Por
Luis Manuel Aguana
Además del asombro y las reacciones por los
resultados del 7-O, una de las más importantes consecuencias ha sido, a mi modesto
modo de ver, la decepción de la población hacia el liderazgo opositor que
condujo este barco que naufragó. Se están produciendo muchos foros para
explicar que pasó, tal vez no tanto para entender lo que muchos nos imaginábamos,
sino para hacer verdadera catarsis acerca de los eventos vividos el 7-O.
Asistí a uno de ellos, convocado por el
Frente de Entendimiento Nacional-FEN en el auditorio de El Nacional el miércoles
17 de Octubre. El ponente, Jose Antonio Gil Yepez, Presidente de Datanalisis,
justificó las cifras de las encuestas de su empresa indicando entre otras cosas
que Henrique Capriles Randonski no había sacado los votos del chavismo sino de
los famosos Ni-Ni. De acuerdo a eso, el chavismo permaneció inalterado ante una
oferta no diferenciadora de Henrique.
Pero hubo algo que me llamo la atención de su
análisis y es por eso que lo traigo a colación aquí: para él, el hecho que algunos
sigamos achacándole al fraude técnico- cosa que para el encuestador no existió-,
la responsabilidad de la derrota del 7-O, esconde al verdadero culpable- la
dirigencia opositora incapaz o vendida-, quien desde el primerísimo momento
debió haber asumido su responsabilidad al exigir las condiciones necesarias
para concurrir a ese proceso. Interesante.
En otras palabras, nosotros al denunciar el
fraude técnico y continuado del gobierno y su ministerio de elecciones, estamos
funcionando como una suerte encubridores de los políticos opositores que llevaron
al Autobús del Progreso al barranco. Ante este planteamiento debo indicar que no
somos encubridores simplemente porque ocurrieron ambas cosas. Hubo el fraude
técnico y además, hemos dicho y enfatizado, que la dirigencia opositora se
prestó para ello al aceptar silenciosamente el atropello que se le hacía a la población
de manera flagrante en los centros de votación de todo el país, así como avalar
las inaceptables condiciones electorales para ir a esos comicios. Double play.
El fraude técnico va más allá de la
manipulación masiva y electrónica de los votos de los electores, sino también del
uso de dispositivos electrónicos para amedrentar y coaccionar a la población
para que se vote por una opción determinada. Hemos dicho e insistido que el
solo hecho de haber habido una captahuella al lado de la máquina de votar
coacciona al elector para ejercer su libre voluntad de elegir.
De esta forma, esa máquina le esta gritando
al elector “sabremos por quien votaste y te lo cobraremos”. Algunos no cedimos
ante esa amenaza pero otros no podían ni deseaban correr ese riesgo. Era mucho
lo que se podía perder.
Las organizaciones e individualidades que
firmamos la “Declaración de Caracas” lo advertimos y denunciamos previo a las elecciones
del 7-O. Los electores en Venezuela fuimos coaccionados para votar por el
gobierno, así de simple. De acuerdo al DRAE, “coacción” en su primera acepción
se define como “Fuerza o violencia que se hace
a alguien para obligarlo a que diga o ejecute algo”. Pues
bien, el CNE incluyo a la fuerza esa máquina captahuellas para obligar a
ejecutar el voto a favor de Hugo Chávez.
Otros técnicos como yo han profundizado en relación a cómo se pudo ejecutar ese fraude electrónico masivo de votos y en ese sentido, como ellos, también tengo una hipótesis técnica. En primer lugar el gobierno no puso todos los huevos en una sola canasta. Realizaron varios procesos a favor de sumarse votos y varios procesos a favor de restarle votos a la oposición.
Entre los procesos para sumarse los votos
está la manipulación electrónica, que es la más difícil de probar pero que también
no fue la única manera de sumarse votos, entre otras razones porque no era 100%
segura. Los resultados en Táchira y Mérida dan cuenta de que ellos hicieron
algo que no se hizo en el resto de los Estados. El Comando Venezuela y la MUD
ignoraron ¿deliberadamente? a los amigos del Táchira, sin embargo los de Mérida
se sumaron. Pero no ahondaré sobre eso ahora. Pueden verlo en el informe “Algo
bueno pasó en el Táchira” http://ticsddhh.blogspot.com/2012/08/algo-bueno-paso-en-el-tachira.html
y también en lo que escribí en su oportunidad en relación a eso en “¿Evidencia
del Fraude Electoral? El ejemplo que el Táchira dio” http://ticsddhh.blogspot.com/2012/08/evidencia-del-fraude-electoral-el.html,
ambos escritos ANTES del 7-O.
También ha habido denuncias
en la red de supuestos operadores de las máquinas del CNE que fueron amenazados
por los organismos de seguridad. Sin embargo, aun sin prestarle atención a eso,
que puede ser un peine del G2 cubano, me remito a denuncias que si conozco de
centros donde fue evidente la presencia de operadores cubanos.
Con las premisas
del Informe del Táchira y el interés de las autoridades de tener personas “de
confianza”, cubanos o amenazados, operando los equipos en los centros de
votación, formulé una hipótesis técnica que, en base a la información conocida,
es perfectamente posible. De acuerdo a eso los operadores del CNE fueron una
pieza fundamental de esta parte de cambio de los votos a favor del gobierno.
Voy a hablar de ahora en adelante de supuestos, sin prueba alguna, pero que
indican que cualquier sistema automatizado puede ser vulnerable a ser
modificado o intervenido.
No se
requería tener el acceso a los votos cifrados de la máquina de votación para
alterar las Actas. Solamente con contar con un programa que tenga identificada
la maquina, su serial, el número de electores y demás detalles unívocos de la
mesa electoral, y SABER QUE ESA MESA NO SERA AUDITADA, el operador pone a
correr un programa que solo imprime las Actas, idénticas a la que imprimiría el
programa que vio la oposición en las auditorías pero con los resultados a favor
del gobierno, sin alterar los votos dentro de la máquina. El programa lo puede
llevar consigo o estar previamente en la máquina. Simplemente bloquea la
impresión de los resultados reales y corre el del programita que SOLO IMPRIME
ACTAS.
Para que
estos votos coincidan con los resultados finales, es claro que el operador involucrado
en esta trampa debe informar al CNE que hizo eso. En el CNE existe una unidad
secreta que recibe ese OK del operador de la mesa correspondiente, indicando que
adulteró las Actas. Solo eso, porque en esa unidad secreta ya saben previamente
los totales que se iban a imprimir en las Actas adulteradas de esa mesa en
particular, en un plan previamente diseñado.
Al
finalizar el proceso en todo el país, no todos los operadores pudieron hacer
ese procedimiento porque muchos testigos estaban conscientes de que se debía
aplicar a rajatabla el Art. 441 del Reglamento Electoral, impidiendo al
operador conocer antes de imprimir las Actas cuales mesas serían sorteadas para
Verificación Ciudadana. En el caso del Táchira y Mérida esos votos chimbos
fueron cruciales porque los resultados no pudieron ser torcidos.
Con ese
archivo de “nuevos resultados” de todas las mesas a las que se pudo realizar
ese procedimiento, esa unidad secreta procede a modificar LOS DATOS, ya dentro
de los servidores del CNE, que han llegado de las mesas no auditadas a las que
se logró hacer ese procedimiento, pero justo antes del proceso de totalización.
La manera
técnica en que lo hagan no está dentro del alcance de esta nota. Es claro que
para poder hacerlo este programa debe sortear la encriptación de los votos que
llegan hasta justo antes de su totalización. Eso podría no haberlo detectarlo
la oposición, que según dijeron solo auditó los programas que totalizan los
votos que serían revelados al público por los Rectores en su único boletín.
Como las cajas no auditadas nunca serán abiertas, jamás podríamos saber cuáles
mesas fueron objeto de esa modificación.
Nótese que aquí
no estoy diciendo nada que no se pueda realizar técnicamente. Un programa que
imprime Actas en las mesas, con la cooperación obligada o no de los operadores,
y un programa que intervenga los datos que ya han llegado al CNE antes del
conteo final. ¿Simple, no? Todo cuadraría: Actas de las mesas con testigos y
resultados finales del CNE.
Y así como esa hipótesis de fraude técnico, podemos esbozar otra: con 45 millones de dólares se
pueden comprar muchas máquinas, incluso más de dos veces 39.018 que fue el
total oficial de mesas. Y como no se audita si un serial que sale es el mismo
que llega a una mesa en todo el país, se pudieron auditar unas maquinas en pre
despacho y enviarse otras, con diferentes programas de manera secreta.
Y como tampoco se hace “auditoría en caliente”, esto
es escoger al azar un porcentaje de máquinas que han llegado a los centros y
comprobar en el sitio donde llegaron que tienen lo mismo que se vio en los
galpones del CNE, podemos especular que cualquier maquina tiene cualquier cosa.
Eso sin decir que pudieron cambiar los programas que aseguraban el secreto del
voto…. Allí les dejo eso.
Como verán estas vías suman votos al gobierno pero no podían
ser las únicas, ya que no aseguraban un resultado 100% a favor del gobierno. Tenían
que aplicar otras medidas. Las captahuellas que permitían multicedulados era
una que les dio, en especial en el interior, bastantes votos. Y la mas
atropellante y diabólica de todas fue la de las estaciones de verificación en
los centros de más de tres mesas. Estos centros eran mayoritariamente
opositores. En los centros de menos de tres mesas que veían que la tendencia
era opositora, la maquina simplemente “se echaba a perder” y tampoco aparecía
otra máquina en sustitución, y no iniciaban el procedimiento manual.
Con esto no solo lograron que los opositores no pudiéramos
votar o se nos dificultara el voto, al pasarnos 8 y 12 horas en las colas, sino
que pudieron conocer “en línea” con el CNE, quienes de los beneficiarios de las
Misiones no habían ido a votar antes de la 1pm.
Tuvieron que haber tenido procesos en el CNE que
indicaran por Estado-Municipio-Mesa a esos beneficiarios cruzando los datos con
las Misiones, y en especial con la Gran Misión Vivienda Venezuela cuya data está
altamente automatizada. Era muy simple. Los fueron a buscar agresivamente, so
pena de perder los beneficios de esos programas. Eso, a mi modo de ver, fue lo más
aberrante y violatorio a los Derechos Humanos que pudo haber ocurrido ese día.
Con tecnología cualquier cosa se puede hacer. Eso lo
sabe cualquiera que sepa de eso. Es por esa razón que los países saben que no
se debe hacer lo que se ha hecho en Venezuela, prefiriendo que el acto de votar
SIGA SIENDO MANUAL, aunque las Actas se automaticen posteriormente, así como el
resto del proceso y los resultados.
Desde esta tribuna en la red seguiré abogando por el
Voto Manual y exigiendo condiciones mínimas para ir a votar sin renunciar a mi
derecho constitucional al voto, advirtiendo siempre a quienes toca
representarnos ante el gobierno que los ciudadanos también formamos parte
activa en esa defensa, señalando a quienes no han cumplido debidamente su rol
de dirigentes políticos.
Si los políticos opositores aun no están conscientes
de todo esto para las venideras elecciones Gobernadores en Diciembre, poco será
lo aprendido de esta cruda lección del 7-O, llevándonos a todos al barranco del
Autobús del Progreso, conjuntamente con el sistema democrático.
Si el gobierno cuenta con el mismo aparataje técnico
para Diciembre y los políticos de la oposición insisten en no hacer nada para
cambiar las condiciones, eliminar las captahuellas y las estaciones de
verificación o cualquier otra cosa que invente el CNE que impida o menoscabe la
libre elección de los venezolanos para concurrir al proceso electoral, pueden
tener la seguridad que el mapa rojo de Venezuela mostrado no cambiará. Y esta
vez el gobierno será más agresivo porque de variar el mapa indicará que los
resultados del 7-O no fueron reales.
Chávez necesita tener la mayoría absoluta de Gobernadores y
Alcaldes rojo rojitos para iniciar de nuevo el cambio constitucional que requiere
hacia el Estado Comunal, después de las elecciones de Alcaldes en Abril 2013. Y
allí los que cantamos fraude no necesitaremos encubrir, como se nos dijo, a los
políticos por habernos engañado. No hará falta hacerlo, entre otras cosas porque
después de eso no habrá más elecciones en Venezuela.
Caracas, 18 de Octubre de 2012
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
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