Por Luis Manuel Aguana
A la fecha de hoy, tal
vez los venezolanos no sepamos cómo y cuándo caerá el régimen de Nicolás Maduro, pero lo que
sí sabemos es que caerá. ¿Y por qué estoy tan seguro de eso? Para los amigos
del régimen -porque de alguna manera debo referirme a ellos- no es que estemos “conspirando”,
cosa que de alguna manera hacemos todos los venezolanos al repudiar lo que hacen
al asesinar inocentes que protestan, sino porque lo que sucede en las calles
perdió el control de alguien, si alguna vez lo tuvo. Por ahora Fuenteovejuna
esta en control, “todos a una”.
Hace unos días indicaba que lo más apropiado para
una caída del régimen es que esta fuera controlada (ver Caída controlada, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/05/caida-controlada.html),
esto es, que alguien, preferiblemente de la oposición, pudiera llevar el control
de los acontecimientos desde el principio hasta la culminación de ese proceso.
Nosotros desde la Alianza Nacional Constituyente proponíamos -y aun lo hacemos-
una ruta que comenzaría con la ejecución práctica y formal del Titulo IX, Capítulo
III, de la Constitución en sus 4 últimos artículos, culminando en su primera
fase con la remoción de los Poderes Públicos desde una Asamblea Nacional
Constituyente Originaria (ver ¿Y ahora? La ruta Constituyente Originaria, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/04/y-ahora-la-ruta-constituyente-originaria.html).
Eso es lo pacífico, constitucional, electoral y no-violento que nos llevaría de
la mano a decidir ordenadamente el futuro del país a pesar del régimen.
Pero la oposición oficial se ha encargado de
satanizar el proceso constituyente en lugar de quitárselo al régimen, poniéndolo
en las manos del pueblo en las calles. En el judo se usa la fuerza del contrario
para dirigirla en su contra.
Infructuosos han sido los esfuerzos de la Alianza (y
debo decir desde hace varios años) de convencer a la oposición oficial de
asumir el proceso constituyente originario, desconociendo, como indica el Artículo
350, a la autoridad constituida, y procediendo a iniciar una ruta que pueda darle
cause sólido al descontento popular.
La caída del régimen será inevitable pero ahora por
otras razones. Durante la lucha en las calles del año 2014, indicaba que tarde
o temprano las condiciones estarían dadas si el descontento se manifestaba de
manera activa y constante como se está dando ahora (ver Caída inevitable, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/caida-inevitable.html)
y en un porcentaje muy concreto que ya ha sido estudiado por investigadores de
estos temas en las mejores universidades del mundo. Lo malo es que cuando caiga
nadie estará en control. Y cuando eso pasa no es posible saber si lo que viene
será peor de lo que hay.
Si, no se asusten. Al no haber una caída controlada
de la estructura, el remedio puede resultar peor que la enfermedad. Pero ya
estamos en el punto que la gente no oye razones. Por mas razones que demos, de
hacerlo como se debe, hasta los más estudiados te dicen, “¡no me importa cómo
pero que se vayan!”. Y ante eso no se puede razonar. Era lo mismo que unos poquísimos
decíamos en 1998 acerca la loquera de elegir a un golpista como Presidente. La
gente no oía razones, querían fuera del poder a los adecos y copeyanos a como
diera lugar. Bueno, esas lluvias trajeron estos lodos. Y se está repitiendo de
nuevo la misma ecuación.
Vista esa situación, que es de una gravedad extrema
ya que puede provocar muchos más muertos, el ex embajador de Venezuela en la
ONU, Diego Arria, le ofreció a esta oposición timorata una idea-salvavidas para
que al menos intenten asumir el control de algo que a mi juicio ya tiene
Fuenteovejuna: luego de sancionar inmediatamente desde la Asamblea Nacional al
Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, al Ministro de Relaciones Interiores,
Néstor Reverol, al Comandante General de la Guardia Nacional Bolivariana, el Gral.
Antonio Benavides Torres, proceder a: 1) Hacer cumplir la resolución de la
Asamblea Nacional donde se destituye a Maduro como Presidente de la República
por abandono del cargo; 2) Fundamentado en la declaración de la Fiscal General
de la República que prueba que el gobierno ha dado un golpe a la
institucionalidad democrática del país rompiendo el hilo Constitucional,
demandar su inmediato rescate tomando las acciones a las que haya lugar para restituirla,
lo que incluiría la destitución del Vicepresidente de la Republica por presuntos
actos de narcotráfico; 3) Proceder a la instalación de un gobierno de
transición encabezado por el Presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges;
4) Destituir a los Magistrados del TSJ que no llenan las condiciones para el
ejercicio de sus funciones; 5) Destituir al Contralor General de la República
designado de una manera ilegal; y 6) Destituir a los Rectores del Consejo
Nacional Electoral, designados por el TSJ ilegitimo (ver entrevista del periodista
Roberto Carlo Olivares a Diego Arria, en https://youtu.be/wQlpXoe3xZQ
- 1ra Parte y https://youtu.be/1IyuCKW7pEc
- 2da Parte).
Como bien indica el Dr. Arria en su intervención,
la situación no está para asumir mayores formulismos legales como si estuviéramos
en el Parlamento Británico. Estamos en una situación de política pura y dura,
donde o intentamos tomar el tizón caliente para asumir el control de lo que
pasa o perdemos la República, porque estamos en una situación de abierto
enfrentamiento contra una tiranía. O la Asamblea Nacional decide en función de
su representación entregada por el pueblo el 6D-2015 a asumir el control de la
situación del país o lo que viene será peor. No es la primera vez que lo afirmo
en esta tribuna, Diego Arria es el único venezolano con la experiencia
política necesaria y reconocida internacionalmente en el manejo del tipo de
conflictos como el que está viviendo Venezuela, para dar orientaciones precisas
de acción en estos momentos cruciales para la República. Esperemos que en esta
ocasión no sean igualmente ignoradas.
Si los partidos que controlan la Asamblea Nacional
siguen ignorando olímpicamente las recomendaciones que les hemos dado de buena
fe, tal vez pierdan la última posibilidad de sobrevivir al tsunami político de
controlar lo que vendrá. Si el control no lo tiene –como debería- el Poder
Originario del pueblo a través de una Asamblea Nacional Constituyente de carácter
Originario, por convocatoria propia, como deberíamos estarlo haciendo ahora
todos los venezolanos, al menos que lo asuman quienes ese mismo pueblo les dio la
confianza en un proceso electoral. De resto nadie lo tendrá, o peor aún, lo arrebatará
el régimen con la violencia del delincuente que no quiere irse porque en ello se
le va la vida. El Poder no lo puede ejercer Fuenteovejuna y no admite vacíos…
Caracas,
18 de Mayo de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana