Cuando
Cristóbal Colón buscaba apoyos para embarcarse en la expedición para una ruta
alternativa para llegar a “Las Indias” desde Europa, por la vía de viajar hacia
el occidente por el océano Atlántico, se le calificaba de loco. Nadie antes había
realizado ese viaje y no se podía corroborar, sin asumir un altísimo riesgo de
vidas y recursos, que tal empresa tuviera algún éxito. Eso era- y sigue siendo-
lo que pasa cuando algún soñador se atreve a transgredir lo establecido.
Algunos señalaban que los sabios de Salamanca efectivamente
habían hecho los cálculos matemáticos y que teóricamente podía realizarse lo
que él decía pero nadie lo había probado, ni mucho menos arriesgado su vida
para hacerlo. No existía la tecnología de transporte marítimo para sortear
cualquier peligro potencial, con lo cual, visto desde esa perspectiva
pragmática, era virtualmente una loquera lanzarse al mar para ver que se podía
conseguir. Pero aún así Colón se echó al mar y descubrió un Nuevo Mundo, y
buscando una cosa encontró una más grande.
Aquí solo podían pasar dos cosas: la que efectivamente
ocurrió cuando Colón descubre un Nuevo Mundo, o la que era previsible en esa
época que indicaba que Colón no regresaría nunca, tragado por el océano. Mi
opinión personal es que Colón fue un soñador visionario muy arrojado que ignoró
el razonamiento prevaleciente de la época, y que corrio con una descomunal
suerte que no lo matara su propia tripulación en el medio de un mar
completamente desconocido antes de pisar tierra.
La hazaña de Colón no fue realmente encontrar el Nuevo
Mundo. Fue convencer a los Reyes Católicos, encontrar una tripulación para que
se montara en unos barcos que podían zozobrar en el medio del camino a falta de
agua e insumos o cualquier imponderable; y lo más importante, venderle a
quienes le acompañaban que estarían haciendo historia al encontrar una nueva
ruta para Las Indias. En otras palabras, la hazaña no estuvo después, sino
antes de partir hacia lo desconocido.
De una
conferencia de TED (son increíbles, se las recomiendo), extraigo una cita de
Simon Sinek (ver How Great Leaders
Inspire Action o Cómo los grandes líderes inspiran a la acción http://www.ted.com/talks/simon_sinek_how_great_leaders_inspire_action):
La gente no compra lo que uno hace;
compra el porqué uno lo hace. Anoten esa frase que es muy importante.
En la historia de Sinek, los hermanos Wright
emprendieron el sueño de fabricar una máquina voladora de la nada: “…Orville y Wilbur Wright, no tenían
ningún ingrediente de lo que consideramos
como la receta del éxito. No tenían
dinero. Financiaban su sueño con las ganancias de su tienda de bicicletas. Ninguno en
el equipo de los hermanos Wright tenía
educación universitaria, ni siquiera
Orville o Wilbur. Y The New
York Times no los siguió a ninguna parte. La
diferencia fue que a Orville y
Wilbur los guiaba una causa, un
propósito, una creencia. Creyeron
que si fueran capaces de idear una máquina voladora, eso
cambiaría el curso del mundo”.
Al igual que Colón, la hazaña de los hermanos Wright no fue
poner a volar un aparato cuando nadie lo había hecho sino todo el proceso
previo que culminó precisamente en ese hecho. Mucho trabajo previo, e insistir,
insistir y seguir insistiendo.
¿Por qué Colón hizo lo que hizo? ¿Por qué los Hermanos
Wright hicieron lo que hicieron? Los guiaba una idea pertinaz y una claridad de
que la razón estaba de su lado. Eso es en realidad imbatible. Las hazañas solo
fueron la consecuencia de una causa, un
propósito y una creencia.
En las conversaciones realizadas en todo el país por
aquellos que participamos en el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía
Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/)
no comenzamos la conversación explicando que es una Constituyente. Eso al final
no es el problema. Explicamos primero las causas del porqué llegamos hasta éste
desastre- y no precisamente el de estos últimos 16 años-, y luego cuáles son a
juicio del Proyecto los aspectos fundamentales que debemos abordar para solucionar
ese desastre y poder aspirar a convertirnos en una nación desarrollada; y
finalmente la vía para poder hacer ese sueño una realidad, invocando al
depositario de la soberanía, el pueblo venezolano, pero no en su condición de
poseedor de una iniciativa constitucional, sino en su condición de dueño del
Poder Originario que decide finalmente cual forma de gobierno darse por encima
de cualquier cosa, poder o gobierno. Esto último es lo que le ha costado
entender a muchísima gente.
Es posible que se atraviesen muchos factores imponderables
para intentar desviar lo que persigue ese sueño de una Venezuela desarrollada y
moderna. Incluso pueden convocar un proceso constituyente a destiempo y por las
razones equivocadas. Pero eso solo lo retrasará porque como bien dice Sinek, la
gente no compra lo que uno hace, sino el porqué lo hace. El Proyecto País
Venezuela para nosotros es una causa, un propósito y una creencia.
Nuestro Proyecto constituyente no se trata de un trampolín
para conseguir el poder, para quitar a unos y poner a otros. Es para generar
las estructuras fundamentales sobre las cuales construir un nuevo edificio
político y económico para el país. Una vez realizada esa hazaña, podrán ser
cualquiera de los actuales o futuros actores políticos los que terminen siendo
los protagonistas. Nosotros, la sociedad civil, ¡les estamos construyendo un
nuevo piso sobre el cual erguirse! Pero eso tampoco lo ha entendido mucha
gente, ellos en especial.
Y es que no es fácil de explicar. Y menos a una población a
la que se intenta mantener en estado de ignorancia y oscurantismo permanente
para poder comprarla con un plato de comida. Pero como dijimos antes, la hazaña
no es llegar a eso, sino el trabajo previo necesario para realizarlo. Poco a
poco estamos creciendo en número quienes predicamos el concepto y el sueño de
un mejor país con un Proyecto en la mano, profundizando cada vez más ese
trabajo previo que hace que las hazañas sean posibles. Más temprano que tarde
será una realidad imposible de detener. La mejor prueba de ello es que los
aviones vuelan y estamos viviendo en un Nuevo Mundo descubierto por un soñador…
Caracas,
13 de Septiembre de 2014
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana