miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Quién toma “el fusil”?



Por Luis Manuel Aguana

Aclaratoria previa a los señores del SEBIN: no se escandalicen por el título de la nota. No estoy llamando a la insurrección civil, ni al golpe de Estado, ni a la Guarimba, por si acaso se les ocurre mandar las unidades antes de leer. Todo legal…

Hay una escena de la película “A Few Good Men” de Jack Nicholson y Tom Cruise donde este último increpa como fiscal militar  al personaje de Nicholson en relación a su responsabilidad como General norteamericano a cargo de la base de Guantánamo en Cuba. Ambos extraordinarios actores asumen su papel a cabalidad. El primero insiste en que su responsabilidad es hacer el trabajo sucio, de ser una pared de contención al comunismo y para eso requiere de gente dura dispuesta a echarse plomo con el enemigo sin importar a quien se tenga que llevar por delante.

Por otro lado Cruise en su papel de fiscal insiste en que aún en esas condiciones la ley debe prevalecer. A lo que riposta el personaje de Nicholson algo que en cualquier ocasión pondría pensar a cualquiera: la gente no desea ni quiere saber como yo le proporciono su seguridad y luego usted viene aquí a cuestionar mis procedimientos. Si no está de acuerdo en cómo lo hago, entonces escoja su muro tome un fusil y cuídelo, de otra manera déjeme hacer mi trabajo como yo considero que se debe hacer…

¡Qué interesante! El personaje de Nicholson plantea que hay un “trabajo sucio”, en este caso cuidar a la gente del comunismo- y del cual nadie desea saber- pero es necesario que alguien haga para mantener el “status quo”, pero que cuando es confrontado por la ley, representada en este caso por el personaje de Cruise, se establece la eterna batalla del “ser” y “el deber ser”, quedando al final como vencedor, en el caso de la película, el orden legal establecido. La Ley triunfó llevándose al personaje de Nicholson a la cárcel.

Eso es lo bueno a veces de las películas, llevan las situaciones a los extremos. De esa manera se pueden apreciar los contrastes que no son tan evidentes. No siempre sale vencedor “el deber ser” como en el caso de la película citada. De hecho, casi nunca se sale con la suya. Pero como en toda película que se respete los chicos buenos siempre ganan.

Sin embargo de esa escena me quedó grabado algo bien importante y que es en realidad el motivo de esta nota: a la hora del té- o de las chiquiticas como decimos en Venezuela- nadie está dispuesto a “tomar un fusil” y defender el muro. Deja que “alguien” haga el trabajo “sucio” sin importar el precio que tengan que pagar. Entendiendo aquí como el “fusil” la responsabilidad de algo que sabe que es necesario realizar pero que nadie pretende asumir porque lo considera difícil o “sucio”, o peor aún, que no es con él.

Creo que algo de eso que mencionó el personaje de Jack Nicholson es lo que nos está pasando en Venezuela. Todo el mundo sabe y en especial los que tienen la responsabilidad de tomar acciones, que el sistema electoral venezolano es una trampa y está arreglado para la permanencia eterna del que te conté en el poder. Ya no es posible seguir mirando para otro lado pero nadie quiere asumir eso. Quienes dirigen en la oposición prefieren llamar a votar y votar sin exigir un mínimo de condiciones y nosotros testigos pasivos de este horrorizante espectáculo, de alguna manera esperamos que “alguien” haga el trabajo de cambiarlo. Pero les tengo malas noticias: quienes deben abogar por cambiarlo o al menos hacer el esfuerzo, no están interesados en hacerlo.

Al principio, pensaba yo ingenuamente, que era un problema de tecnología no comprendida a cabalidad. Luego, que era un problema de un mal intencionado asesoramiento técnico (Grupo La Colina) o en el mejor de los casos, la ingenuidad política de poder ganarle a una ruleta trampeada de Las Vegas.

Al final y con el tiempo he ido cayendo poco a poco y en cuenta de que existe un interés de “este lado” que las cosas sigan igual. Lamento confesar que los inocentes en política caemos tarde. Y contra ese interés “de este lado”, ni un ejército de técnicos bien calificados y mejor intencionados que denuncien y denuncien podrá en contra de eso. Y tal situación amerita otro tipo de enfoque.

¿Cuál podría ser el interés de alguien “de este lado”- o de la oposición, para decirlo claramente- que permanezca un sistema tan perverso en el cual se eligen nuestros gobernantes sin contar los votos? ¿Cuál podría ser el interés de alguien “de este lado” que se siga alimentando el Registro Electoral de cuanto extranjero le interese al gobierno sin auditoría y sin ningún control? Tal vez debamos hacer las preguntas correctas para descifrar eso.

Y debo aclarar que no pienso que todos los que están “de este lado” formarían parte de esa conspiración. ¡Aun me queda cierto resquicio de inocencia! Esto lo digo porque después de meses de alertar a todo el liderazgo político opositor de que íbamos al matadero electoral con ese sistema perverso avalado y defendido por la misma oposición, no cabía dentro de nuestro entendimiento el porqué de esa posición irreductible que se cerraba a cualquier cuestionamiento técnico. Y la única respuesta posible se resume en una palabra tenebrosa: complicidad.

Y volviendo a las películas, deberíamos hacer como el popular detective Columbo: Preguntarse quién sale beneficiado. Allí no les puedo ayudar mucho en un ambiente tan confuso. Pero si tienen un poco de malicia pregúntense quien saldría beneficiado de un probable chavismo sin Chávez PERO en la oposición…Es una cosa diabólica y macabra pero eso es en lo que hemos estado hundidos desde hace muchísimos años y lo peor es que lo consideramos “normal”. Ya es hora de al menos empezar a sacar la cabeza de esa cloaca y respirar un poco de aire fresco para tener nuevas ideas.

Pero eso escapa del alcance de esta nota. Y aunque estamos en un terreno inexplorado en lo político debemos enfocarnos en el terreno firme de lo técnico y continuar proponiendo soluciones al problema del cambio necesario del sistema electoral, aun a sabiendas que es necesario un ambiente político adecuado para que ese cambio se pueda dar.  Al menos ya eso es un paso en la dirección correcta.

El saber que parte de los malos están entre los tuyos es un avance. Y es lógico que sea así. Si nos ponemos en la mente torcida de un militar que maneja los destinos de todos los venezolanos, no cabría menos que esperar que haya comprado sopotocientas mil conciencias para sabotear desde adentro de nuestras filas cualquier sacada de cabeza que pretendamos realizar. Así piensan los militares, y en especial los golpistas.

Entonces, lo primero que debemos hacer es identificar- y eso está bien difícil- quienes “de este lado” NO ESTAN en esa jugada. Estos se hallan en todos los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil donde existe gente honesta y de buena disposición a los que hay que convencer que con este sistema electoral no saldremos de este atolladero.

El apoyo de la gente consciente es importante para empezar una lucha por el cambio del sistema electoral venezolano y conseguir Elecciones Auténticas. No es solo un problema de técnicos de buena voluntad, es un problema de todos los venezolanos. Pero en esta oportunidad de la vida real -y a diferencia del caso de ficción de la película de Nicholson- muchos venezolanos si estamos dispuestos a “tomar el fusil” civil y defender el muro de la democracia del comunismo cubano, no porque lo consideremos un trabajo sucio, sino porque quienes tenían esa responsabilidad la olvidaron o se vendieron al régimen, abandonado el muro y dejándonos al descubierto.

Caracas, 7 de Noviembre de 2012

Twitter:@laguana

lunes, 5 de noviembre de 2012

Política, Tecnología y Transporte



Por Luis Manuel Aguana

La semana pasada fuimos invitados por el Alcalde Mayor a la presentación formal del sistema de control que operará en el Sistema Metropolitano de Transporte, Transmetropoli. Estas son las cosas que pasan por debajo de la mesa y que es bueno destacar como ciudadanos acerca de lo que sí se puede hacer en el ámbito local, en medio de la más terrible y criminal ausencia de recursos provocada por un gobierno central cuyo afán se centra en la destrucción de todo lo que se ha construido en los años de democracia. Es esa una muy buena razón para no perder las próximas elecciones de Gobernadores y Alcaldes e ir a votar.

Antes que nada deseo aclarar que no me paga la Alcaldia Mayor, ni soy ficha de ningún partido, ni menos aun del partido del Alcalde Antonio Ledezma, así que no me une al Alcalde nada más allá que el respeto a su gestión como administrador público en la Alcaldía Mayor. Simplemente, desde la acera ciudadana, el justo reconocimiento que ha tenido con AC Familiametro y la coincidencia publica en relación a temas comunes como el Metro de Caracas.

Lo que vi en esa presentación se corresponde a lo que es el deber ser de la aplicación de la tecnología a los problemas más graves que tienen los ciudadanos de Caracas. La tecnología aplicada al bienestar de los ciudadanos es la correcta posición que debe mantener cualquier administrador público y político. Entender esas herramientas es una rareza entre nuestros políticos y administradores públicos, y una razón importante para felicitar al Alcalde y al equipo técnico que le acompaña.

El sistema presentado, de ser aplicado en su totalidad, permitirá el control centralizado de lo que pasa dentro y fuera de las unidades de transporte público, su localización física, mantenimiento, organización del transporte para un comportamiento ordenado en la ciudad. Y lo que es más importante, un primer paso fundamental para un Sistema Integrado de Control metropolitano.

El sistema presentado cuenta con cámaras instaladas dentro y fuera de los autobuses, con localizador GPS y comunicación permanente al centro de control a través de la red de una compañía de celulares. De esa manera se conoce en tiempo real la situación de las unidades, si están cargando más pasajeros de lo permitido, o si están cometiendo alguna infracción en la vía pública. Esto es un pequeño ejemplo de cómo se pueden realizar acuerdos con el sector privado para el bienestar común utilizando la responsabilidad social de esas empresas, con una mínima erogación del presupuesto público.

Pero el sistema está naciendo y es incipiente. Se requiere de mucha colaboración y acuerdos para su crecimiento y consolidación. Lo importante es que ya existen en las primeras unidades en funcionamiento y lo que hace falta es que el sistema crezca y se fortalezca.

Esta iniciativa es una combinación singular de la aplicación de la tecnología a un problema fundamental de los ciudadanos como lo es el transporte. Y que tiene un impacto inmediato en el bienestar de la gente. No estamos hablando de un problema de difícil solución presupuestaria como el de hacer nuevas vías o resolver integralmente el transporte público de la ciudad. Es una salida muy ingeniosa y un intento serio para organizar el transporte público de la ciudad.

Podemos soñar que si el sistema es extendido a toda la ciudad de Caracas, en todos los municipios y con muchas unidades de transporte, un centro de control como el de Transmetropolí establecería las pautas de movimiento y transporte de las personas con un orden establecido. Se podrían realizar estadísticas del movimiento ciudadano, localizando adecuadamente las rutas y reubicando las unidades adonde mas se requieran. Mejoraría sustancialmente la seguridad de los pasajeros al estar en contacto permanente las unidades con su centro y este a su vez con las autoridades policiales.

Y si el sueño es aun mayor podríamos tener la ilusión de contar alguna vez con un Sistema Integrado de Control para la ciudad. Estos sistemas no son nuevos en el mundo. Lo tienen las principales metrópolis como Los Ángeles, Nueva York, Sao Paulo, Londres, que son ejemplos que se deben seguir y hay que dar los primeros pasos en esa dirección. Y ya el Alcalde Ledezma comenzó con el sistema de control del Transmetropoli.

Un Sistema Integrado de Control de la ciudad, que le haga seguimiento al transporte público, incluyendo al Metro de Caracas y que indique el estado de las principales vías y autopistas de la capital, a través de cámaras e indicadores que puedan advertir a los conductores cual es la mejor vía, nos haría más vivible esta ciudad caótica.

Y aquí no estamos hablando de mucho dinero para sistemas que no se puedan acordar con el sector privado. La Alcaldía Metropolitana ha puesto la primera piedra para que los transportistas del Sistema Transmetrópoli puedan ser guiados y controlados con máxima seguridad para los ciudadanos utilizando la concertación en un ambiente de  recursos escasos.

El imaginar que podamos tener en la ciudad un Sistema Integrado de Control que alcance a todos los municipios y unidades de transporte público, utilizando las herramientas tecnológicas que ya existen, es poner a la ciudad en la dirección de poder mejorar nuestra calidad de vida.

Estos sistemas le permiten a los gobernantes locales de las ciudades donde operan poder tener control sobre lo que pasa en la ciudad en el caso de una catástrofe pública. Un terremoto, una inundación o cualquier evento que ponga en crisis la ciudad pueden ser monitoreados a través de estos Sistemas de Control y pueden en un momento dado convertirse en el centro de control de desastres donde se comande la fuerza pública (bomberos, policía, Defensa Civil) para atender los eventuales daños. Eso no tiene comparación ni precio para los ciudadanos.

Ahora bien, imagínense si la Asamblea Nacional en lugar de haberle otorgado al CNE 45 millones de dólares para un sistema electrónico electoral SAI, que no necesitábamos, y para embaucarnos a todos el 7-O, los hubiera invertido en NOSOTROS, los ciudadanos, para mejorar nuestra calidad de vida, adquiriendo una tecnología como la que está pariendo el Alcalde Ledezma para los Transmetropoli. De haber sido así las cosas hubieran sido muy diferentes. ¿Se dan ahora cuenta como hace falta que los políticos entiendan de estas cosas? ¿Se dan cuenta que cuando un gobierno de corte totalitario usa la tecnología no lo hace precisamente para que los ciudadanos vivan mejor?

Y ese es el tema del uso político de la tecnología. Es el “para qué” lo que hace la diferencia. Un gobierno totalitario que ha invertido millones de dólares en tecnología para controlar a los ciudadanos como lo ha hecho este para manejar los impuestos, la identificación de las personas, los Registros Públicos de la propiedad, los chips de la gasolina y en ganar elecciones; y no ha puesto ni un dólar para utilizar esa tecnología en mejorar nuestra calidad de vida, lo ha hecho para su beneficio para permanecer en el poder. Es por eso que es necesario que nuestros dirigentes políticos entiendan el hecho tecnológico en su profundidad ciudadana y que modifiquen sus estrategias delante de un gobierno que sabe muy bien como se usan esas herramientas pero para controlar y someter a los ciudadanos.

El esfuerzo que vi de la Alcaldía Mayor en ese sentido me indica que están empezando a entender al surgir de la clase política venezolana dirigentes que empiezan a aplicar estas herramientas que ya son comunes en este mundo globalizado, para el bienestar de la población, poniéndolas al servicio real del ciudadano, y no del gobierno que administran. Bienvenida sea esa dirigencia.

Caracas, 5 de Noviembre de 2012

Twitter:@laguana