Por Luis Manuel Aguana
Todos los días se percata
uno de algo nuevo en este complejo Proyecto Constituyente. En este proceso ha
habido de todo: detractores de buena fe, indiferentes, defensores pero por las
razones equivocadas, detractores maliciosos, voluntaristas, soñadores. Y aunque
me podría catalogar como uno de estos últimos no deja de asombrarme todavía que
luego de tanta tinta vertida (además de la tinta electrónica), aun las personas
a quienes dirigimos el mensaje Constituyente no hayan caído en su
significación. Y es culpa nuestra.
Deseo aclarar algo, que
las personas no hayan caído no es porque sean “escasos de entendederas”, como
decían en los pueblos de antes, sino que no nos hemos sabido explicar cómo se
debe. Y paradójicamente caí en eso precisamente por una pregunta que se hacia
un representante de aquellos que no están de acuerdo en el proceso
Constituyente: “¿Y una Constituyente para
qué?”
¡¡¡¿¿¿Cómo que para
qué!!!??? pensé yo inmediatamente. ¡Y la pregunta era válida! Todo el mundo
habla de Constituyente pero nadie se ha paseado que eso no es más que el
INSTRUMENTO, EL MEDIO que se necesita para hacer realidad el Proyecto País
Venezuela que le estamos planteando al país. No valdrá absolutamente nada el
esfuerzo de explicar una Constituyente SI NO LE EXPLICAMOS AL PAIS PRIMERO PARA
QUE QUEREMOS ESA CONSTITUYENTE!
Todo esto salió en el
marco de una buena discusión en la Cátedra Pío Tamayo de la UCV. Me gusto el
extraordinario intercambio entre quienes estamos a favor y quienes están en
contra. De eso se trata. Pero no podemos discutir los términos de una
Constituyente SI ANTES NO DISCUTIMOS PRIMERO para que la queremos. Eso es
vital.
La queremos para poner en
marcha un Proyecto de cambio ESTRUCTURAL del país. Cientos de horas pérdidas discutiendo si se puede o no
se puede hacer una Constituyente, que ha habido 26 constituciones antes de la
presente, que lo que tenemos que hacer es modificar la que tenemos “porque
entendemos que hay cosas que hay que cambiarle”. ¡NO SE TRATA DE ESO! Se trata
de discutir el país que queremos PRIMERO para plasmarlo en una Constitución a
la medida de eso DESPUES.
Pero eso es demasiado
novedoso para un país que lo que ha hecho es ponerle parches a la Constitución y
una que otra mejora desde 1811. Nuestras Cartas Magnas han reflejado un país de
un solo poderoso, el Presidente de la Republica, con poderes omnímodos para
mandar. Y el resto de los poderes públicos solo son corifeos de un solo Rey. El
Estado Federal es solo papel sin valor escrito en una Constitución sin que la
Carta Magna no le de a las Regiones el Poder y los Recursos para desarrollarse.
Con la venida del
petróleo, se le dio al Estado constitucionalmente su administración, no a los
venezolanos. De allí que el Presidente de la República, cual Rey Todopoderoso,
constitucionalmente dueño de la Hacienda Pública disponga de nuestras riquezas
como le de la gana. ¿Cómo es posible que algún venezolano todavía dude que
debemos hacer algo al respecto?
De mi profesión he sacado
algo importante para esta discusión: analizar los problemas estructuralmente.
Sabemos por “construcción” qué viene primero y qué después. Es la primera clase
que recibimos cuando empezamos a saber que es un algoritmo. Y eso lo contrastamos
con la vida que nos rodea para modelarla y estudiarla. Lo podemos ver
claramente en el proceso de cambiar un caucho espichado. Usted podrá cambiar el
caucho antes o después de levantar el carro con el gato, pero nunca podrá sacar
el caucho sin antes quitarle las tuercas. Simple lógica secuencial.
Al interesarme en la
situación del país y revisar de donde vienen los problemas que nos consumen día
a día, resulta obvio que estos se conforman desde hace mucho más tiempo y
circunstancias más allá de estos 15 años, pero sí agravados por la crisis de un
modelo que llegó a su estado terminal.
Elegir Presidentes que se
adueñan del país con sus partidos, poderes públicos subrogados a sus designios
(porque la independencia de poderes es una quimera desde siempre en Venezuela),
la utilización destructiva de la renta petrolera, cada vez más pobres en el
país, nuevos ricos de la nada en cada gobierno, ¿no les parece una constante vital
en Venezuela pero que en estos últimos años ha llegado al llegadero con esta nueva
clase de langosta que llegó al gobierno? Y de paso importó un modelo decadente
de la última dictadura del continente para prevalecer y prevaricar, montándonos
una bota militar de otro país en la nuca.
Nos sale obvio entonces
detener el carrousel que da vueltas sobre su propio eje destructivo y ver qué
es lo que está pasando aquí. Pensar que si este modelo de Estado Federal de Poder
Centralizado que ha sido estudiado históricamente, como lo refleja la
Carta al Pueblo Venezolano del MID Táchira (ver Carta al Pueblo Venezolano –
MID Táchira, Agosto 2013) https://docs.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDNjRxM0t2aGxpQm8/edit?usp=sharing)
no funciona, entonces debemos crear otro que se ajuste a las necesidades
actuales de la nación.
Es por eso que se propone
una nueva conformación del poder, distribuyéndolo a las Regiones y a los
Municipios y haciendo reingeniería en ellos, disminuyendo el peso brutal que
significa la figura del Presidente de la República, redefiniendo el papel del
Estado en el manejo de nuestra riqueza petrolera, descentralizando las
responsabilidades en la Administración de Justicia y Educación, solo por citar
ejemplos importantes.
Cuando dicen que lo que
hay es que “respetar la Constitución” me extraña que no vean que a quien le
toca en primer lugar respetarla es al propio gobierno y no existe en ella ningún
resorte que garantice ese respeto como la propuesta de la inclusión de una
Corte Constitucional (ver Doce Ejes y un Destino: Justicia y Seguridad Jurídica
en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/07/doce-ejes-y-un-destino-4-justicia-y.html).
Insistir que una Constitución
no tiene que ver con nuestra calidad de vida, es no haberse leído el texto
constitucional. ¿No afecta nuestra calidad de vida que el Estado disponga de la
renta petrolera de todos los venezolanos a través de UNA SOLA PERSONA, el
Presidente de la Republica, gran administrador de la Hacienda Pública Nacional?
¿No afecta que el cobro de todos los impuestos no se queden en las regiones y
paren en un pote único que igualmente administra la misma única persona?
Es impresionante que
alguien diga que no afecta a los ciudadanos el hecho que la justicia este tan
centralizada que una persona puede pasarse la vida preso sin que al TSJ le haya
dado "tiempo" de juzgar su caso porque todos los casos del país caen
en manos de UN solo Magistrado en Caracas.
Es impresionante que
alguien dude que una Constitución no afecte el precio y la disponibilidad de
los insumos de la cesta básica cuando es ella la que define el sistema económico
que nos rige. Si definimos, por ejemplo, que cada región sea libre de
establecer sus propios impuestos- e invertirlos en ella generando empleo-
creando condiciones de localización industrial, los venezolanos tendríamos 24
regiones que compitan porque los ciudadanos vivan en ellas, descongestionando
Caracas, logrando empleos, insumos y a la final una mejor calidad de vida para
todos. Pero ese es el sueño de un país distinto para construir.
Ahora bien, si ese es el país
en el que yo quiero vivir, y en el que vivan nuestras próximas generaciones,
entonces convoco a los mejores juristas para que escriban un proyecto de Constitución
que haga que ese sueño sea una realidad y que se someta a la aprobación del
pueblo a través de una ANC. No estoy diciendo que quiero una Constituyente para
sacar a los chavistas ni destituir al gobierno- que también es una
consecuencia-, sino para algo muchísimo más trascendental, que es REFUNDAR la Republica sobre la base a unas
nuevas reglas que no solo reparen este desastre, sino para que se garantice
desarrollo con más y mejor democracia.
Obviamente en ese profundo
proceso de cambios, no solo los chavistas, sino todos aquellos que han chupado
de este sistema de antivalores democráticos, saldrán de la escena. No en balde algunos
se oponen con argumentos interesados en que todo siga igual. Yo no quiero- y
supongo que todos los venezolanos no queremos-, que todo siga igual.
Sin embargo, la realidad
es inquieta y terca. Y aunque queramos que las cosas cambien de una manera ordenada,
la fuerza de los hechos siempre se impone. Si el estado de desmoronamiento económico
y social en el que se hunde la República impone una ruta diferente antes de
lograr hacer realidad la salida Constituyente, esta no hará sino reforzarse
más. Es por eso que en cualquier caso necesitaremos reconciliar y reconstruir un
país que está condenado a cambiar para sobrevivir…
Caracas, 25 de Septiembre
de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana