Por Luis Manuel Aguana
Dicen que uno debe copiarse lo bueno. Y eso hice, comenzando por el título de esta nota con la excelente respuesta que le dio Ian Bremmer, uno de los analistas de política global más prestigiosos del mundo, a una lectora de sus columnas en Gzero Media, en referencia a la situación que presenta la política interna en los Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump (ver GZERO, Ian Bremmer, A citizen’s guide to civic resistance, en https://www.gzeromedia.com/by-ian-bremmer/a-citizens-guide-to-civic-resistance).
La pregunta de la lectora giraba en relación con su angustia, como ciudadano común, ante lo que percibe como un cambio de proporciones en su país en lo que considera el desmoronamiento institucional de las libertades fundamentales y su impotencia al ver que no puede hacer nada para detenerlo, porque piensa que su país va en una ruta que considera una vía rápida hacia el autoritarismo del gobierno. ¿Les parece conocida esa sensación?
En la respuesta de Bremmer vi reflejada nuestra propia tragedia, solo que en nuestro caso se halla en un avanzado estado de descomposición. Venezuela comenzó la ruta autoritaria hace años con Hugo Chávez Frías, lo que desató todas las alarmas de la población y produjo los trágicos sucesos que conocimos, y que hoy son el origen de nuestra situación actual.
La explicación de Bremmer es en gran medida un consejo general que creo muy importante entender, planteado en caliente ante una situación en pleno desarrollo en los EEUU, pero que tiene muchas cosas que se pueden rescatar para nuestro caso presente en Venezuela, y posiblemente futuro, después de que comencemos a resolver la tragedia que vivimos ahora, aun cuando hayamos transitado hace mucho tiempo por allí.
Explicación de la situación
Lo primero a tener claro es el porqué está pasando, lo que está pasando:
“Los cimientos se están tambaleando bajo nuestros pies, y las herramientas que nos dijeron que protegerían la democracia (compromiso, instituciones, información) se están socavando en tiempo real…”.
“Estamos viviendo una transformación en el funcionamiento del poder. La participación cívica de base —la que ustedes están llevando a cabo— se está erosionando no solo por la polarización política, sino porque los sistemas que solían amplificar las voces individuales están siendo reemplazados por algoritmos que concentran el poder en menos manos. El modelo de negocio de las redes sociales es fundamentalmente incompatible con una sociedad civil sana: da la bienvenida a los bots, promueve el extremismo y difunde desinformación precisamente porque estas cosas maximizan la participación. No solo están luchando contra malas políticas; están luchando contra un sistema diseñado para maximizar la división con fines de lucro. Las redes de información tradicionales están colapsando. El "centro desordenado" de las instituciones democráticas está bajo ataque constante. Y los estadounidenses más jóvenes, en particular, sienten un desencanto difícil de sobreestimar” (resaltado nuestro).
He allí una primera aproximación. Nosotros sabíamos antes que nos ocurriera esta tragedia que las instituciones se estaban desintegrando. Y buscamos una solución con alguien que traicionó su juramento de proteger a las instituciones y al ciudadano. Sin embargo, ahora –tiempo presente-, con la transformación en el funcionamiento del poder, las cosas han cambiado estructuralmente.
La manifestación de la participación política se ha desplazado a otro lugar. La frase “El modelo de negocio de las redes sociales es fundamentalmente incompatible con una sociedad civil sana” es mortal. En este momento, a diferencia de hace 26 años, se desconoce lo que es verdadero o es falso de la información que circula. Se desvanecieron los referentes y la gente ya no confía en las redes de información tradicionales. De hecho, ya no se confía en nadie, sino en las personas con nombre y apellido. Y eso es muy peligroso. Al no confiar los ciudadanos en las instituciones partidistas o de la sociedad civil, sino en personalidades puntuales, porque no son organizaciones con fundamento en la tradición y la inteligencia colegiada de muchas personas que hagan contrapeso, se corre el riesgo de resultados desastrosos como el que tuvimos nosotros en 1998.
Entonces, ¿qué hacer cuando todo está comprometido?
Primero: El compromiso de la gente
En el caso de los EEUU todavía se conserva una institucionalidad que está luchando por prevalecer, aun cuando hayan existido ataques importantes a instituciones que tienen respaldo constitucional, como la libertad de expresión. Bremmer señala que “Algunas cosas aún funcionan de maravilla: el cumplimiento de contratos, los mercados de capitales, la innovación. El poder judicial mantiene su independencia en la toma de decisiones. La gobernanza estatal y local sigue siendo mayoritariamente tecnocrática e independiente de Washington. Las fuerzas armadas profesionales siguen siendo firmemente leales al país por encima del líder”. En Venezuela toda esa institucionalidad desapareció hace muchísimo tiempo, comenzando por el Poder Judicial. Pero eso ya estaba funcionando muy mal antes de llegar Chávez al poder. Lo que se destruyó desde dentro fue el resto, en especial, la institucionalidad de las FFAA.
¿Cuál es la sugerencia? La cultura del compromiso de la gente con los valores que construyeron la nacionalidad: “Esa cultura, ese compromiso con algo más grande que la política partidista, es algo que se mantiene. Imperfectamente, pero se mantiene”. Y eso se mantiene también todavía en Venezuela, a pesar de todas las traiciones de los liderazgos. Es nuestra famosa resiliencia. De allí la inmensa responsabilidad de la principal –y actual- líder opositora, María Corina Machado (MCM). Si ese liderazgo político opositor vuelve a fallarle a la gente, no el país no se acabará, pero habrá un retroceso desconocido.
Segundo: Mantener la atención en lo local
La lucha en un país federal como los EEUU se concentra en los Estados de la unión norteamericana. Su enfoque es regional, no nacional. “… mantener la atención local. La política nacional parece un grito al vacío, porque cada vez lo es más. Pero la política local —juntas escolares, ayuntamientos, contiendas estatales— aún tiene puntos de presión donde las voces individuales importan desproporcionadamente. Es menos glamorosa, pero es donde realmente se puede ver la relación de causa y efecto. Y es donde se desarrollan ahora mismo las luchas más importantes sobre el acceso al voto, la educación y la sociedad civil”.
En ANCO privilegiamos lo local sobre lo nacional en nuestro Proyecto El Gran Cambio. De hecho, la política nacional debería ser la resultante de muchas voces de todos los Estados del país. Eso nos fortalecería como nación y como pueblo ante los ataques de cualquier autoritarismo centralizado. Pero eso no existe en Venezuela por el secuestro de todos los gobiernos del destino de los ciudadanos. Y no será diferente en un futuro gobierno si no cambiamos antes las relaciones de poder. Un verdadero federalismo es lo que ha permitido a los EEUU resistir a cualquier deriva autoritaria de cualquier administración nacional. Ese es el modelo al que tenemos que ir si queremos no repetir esta tragedia en el futuro.
Tercero: Personas, no avatares en la red
Más allá de que el mundo se mueva hacia una comunicación instantánea y masiva a través de los medios electrónicos, solo la gente de carne y hueso hace la diferencia. Es la comunidad, los vecinos, la cercanía de otros que tienen el mismo problema que tu, es la distancia que hay entre resolver un problema real o no:“…construye una verdadera comunidad. No solo redes en línea, sino relaciones cara a cara con personas que comparten tus valores y con quienes no. Los próximos años requerirán resiliencia, y eso se logra conociendo a tus vecinos, organizándote localmente y creando sistemas de apoyo mutuo que no dependan de instituciones que escapan a tu control”. Esos sistemas de apoyo serán los que harán presión efectiva a los gobiernos para generar una mejor calidad de vida para la gente. ¿Hemos hecho eso aquí? Hemos confiado ciegamente en un ciberespacio que no se puede tocar, y lo mismo han hecho los políticos que antes de existir las redes sociales recorrían barrios y urbanizaciones, y que se han olvidado que las personas no son avatares de una red virtual.
Cuarto: Elige tus batallas
Me gustó mucho este consejo. No podemos dedicar todo el tiempo a todos los problemas. Es simplemente imposible. En Venezuela todo es incertidumbre, por lo que el siguiente consejo es de oro puro:“…concéntrate en el 10 %. No toda indignación requiere tu energía. En un entorno donde todo son noticias de última hora, donde la incertidumbre se ha convertido en la condición dominante, la habilidad más importante es determinar qué luchas son importantes para los resultados. No dejes que el ruido te agote. Elige tus batallas”. Esto es especialmente importante cuando quienes dicen poseer la verdad y piden tu participación, muchas veces están menos enterados y dispuestos que tú. Eso hace que seas tú quien haga la diferencia escogiendo qué batallas librar, en qué momento y por qué.
Un último consejo: No puedes controlar lo que pase
Y vaya que es un buen consejo para nosotros en el presente estado de ansiedad en que se encuentra el país. No podremos controlar cualquier cosa que pase en Venezuela –y todos sabemos a lo que me refiero-, ni siquiera quienes dicen saber o controlar lo que pasará aquí, solo podremos controlar nuestra propia respuesta: “Finalmente —y esto es lo más difícil— acepta que no puedes controlar los resultados, solo tu respuesta…. La pregunta ahora no es si puedes detener la ola de violencia sola; no puedes. La pregunta es si estás dispuesta a seguir defendiendo tus creencias incluso cuando las probabilidades parecen terribles. Porque la alternativa —el cinismo, la retirada, la rendición— garantiza el resultado que intentas prevenir”.
Y esto es lo más importante, lo que definirá lo que sigue: ¿Estamos dispuestos a defender nuestro sistema de valores, creencias y el anhelo de libertad, a pesar de cualquier cosa que pase? Porque la alternativa no será prevenir nada de lo que ya nos ha pasado, sino que perdure y empeore lo que ya sufrimos, independientemente de que cualquier liderazgo opositor se quede o se destruya. Si estamos dispuestos, todo irá bien después de cualquier cosa que suceda, porque de esa manera garantizaremos que en algún momento habrá luz al final del oscuro túnel de este maltratado país…
Caracas, 18 de Octubre de 2025
Blog: TIC’s
& Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/
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