Por Luis Manuel Aguana
El próximo 8 de Diciembre
se vence el mandato de representatividad que le dimos los ciudadanos opositores
en comicios internos a todos los candidatos que se escogieron en marzo del año
2012 para presentarse como candidatos a los puestos de Alcaldes. Se venció el
16 de Diciembre del año 2012 el mandato de representatividad que le dimos a los
candidatos que fueron escogidos para presentarse para los puestos de Gobernador
en todos los Estados; y finalmente el 7 de Octubre se habría vencido la
representación que le dimos a Henrique Capriles para competir para el cargo de
Presidente de la Republica, pero que la fuerza de los hechos y los designios de
Dios le extendieron la oportunidad hasta el 14 de Abril del presente año.
La Mesa de la Unidad
Democrática-MUD, como unión electoral que agrupa a los partidos políticos de la
oposición, estableció las reglas para la escogencia de los candidatos arriba
mencionados y le consultó al pueblo opositor el 12 de Marzo de 2012 en relación
a quienes deseábamos nosotros que compitieran para conducir los destinos del
país en los tres niveles: Presidente, Gobernadores y Alcaldes. Y la MUD hizo su
trabajo.
Algunos venezolanos dentro
de la oposición podrían considerar que el trabajo de la MUD ha sido bueno. Eso
no es discutible. Cada quien tiene derecho a tener una opinión en relación al
desempeño político de esta unión que detenta lo que he llamado la “franquicia
opositora” en el país. De hecho algunos piensan que “eso es lo que hay” y que
no debemos ni siquiera amenazarles con el pétalo de una rosa. Muchos
venezolanos pensamos todo lo contrario, que la “franquicia opositora” lo ha
hecho muy mal, no solo porque hemos perdido terreno frente al régimen-si acaso eso
es posible-, sino porque esta se ha convertido su mejor “anillo de seguridad” electoral.
Detentando esa “franquicia
opositora”, la MUD se atribuye la responsabilidad de establecer las estrategias
de lucha en contra de este régimen, así como la de definir que respuestas dar
como alianza de la oposición a las políticas públicas que el gobierno impone a
los venezolanos.
Al darle nosotros, el
pueblo opositor, la legitimidad a través de nuestros votos en unas elecciones
primarias a los partidos políticos y personalidades presentadas en la MUD,
sellamos nuestro endoso al aceptar que ELLOS nos representaran frente al
gobierno.
Sin embargo, como dijimos
al comienzo, eso tuvo y tiene una fecha de vencimiento. Ello agravado con la
circunstancia de que una cosa es el vencimiento para representarnos al
presentar un candidato a cualquier cargo de elección popular y otra muy
diferente es que se atribuya la representación POLITICA de toda la Venezuela
opositora sin nosotros haberle dado un solo voto para ello.
En una democracia NORMAL,
no estuviéramos hablando de esto. Cada partido político tendría una
representación de acuerdo a los votos que el pueblo les haya dado, pero ante el
debilitamiento institucional de los partidos frente al “bulldozer” chavista,
los partidos opositores se unieron para enfrentarlo, naciendo así la primera
“unión” cristalizada en la Coordinadora Democrática, que condujo el proceso
revocatorio intentado en contra del Presidente de la Republica.
En esa primera “unión”
confluyeron todos los partidos opositores Y LA SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA. Desde
militares en situación de retiro (FIM), pasando por las comunidades organizadas
en Asambleas de Ciudadanos, sindicatos, ONGs de toda la sociedad civil, la
Marina Mercante, hasta trabajadores organizados, despedidos de instituciones
del Estado como PDVSA y Metro de Caracas, se dieron cita para unir su trabajo,
voluntad y esfuerzo para un solo objetivo: REVOCAR A CHAVEZ.
Al no lograrse ese
objetivo, la “unión” se deshizo, pero quedó la necesidad de los partidos
políticos de permanecer unidos para dar las repuestas necesarias desde la
oposición formal. Pero esa respuesta, que fue la conformación de una nueva
“unión”, la MUD-, no contó con la opinión ni el trabajo del resto del PAIS
OPOSITOR que no militamos en los partidos políticos.
No existe formalmente en
la MUD ningún vaso comunicante con la sociedad civil que le de cuerpo colegiado
a las decisiones que ellos toman en nuestra representación. En otras palabras,
la MUD como unión de partidos, podrá tener una posición política-la de sus
partidos-, en relación a lo que pasa en el país y como enfrentar a este régimen,
pero de ninguna manera representa el sentimiento del resto de la sociedad
opositora venezolana. Eso solo se obtiene con votos.
Con la coyuntura electoral
la MUD obtuvo los votos, pero estos tuvieron fecha de vencimiento. A partir del
8D, la MUD deja de representarnos como oposición en Venezuela. Así de simple...
Ante ese hecho, la
exigencia lógica de todos los opositores es la renovación de la representación
de la oposición, esta vez congregada sobre una base ampliada que incorpore lo
mismo que incluyo la primera vez que se realizó una “unión” opositora en
Venezuela: A TODO EL MUNDO OPOSITOR. La dirigencia de esa nueva unión opositora
debe ser elegida a través de un proceso electoral interno, que se renueve de
una manera periódica. Esto debería ser así hasta que salgamos de este régimen.
De esta manera, se le
daría un vuelco a definiciones como la electoral porque esa nueva unión
decidiría nuestra mejor opción en relación a nuestros representantes técnicos
ante el CNE, y decidiría si estamos enfrentando a un gobierno democrático o uno
dictatorial, pero esta vez con el respaldo de todos los votos opositores.
Decidiría de esa misma forma, con el respaldo de la mayoría opositora, si nos
vamos o no nos vamos a la calle a protestar por algo que consideremos es lo
suficientemente importante para movilizar al país (¿les suena conocido?).
Las elecciones del 8D
marcarán el inicio de ese proceso de renovación de la oposición, no solo por el
barranco que representarán los resultados tramposos del CNE, sino por la
aceptación de una dirigencia opositora que no ha dicho “esta boca es mía” para
exigir condiciones electorales para participar ni modificar en lo mas mínimo
nuestra representación técnica ante el CNE después de todos las denuncias
realizadas.
Por mas bien que le parezca
a alguien que Henrique Capriles deba seguir siendo el “candidato eterno” y el
“líder indiscutible” de la oposición, muchos creemos- sin disminuirle los
meritos que tiene-, que luego de todo lo que ha pasado, eso debe disputárselo a
otros porque hasta donde sabemos, su condición de candidato venció el 14 de
abril de 2013 y su representación como líder de toda la oposición se la debe
ganar de nuevo con votos en unas elecciones internas, pero esta vez SIN EL CNE.
Muchos venezolanos disentimos
de la MUD y su manera de enfocar el problema opositor del país. Muchos creemos
que este régimen debe ser definido ya como UNA DICTADURA de nuevo cuño y no
como lo define la MUD: un mal gobierno que sale con elecciones en
aproximaciones sucesivas.
Muchos creemos que debemos
actuar de otra manera frente a la intervención cubana, más allá de decir que a
los cubanos los quieren en “Barrio Adentro” y es “irritante” su presencia en
los cuarteles, sin enfrentar el meollo de la situación castro-comunista. Y ante
esas definiciones, las estrategias a aplicar desde el mundo opositor son muy
diferentes, así como las actividades y las decisiones frente al régimen. Ya
muchos nos convencimos que hace falta cambiar primero a quienes dirigen la
oposición, para poder comenzar a salir de esta dictadura de nuevo cuño después…
Caracas, 19 de Septiembre
de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana