En Venezuela llamamos dolientes a los
familiares de alguien que falleció. El término está usualmente asociado con
aquellos que lloran de verdad a alguien que se fue de este mundo porque les
dolía su desaparición física. Pero también está asociado a algo que te duele y
que te concierne, que es parte de tu vida y que te dolerá si lo pierdes. Nos
dolerá la democracia de Venezuela si se nos muere el 7-O como un familiar
cercano. De allí que lo que hagamos o dejemos de hacer en esa fecha cambiará el
curso de la historia de este país.
En todos los procesos electorales desde 1958 con el primer gobierno
democrático, electo soberanamente, los venezolanos concurrimos a las urnas con
la noción de que quien perdía las elecciones era el que no ganaba las
elecciones. Me explico mejor: el partido y el candidato perdedores eran los
únicos dolientes de esa “pérdida” electoral. Los vencedores celebraban la
victoria y se celebraba el juego democrático de los partidos y al final se
decía que la ganadora siempre era la democracia.
Pero desde hace un tiempo atrás y particularmente con la transformación
que ha sufrido Venezuela desde la llegada del Saliente, ya las cosas dejaron de
ser así. Progresivamente nos hemos ido dando cuenta que cuando la oposición
unificada pierde elecciones, no solamente los partidos y el candidato de turno
son los únicos dolientes. Los dolientes somos todos.
Perder o que te roben las
elecciones frente a este personaje que se ha ido convirtiendo en la personificación
del atraso y la destrucción sistemática de todo lo que conocíamos como bueno en
nuestro país, es algo que ahora no está pasando desapercibido por un cada vez mayor
número de venezolanos, incluso algunos de los que siguen al Saliente.
Ya esta situación dejo de ser un problema de los partidos o de los
dirigentes políticos. Ya es un problema de todos, al punto que ya pasó a ser un
problema nacional y tenemos no solo el deber sino la responsabilidad y la
obligación de intervenir en la medida de nuestras posibilidades para que esto
cambie urgentemente. Esto simplemente no puede continuar. Es una obligación
para con nuestros hijos, para con nuestra familia. Ya no se puede mirar para
otro lado. El gobierno está destruyendo materialmente al país a los ojos
impávidos de todo el mundo.
Y ahora se nos presenta dentro de pocos días la posibilidad de
cambiarlo. Tenemos un candidato formidable. Porque Henrique Capriles Radonski
es un candidato formidable. No ha habido pueblo, ciudad, caserío, barrio que
haya visitado el candidato durante su campaña donde no se le haya volcado la
gente abrumadoramente, sin transportar a nadie. Nunca se había visto eso en una
campaña electoral del pasado, ni la del mismo Saliente en 1998. Es
impresionante la cantidad de pueblos de Venezuela que ha visitado este muchacho
en una campaña que concuerdo con muchos de llamarla “Admirable”.
Pero hay muchos enemigos del cambio. No solo en las filas del
oficialismo, como se esperaría, sino también de la oposición. Hay factores
encubiertos en nuestra acera a los que no conviene que este muchacho gane las
elecciones y han hecho lo imposible para parar a este fenómeno electoral. Y no
soy el único que lo piensa.
Se preguntarán porque eso es así. Existen muchos intereses. Mucho
dinero. Muchos contratos. Muchos compromisos poderosos con gente que se ha
beneficiado de lo público por mucho más tiempo del que podemos contar,
incluyendo los 14 años del Saliente. Si Henrique perdiera las elecciones muchas
negociaciones de rancios factores opositores continuarían su curso con el
gobierno. Ellos no tienen compromisos con nadie y en este momento un cambio
sería un estorbo importante. Henrique es mucho más que un cambio de Presidente.
Es un cambio en la forma de hacer política en Venezuela y hay mucha gente de
este lado que no quiere ni le conviene eso.
Y esos mismos factores, que también han tenido un peso político y
económico en lo que ha pasado en Venezuela durante muchísimos años, han tenido
complicidad en dejar pasar las advertencias técnicas que se han hecho para asegurar
que el CNE nos haga fraude o el gobierno nos robe los votos el 7-O, debilitando
así la opción de un cambio en nuestro país. Muchas razones tenemos para
sospechar que no es posible que se hayan ignorado olímpicamente las advertencias
más elementales por parte de los actores técnicos de la oposición. Entonces
tenemos el enemigo durmiendo dentro de la casa solo a la espera de la oportunidad
para darnos un zarpazo.
Pero aun tenemos un chance a días del 7-O. Lo que nos estamos jugando va
más allá de la candidatura de Henrique. Los dolientes somos todos. Si Henrique pierde,
perdemos todos. La sociedad civil no se queda tranquila y suscribe “La Carta a Abierta a los Demócratas
Venezolanos en ocasión a la Elección Presidencial del 7 de Octubre” (ver texto
completo en http://declaraciondecaracas.blogspot.com/2012/09/carta-abierta-los-democratas-venezolanos.html)
haciendo un llamado a votar masivamente a favor de la democracia y el cambio,
proponiendo a las organizaciones civiles y a los ciudadanos un curso de acción
para el día de las elecciones.
Al margen de que estas recomendaciones les
hagan difícil cambiar la voluntad popular, todavía puede existir un margen en el
cual al final del proceso salga la Presidente del CNE la noche del 7 de Octubre
anunciando un resultado torcido a favor del Saliente. ¿Y qué hará nuestro
candidato? Se volteará y le preguntará a sus colaboradores cercanos por
nuestros números en las Actas recogidas.
Como sabemos de cierto que será difícil haber
tenido todas las mesas completamente cubiertas, entre otras razones por la
ubicación de los centros en zonas difíciles como refugios y lugares donde la
oposición ha sido amenazada con violencia, ese número de votos ubicados en
estos sitios estarán contabilizados en un 100% a favor del chavismo, a pesar
del esfuerzo encomiable del Comando Venezuela. Lo que no sabemos es en qué
porcentaje nacional eso ocurrirá.
Si resulta en un final de fotografía, esas
Actas que no aparezcan harán la diferencia, con lo cual se hace absolutamente
indispensable que nuestra ventaja sea arrolladora, de tal manera que cualquier
porcentaje procedente de un diferencial de Actas escamoteadas no sea lo
suficientemente grande como para robarnos la victoria.
En este sentido, la sociedad civil se deberá
organizar para conocer sin lugar a dudas en cuales lugares de toda la geografía
nacional no hubo testigos de la oposición y cuantos votos representó esa
ausencia. Solo de esta forma podremos poner en tela de juicio un supuesto
triunfo del Saliente. En ningún caso Henrique puede ni debe conceder nada sin
tener absolutamente todas las Actas en su poder considerando el número de votos
que significan las Actas de los posibles testigos ausentes por las razones de
la violencia electoral del gobierno.
Y en el caso de que el final sea muy cerrado
el régimen intentará disuadir al candidato a través de esas culebras coleadas
de la oposición para que se declare perdedor (¿recuerdan los lagartos con
sombrero vestidos de negro que dibujaba Zapata? ¡Esos mismos!). Henrique no
puede ni debe conceder nada porque esa victoria o derrota no es suya, ES DE
NOSOTROS porque los dolientes somos todos.
En este sentido, y solo en el caso de que la
situación así lo amerite, si las Actas que no aparezcan suponen una victoria
del Saliente ante un final cerrado, propongo que el Comando Venezuela exija la
apertura de todas las cajas de esos centros donde no tengamos las Actas en
nuestro poder, para así llevar al 100% las Actas contabilizadas de parte de la
oposición, antes de concederles nada a esta pandilla de delincuentes
electorales. Es lo menos que podríamos pedir si está en juego el destino del
país donde los dolientes somos todos.
He colocado en esta nota la situación de
borde del lado contrario a lo que toda Venezuela está esperando que pase el
próximo domingo 7 de Octubre, que no es otra cosa que una victoria por paliza a
la opción del atraso, por una razón fundamental: NO CONFIO EN LO QUE PUEDE HACER
EL CNE EL 7-O. No tenemos ni idea de la magnitud de la trampa que están por
desarrollar esta pandilla de malandros y porque siempre me pareció
irresponsable de parte de un grupo de técnicos electorales de la oposición haber
dicho y asesorado al candidato que con ese sistema automatizado del CNE podemos
ganar sin tropiezos, por encima de las advertencias de un grupo de calificados
expertos.
¿Los votos que tendrá Henrique serán
suficientes para tapar esa trampa? ¡No lo sabemos! Esta nota, además de decir
que esa victoria o derrota de Henrique no es de él sino de nosotros, los
dolientes de este país, es como la recomendación que se les da a los pasajeros
en un avión que consideramos muy seguro. No está de más que se le diga a la
gente que existe un salvavidas debajo del asiento antes de emprender el vuelo.
Ya han caído las primeras víctimas fatales en
Barinitas de la violencia electoral que el régimen nos tiene preparada para el
7-O y días previos y posteriores. No caigamos en esas provocaciones, aunque sea
muy difícil no responder de la misma manera. Ya se están dando los primeros
pasos para la creación de un ambiente electoral de miedo con la idea de
disuadir a la gente que vaya a votar. No lo lograrán.
La victoria de Henrique Capriles Radonski
será la victoria de todos los dolientes de la democracia. Van a necesitar mucho
más que violencia para detener la avalancha de votos que El Flaco ha conquistado
sembrando la esperanza en el venezolano. No dejemos que una trampa artera
surgida de los laboratorios técnicos del régimen y avalada por los factores más
atrasados de nuestra oposición, dirigida a fabricar votos que no existen, ponga
término a esa esperanza. No mientras los dolientes de la democracia seamos
todos los venezolanos…
Caracas, 1 de Octubre de 2012
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana