Por Luis Manuel Aguana
Frente al mar de incertidumbre que vive el mundo por las recientes decisiones económicas tomadas por el gobierno de los EEUU, que incluyen a todos los países, y que prometen una profunda crisis económica planetaria en el corto plazo, en Venezuela se congeló el tiempo. Pareciera que ese desastre que todo el mundo ve para su propio país a causa de esas medidas, ya nosotros lo vivimos desde hace años: inflación, disminución progresiva de la calidad de vida y servicios, evaporación del salario y pensiones, sin contar con la represión y persecución política, con descabezamiento de las libertades.
¿Qué podría ser peor para nosotros por las decisiones de los EEUU? Además de las arancelarias, Trump nos dedicó un capítulo especial debido a la exportación del régimen de la delincuencia del Tren de Aragua, y la deportación masiva de venezolanos de los EEUU, lo que ha traído como consecuencia la mancha de nuestro gentilicio en el exterior, con lo cual dudo que peor no pudiéramos estar, aunque una mala situación siempre puede empeorar.
A pesar de todo esto, nuestra dirigencia política opositora “espera” que el gobierno de los EEUU “nos eche una mano” para salir de nuestros problemas políticos. Si esto fuera cierto, primero resolverán sus problemas antes de abordar los nuestros. Y en el mejor de los casos, nuestra prioridad frente a los problemas que ya están comenzando a enfrentar, y no solo por esas decisiones económicas, hará que nuestra espera sea muy larga. ¿Qué tanto entonces deberemos esperar los venezolanos antes de gritar como Bolívar en la Sociedad Patriótica, “¿es que 300 años no bastan?”?
Algunos de ustedes pensarán que soy muy mezquino y que solo han pasado 3 meses del 10 de enero de la promesa de juramentación del Presidente Electo Edmundo González Urrutia (EGU) en Venezuela. Correré ese riesgo. Ahora resulta que en opinión de la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, Magistrada Emérita del TSJ, el Presidente Electo ha incurrido en la polémica figura de “abandono del cargo” al no haberse juramentado como establece la Constitución, el día correspondiente, siendo, según su criterio, que esa decisión no es potestativa de él porque hay unas reglas que cumplir:
“… Resulta que sonó muy duro cuando yo dije devuélvanme mi voto, y también es más duro, creo yo, cuando hablo del abandono del cargo, pero es una realidad que no se está enfrentando. Porque yo no sé bajo cuál razonamiento se decidió que se podía quedar el asunto en presidente electo. Y como presidente electo seguir actuando como si fuera presidente en ejercicio. Eso no es verdad, eso no es así. Hay unas reglas que seguir. La Constitución establece claramente que después de 30 días, si no se ha encargado, si hay falta absoluta del presidente, como es el caso porque no se ha juramentado, hay que hacer unas nuevas elecciones. Además, no puede ser infinito el tiempo después de que se vota por un presidente y la ocasión en que pasa al ejercicio del cargo. Entonces esa es la realidad que nosotros estamos viviendo. ¿Cuál es la consecuencia, me preguntan? Bueno, la consecuencia es que hay que hacer nuevas elecciones, esa es la consecuencia…” (ver Blanca Rosa Mármol de León, en Arrímate al Mingo, Doble moral, doble discurso, 07-04-2025, en https://youtu.be/7oDSCDG10a0?t=3253).
Pero se empeñan en no enfrentar esa realidad, como indica la Dra. Mármol de León. Estamos en el famoso mundo al revés, donde a nadie le importan las reglas, ni al régimen, ni a la oposición. Pero ocurre que la situación misma lleva a querer a juro congelar el tiempo porque no se desea “pasar la página” del 28 de julio de 2024, cuando la página cambió de facto, aun cuando nosotros no queramos reconocerlo. La situación del 10 de enero no es la situación de hoy, aunque en Venezuela tengamos el tiempo congelado.
Si se desea seguir sosteniendo a EGU dando vueltas por el mundo como un embajador sin cartera y a una líder opositora en clandestinidad de manera indefinida, creo que ya es hora de cambiar la estrategia porque el mundo siguió girando, lamentablemente en contra de nuestros intereses. A los EEUU ya no les interesa lo que pase en Venezuela, si alguna vez les interesó. Incluso, si a Trump parece no interesarle lo que le pase a clase más desfavorecida norteamericana después de dinamitar todos los acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales de su país, ¿qué creen ustedes que quedará para nosotros?
Se impone entonces un enfoque independiente que tome en cuenta lo que pasará en la región después de las medidas comerciales norteamericanas al resto del mundo. En ese sentido, ya empiezan a colarse opiniones económicas autorizadas conocedoras de nuestra realidad en el continente latinoamericano, como la del Dr. Ricardo Hausmann, investigador de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, de la Universidad de Harvard:
“Bueno, hay que ver en todas las cosas donde América Latina compite con EEUU en terceros mercados, en la producción de soya, en la producción de maíz, en la producción de minerales, en todo en lo que EEUU compite con América Latina en terceros mercados, bueno ahora resulta que el mercado chino nos lo abrieron completamente porque a nosotros China no nos pone aranceles, pero EEUU le puso un arancel del 35% y si mañana Trump le sube los aranceles al 50% más, pues vamos a tener todas las cosas que China le compra a EEUU, van a tener que comprársela ahora a América Latina. Eso creo que nos abre mercados, igualmente vamos a poder hacer negocios con otras regiones que van a tener que buscar alternativas a EEUU, y creo que hay que ver cómo nosotros compensamos el mercado americano, que para el caso de Suramérica, un mercado es tan importante, como compensamos el mercado americano con el resto del mercado mundial que ahora va a estar más cerrado a EEUU, porque EEUU también va a tener dificultades en vender en esos mercados” (ver CNN, Ricardo Hausmann, “Estados Unidos se está aislando económicamente del mundo”, en https://youtu.be/VUmDrzkewP4?t=465).
Si todo apunta a que Latinoamérica deberá girar en una órbita diferente a la de los EEUU, la oposición debería estar pensando en un vuelco en la política sostenida hasta ahora, abandonando posiciones históricamente asumidas en otra realidad, operando sobre la base una situación actual y futura muy diferente.
Si en este momento no podemos seguir esperando que ocurra algo que materialice el resultado del 28 de julio porque nadie nos va a ayudar, debemos al menos comenzar por materializar, como primera aproximación a ese objetivo, que EGU sea a lo inmediato reconocido oficialmente como Presidente en ejercicio en el exterior, a pesar de estar en la condición de abandono del cargo, alegando en su descargo la situación actual de Venezuela. No hacerlo, luego de que la página cambió de facto, implicará unas nuevas elecciones, que ya el Secretario de Estado de los EEUU, Marco Rubio, está proponiendo, con todas las consecuencias que eso supone. Aquellos que no aceptan los cambios, siempre terminan aceptándolos, pero en las peores condiciones…
Caracas, 9 de Abril de 2025
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