martes, 3 de julio de 2012

El Poder de una Frase

Por Luis Manuel Aguana

En el transcurso de la historia del mundo han existido frases que han definido los momentos de un país y de una sociedad. Es impresionante como el poder de una frase dicha en el momento justo ha cambiado para siempre el curso de los acontecimientos.

Nadie se puede imaginar cual habría sido el destino de Inglaterra si Winston Churchill no hubiera pronunciado esa frase en la Cámara de los Comunes en 1940 al reemplazar al anterior Primer Ministro Chamberlain y que se hizo tan famosa: "No tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor.". El pueblo inglés soportó bombardeos, penurias y sangre, resistiendo los embates de un enemigo poderosísimo solo porque su liderazgo le insufló el coraje para hacerlo y salieron adelante.

Que hubiera pasado en Venezuela en 1812 si luego del terremoto de Caracas, con un pueblo sometido al dominio español, si Bolivar no hubiera pronunciado "…si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca!...", en un claro desafío pecaminoso ante Dios. Muchos lo atribuyeron a que era necesaria esa dura expresión porque la gente estaba moralmente derrotada y había que estremecerla para que saliera de su depresión y peleara por su libertad.

Otra frase que repitió hasta el cansancio Martin Luther King en su discurso desde las escaleras del Monumento a Lincoln en 1963..."Yo tengo un sueño, yo tengo un sueño..." fue definitoria para el Movimiento de los Derechos Civiles de los Estados Unidos cuando todas las minorías negras soñaron que era posible vivir con igualdad de derechos y oportunidades en un país que no había terminado de entender que la esclavitud se había acabado con Abraham Lincoln.

Que importante resultan las frases bien dichas en los momentos aciagos cuando un liderazgo entiende y se sintoniza con la gente. En el medio de la más atroz depresión de los años 30’s, en los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt pronunció un discurso memorable al momento de asumir la Presidencia en 1933 y en el que indicó, de entrada y en sus primeras frases: “Esta gran nación va a salir adelante como lo ha hecho hasta ahora; revivirá y prosperará. En consecuencia, primero que nada, permítanme manifestar mi firme convicción, de que a la única cosa a la que tenemos que temer, es al miedo mismo- miedo anónimo e irracional y sin sentido que paraliza todos los esfuerzos que son necesarios para convertir el retroceso en una marcha hacia adelante…”. ¡Las palabras justas para el momento justo! No en vano Roosevelt repitió cuatro veces como Presidente hasta que la muerte lo sorprendió no terminando su último período.

Ya más de cerca, otras frases se hicieron célebres y ciertamente marcaron un rumbo al país. La famosa frase “Compañeros: Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros, acá en Caracas, no logramos controlar el poder.”. Esto fue pronunciado por Hugo Chávez cuando ladinamente los oficiales que lo custodiaban desobedecieron las ordenes de mostrar a los medios al principal responsable del golpe del 4 de Febrero de 1992. Esa frase se grabó en el imaginario popular al punto que todo el mundo, incluyendo a quien escribe esta nota, pensó que por fin aparecía un venezolano responsabilizándose de sus acciones cuando todo el mundo en este país, en particular en el mundo político, escurría el bulto a las suyas.

Esos 15 segundos de fama se le metieron en los poros a miles de venezolanos hasta el punto que hoy todavía hay gente que cree que este golpista sigue siendo la solución. Vean que poder tuvo eso que aun sufrimos.

Una de las frases más importantes del siglo XX venezolano y que cambió el imaginario popular en el tema económico y político la constituyó el famoso “Sembrar el Petróleo” de Arturo Uslar Pietri, escrita por primera vez por el insigne venezolano en el editorial del diario “Ahora” en Julio de 1936. Tanto caló este pensamiento que todavía los venezolanos nos debatimos en su significado, dando un sin número de interpretaciones a como debe ser utilizado el producto de nuestra renta petrolera. Desde ese momento y hasta que se acabe el petróleo como bien comercial en el mundo y para Venezuela, este concepto prevalecerá en la mente de todo aquel que gobierne este país para siempre.

Las frases no son solo celebres. Marcan un rumbo. Algunos recordamos todavía el “Recibo una Venezuela hipotecada” de Luis Herrera Campins al asumir la Presidencia de la República en 1979, para luego realizar la mayor devaluación conocida por el país hasta ese entonces durante el famoso “Viernes Negro” de 1983. Todo el mundo le recordó al Presidente Herrera en su gobierno que si el había recibido una Venezuela en hipoteca, él perdió la casa. Aun muchos decíamos, antes de conocer el actual desgobierno de Chávez, que el de Herrera Campins había sido el peor gobierno de la democracia. Chávez nos sorprendió con uno, o mejor dicho varios, gobiernos mucho peores que el del recordado Presidente Herrera, especialista en salidas inteligentes y famosos dichos. Es por eso que por la boca muere el pez.

Y entre frase y frase llegamos a la ultima perla del collar del Presidente: “Quien no es chavista no es venezolano”, pronunciada durante el discurso del 191 Aniversario de la Batalla de Carabobo. Menudo sitio que escogió para insultarnos y dividirnos aun más a todos los venezolanos. Cualquiera que estuviera presente en el acto debió haber sentido terror a que las almas de aquellos bravos guerreros que lucharon en el Campo de Carabobo, que selló la libertad de todo un continente, abrieran de par en par esa tierra y se tragara vivo al insolente que pronunció tal blasfemia. Ya los venezolanos perdimos nuestra capacidad de asombro ante este adefesio político que funge como Presidente de la Republica. Pero lo que tal vez no haya previsto este blasfemo son las consecuencias de esa frase.

Y así como en 1992 esos segundos en los que pronunció su famosa frase del “Por Ahora” que le dieron fama mundial, elevando al golpista a la categoría de Presidente, esa frase lamentable y excluyente pronunciada en el Campo de Carabobo lo llevará a una estrepitosa derrota. Los venezolanos no somos así y parece que el golpista lo ha olvidado en el camino. No hay nada más desagradable e intolerable para un venezolano que alguien discrimine por cualquier condición. Es como un requisito básico de nuestra nacionalidad. Esa frase lo llevará indefectiblemente a su muerte política.

Pero lo más hermoso, incluyente y abrumador, fue la respuesta de su principal contendor y próximo Presidente de todos los venezolanos: "El Presidente no decide quién es venezolano, son los venezolanos quienes deciden quien es el Presidente". Esa frase cambiará la historia de Venezuela…

Caracas, 3 de Julio de 2012

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domingo, 1 de julio de 2012

Foro de Sao Paulo: Oxígeno para una Revolución moribunda

Por Luis Manuel Aguana

A principios del gobierno chavista circuló profusamente un documento anónimo titulado "EL PROYECTO o EL PROCESO - Estudio y entendimiento de un Plan Siniestro” (verlo en www.venezuelanet.org/El_Proceso.pps) y cuya autoría se le podría atribuir a lo que el régimen califica como la “ultraderecha”. El documento cita muchos nombres, actuales y pasados, de quienes han funcionado como protagonistas del llamado “proceso” chavista y sus responsabilidades en mucho de lo que nos está pasando hoy a los venezolanos. Indicaba claramente que el desastre que en aquel entonces empezaba a mostrarse a todos los venezolanos y cuyo protagonista principal era Hugo Chávez, no era más que el capítulo venezolano de un plan de mucha mayor envergadura y con cobertura y alcances internacionales del cual Venezuela era una pieza clave y fundamental en su ejecución.

De esta manera conocí por primera vez qué era el llamado Foro de Sao Paulo. Los movimientos de la izquierda revolucionaria latinoamericana reagrupados luego del fracaso de la revolución armada. El convocante en 1990, Lula Da Silva, acogió a “nuestros” representantes de aquel entonces, Pablo Medina y Alì Rodríguez Araque, para reformular los planes de los viejos insurgentes que, como el “Che” Guevara, podrían bien ser considerados terroristas en el presente siglo. Cualquier lector ingenuo de aquel entonces, -como quien les escribe- al ver ese documento hubiera dicho, y como en efecto me dije, que resultaban exageradas todas esas afirmaciones. Pero el tiempo, que todo lo devela, pasó. Y vaya que pasó. Resultó ser que no eran tan exageradas.

Es cuesta arriba no decir ahora que el gobierno venezolano no ha financiado y dado protección en Venezuela a los guerrilleros colombianos de las FARC, luego de las pruebas internacionales mostradas por el Ex Presidente Álvaro Uribe, sin contar con las computadoras de Alias Raul Reyes. Nadie puede negar la profundización de los primeros contactos denunciados en ese documento con la Libia de Kadafi, la vinculación del gobierno con las organizaciones terroristas Palestinas HAMAS y el JIHAD ISLÁMICO, y que son solo parte de lo que hemos visto los venezolanos en estos últimos años, que se han denunciado fuera del país, sin incluir el armamento ruso, chino e iraní. Asimismo, la internacionalización y financiamiento descarado del llamado “proceso” chavista a los gobiernos de Ecuador, Bolivia, Nicaragua, y el resto de los países del ALBA.

Entonces, ese documento anónimo de la “ultraderecha” resultó ser como premonitorio de lo que nos esperaba con la profundización del “proceso” chavista en Venezuela y en Latinoamérica, con el dinero de la renta petrolera de todos los venezolanos; y que los protagonistas señalados no han hecho más que seguir un guión del cual todos hemos sido testigos de excepción en los últimos 13 años.

Sin embargo, el documento cerraba con un llamado de esperanza. Convocaba a que “El líder que va a conducir la victoria y felicidad de este noble pueblo va a llegar, nadie lo conoce ahora pero cuando aparezca todos lo reconocerán”. Y tuvo razón. Nadie lo conocía al comienzo del gobierno de Chávez y cuando fue electo el 12 de Febrero de 2012, desde ese momento todos lo reconocemos: Henrique Capriles Radonsky.

La aparición de este personaje ha sido de tal trascendencia que ha provocado que sea necesaria la reagrupación de las fuerzas que produjeron a Hugo Chávez: El Foro de Sao Paulo. La posibilidad de perder el gobierno de Venezuela ha puesto en guardia a los integrantes de esa izquierda trasnochada que se ha nutrido de los fondos de una nación con la complicidad de un traidor a la Constitución, entregando el sistema de libertades y la democracia a un conciliábulo que requiere de su permanencia en el poder para poder sobrevivir. Los fondos que provee Venezuela a la izquierda representada en ese Foro son insustituibles.

Pero llegan tarde. El comienzo de una campaña personal casa por casa, sostenida por el candidato opositor desde febrero cuando fue escogido, ha desarmado al gobierno y a su líder fundamental. Los desaciertos y el haber vendido al país a un proceso internacional como el que motivó al Foro de Sao Paulo en 1990, ha sido la razón fundamental de su desgracia. El Foro llega a Caracas con la intención de cambiar el curso de caída de una revolución que está moribunda, al intentar darle oxígeno a algo al borde del sepulcro. Mas les valdría a los ganadores del Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, declinar esa invitación que los compromete con un líder que ya perdió la confianza de su pueblo por traidor y negador a los Derechos Humanos. Nadie se retrata con un déspota y menos si va de salida.

La utilización de una fecha patria, como un nuevo aniversario de la firma del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela, descalifica de entrada al gobierno con la convocatoria de ese Foro en Caracas. No hay nada de más injerencia en nuestros asuntos internos como eso. Estos personajes fueron convocados para apoyar la candidatura presidencial del capítulo venezolano del Foro de Sao Paulo en medio de una campaña electoral. Todo venezolano que se precie de tal debe rechazar de manera firme y contundente este nuevo atropello del gobierno a la venezolanidad.

La esencia del Foro de Sao Paulo representa la cesión de independencia política de un país a una estrategia de dominación conjunta de un grupo, con un propósito político e ideológico. ¿Cómo es posible que un gobierno de Venezuela conmemore la Firma de la Declaración de Independencia que nosotros los venezolanos en actitud libre y gallarda realizamos para liberarnos de un poder extranjero, convocando a quienes precisamente se han agavillado internacionalmente para penetrar y destruir el principio de soberanía de los pueblos? Más que indicar que el Foro se está inmiscuyendo en asuntos de entera soberanía de los venezolanos, se debe explicar que es una aberración que contradice los principios de libertad e independencia y que solo puede salir de la mente enferma y desesperada de quien se sabe derrotado.

Capriles está ganando en la calle a pesar de todas las encuestas pagadas por el gobierno y la maledicencia del régimen. Este en un hecho irreversible. Finalmente, parafraseando con toda la determinación posible el final del autor anónimo del documento citado: “Tengamos Fe que la justicia y la paz van a imperar en el corto plazo y El Todopoderoso en su infinito Amor nos dará toda su fuerza. Que Dios nos bendiga a todos y el Espíritu Santo nos ilumine”…

Caracas, 1 de Julio de 2012

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