sábado, 2 de agosto de 2014

Misa de difuntos con Chávez



Por Luis Manuel Aguana

Me enteré de último, como suele a veces pasar con las personas inocentes que dejan pasar los detalles. Tal vez ustedes lo sepan pero yo no lo supe sino cuando en la misa de difuntos que realizamos todos los años de manera intima y familiar por el descanso eterno de mi hija fallecida, luego de ser nombrada, surgió poco después el nombre del inefable Comandante Galáctico Hugo Rafael Chávez Frías. Así, con el nombre completo, como no dijeron el nombre completo de mi hija, dijeron completo el del Eterno.

Y ustedes se preguntarán, ¿y cuál es el problema? Tal vez alguien deseaba rezar por el descanso eterno del Galáctico en ese preciso servicio religioso donde estuve con mi familia. Pero ocurre que este fenómeno está sucediendo en prácticamente todas las misas de difuntos y al parecer es del dominio público, como me informó la feligresía del lugar. Y yo no lo supe hasta hoy en la misa de mi hija… No había escuchado nada tan retorcido como cuando me enteré de la intención de colocar al difunto Chávez en el Panteón Nacional, y luego fueron más allá y le hicieron el suyo en el llamado Cuartel de la Montaña.

Se me hace cuesta arriba pensar que espontáneamente en cada una de las más de 10 mil misas que se hacen diariamente en el país alguien coloque en todas ellas al Comandante Eterno en la lista de la misa de difuntos sin que exista un plan organizado detrás de ello. Es claro que los sacerdotes de esas iglesias reciben todos los días cientos de nombres de difuntos que son referidos durante el transcurso de la misa por una pequeña colaboración. La Iglesia como organización obviamente no tiene nada que ver con eso.

Sin embargo, la cosa tiene una trascendencia mayor. Tiene un impacto absolutamente político que está mezclando las creencias religiosas de las personas con la vigencia de ese nombre en la mente de un pueblo en su mayoría católico. A la sola mención de Chávez algunas personas se retiraron de la misa pero otras continuaron allí por respeto pero con mucho desagrado. Es una manera sumamente inteligente y manipulada de hacer permanecer el nombre del Comandante Galáctico en el imaginario de un pueblo que asiste regularmente a la misa a rezar por los suyos pero que también lo hace obligada por un personaje definitivamente coleado en el camino.

No podemos pedirle a la Iglesia que deje afuera el nombre de alguien, incluso el del Comandante Galáctico. No seríamos cristianos si lo hiciéramos. Pero si podemos pedir respeto a quienes están detrás de esa manipulación abiertamente política en los templos con la intención aviesa de mezclar lo que es a todas luces incorrecto mezclar. No solo están usando la red de medios del Estado, están usando las iglesias para hacer esta manipulación que se complementa con la campaña de mercadeo del régimen de mantener viva en la mente de las personas la imagen del Comandante, siendo esta una estrategia muy bien dirigida y las iglesias un instrumento para esos fines.

Esto tal vez no sea del conocimiento de la Conferencia Episcopal Venezolana. Nombrar en las misas de los sectores populares del país a Hugo Chávez todos los días indica una “presencia” indiscutible del personaje, que hace realidad la campaña que están llevando a cabo de que Chávez “vive”. Esa manifestación hace pensar en la omnipresencia del Galáctico en la gente de menores recursos que terminan cayendo en una suerte de habituación y resignación ante lo que nos pasa, pensando que no se puede cambiar.

Pero lo más grave de todo este asunto es que pareciera que es imposible revertir la situación. ¿Qué hacer? No le puedes pedir a la Iglesia que impidan que sus feligreses, incluidos aquellos enviados por el G2 cubano, a rogar por el descanso del alma del Galáctico en todas las misas de difuntos de Venezuela. Pero yo si podría hacerles una solicitud que muy difícilmente pueda considerarse inapropiada.

Si un sacerdote recibe una solicitud por el descanso del alma de Hugo Rafael Chávez Frías en una misa de difuntos en cualquier iglesia, que el mismo sacerdote le indique al solicitante que en su pedido debe colaborar también por el descanso del alma de Franklin Brito, Génesis Carmona, Geraldine Moreno, Bassil Da Costa o la totalidad de los más de 40 fallecidos a consecuencia de la represión del régimen, y que se nombren de la misma manera durante la misa de difuntos. Y si de Presidentes se trata, de igual forma se podría incluir en esa lista que se contribuya para rezar por el descanso eterno de las almas de cualquiera de los Presidentes de la democracia venezolana, como Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Luis Herrera Campins, Carlos Andrés Pérez, Jaime Lusinchi, o Ramon J. Velázquez.

De esa manera se obligaría a que la reconciliación comience en los templos, si alguien desea politizar un servicio tan serio y que significa mucho para los familiares de los difuntos que asistimos a esos servicios religiosos y que demandamos el respeto debido para nuestra pérdida. Sería una manera extraordinaria de comenzar a predicar en nuestras iglesias católicas que es urgente que Venezuela entre en una etapa de reconciliación y que Dios ilumine a los dirigentes políticos para acordar el mecanismo idóneo para lograrlo.

Solicito muy respetuosamente desde esta pequeña tribuna a la Conferencia Episcopal Venezolana que se pronuncie en relación a esta situación que considero sumamente grave, e instruya a los sacerdotes de todas las iglesias de Venezuela a tratar con la debida equidad esta polarización que azota a la sociedad venezolana. Nunca como antes Venezuela necesitó de su Iglesia y de su guía espiritual para superar esta barbarie que ya está penetrando nuestros templos y amenaza con también robar allí la paz de nuestros difuntos.

Y si, como decía Andrés Eloy Blanco en el “Palabreo de la alegría perdida”, todavía “no hay en el castillo guitarra pal prisionero”, procedamos de igual manera que el Compadre Venancio Laya: arrebatémosla. Con cada nombre de nuestros difuntos que registremos en las iglesias, pidamos también por otro que le recuerde al régimen que nosotros tampoco olvidamos a nuestros muertos, y en la próxima misa de difuntos en la que registre a mi hija, pediré y contribuiré también por el descanso eterno de quienes, con nombre y apellido, dieron su vida por la democracia que el Galáctico se encargó de destruir mientras vivía y sea entonces Dios el que decida quien deberá descansar en paz.

Caracas, 2 de Agosto de 2014

Twitter:@laguana

jueves, 31 de julio de 2014

La perspectiva ciudadana del Proyecto País Venezuela



Por Luis Manuel Aguana

Intervención en la Asamblea de Ciudadanos para el lanzamiento del Movimiento Constituyente y del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente. San Cristóbal, Estado Táchira, 31 de Julio de 2014.

Buenas tardes. Me siento honrado, no solo por la invitación que me han hecho a este acto que considero histórico, sino por compartir de primera mano las ideas de un Proyecto único en su naturaleza, que estoy seguro cambiará el curso de la historia de Venezuela. Así, de ese tamaño, es el compromiso que asume hoy el Táchira en este momento.

Sería osado para cualquier persona hablar en el Táchira acerca de lo que pueden hacer los ciudadanos para salvar la democracia venezolana. Ya el Táchira ha dictado cátedra en esa materia, y la sigue dictando. Por eso estamos aquí. Y solo por esa razón me atreveré a resaltar algunos aspectos que sí creo importantes señalar habida cuenta que todavía a estas alturas del debate político nacional aun se cree que es una “locura” convocar al Pueblo Soberano para, citando a la Constitución en su artículo 347: “…transformar al Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”.

La interpretación del momento histórico y el significado del porque actúan las masas populares no es un asunto sencillo de tratar. Leoncio Martinez, el inmortal Leo, en el editorial de su Semanario “Fantoches” del sábado 26 de septiembre de 1936, titulado “El Significado de las Masas Populares”, indicaba:

Los pueblos no siguen a sus agitadores sino a quienes encarnen a una aspiración unánime de la mayoría. Los pueblos no conocen agitadores sino intérpretes, por eso siguen a quien les promete alimento cuando tienen hambre, a quien les habla de justicia cuando se sienten oprimidos, y hasta a aquellos que les prometen venganza cuando se sienten víctimas. Siguieron a Boves porque Boves les prometió vengar el engaño de que les hacían victima las incumplidas promesas de quienes firmaron el Acta de 1811, porque Boves les ofreció el saqueo y la batalla en represalia contra “el mantuano” y contra el “criollo blanco” que se había adueñado de todo lo que se suponía debiera pasar a manos del pueblo. Pero luego siguieron a Bolívar, porque el Libertador concretaba mucho mejor las aspiraciones, definiéndolas con palabras de una doctrina bien formulada y ya reinante en Europa, que se llamaba Democracia. Boves, como intérprete, no tradujo sino la cuestión pasional, bárbara, casi animal, que se agitaba en el alma de la masa; Bolívar, llegó más a fondo, más a la raíz del espíritu público y, en vez de invitar para la intentona descabellada y sin horizonte, expuso programa total y concreto, fiel intérprete de todo cuanto se deseaba.(Subrayado nuestro) (http://ticsddhh.blogspot.com/2011/06/el-significado-de-las-masas-populares.html)

Y de esto último es de lo que trata el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente, de un programa total y concreto, fiel intérprete de todo cuanto se desea para Venezuela. En esta ocasión va de la mano de quienes han interpretado correctamente un sentimiento de cambio sobre el cual encausar toda la energía contenida en un país hambriento de respuestas y soluciones.

El Táchira ha sido fiel intérprete del sentimiento del país, primero al alzar su voz en las calles clamando por democracia y ahora indicando la vía correcta por la cual transitar para el logro de un sueño común para todos: una Venezuela democrática, próspera y llena de oportunidades.

En mis continuas discusiones del Proyecto País Venezuela siempre me he topado con quienes han asumido la posición pasiva de la espera de una solución militar, aduciendo el argumento de que los venezolanos somos incapaces de organizarnos para propiciar un cambio en el país. Pues no es así. Cada venezolano, con o sin uniforme, tiene el deber y la obligación de hacer restituir el imperio de la Constitución “si dejare de observarse por acto de fuerza” como bien reza el artículo 333 de la Constitución. Y vaya que se ha dejado de observar por acto de fuerza…

Obviamente que no podemos hablar por los que tienen uniforme, ni sabemos si están haciendo algo porque se restituya “el imperio de la Constitución”. Lo que sí vemos es lo que se percibe en las calles de San Cristóbal: una ciudad venezolana ocupada por su propio Ejército para evitar la protesta ciudadana, a la que tiene pleno derecho. Pero la sociedad civil en su más amplia expresión si está determinada a que las cosas cambien y estamos haciendo lo que nos corresponde. Por eso estamos aquí haciendo manifestación cívica de lo que la sociedad civil puede hacer en este lanzamiento para todo el país.

La sociedad civil se echó a las calles para un cambio que no resulto exitoso. En marzo de este año escribí una nota que titulé “El Operativo Libertad” (http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/el-operativo-libertad.html). Decía allí que los venezolanos, de acuerdo a una investigación muy seria conducida por Elena Granell, David Garaway y Claudia Malpica, publicada por el IESA en 1997, son proclives a organizarse en una forma que poca gente del mundo comprende: los operativos. Decían los investigadores:

“¿Por qué nos encantan los operativos? Un operativo tiene varias características estrechamente asociadas a los rasgos del venezolano. Es un reto (somos sensibles al reto), requiere de un esfuerzo conjunto con otra gente (nos gusta trabajar en grupos), tiene un tiempo limitado, (entusiasmo y energía pero poca perseverancia) y es un esfuerzo de todos. En resumen, la combinación de la necesidad de afiliación y de calor humano, visión del día a día y la sensibilidad hacia lo novedoso, el reto y las nuevas ideas, generan las condiciones para que se dé un rasgo cultural fundamental en el venezolano: el del trabajo intensivo, concentrado en el tiempo, con la colaboración y entusiasmo de todos para lograr un resultado concreto en muy poco tiempo (1) (subrayado nuestro).

¿Y qué pasa cuando se termina el operativo? Todo vuelve a nuestra “normalidad”, en especial si este no es exitoso. Si el régimen se tambaleó con lo que sucedió aquí en el Táchira por un “operativo” que surgió de las entrañas mismas de la población descontenta, imagínense si ese “operativo” hubiera tenido éxito en todo el país. Pero eso no sucedió. No era solo del Táchira la responsabilidad de regresar al imperio de la Constitución, era de toda Venezuela. Ustedes, los estudiantes, la sociedad civil, el pueblo tachirense, marcaron una pauta de comportamiento acerca de cómo enfrentar y resistir a una dictadura.

Ahora, estamos proponiendo un “operativo” diferente (y aquí me incluyo como “tachirense” invitado – ¿por qué si Maduro habiendo nacido en Cúcuta dice que nació en El Valle en Caracas, no podría yo, siendo de Caracas, con más razón decir que nací en San Cristóbal?) organizando desde el Táchira para Venezuela una nueva lucha, distinta en propósito pero con la misma contundencia, con esas tres características básicas: trabajo intensivo, colaboración entusiasta de todos y concentrado en el tiempo. ¿Y cuál es la diferencia fundamental? Que se hará para cambiar las estructuras políticas del país, empoderando a las regiones de sus recursos y de su propio desarrollo, estableciendo un propósito común para nuestra lucha civil que no es otro que lograr un Estado Federal de Poder Descentralizado vía un proceso Constituyente (ver Proyecto Pais Venezuela Reconciliada Vía Constituyente en http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).

Nuestro nuevo “operativo” deberá entonces centrarse en convencer y reclutar seguidores para nuestro Proyecto País de toda la sociedad civil en todos los Estados de Venezuela, para luego recolectar las voluntades necesarias para hacer realidad la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que logre implantar ese Proyecto. Esta labor ya ha comenzado con el extraordinario esfuerzo de tres tachirenses insignes: Enrique Colmenares Finol, Luis “Balo” Farías y Luis Granados, pero que aún no termina y que necesita más adeptos y más recursos.

Convencer a los venezolanos que ese proceso Constituyente es de todos, porque de los pueblos de toda Venezuela, de sus dolientes, deben salir esos diputados constituyentes, con cuya ciudadanía contamos para hacer realidad el Proyecto País en una Asamblea Nacional Constituyente. A quienes van a representar realmente esos Constituyentes son a los venezolanos que desean un cambio estructural de la forma en que se ha gobernado Venezuela y la manera en que se han administrado nuestros recursos, no a una particular parcialidad política porque esto NO SE TRATA de una carrera electoral de los partidos. Se trata de un  pueblo pensando en la próxima generación, no de unos partidos pensando en un próximo gobierno. Es por eso que el Proyecto ha tomado vida propia en los Estados que se han visitado hasta ahora en el país.

Deseo terminar esta intervención con las mismas palabras que utilizó Leo en su editorial que ha quedado para la historia, exigiendo una mejor interpretación del significado de las masas populares, oponiéndose a una visión equivocada del pueblo por parte de su dirigencia, y que aún perdura en nuestros días:

“A nombre de ese pueblo que sabe lo que siente y sabe lo que quiere, a nombre de esa masa que es la misma que luchó y venció al lado del Libertador hasta lograr implantar las doctrinas de la democracia y la igualdad social, a nombre de ese conglomerado consciente que no ha servido de pedestal para la gloria de nadie sino para su propia gloria, ya que el Libertador era a la vez hombre y masa, porque dentro de él dormía el pueblo libre a que aspiraba, pedimos para Venezuela la legítima apreciación de la democracia, de esa democracia siempre reñida con quienes pretenden imponer sin oír, gobernar sin acatar...”

Esa masa es la sociedad civil venezolana, cuya perspectiva ciudadana quieren relegar como rebaño los partidos y sus dirigentes. Ya dejamos de ser seres inermes y sin propósito. Esa masa se convirtió en ciudadanía consciente de su responsabilidad histórica luego de tanta decepción y engaño. Y que ya no solo exige un cambio fundamental para ser gobernada, sino que está actuando en consecuencia, haciendo valer su derecho a ser oída y acatada. Ese cambio comienza ahora, con un Proyecto País de la mano de todos nosotros, un propósito y la determinación de unos gochos que han sido ejemplo para toda Venezuela.

Muchas gracias.

San Cristóbal, 31 de Julio de 2014

Twitter:@laguana

(1)     Éxito Gerencial y Cultura, Retos y Oportunidades en Venezuela / Managing Culture for Success, Challenges and opportunities in Venezuela, Granell, Graraway, Malpica, Ediciones IESA 1997, 234p, ISBN 980-217-189-1