considerarse como una guía conceptual para cualquier cambio forzado de gobierno que se haya escrito especialmente para Venezuela, que toma en cuenta el accidentado devenir político de nuestro país (ver Jorge Olavarría, El derecho a la rebelión, 19 de febrero de 2002, en https://tinyurl.com/32vm9uas)

Olavarría toma como marco de referencia el Decreto Orgánico de El Libertador  de 1828, sucedido tras el fracaso de la Convención de Ocaña -que fue en su esencia una Convención Constituyente- para establecer una nueva Constitución para la Gran Colombia.

Este Decreto Orgánico de El Libertador, conocido también como el Decreto Orgánico de la Dictadura de Bolívar, dio al Libertador todas las facultades para gobernar la Gran Colombia hasta la convocatoria de la representación nacional, conformada en un Congreso Constituyente para el 2 de enero de 1830, como mandato en el último artículo del decreto (ver Decreto Orgánico del Libertador de 27 de agosto de 1828, por medio del cual asume el Poder Supremo, en https://tinyurl.com/44r2k92y).

Instalado el Constituyente 20 de enero de 1830 como Congreso Admirable, bajo la presidencia de Antonio José de Sucre, El Libertador entrega el poder al Congreso Constituyente el 27 de abril de 1830, finalizando así la Dictadura de Bolívar (ver UNEFA, La dictadura de Bolívar, en http://catedrab-unefa.blogspot.com/2012/01/la-dictadura-de-bolivar.html).

La secuencia histórica que hace Olavarría es precisa:“La comparación del Decreto Orgánico de 1828 con el modelo de actos constitutivos de de los gobiernos de facto de nuestra historia, del cual el Decreto de “Reorganización de la República” de Joaquín Crespo de octubre de 1892, es su arquetipo, ilustra lo que  quiero decir. En 1892 Crespo decretó la vigencia de todas las leyes y decretos "en cuanto no se opongan a los principios y fines de la revolución"'. Y "garantizó" los derechos individuales, civiles y políticos “siempre que fueran compatibles con los fines de la revolución”. Lo mismo hizo Castro en 1899, Gómez en 1914, la Junta Revolucionaria de Gobierno en 1945, la Junta Militar y el Alto Mando militar en 1948, 1950, 1952 y 1958. Sería de desear que el gobierno que debe constituirse tras el necesario derrocamiento de Hugo Chávez, aprenda las lecciones de nuestra historia y sepa ver en el admirable Decreto Orgánico de Bolívar de 1828 un precedente digno de ser tomado en cuenta”.

Nadie podría negar que pudiéramos encontrarnos a las puertas de una situación semejante y que se ha producido en cada oportunidad de la historia desde 1892, justo después de un cambio de facto de un gobierno. Más de un siglo de golpes de Estado deberían haber aleccionado a las instituciones que generalmente terminan estando involucradas en esos acontecimientos, para que se logre reencaminar la paz social de la República.

Las opiniones de los expertos internacionales con cierto grado de seriedad y credibilidad, apuntan a que los EEUU y su Presidente, no iniciarán una intervención armada en nuestro país, y todos concuerdan que su intención fundamental es lograr un accionar para que aquellos buscados por sus autoridades judiciales como jefes de un cartel narcoterrorista, abandonen el poder en Venezuela. A estos efectos les invito a revisar los análisis internacionales de Eurasia Group (ver GZERO, Riley Callagan, ¿Pretende Trump un cambio de régimen en Venezuela? 29-10-2025, en  https://www.gzeromedia.com/news/analysis/is-trump-aiming-for-regime-change-in-venezuela), Elliott Abrams y R. Evan Ellis (ver Oppenheimer Presenta, ¿PROPONDRÁ TRUMP UN “CAMBIO DE RÉGIMEN” EN VENEZUELA?, en https://youtu.be/Rh0aOLaGMmQ?si=YlZaUP7sdH8Gzasb).

La doble condición de los indiciados por las autoridades de los EEUU, como jefes de un cartel de drogas, y a la vez como gobernantes de facto de un país, ha complicado infinitamente la situación. No se puede presionar para resolver un problema criminal sin provocar como consecuencia otro de orden político. De allí que siempre me hayan asombrado las opiniones que indican que solo tenemos un problema criminal. Nada más alejado de la realidad.

Para los fines de este análisis, no me referiré a cuál sea el desenlace que decidan los EEUU para resolver la situación que ellos han provocado con la presencia de su flota armada en las cercanías del espacio marítimo de Venezuela. Lo que sí creo de importancia señalar es la situación política que se desataría ante una posible ausencia sobrevenida de los actuales gobernantes del país.

No es tan simple suponer que, luego de una ausencia abrupta del poder de quienes en este momento lo detentan, las cosas fluirán a partir de ese momento, como lo imagina la mayoría. Lo menos que ocurriría sería lo que menciona Risa Grais-Targow, experta en América Latina del Eurasia Group: “Grais-Targow advierte que cualquier transición posterior a Maduro sería «caótica». «El partido gobernante y las fuerzas armadas controlan todas las instituciones relevantes», afirma, «y cualquier eventual elección competitiva o traspaso de poder requeriría difíciles negociaciones en torno al reparto del poder, junto con garantías económicas y de amnistía»” (análisis anteriormente citado de Eurasia Group).

Ahora bien, lo que esperan los EEUU luego de anunciar las operaciones “en el terreno” de la CIA en Venezuela, y las opiniones expresadas por Abrams y Ellis en la entrevista con Oppenheimer, es lograr la caída del régimen a través de una presión que socave sus bases de sustentación. “Maduro va a caer, ¿quieres caer con él?”, ese sería el mensaje dirigido a quienes sostienen al régimen, como bien lo indicó Abrams como diplomático de amplia experiencia con Venezuela.

Pero el desarrollo de esa estrategia es lento y de allí que se entienda el porqué ha tardado lo que todo el mundo está creyendo que debe pasar a lo inmediato, a pesar de la presión militar y política ejercida desde el exterior por los EEUU. Y resulta claro que para eso no se necesita tener barcos armados a las afueras de nuestras costas, si lo que en realidad desean ahora es que el régimen implosione a causa de traiciones internas, para evitarse la presencia militar en nuestro país.

Entonces, bajo esa premisa, lo que ahora se vería como claro, es que estaríamos ante la espera de la misma situación histórica de un desplazamiento del poder del actual grupo dominante por otro, como ya ha ocurrido en más de 100 años en Venezuela,  pero esta vez debido a una intervención indirecta de los EEUU, respaldada por la fuerza. Esa sería la nueva estrategia.

Esta situación abre un abanico de posibilidades, desde la propuesta que hizo el régimen a los EEUU a través de Qatar, entregándole el poder a la Vicepresidente sobre la base de la sucesión Constitucional de Maduro (y que fuera negada), hasta un movimiento militar semejante al 11 de abril de 2002.

En este último caso, nunca habría garantía de que ese vacío de poder sea llenado por el legítimo vencedor de la elección presidencial del 28 de julio de 2024 y mucho menos de la fuerza política que le acompañó, como nos lo han vendido. Cualquiera pudiera ser, en ese caso, quienes sustituyan a Maduro como gobernante en el caso de que la nueva estrategia de los EEUU resulte exitosa. Pero ¿eso no sería más de lo mismo de lo que ya han hecho, solo que con un garrote en el Caribe que cada minuto que pasa, luce que no usarán por todas las razones que han señalado los expertos? No hay que olvidar que el Presidente Trump no es dueño de esos barcos, sino el poder institucional de los EEUU, que se estará preguntando si vale la pena para ellos una guerra con Venezuela.

¿Y cuáles deberían ser los siguientes pasos de un hipotético nuevo gobierno de transición que se inicie justo al momento del éxito de una estrategia como esa, cubriendo un vacío de poder? Los que sugirió Jorge Olavarría en el año 2002: seguir los pasos del Libertador en 1828. Asumir el poder, establecer una estructura semejante al Decreto Orgánico de 1828 para gobernar y estabilizar el país, y convocar a una Convención Constituyente para entregarle el poder posteriormente a la brevedad posible. Pero entregarlo de verdad, como efectivamente lo hizo Bolívar ante el Constituyente. Así de claro, así de simple. Dios y el espíritu de la grandeza política del Genio de América nos acompañen…

Caracas, 31 de Octubre de 2025

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jueves, 23 de octubre de 2025

La fábula de la oposición alacrán

Imagen resumen de la nota cortesía de AI Google Gemini

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Quiero comenzar recordando la fábula del Alacrán y la Rana, que se le atribuye al autor griego Esopo, del siglo VI a.C, para ponerlos en contexto:

El Alacrán y la Rana

Un alacrán se acercó a la orilla de un río y le pidió a una rana que lo llevara en su lomo para cruzar.

La rana desconfió y le dijo: —¿Cómo sé que no me picarás? Si lo haces, moriré.

El alacrán respondió con astucia: —No seas tonta. Si te pico, ambos nos hundiríamos, y yo tampoco sé nadar. No tengo ninguna razón lógica para picarte.

La rana se convenció ante el razonamiento del alacrán y aceptó. Lo cargó sobre su espalda y comenzó a nadar.

A mitad del río, la rana sintió un agudo y terrible dolor: el alacrán la había picado. Mientras ambos se hundían en el agua, la rana agonizante le gritó: —¡Pero ¿por qué lo hiciste?! Ahora moriremos los dos.

Y el alacrán, mientras se ahogaba, respondió: —No pude evitarlo. Es mi naturaleza”.

(texto anónimo popular) (resaltado nuestro).

De la fábula se desprende que un alacrán no es en esencia “malo”. No puede evitar las conductas dañinas que están en su naturaleza, así le cueste la vida. No puede alguien culpar a un tiburón de atacar y comerse a alguien en una playa, o el tigre en la selva que ataca a un explorador. Esa es su naturaleza.

Si hay alguien a quien culpar en esta fábula de la tragedia en el río es a la rana, quien por ingenuidad o ignorancia pone su vida en las manos de alguien que por su propia naturaleza le hará daño, así le prometa que no lo hará. En este caso, el escorpión SABE de cierto que puede pasar lo que efectivamente pasó a la mitad del río.

Es esto exactamente lo que nos ha pasado a los venezolanos cuando por más de 25 años le dimos –por ingenuidad o ignorancia- a la oposición alacrán la confianza para representar nuestros intereses frente al régimen. La población les dio el voto –la monto sobre su lomo- para tomar toda una Asamblea Nacional en el año 2015 para solo lograr un gobierno interino inconstitucional tan o más corrupto que el régimen, sin contar con un Referendo Revocatorio que el régimen destruyó, utilizando la decisión de sus tribunales. Todo eso fue tanto o más que una picada de alacrán.

La información que publica el periodista Casto Ocando de sus fuentes confiables, indicando que los alacranes no se quedaron tranquilos con la derrota aplastante que les propino María Corina Machado (MCM) en las primarias de octubre de 2023, ni haber logrado –con la pequeña ayuda del régimen y sin haber ganado las primarias- que un militante de la MUD/PU resultara finalmente el candidato de la oposición, por encima de la indiscutible representante opositora, vencedora de una elección, nos da el mismo mensaje de confianza ilusa que recibió la rana antes de cruzar el río (ver Casto Ocando News, EXCLUSIVA: La otra negociación secreta de Qatar, en https://youtu.be/1mn268eSyxg?si=CBHb2BYrBLOSFHH9).

Efectivamente, el documento que referencia el periodista Ocando realizado por equipos de trabajo de Qatar, refleja que no solo se encuentran allí los llamados alacranes que todos conocemos, proponentes de otro engaño al pueblo de Venezuela, sino también –vaya sorpresa- importantes actores de la Iglesia Católica como el Arzobispo de Caracas Raúl Biord Castillo y el Rector de la Universidad Católica Andrés Bello, Arturo Peraza. 

Y he allí lo grave de esta situación. No se trata solo de que haya sido rechazada tal propuesta presentada por estos alacranes al gobierno norteamericano, por intermedio del gobierno de Qatar, sino que todavía a estas alturas, los alacranes aún crean que existen venezolanos que puedan confiar que ellos no los picarán en medio del río. Tendríamos que habernos vuelto todos locos. Porque si no, ¿de qué otra manera semejantes cadáveres políticos se atreverían siquiera a abrir la boca para resolver un desastre del cual ellos han sido corresponsables históricos y cómplices actuales? Y lo peor es que crean que los EEUU les comprarán tan siquiera su presencia después del desastre del interinato.

Sería impensable que los cuatro operadores políticos y responsables principales de la propuesta, mencionados por el periodista Casto Ocando, Henrique Capriles, ex candidato presidencial, Gustavo Duque, Alcalde de Chacao, Gerardo Blyde, ex negociador de la MUD/PU y Manuel Rosales, exgobernador del Zulia, den un solo paso para poner en duda el resultado electoral del 28 de julio y llamar a un nuevo proceso electoral, si no creyeran de verdad, como el alacrán al engañar a la rana, que pueden volver a pasar el rio en el lomo de un atajo de pendejos:

Un signo común es la negativa de todos los actores mencionados debajo (es decir, de los presentantes de la propuesta), de articular acciones en conjunto con María Corina Machado por su negativa a establecer nuevas estrategias y nuevas alianzas sociales o políticas. La opinión de avalar como definitivo el resultado electoral del 28 de julio por los actores abajo mencionados es diversa y ante este escenario prefieren optar por un gobierno de transición que conduzca al país a nuevas elecciones” (ver Casto Ocando News, EXCLUSIVA: La otra negociación secreta de Qatar, arriba citada).

En otras palabras, sin NINGÚN apoyo de los venezolanos, -ni de ahora, ni en el pasado y menos aún en el futuro- un grupo de alacranes plenamente identificados, tienen aún el atrevimiento de maniobrar fuera del país para intentar convencer al dueño de los barcos en el Caribe, en compañía de algunos miembros de la Iglesia Católica, que no reflejan la verdadera esencia de una Institución que se ha pronunciado en repetidas oportunidades a favor de la refundación urgente de la nación, usando de una manera indebida, descarada, artera y politizada la canonización de los santos José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles, para dejar de lado a la líder auténtica de la posibilidad más cercana que hemos tenido de terminar con la tragedia venezolana, y proceder a una negociación en términos desfavorables para los venezolanos. Es el caso clásico y repugnante que vimos arriba del alacrán que pretende pasar el rio, engañando abiertamente a la rana, aun sabiendo que por su naturaleza nos picará a la mitad del recorrido. SABE que lo hará porque es su naturaleza, pero aun así propone algo que nos ahogará a todos:

“3. En el marco del proceso de canonización de dos santos que la Iglesia Católica de Venezuela adelanta, se ha planteado un proceso gradual de liberaciones de un grupo de personas para que sean amnistiados, la conformación de una mesa de diálogo nacional, que incluya a nuevos factores opositores y que allí se determine” una nueva agenda política que derive en condiciones electorales para la realización de un Referendo Revocatorio en los términos establecidos por la Constitución Nacional, y la puesta en marcha de un proceso de amnistía para un grupo de exiliados. Como contraparte se solicita retiro inmediato de tropas militares de Estados Unidos, aliviar sanciones de la Unión Europea, generar flexibilidad en licencias petroleras, reducir sanciones a funcionarios de Alto y Medio nivel. Este planteamiento reiterado ante Embajada de Reino Unido, Francia, Colombia y Rusia ha sido presentado por Raúl Biord Castillo, actual arzobispo católico de Caracas y promotor de las canonizaciones, por Eduardo Fernández, Ramón Guillermo Aveledo, Arturo Peraza, rector de una importante universidad. Reuniones coordinadas por la señora María Eugenia Mosquera” (ver Casto Ocando News, EXCLUSIVA: La otra negociación secreta de Qatar, arriba citada).

Lo único que puede salvar a los venezolanos es su convencimiento definitivo de que esta gente mencionada, y muchos otros que se han comprobado como alacranes, NO PUEDEN NI DEBEN ponerle las manos más nunca a ningún cargo de elección popular en el futuro, y que cuando regrese el Estado de Derecho y la democracia a este país, con instituciones sólidas y transparentes, estos personajes finalmente se convenzan de que nadie los quiere y que perderán su tiempo si insisten en buscar el voto de los ciudadanos. Ya es hora de que la rana tome conciencia final del engaño patológico del alacrán. Sin eso, Venezuela seguirá soportando a la representación de ese animal, más allá de esta tragedia, sin salir del fondo del río en una fábula infinita, al que los alacranes nos han llevado una y otra vez a los venezolanos…

Caracas, 23 de Octubre de 2025

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