jueves, 25 de febrero de 2016

Que las intenten todas

Por Luis Manuel Aguana

Lo que me quedo claro del Foro que se produjo el miércoles 24 de febrero en El Nacional promovido por el Frente de Entendimiento Nacional, para analizar las soluciones constitucionales a la crisis política, fue que muy pocas personas estuvieron en desacuerdo con la realización de una Asamblea Nacional Constituyente, acordando que si era necesaria la modificación constitucional en varios aspectos fundamentales. El desacuerdo estuvo en el cuándo hacerla.

Sin embargo el tema, mas allá de corregir ciertos aspectos que se consideran indispensables, como la reelección indefinida, los poderes ilimitados del Presidente para la designación de altos oficiales de la Fuerzas Armadas, o la posibilidad de la disolución de la Asamblea Nacional de manos del Presidente de la República, nuestro planteamiento constituyente va más allá de eso.

Es el replanteamiento de una estructura constitucional que deja por fuera a las regiones en su desarrollo económico y político fundamental, al no asignarle la suficiente independencia financiera para que las autoridades regionales y municipales del país puedan resolver los problemas de su gente; es el desbalance entre los poderes del Presidente de la Republica y quienes deben controlarlo; es la representación genuina de los Estados y su poder político especifico frente a un Estado que se define como Federal y Descentralizado.

Esa redefinición pasa por un estudio armonizado y pormenorizado de lo que queremos como país en concordancia con el texto fundamental. Es por ello que al plantear el Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) en sus más de 100 objetivos fundamentales, no solo no vemos unos pocos cambios cosméticos en la Constitución sino modificaciones que nos lleven a una verdadera estructura política y funcional acorde con el desarrollo de un nuevo país, que sea capaz de enfrentar el hecho que dejamos de ser los mantenidos de la venta de un bien de la naturaleza que simplemente se realiza en el mercado internacional, y que no es el producto de nuestro trabajo e ingenio.

Eso es en realidad lo que diferencia nuestra propuesta de todas las salidas planteadas a la crisis en ese foro. Porque el tema va más allá de "sacar a Maduro" y a su banda, ya que la crisis es estructural. Y aunque ese no es nuestro planteamiento va en la dirección de la solución del problema político estructural porque en realidad ambas cosas tienen un origen común.

Ahora bien, luego de oír todos los planteamientos hechos en relación a una decisión a tomar por la oposición, donde el criterio que prevalece es que "tan rápido" puede producirse la salida del Ilegitimo de Miraflores, no vi nada excluyente en ninguna de esas salidas. Esto es, si se iniciaran todas ellas al mismo tiempo y se desarrollaran concurrentemente en el tiempo, lo que cabría es preguntarse cuál de ellas coronaria primero. Eso nos ahorraría el desgaste de “escoger” una y debatirnos en cuál es la mejor. Entonces, ¡que las intenten todas!

Lo que pasa es que a los venezolanos nos gusta hablar mucha pendejada y proponer muchas veces sin sustancia, pero que otro sea el que haga y se responsabilice. De esa manera no hay forma de equivocarse porque el que hace es el único que puede cometer errores. Entonces mi propuesta, hecha con la mayor seriedad posible, es que el que plantee una solución la inicie, la implemente y la sostenga hasta el final y solo el éxito en conseguir el objetivo le dará la razón.

En estas condiciones podemos comentar algunas de las propuestas presentadas en ese foro:

a) La Enmienda Constitucional. Propuesta e iniciada por la Causa R. Tiene la gran ventaja que aborda el recorte del periodo constitucional y la eliminación de la reelección indefinida, aspectos importantes pero muy puntuales. De fácil aprobación por la Asamblea Nacional, deja las soluciones reales a un año vista que es el momento donde un nuevo Presidente se haría cargo del desastre castro-chavista-madurista. De acuerdo a lo que le entendí a Andrés Velásquez, van con eso dispuestos a llegar hasta el final. Si no se hace más nada y se aprueba, los venezolanos tendríamos que esperar un año para recoger los pedazos que queden luego que Maduro y su banda terminen de destrozar al país;

b) Revocatorio del Presidencial. Sería la manera lógica y natural de sacar al Presidente porque eso está previsto para esos casos en la Constitución. El problema se halla en las condiciones que ha impuesto en su normativa la banda del CNE para revocar a cualquier funcionario (descritas en mi nota del mes pasado Revocatorio y Constituyente en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/01/revocatorio-y-constituyente.html). La manera sensata en que alguien intente eso sin engañar a los venezolanos es que se haga LUEGO de aprobarse una Ley de Referendos, ya que su no existencia es la excusa que han utilizado en el CNE para aprobar una normativa que impide que se revoque a cualquier funcionario rojo-rojito. De esa manera la Asamblea Nacional debe legislar en la forma en que se convoque al pueblo para revocar a un funcionario de una manera justa y transparente. Si usted oye a alguien decir que va a revocar a Maduro sin que exista esa legislación previamente LO ESTA ENGAÑANDO o está coludido con el régimen para que Maduro se quede hasta el 2019. Si se revoca a Maduro por esa vía con una Ley que establezca de una manera justa ese proceso, simplemente se hace y lo revocamos. Se va el Ilegitimo y se convocan elecciones en 30 días, sin desmedro de que antes se haya aprobado la enmienda de recorte del mandato presidencial.

c) La Renuncia. Ya sea voluntaria o no, forzada por las condiciones del país o porque se pruebe en definitiva que Maduro tiene doble nacionalidad, o por lo que sea, tiene los mismos efectos que b): se va y se convocan a elecciones en 30 días. Seguirían posteriormente los efectos de un recorte de mandato por una posible enmienda aprobada por el pueblo de acuerdo a la propuesta de la Causa R.

d) Huelga General. Propuesta por Douglas Bravo y su grupo. Esto sería en términos prácticos el pueblo en la calle forzando a que se vayan porque no los queremos. Tiene el mismo efecto de b) y c).

e) Convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. Ese sería el deber ser. Sin embargo atenta en contra todos los intereses de la oposición formal y electorera porque deja al pueblo la vía libre para decidir los destinos del país por encima de los poderes constituidos: Ni los unos ni los otros. Discutir al país que queremos los venezolanos, generando un nuevo Pacto social con Reconciliación que le dé estabilidad a Venezuela. De esa forma intervendrían todas las fuerzas naturales, opositoras o no, para discutir las propuestas que existan. Puede convocarse vía la Asamblea Nacional con los 2/3 de sus integrantes o por vía de la iniciativa popular con el 15% del electorado inscrito en el Registro Electoral. Existen dos formas adicionales previstas en el Artículo 348 constitucional pero las descartamos en este análisis. Como aun esta planteada la discusión de la inexistencia de los 2/3 por la ausencia de los Diputados por el Estado Amazonas, descartamos la vía de la Asamblea Nacional. Nos queda la convocatoria por el mismo pueblo de Venezuela: la iniciativa popular. Eso es lo que comenzaremos a hacer en breve aquellos que pensamos que ese es el mecanismo, no solo de resolver el tema del Ilegitimo y su régimen de iniquidad, sino para corregir los graves defectos estructurales en el sistema político y constitucional que han impedido el desarrollo de Venezuela.

¿Es posible iniciar un proceso constituyente por iniciativa popular sin el concurso de los sectores políticos? Es muy difícil pero no imposible. A los factores políticos les ha costado anteponer sus intereses electorales al bienestar del país. Se puede entender pero no aceptar. Debo señalar que no todas las fuerzas políticas se oponen al llamado constituyente. Muchas han manifestado, como es el caso del partido Voluntad Popular, que esa es la vía correcta de abordar este grave problema.

Un grupo de venezolanos encabezados por el Dr. Enrique Colmenares Finol, estamos intentado que cualquier cosa que se haga en relación al tema constituyente sea inclusivo y que sea una propuesta de la mayor cantidad de factores que aspiran a un mejor país, abordando los aspectos que nos unen, no los que nos distancian. Pronto les informaré desde esta tribuna los pasos concretos que estaremos dando en ese sentido en el cortísimo plazo para que todos los venezolanos nos involucremos en esta cruzada. Por lo pronto aquellos que no creen en esta solución y apuesten por otra, les sugiero que comiencen a implementarla como nosotros ya hemos comenzado a hacerlo desde hace meses. Y por favor, no se queden solamente en la propuesta, e intenten la que crean más inmediata ya, para luego es tarde…

Caracas, 25 de febrero de 2016

Twitter:@laguana

martes, 23 de febrero de 2016

La repetición infernal

Por Luis Manuel Aguana

La ventaja de escribir en un blog es que lo haces cuando quieras y donde quieras. No hay editores que pongan fechas de entrega ni temas "imprudentes". Esta, como las ultimas, la escribo en mi celular sentado esperando en una clínica. Oigo de las personas que están a mí alrededor mucha incertidumbre por la suerte del país y eso indigna.

No hay derecho que un país se halle en una circunstancia tal que toda su energía sea para encausar el ahora y no el después. Y eso es a lo que nos tienen sometidos. Nos encontramos en un limbo según el cual no trabajamos el presente porque estamos pendientes de que nos pasara el futuro. Y nada pasa en una espera interminable. ¡Menuda vaina!

Suponemos, de acuerdo a todos los rumores en las redes sociales, que a Maduro le quedan horas en el poder, no semanas ni días. Eso ha elevado el nivel de ansiedad de los venezolanos a extremos exorbitantes. Pero las horas pasan y no se ido.

De acuerdo al Presidente de la Asamblea Nacional (ver Ramos Allup aseguró que grupos militares y del PSUV conspiran contra Maduro, en http://www.el-nacional.com/politica/Ramos-Allup-PSUV-conspiran-Maduro_0_794920721.html) existen grupos militares y en el partido del gobierno empujando por la renuncia de Maduro, pero al parecer no lo están haciendo muy bien porque aun seguimos en esta espera interminable.

Pero lo que realmente motiva esta nota no es tanto la desesperación que no haya nada en los mercados, ni en los puertos, ni siquiera en  las órdenes de compra internacionales que no se suplen si no se paga por adelantado. No. Es que no habrá nada de eso hasta que Maduro se vaya. Y no se quiere ir... ¿Y entonces? El juego esta trancado.

Ningún proveedor internacional dará a nadie de este país una línea de crédito (salvo que sea bolichico, o narcogeneral, o cualquier cosa de esas relacionada con el régimen), ni ningún país ayudara a Venezuela hasta que esta situación política termine, o ningún organismo internacional acudirá en nuestro auxilio económico hasta que algún responsable cuerdo del Ministerio de Finanzas explique cómo es posible que este país quebró después de haber recibido la mayor bonanza petrolera en todos nuestros años de historia.

Al no existir un gobierno vertebrado que entienda que significa eso, simplemente no habrá ayuda de ningún tipo. Y los venezolanos moriremos de mengua porque Nicolás Maduro y su gobierno no saben que es un Estado ni cómo conducirlo. Si nunca supo conducir un autobús siendo más joven, porque siempre se hallaba todo el tiempo de reposo en el Metro, mal podría después de viejo conducir los destinos de Venezuela.

¡Y lo más triste de todo eso es que nuestra oposición oficial todavía se conduce como si ellos supieran de qué se trata! Henry Ramos Allup les daba clases de Derecho Penal al explicarles a los castro-chavistas-maduristas la Ley de Amnistía en la Asamblea Nacional. ¡Pero es que no es solo eso! Hay que darles clases de demasiadas cosas, comenzando por la principal lección: no te puedes robar los reales de la gente si pretendes gobernar un país. Pues ellos lo hicieron a manos tan llenas que lo quebraron.

Me estremeció la definición de Venezuela que hace Rafael Vegas luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, desde la perspectiva de un psiquiatra: “Tenemos pues que Venezuela es un país histérico sometido a una repetición infernal. Nuestra mayor pobreza es carecer de una verdadera historia de nuestro empobrecimiento…. ¿Qué hacer entonces? No se imagina cuanto sufro con esta pregunta. Creo que he llegado a desarrollar una paranoia contra la política, por reconocer en ella nuestra faceta más histérica. He visto a mis compañeros totalmente acaparados por la política, hasta el punto de olvidar que se encontraban en Europa y que debían aprovechar su permanencia para tratar de prepararse técnicamente en cualquier cosa. Los oigo hablar de lo que hace falta, de lo que hay que hacer, de lo que hay que llevar a Venezuela, pero ninguno trata de adquirir el mínimo de conocimientos para intentar suplir las deficiencias que reconoce. Observo como las nulidades, los incapaces de adquirir por un trabajo serio y prolongado la más simple herramienta de trabajo, se convierten de la noche a la mañana en personajes importantes que lo saben todo, que tienen soluciones para todo, que todo lo pronostican. La mayor parte de mis compatriotas carece de la preparación intelectual para hacer el más insignificante trabajo de asimilación, de digestión de adaptación. Y todo esto lo he percibido porque lo he vivido…” (1)

Y yo me pregunto, ¿ha cambiado en algo esa perspectiva desde ese entonces? Desde el punto de vista de los incapaces, eso no ha cambiado en nada. ¿Cómo dejamos que las nulidades, los más incapaces condujeran nuestro país? La repetición infernal de la que habla Rafael Vegas al parecer nos sigue demoliendo, pero en esta oportunidad en proporciones catastróficas.

Desde 1935 a esta parte Venezuela ha cambiado mucho por fuera pero no por dentro. Pudimos tener más escuelas, universidades y más recursos pero seguimos siendo en el fondo el mismo pueblo. Un tiempo con mucho dinero y ahora sin ninguno. La esencia cultural sigue siendo la misma. Seguimos comportándonos de las mismas maneras, como si siguiéramos un patrón que no podemos cambiar. Mucho de lo dicho por un individuo estudiado de su tiempo como Rafael Vegas gravita todavía sobre nosotros, aunque el número de venezolanos con formación haya crecido. Esa pregunta sobre qué hacer sigue sin responderse…

Tenemos una teoría sin comprobar todavía que pone la solución en la construcción de ciudadanía responsable. Pero eso pasa por entregarles responsabilidades a las personas. Bajar el poder al ciudadano común. Y digo sin comprobar porque si no inventamos y erramos no aprenderemos. Razón tenía el Maestro Simón Rodríguez. El sistema actual se basa en un Estado todopoderoso que decide por el ciudadano. Un Presidente con unos pocos personajes a su alrededor que decide por todos nosotros que es lo bueno y que es lo malo, y que elegimos cada cierto tiempo.

Tiene la chequera del país y sus designios son irrebatibles. Desde el comienzo de los tiempos republicanos ha sido así y no hemos querido cambiarlo. Por supuesto, hay intereses que fuerzan a que esa manera de administrarnos continúe siendo así. Muchos se han hecho ricos con eso, pero también muchísimos más se han empobrecido con eso en el transcurso de nuestra historia.

El Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) es un intento por hacer las cosas diferentes para comenzar el duro tránsito de construir ciudadanía. Para ello se plantea cambiar. Sí, cambiar lo que hemos hecho hasta ahora por otra manera de hacer las cosas. Usar eficiente e inteligentemente los recursos que tenemos como pueblo, minimizando nuestra tendencia natural de querer a un jefe que nos resuelva.

Para ello planteamos un nuevo Pacto, una nueva estructura constitucional que baje el Poder a los ciudadanos y los haga responsables. ¿Qué es difícil? ¡Muchísimo! Pero cualquier Constitución que hagamos en esa dirección será beneficiosa. No tendremos una perfecta pero si encaminada a que lo sea. Y tal vez, solo tal vez, las nuevas generaciones nos agradecerán que las encaminemos hacia un mejor futuro, solamente rompiendo la histérica repetición infernal que nos ha traído hasta aquí…

Caracas, 23 de Febrero de 2016

Twitter:@laguana

(1)     FALKE, de Federico Vegas, ISBN 978-980-293-621-2, 4ta. Edición, 2010, Págs. 449-450, Caracas-Venezuela