Por Luis Manuel Aguana
Luego
de la brutal arremetida a los únicos venezolanos que se han manifestado frontal
y pacíficamente en contra de las prácticas comunistas del Plan de la Patria del
régimen, el Movimiento Estudiantil ha decidido cambiar su estrategia de
protesta cívica. Los estudiantes han manifestado públicamente su intención de
ir a una Segunda Etapa de la protesta (ver http://www.entornointeligente.com/articulo/2407736/VENEZUELA-Estudiantes-anuncian-segunda-etapa-de-protestas).
En
primer lugar los estudiantes no solo han desnudado al régimen en su carácter dictatorial,
autoritario y castro-comunista, sino que también han desnudado a la franquicia
que actualmente se dice oposición en Venezuela. En efecto, la MUD al utilizar
la sangre que han puesto los muchachos en las calles, se ha logrado sentar a
“dialogar” con el régimen, que lo pedía desesperadamente, logrando obtener un
oxigeno que no tenía desde diciembre de 2013 cuando se les agoto la gasolina
electorera.
Una
estrategia que incluya la lucha por una verdadera oposición en Venezuela es
vital para que cualquier esfuerzo que hagan todos los sectores por sus
reivindicaciones sea tomado en cuenta. No sirve de nada si los estudiantes, los
trabajadores, los profesores universitarios, los médicos o cualquiera que
proteste, indiquen que el régimen esta conculcando nuestra forma de vida republicana
y salga luego la MUD a apaciguar los ánimos indicando que este es un mal
gobierno del que saldremos con elecciones el 2019. Entonces se hace perentorio
redefinir quien es y quien no es oposición en Venezuela.
La
generación de una nueva oposición que incorpore fundamentalmente sangre nueva,
la de los estudiantes, factores importantes de la Sociedad Civil, partidos y
personalidades consustanciados con la verdadera caracterización al régimen como
dictadura, insuflaría de nuevo la esperanza del pueblo opositor a salir del
régimen de una manera constitucional, sosteniendo esa bandera en la calle
consistentemente.
Una
nueva fase de esta lucha de los estudiantes debería establecer una propuesta civil
inobjetable que no es más que contarnos para un nuevo Pacto Constitucional-una
Constituyente-, pero con un árbitro imparcial. Y cualquier propuesta civil pasa
por un sistema electoral limpio y transparente. Y una bandera fundamental de
una nueva fase en la protesta es obligar al régimen a contarse en Elecciones
Autenticas.
Esa
propuesta civil debe estar enmarcada en una Lucha NO Violenta que establezca
claramente que esta protesta tiene su fondo en el rechazo de un modelo político
e ideológico que no queremos la mayoría de los venezolanos y que eso debe
dirimirse pacíficamente. Ya en el 2007 el pueblo venezolano rechazó en las
urnas esa imposición ideológica que se trató de hacer con la Reforma
Constitucional y el Movimiento Estudiantil de entonces tuvo muchísimo
protagonismo en eso.
La
protesta debe ser encausada para rechazar de una vez por todas lo que el
régimen trata de imponernos y que se manifiesta en todos los órdenes de la vida
nacional: educación, cultura, economía, Fuerzas Armadas, institucionalidad de
los Poderes Públicos, etc.. De esta forma la población no solo tendrá claro el
“para que” de la lucha de los jóvenes por su futuro, sino también convocarla
activamente a participar en la salida pacífica del régimen de una manera
prevista en la Constitución.
Algunos
podrían considerar que encausar la protesta de calle a los fines de conseguir
objetivos como Elecciones Autenticas es una pérdida de tiempo porque se piensa
que la salida no es electoral. Y eso es verdad si se mantiene este CNE. Es por
eso que es muy importante dar esa lucha civil para el cambio del Poder
Electoral. Pero no una cosa facial como el cambio de unos Rectores por otros,
sino la transformación estructural de ese organismo que implique la completa
auditoría del Registro Electoral y el cambio de su Ley y Reglamento, redefiniendo
el papel de la automatización y sus escrutinios, que regrese a todos los
venezolanos la confianza de poder dirimir nuestras diferencias con votos y no
con balas.
Algunos
amigos me insisten que eso no será posible con un sistema castro-comunista en
las riendas del poder porque los comunistas no salen con votos y si salen es
con una bayoneta en la cabeza. Pero esa es la verdadera lucha civil por la recuperación
de la democracia, la restitución del Poder Electoral. Si no lo aceptan seguirá
la lucha en las calles porque ese es el verdadero fondo del problema, y la
finalización de este estado de cosas solo será cuestión de tiempo como lo
indicó Erica Chenoweth en su extraordinaria conferencia de TED (Nonviolent
civil resistance http://youtu.be/y4xcimkAFNc).
Se
puede seguir protestando y provocar la suficiente desestabilización para que el
sistema cambie de estado. Pero lo que nunca sabremos es a que estado nuevo
arribará. Podría ser a uno mejor pero también a uno peor. La Divina Providencia
provocó el cambio de estado del sistema con la muerte de Chávez, pero lo que
nadie previó fue que el sistema evolucionó a un nuevo estado peor que el
anterior.
Sin
embargo si la lucha civil No Violenta tiene objetivos claros que se puedan definir
más allá del quiebre de las columnas que sostienen al régimen, Gene Sharp dixit, entonces se podría prever el
siguiente estado al que puede arribar este sistema inestable.
Los
estudiantes, en esta nueva etapa de la protesta cívica, podrían hallarse en una
encrucijada: o propician el quiebre del sostenimiento del régimen, lo cual
estoy convencido que pueden lograr si como ellos lo han hecho, persisten en
debilitar su base de sustentación, con el consiguiente surgimiento de un nuevo
estado del sistema cuya naturaleza no se podría prever con exactitud; o
introducen cambios en la estrategia que los lleve a exigir una Constituyente
como salida prevista en la Constitución-con el consiguiente cambio previo de la
institución electoral-, que ponga al régimen en la disyuntiva de aceptar
condiciones obligados por la protesta cívica o salir por la puerta de atrás, en
cuyo caso cualquiera que sea el estado posterior del sistema, requerirá de una
ANC para lograr su estabilidad. En ambos casos la protesta No Violenta en la
calle es la herramienta fundamental.
Cualquiera
de los dos caminos que se elija pasará por un periodo de inestabilidad política
en el que el régimen luchará y será violento en contra de la población
manifestante, utilizando ilegalmente todos los recursos que el Estado tiene. Es
obvio que esta gente piensa que son eternos y que su subsistencia está
asegurada por los militares y el secuestro institucional. La historia es
testigo de ese error. Sin embargo, independientemente del camino que se tome y
los elementos que se sostengan para ir por uno u otro camino, la suerte está
echada: o es dictadura o es democracia. Yo creo que ya esa respuesta la dieron
los estudiantes y que esa parte de la lucha el régimen la perdió en el corazón
de los venezolanos.
Caracas, 16
de Mayo de 2014
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana