viernes, 11 de octubre de 2013

Doce Ejes y un Destino: 9) Ciudad, vivienda y calidad de vida



Por Luis Manuel Aguana

Sin falsas pretensiones, creo que este noveno Eje del Proyecto País Venezuela es de OBLIGATORIA lectura para cualquier candidato a Alcalde en Venezuela.

No existe nada más apreciado para un ciudadano que tener un lugar hermoso, tranquilo y seguro para vivir y levantar a una familia. Vivir dignamente en una ciudad que pueda proveerle de una vivienda y calidad de vida, sin importar la condición social de la persona. Eso es esencialmente un Derecho Humano. Pero es también una esperanza sumamente difícil de alcanzar en cualquier ciudad de la Venezuela actual, así como en algunas ciudades de Latinoamérica, donde la violencia, la pobreza y la desigualdad hacen estragos, tornando imposible alcanzar ese sueño.

Los niveles de violencia y pobreza, independientemente de las razones históricas, han hecho de Caracas y las principales ciudades de nuestro país un teatro macabro de guerra y violencia, siendo ésta casi que la principal excusa que se esgrime para que las familias emigren de Venezuela. Es un problema al que los venezolanos no le vemos solución. ¿Cómo tener calidad de vida si no se garantiza una ciudad sin que la violencia de la delincuencia te destierre y mucho menos alcanzar una vivienda digna?

Este es el tipo de cosas que nos preguntan cuando se discute el tema Constituyente: ¿y qué tiene que ver cambiar la Constitución con mejorar ese estado deplorable dentro de nuestras ciudades? Pues tiene muchísimo que ver. Veamos por qué.

Deben darse dos condiciones fundamentales para conseguir este objetivo: a) Que los Municipios manejen sus propios recursos a discreción y b) Una administración eficiente y honesta de los recursos ciudadanos. ¿Qué esto es posible? Si es posible y lo demostró Sergio Fajardo en la ciudad de Medellín, Colombia durante su período de Alcalde 2004-2007. Analicemos esto con detalle.

La primera condición la dio la Asamblea Nacional Constituyente Colombiana de 1991 cuando estableció en su Constitución lo siguiente:
“Art. 286: Son entidades territoriales los departamentos, los distritos, los municipios y los territorios indígenas. La ley podrá darles el carácter de entidades territoriales a las regiones y provincias que se constituyan en los términos de la Constitución y de la ley.
 Art. 287: Las entidades territoriales gozan de autonomía para la gestión de sus intereses, y dentro de los límites de la Constitución y la ley. En tal virtud tendrán los siguientes derechos:
1. Gobernarse por autoridades propias.
2. Ejercer las competencias que les correspondan.
3. Administrar los recursos y establecer los tributos necesarios para el cumplimiento de sus funciones.
4. Participar en las rentas nacionales.(Subrayado nuestro). (Ver Constitución Política de Colombia, 1991 (con Reforma de 1997) en

Un estudio pormenorizado de la descentralización en el proceso Constituyente colombiano realizado por las especialistas Emilia Girón Reguera y Liliana Estupiñán Achury (El modelo de descentralización territorial en la Constitución Colombiana de 1991 a la luz de la Jurisprudencia Constitucional en http://www.idpc.es/archivo/1213706177FCI9AEGRLEA.pdf) concluye en lo siguiente:“…Por último, la importancia de disponer de autonomía financiera para gozar de una real autonomía tampoco ha sido obviada por la doctrina constitucional, al resaltar que un rasgo característico del derecho a la autonomía lo constituye la atribución que tienen las entidades territoriales para establecer los tributos necesarios para el cumplimiento de sus funciones. Lo que justifica con el siguiente razonamiento “no basta con diseñar una autonomía bajo la idea de que las entidades territoriales pueden designar sus propias autoridades, ejercer poderes, atribuciones o competencias específicas que les pertenecen, con cierta libertad e independencia, si al mismo tiempo aquella no comprende lo económico y financiero, es decir, el derecho de contar con recursos, a través de la participación de las rentas nacionales y el establecimiento de impuestos y de administrarlos, según convenga a la gestión de los intereses regionales y locales” (negritas y subrayado nuestro).

Esto último es lo fundamental en todo el caso de la municipalización colombiana en la actualidad y es el que pretendemos para Venezuela. No es suficiente la autonomía política (elegir Alcaldes y Gobernadores) si no se le da la independencia financiera para operar la gestión pública en las ciudades venezolanas, como lo estamos solicitando en el Proyecto País Venezuela.

De esa forma es que podremos garantizar el noveno Eje del Proyecto País Venezuela, que “El Estado garantice a la familia venezolana viviendas apropiadas y los urbanismos respectivos, que constituyan la base de ciudades humanizadas y hogares dignos, que le ofrezca calidad de vida y sostenibilidad a la Institución Familiar” (ver Proyecto País Venezuela – Reconstrucción y Reconciliación Nacional - MID Táchira/AVERU en https://docs.google.com/file/d/0B6yI0gUROWzDUmhEbXFZMGR0bEU/edit?usp=sharing).

No ahondaremos en cada uno de los objetivos específicos de este Eje, esbozados en la presentación del Proyecto País, ya que estos corresponden a la seguridad que debe darle el Estado a los ciudadanos, habida cuenta que estos objetivos apuntan a garantizar esa calidad de vida como Derecho Humano para los habitantes del territorio venezolano, llámese éste Municipio, Estado o País.

Sin embargo, sí deseo precisar la experiencia de Medellín, cuando bajo el control de las manos correctas es la prueba viviente de que si se puede llevar a cabo un proceso de transformación desde una ciudad sumida en la violencia y la pobreza a una ciudad progresista y con calidad de vida. Pueden conocer del propio Sergio Fajardo Ex Alcalde de Medellín (2004-2007) este extraordinario tránsito en una conferencia dictada en el TEC de Monterrey, México (ver Conferencia de Sergio Fajardo, Ex Alcalde de Medellín-Colombia, en el TEC de Monterrey “Medellín: Del Miedo a la Esperanza”

Al conocer la experiencia de Medellín se pueden llegar a algunas conclusiones: a) es necesario, pero no suficiente, que la ciudad tenga la posibilidad legal de obtener y administrar  los recursos necesarios para su recuperación; b) que exista una cabal comprensión del problema que se debe enfrentar para resolverlo; y c) que la sociedad civil se empodere del problema y tome las acciones para demostrar efectivamente que si se puede hacer un gobierno honesto en beneficio de las mayorías.

En efecto, Fajardo como buen matemático de formación que es, se planteó la siguiente interrogante: ¿Qué problemas vamos a resolver en Medellín? Y según sus propias palabras la respuesta salió inmediata: 1) Desigualdades sociales y una gran deuda social histórica acumulada; y 2) Violencia con raíces profundas, muy profundas…que incluyen la generada por el narcotráfico.  Cualquier semejanza con nosotros NO es pura coincidencia…

Fajardo y su equipo dividieron la ciudad en zonas de acuerdo al Índice de Desarrollo Humano-IDH. No me extrañó esto proviniendo de una persona de una sólida formación técnica pero con una altísima conciencia social. Al usar este criterio para enfocar la solución de los problemas, se identifican las principales áreas de atención de un gobierno que realmente desee hacer algo por los más necesitados, ya que el IDH es una composición técnica que mide varios factores que muestran esperanza de vida, educación e ingreso. Aquellos interesados en profundizar este aspecto fundamental pueden revisar el concepto en un trabajo que publique en el 2007: IDH Compuesto: Un ejemplo de aplicación para Venezuela (Dic. 2007) (ver
http://es.scribd.com/doc/21268009/IDH-Compuesto-Un-ejemplo-de-aplicacion-para-Venezuela) donde además de estas variables incluyo otras relativas a las Libertades Políticas de los venezolanos en el período 1998-2005.

Esta aproximación conceptual, basada en criterios alejados del populismo, de entrada hace diferente el enfoque de aplicación de los recursos del tradicional utilizado por la dirigencia política. Eso diferencia a Fajardo del resto de sus pares. Un enfoque técnico aplicado a los problemas reales de las personas, que traduce a la EDUCACION como un componente fundamental para la mejora de la calidad de vida.

De allí que Fajardo indica que es condición necesaria TRANSFORMAR LA POLITICA. Esto sale como la resultante de personas provenientes de la sociedad civil que sabían cómo se podría realizar un cambio, y al no verlo reflejado en las decisiones de la clase dirigente no les quedo más remedio que participar en el juego político, ganar elecciones y realizar ese cambio por ellos mismos, incidiendo en la manera de administrar la cosa pública. A la pregunta de dónde habían salido los recursos para acometer la transformación de Medellín, la respuesta de Fajardo se resume en lo siguiente: no nos robamos los reales. Ese es en realidad el milagro que operó en Medellín.

No voy a relatarles el cuento completo de Fajardo que ya está muy bien contado desde su propia perspectiva en los videos de su conferencia en el TEC de Monterrey. Es un proceso de transformación único en Latinoamérica pero que pasa por un cambio de principio: una Constitución que lo permita y unos ciudadanos resteados a provocar un cambio. Y como bien indica Sergio Fajardo al finalizar, los llamaron locos, les dijeron que no se podía, y ellos fueron adelante. Así nos llaman ahora a nosotros al desear un cambio profundo en Venezuela de la mano de un Proyecto País y una Constituyente. Pues bien, ya somos muchos. Lo que falta ahora es que esa locura la hagamos realidad.

Caracas, 11 de Octubre de 2013

Twitter:@laguana

martes, 8 de octubre de 2013

Campaña Presidencial Constituyente



Por Luis Manuel Aguana

No se asusten. No estoy con ese título pretendiendo meternos en otra campaña presidencial después de la caída del Ilegitimo. No señor. El titulo viene a dar respuesta a aquellos que me han preguntado cómo vamos a llevar a cabo esa Constituyente de la cual tanto escribo y a la que no se le ve todavía “el queso a la tostada” en términos reales. Y tienen razón. La Constituyente no tiene “sponsors”, solo simpatizantes. Y como saben, la diferencia es abismal.

¿Quién en este país quiere hacerle reingeniería al Estado, al punto de arriesgarse por eso? No son muchos, se los aseguro. Muchos, hasta lo que hemos podido percibir, lo que han visto es a un grupo de ciudadanos que insisten en cambiar la Constitución, a juicio de ellos sin decir para qué. Espero haber respondido eso en El País que queremos primero, Constituyente después (http://ticsddhh.blogspot.com/2013/09/el-pais-que-queremos-primero.html).

Sin embargo todavía hay personas bien intencionadas que todavía insisten en que somos unos locos que estamos poniendo en peligro la República, sin darse cuenta que lo que en el fondo hacen es proteger lo que hasta ahora hemos tenido como modelo de Poder cuyas consecuencias perversas aun sufrimos los venezolanos, y en los últimos 14 años de manera exponencial.

La REFUNDACION de la Republica es lo que en realidad se está proponiendo, nada más ni nada menos. Es una idea especial y muy grande. Es por eso que la cosa es complicada de explicar y mucho más difícil de llevar a cabo.

Cuando una persona tiene un proyecto de negocios, con solo las ideas en la cabeza de cómo llevarlo a cabo y sin dinero en el bolsillo, concurre a un inversionista de riesgo buscando financiamiento, exponiendo los diferentes análisis: análisis de producto, industria y competencias, estrategias de mercado, planes de operación, personal, ventas y manufactura, flujos de caja proyectados, valor presente neto, análisis de riesgos y contingencias, y todo lo que le permita convencer al inversionista que su inversión va a retornarse satisfactoriamente.

Sin embargo, esto no es un negocio que ofrecerle a alguien para que ponga su dinero, esperando retornarlo. Ni siquiera es un partido político acercándose a un grupo de financistas ofreciéndole los negocios del gobierno una vez que se encuentren en Miraflores. En ese sentido no atraemos ni la mirada más lamentable de nadie. Solo somos un grupo de venezolanos, que si bien atraemos las simpatías de muchas personas en el país, lo único que tenemos es un Proyecto en el cual creemos profundamente.

Creemos que Venezuela puede ser miles de veces un mejor país si se organiza de una manera distinta, inclusive para aquellos que no creen en eso. Creemos que cada región del país puede ser un polo de desarrollo si se le da la oportunidad de serlo, estableciéndoles constitucionalmente las facultades para ello. Creo que si los hombres de negocio de todo el país lo vieran un poco más allá de sus áreas de influencia, serían los primeros en impulsar esta iniciativa.

Ahora bien, el Proyecto Constituyente, como lo hemos llamado, tiene las mismas características de una campaña presidencial. Necesita seguidores, militantes, voceros, estructura, programas, mensajes, slogan de campaña, pero sobre todo recursos, no solo para hacer llegar ese mensaje a la población, sino para recoger las firmas necesarias para concretar el llamado Constituyente. Y la única diferencia con una campaña presidencial es que el candidato no es una persona, es la idea de cambiar el modelo de país que tenemos. De REFUNDAR la República.

Por supuesto el mensaje es diferente. Hay que decirles a muchas personas cual es el mensaje correcto. Y el mensaje comienza con Reconstrucción y Reconciliación. Luego explicar en qué consiste el país que tenemos y por cual modelo deseamos cambiarlo. Ir hasta la última parroquia de este país a decirle a la gente que es posible un modelo nuevo de país y que eso se puede tener porque está escrito en la Constitución a través de una Constituyente, organizando lo que haya que organizar para lograrlo. Pero antes hay que explicarles porque aun cambiando este gobierno, las estructuras actuales que se encuentran en la Constitución volverían a meternos en este mismo atolladero en un futuro próximo pero con diferentes personas.

Ojalá fuera tan sencillo como explicarle a un inversionista cual es el Proyecto que tenemos y vendérselo. Es que hay que vendérselo a todo el mundo en este país. Es por eso que estamos en la Campaña Presidencial Constituyente. Aun no contamos con todos los recursos que se necesitan para tan mayúscula campaña pero hemos colocado la idea en la mente de los venezolanos, lo que ya es un paso fundamental.

Algunos creen que la Constituyente debería ocurrir después de terminado este gobierno nefasto. Otros pensamos que no podemos esperar, que debemos comenzar, como ya algunos lo hemos hecho, independientemente de lo que pueda suceder. Por eso es que para nosotros el tema del 8D NO ES RELEVANTE porque no apunta a resolver nada más que una disputa política de quien en realidad gano las elecciones del 14A, disputa que no se resolverá, entre otras cosas, porque los venezolanos sabemos quien ganó y porqué no cobró.

Como esta no es una “campaña electoral”, no estamos sujetos a ninguna regulación. Nos asisten los artículos constitucionales 347, 348 y 349. Podemos realizar nuestro esfuerzo a partir de ahora mismo. Como no tenemos más recursos que las redes sociales y nuestro poder de convencimiento persona a persona, iremos avanzando hasta hacer de esta campaña un sentimiento nacional que en su momento determinado tendrá los resultados concretos que se esperan, a pesar del gobierno y muchos de la oposición formal interesados en que las cosas sigan como están.

Dentro de nuestras posibilidades trataremos de explicarles a los venezolanos en nuestra campaña lo que la dirigencia política no desea discutir porque olvidaron la esencia del porque están allí: que es lo que hay que hacer para lograr convertir a este país en un lugar próspero y con calidad de vida, en paz y en democracia.

Caracas, 8 de Octubre de 2013

Twitter:@laguana