miércoles, 22 de enero de 2020

El salto de la otra reja

Por Luis Manuel Aguana

La foto le dio la vuelta al mundo. No era de ninguna manera despreciable para la prensa de todo el planeta ver a un Presidente tratando de pasar al Parlamento de su país por encima de la reja exterior mientras los militares trataban de impedirlo. Lo que no se reflejó por supuesto en esa foto era que esos mismos militares ya le habían dado el paso franco que el Presidente Encargado no acepto porque no dejaban pasar con el a un Diputado vetado por el régimen. El resultado final fue que ninguno de los dos pasó al Palacio Federal Legislativo el pasado 5 de Enero, una fecha que quedará para la historia de Venezuela.

La foto del Presidente Encargado intentando saltar la reja causó el impacto esperado: el titular principal fue que el régimen había impedido el paso de los Diputados opositores, cosa que fue una verdad a medias porque informaciones posteriores corroboraron que los Diputados de las fracciones mayoritarias ya se encontraban en el Parlamento a la hora del impasse de la reja, esperando al Presidente de la Asamblea para comenzar el acto, y el doblemente investido Presidente Encargado y Presidente de la Asamblea Nacional no entró al Palacio Federal Legislativo porque no le dio la gana.

Ya tenían preparado el escenario en el diario El Nacional desde el día anterior, tal vez para remendar el capote de algo mucho más grave, que no fue otra cosa que el haber aceptado inconstitucionalmente a los Diputados del régimen que habían perdido su condición de tales para votar por una nueva Directiva ese día. Si el Presidente entraba al Hemiciclo tendría que darse la sesión, corriendo el riesgo la oposición oficial de perder la Directiva por el montón de dinero ofrecido –y aceptado- a Diputados opositores. Entonces este cuento ha sido mal echado desde el principio.

La oposición al sesionar fuera del Palacio Legislativo y ratificar a Juan Guaidó como Presidente de la Asamblea y Presidente Encargado se puso en una situación de debilidad que obviamente deben haber evaluado previamente. El régimen puso “su propia Directiva” opositora y ahora estamos esperando que el TSJ de la Av. Baralt decida cuál de las dos Directivas terminará siendo la válida. Pueden estar seguros que cualquier decisión que tome no será para la conveniencia de los venezolanos. Pero por lo pronto la oposición oficial tiene vetado el uso del Palacio Federal Legislativo. ¿No les parece extraña la tardanza del TSJ del ex convicto para pronunciarse definitivamente a favor de Parra? La maleta verde parece todavía estar suelta por los pasillos legislativos…«Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras», Don Quijote dixit.

Pero la foto del Presidente en la reja solo tuvo eso, impacto mediático. La oposición oficial no está mejor ahora que antes del 5 de Enero. El retardo en conseguir una solución definitiva para los venezolanos desde el ofrecimiento del mantra el 23E del año pasado empieza a quemarle las manos a la oposición oficial. No es suficiente “haber conservado” la Directiva de la Asamblea Nacional utilizando una estratagema que todavía no luce clara. Tienen que haber resultados concretos de eso para los venezolanos. No puede ser que el problema que compita con la hiperinflación y la grave crisis de alimentación y asistencial del pueblo venezolano sea que Juan Guaidó y el G4 sesionen o no en el Palacio Federal y los malandros del régimen no los dejan entrar. Ese NO ES EL PROBLEMA. Todavía estamos esperando una respuesta de esa oposición acerca de lo que van a hacer YA para quitarnos de encima esta pesadilla.

Sin embargo los primeros días de la semana los venezolanos nos levantamos con otra noticia semejante a la de la reja del 5 de Enero. El Presidente Encargado, esta vez salto exitosamente la reja de la frontera con una agenda completamente desconocida para todos y que se ha venido conociendo desde sus reuniones con el Presidente colombiano Iván Duque. De nuevo otra reja mediática, esta vez internacional. La gran pregunta es si será igual que el primer intento de salto fallido. Los venezolanos le hemos venido pidiendo hasta la saciedad al Presidente Encargado que mate de una vez la culebra por la cabeza y se reúna cara a cara con el único mandatario del hemisferio que nos ha tendido la mano abiertamente para ayudarnos a terminar con esta pesadilla; y con el poder suficiente para resolver el problema de los venezolanos, acordando con él como resolverlo: Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos de América.

De nuevo se desata un mundo de expectativas, como ocurrió el 5 de Enero con el intento de salto de la primera reja, y que dejó al régimen con los papeles de propiedad del Palacio Federal Legislativo y una nueva Directiva ajustada a su medida. Le queda a Juan Guaidó solamente la carta de la Comunidad Internacional y su verdadera condición de Presidente Encargado legitimo que aun ostenta constitucionalmente desde el 23 de Enero del 2019.

¿Irá Guaidó a tratar de “acordar” o convencer de nuevos diálogos, salidas negociadas o elecciones con los delincuentes que detentan el poder en Venezuela, con los países de la Comunidad Internacional después que los más importantes le han repetido innumerables veces que no se puede hacer elecciones con Maduro en el poder? O más bien, ¿irá Guaidó a discutir las alternativas de desalojo utilizando la fuerza multinacional para ponerle coto a los delitos de lesa humanidad que está cometiendo el régimen todos los días en nuestro país? Si esto es así, lo está realizando con un año de retraso pero felicitamos que por fin le haya “caído la locha”, como se decía antes. 

Y si por fin su agenda incluye soluciones constitucionales para salir de la crisis que incluyan el poder de la fuerza que solo puede aplicar la Comunidad Internacional, le solicitamos formalmente que plantee la convocatoria constitucional para que el pueblo se pronuncie a través de una Consulta Popular restauradora de la vigencia de la Constitución, en contraposición a las soluciones electorales que gritan los socialistas europeos. Las razones las he explicado extensamente en mi nota anterior (ver A la Comunidad Internacional: una Consulta Popular es mejor que elecciones, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2020/01/a-la-comunidad-internacional-una.html).

Y si como dice mi estimado amigo Enrique Colmenares Finol, Coordinador Nacional de ANCO, Juan Guaidó logra que Donald Trump declare al mundo, algo como esto: “los Estados Unidos están completamente de acuerdo que los venezolanos se pronuncien democráticamente para definir su destino a través de una consulta ciudadana que defina la presencia de Maduro en el poder, y seremos garantes que se cumpla lo que decida el pueblo de Venezuela”, su salto de la otra reja habrá sido exitoso. Eso sería más que suficiente para que los ciudadanos se pronuncien masivamente en todo el mundo, con la esperanza cierta que tendremos un cobro seguro de nuestra voluntad mayoritaria.

Si Guaidó no se trae algo de igual o mayor contundencia que eso, el salto de la otra reja habrá sido inútil como el primero, y será preferible que se quede del otro lado porque vendrá a bailarnos un nuevo año de retraso de la tragedia que vivimos, con la solución que cocinan electoralmente con el régimen. Si no viene con una respuesta contundente para los venezolanos, que nos haga el gran favor de apartarse y nos deje encontrarla…

Caracas, 22 de Enero de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

viernes, 17 de enero de 2020

A la Comunidad Internacional: una Consulta Popular es mejor que unas Elecciones

Por Luis Manuel Aguana

No es muy difícil imaginar luego de los sucesos del 5 de Enero que esta crisis parlamentaria haya sido creada deliberadamente por quienes fueron sus protagonistas principales, la oposición oficial y el régimen de Nicolás Maduro Moros. Los eventos que siguieron de una supuesta “división” de la oposición, entre aquellos “opositores” que se vendieron al régimen, y la otra que sale prístina y sin mácula a reclamar que fue burlada y expulsada del Parlamento, lucen como una puesta en escena burda que solo busca reflotar una imagen que ya los venezolanos vemos apagarse paulatinamente sin dar respuesta clara al cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros.

La crisis de Venezuela comenzó a girar –de nuevo- en elegir diputados para la Asamblea Nacional, retrotrayéndonos a comienzos del 2015, donde las campañas de los partidos le pedían a los venezolanos que esperáramos un poco más porque a partir de enero de 2016 los diputados opositores ya electos despacharían al régimen. Y Venezuela les creyó. Los venezolanos votaron masivamente por la oposición. Y perdieron. Perdimos todos…

Escribí el 7 de Diciembre de 2015 preguntándome si efectivamente había ganado la MUD o había perdido el régimen (¿Gano la MUD o perdió el gobierno? en https://ticsddhh.blogspot.com/2015/12/gano-la-mud-o-perdio-el-gobierno.html). Cuatro años después, el régimen ha demostrado que terminaron ganando en los hechos esa elección. Desde el comienzo el régimen neutralizó la victoria de la oposición de la elección de la Asamblea Nacional del 6D-2015, así como ha neutralizado todas las victorias que por una u otra causa han logrado (o les han dado). El caso de la propia Asamblea Nacional es el mejor ejemplo de que no hay, ni habrá solución electoral mientras el régimen continúe en el poder.

Pero a mi juicio lo más grave de todo esto es que a la Comunidad Internacional se le haya vendido la solución electoral que proponen tanto la oposición y el régimen, insistiendo en que la solución de la crisis del país pasa por realizar elecciones. Esa es una solución para los partidos políticos, no para los venezolanos. No se puede entender que en un régimen que ha secuestrado todos los Poderes Públicos, y especialmente el Poder Electoral, todavía los partidos de la oposición insistan en vendernos la solución electoral con un CNE corrupto para terminar con la crisis del país.

Desde hace muchos años hemos insistido que cualquier solución de la crisis venezolana pasa por la participación de la Soberanía Popular. Participación ciudadana NO ES LO MISMO QUE ELECCIONES. De hecho, las elecciones son una forma de participación ciudadana en los asuntos que nos atañen, y eso va mucho más allá que la escogencia puntual de unos funcionarios para cargos públicos; y que hasta ahora en aquellos casos que han salido electos candidatos opositores, el régimen se las ha arreglado para desconocerlos y encarcelarlos.

Esa participación ciudadana nos ha sido negada, tanto por el régimen como por su oposición. Los primeros en impedir abiertamente las convocatorias a Referendos Revocatorios, y los segundos al silenciar hacia afuera que constitucionalmente los venezolanos podemos ejercer directamente nuestra soberanía a través de los mecanismos que la misma Constitución nos garantiza. Es el mismo pueblo el que debe expresar abiertamente su voluntad en relación al problema que vivimos los venezolanos. Y esa expresión, debido a la magnitud del problema que atravesamos, no puede ser a través de elecciones. Esa expresión general solo se puede manifestar a través de una Consulta Popular llevada a cabo por los ciudadanos, al margen del secuestro del Poder Electoral. Eso nos lo permite la Constitución a través de su Artículo 70.

Desde mucho antes de la sentencia del TSJ Legitimo del 13 de Junio de 2018 que declaró NULO el uso del Sistema Automatizado para elecciones en Venezuela y ordenó la reestructuración del CNE y del Registro Electoral, hemos planteado que no se pueden realizar más elecciones en Venezuela sin haber limpiado el Poder Electoral. Los partidos políticos de la oposición oficial han ignorado abiertamente esa Sentencia con el fin de seguir yendo a procesos electorales con el régimen. Eso es inaceptable para los ciudadanos porque representa la abierta cohabitación que hemos denunciado una y otra vez, y que ya es  del conocimiento de la Comunidad Internacional.

De allí que debamos dirigirnos directamente a ellos y hacerles una pregunta fundamental: ¿Qué más podemos hacer los ciudadanos sino insistir que se nos está conculcando nuestro derecho establecido en la Constitución de ejercer directamente nuestra Soberanía? Deseamos denunciar que los representantes de la oposición han interceptado nuestro deseo constitucional de expresarnos y ejercer nuestra Soberanía a través de los mecanismos de participación popular establecidos en la Constitución para decidir el problema de Maduro y su régimen criminal. Sin embargo se ha silenciado esta solución a la Comunidad Internacional priorizando arreglos electorales con un régimen que no ha hecho otra cosa que despreciar la voluntad de los ciudadanos pisoteando la Constitución.

De allí que un grupo de ciudadanos propongamos al mundo UNA CONSULTA POPULAR que restaure la vigencia de la Constitución de Venezuela, sin la participación de NINGUNO DE LOS PODERES SECUESTRADOS POR EL REGIMEN. Son TODOS LOS CIUDADANOS, los investidos y no investidos de autoridad, los que tienen esa obligación de acuerdo a nuestra Carta Magna en su Artículo 333. Deseamos decir que no son solo los Diputados, quienes son funcionarios investidos de autoridad, sino también los millones de venezolanos quienes sufrimos en carne propia los vejámenes de un régimen criminal. Es por eso que es OBLIGANTE CONVOCAR a los ciudadanos para que se manifiesten y decidan qué camino se debe seguir.

Sin embargo, aun teniendo esa prerrogativa constitucional, muchos todavía se preguntan cómo hacerlo si el régimen tiene secuestrados todos los poderes. Pues lo primero que debemos preguntarnos es, si es o no una solución convocar al Soberano Pueblo de Venezuela para que decida, y si eso efectivamente nos quitaría al régimen de encima, apartando para el final el como efectivamente “cobraríamos” ese mandato. Es como el conocido cuento del gato y los ratones, la pregunta no es como se le pone el cascabel al gato para saber cuando se acerca, sino preguntarnos si el cascabel es efectivamente una solución o no. Si todos acordamos que eso es una solución, el siguiente problema a considerar es cómo se le pone el aparato al gato.

Y como tal vez muchos piensen que convocar la Soberanía Popular no es una solución, comienzo por allí. No existe mayor fuerza política que un pueblo pronunciándose al unísono frente al mundo acerca de su destino. Echen una mirada a la historia. Miren a la India de Gandhi y el empecinado esfuerzo pacífico de su pueblo de echar a los ingleses de su tierra; miren las concentraciones originadas por el sueño de Martin Luther King y el resultado de la presión del pueblo de color por los derechos civiles en los Estados Unidos.

Y sin ir más lejos en tiempo y lugar: miren el 16 de Julio de 2017 en Venezuela, cuando toda la Comunidad Internacional, luego de los extraordinarios resultados de esa fiesta cívica, ESPERABA QUE LA ASAMBLEA NACIONAL invistiera un nuevo Presidente Encargado, respaldado por las mas de 7,5 Millones de manifestaciones de voluntad expresadas ese día. El régimen se encontraba TECNICAMENTE CAIDO y los políticos “opositores” NEGOCIARON esos resultados por unas elecciones regionales. Nunca como antes estuvimos más cerca de la libertad que el 16 de Julio de 2017 si la oposición oficial no nos hubiera entregado.

Si la Comunidad Internacional se convence que la Consulta Popular es igualmente  electoral porque convoca al pueblo, es pacífica y es constitucional como efectivamente lo es, entonces toda la presión internacional se debe dirigir NO A UNAS ELECCIONES como pide Maduro o su oposición a la medida, sino A QUE SEA EL MISMO PUEBLO EL QUE EXPRESE SU PARECER ACERCA DE LA PERMANENCIA O NO DEL REGIMEN y que esta actúe con la fuerza necesaria y con la autorización de ese mismo pueblo como resultado de esa consulta, en el caso que el mandato popular no se cumpla. Asimismo esa consulta debe establecer como debe realizarse la transición y  el mecanismo para escoger ese Gobierno de Transición, estableciendo finalmente las bases para un proceso electoral limpio y transparente. Ese Gobierno de Transición tendría entonces el respaldo popular necesario para ser estable y gobernar uno de los periodos más difíciles que afrontaremos los venezolanos.

Si todo el mundo se convence de CONSULTAR AL PUEBLO, como en efecto ya se convenció la Iglesia Católica venezolana, tal y como lo han expresado sus Obispos en su reciente Conferencia Episcopal, aparecerán  efectivamente los recursos para realizar la consulta, la organización y la gente para llevarla a cabo, donde participarían todos los venezolanos que están en Venezuela y en el exterior.

Los venezolanos requerimos entonces que la Comunidad Internacional cambie su posición respecto a la solución para Venezuela y nos ayude a convocar a los venezolanos a expresarnos de acuerdo a la Constitución EN UNA CONSULTA POPULAR RESTAURADORA DE LA CONSTITUCION. Que entienda que en Venezuela NO SE PUEDEN HACER ELECCIONES PARA ELEGIR A NADIE MIENTRAS EL REGIMEN SE ENCUENTRE EN FUNCIONES, Y QUE SUS SANCIONES SEAN PARA OBLIGARLO A CONTARSE EN TERMINOS PLEBISCITARIOS. Solo así comenzaremos a ver luz al final del túnel…

Caracas, 17 de Enero de 2020

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