Por Luis Manuel Aguana
No había querido opinar en relación a la próxima presidencia de los EEUU y su impacto en Venezuela y la Presidencia Encargada hasta que leí esta nota de hoy en PanamPost, firmada por Oriana Rivas: “Propuesta de negociar con Maduro toma auge en la bancada demócrata” (ver PanamPost articulo del mismo nombre en https://panampost.com/oriana-rivas/2021/01/17/propuesta-de-negociar-con-maduro-toma-auge-en-la-bancada-democrata/). El resultado de las elecciones de los EEUU aun son para mí una incógnita hasta que ocurra el 20 de Enero; y al parecer los acontecimientos en este mundo cada vez más dinámico nos indican que una semana puede ser un año y un día puede ser un mes. Si los demócratas están desesperados por destituir a Donald Trump a horas de una toma de posesión a todas luces discutida, el problema tiene que tener un fondo que se puede medir en kilómetros. Algo está pasando en los Estados Unidos si el mundo contempla atónito la toma de posesión de un Presidente en la primera democracia del mundo con una capital militarizada. Es por esa razón que decir que Joe Biden será Presidente con 75 Millones de seguidores de Trump en pie de guerra por esa situación es, por decir lo menos, algo que hay que ver.
En todo caso, esa no es la razón de esta nota. Mi preocupación es y será siempre Venezuela; pero si el gigante del norte estornuda el resto del mundo tiene gripe. La nota de PanamPost apunta – de nuevo – a una posible nueva negociación de la oposición oficial con Maduro, auspiciada por de la administración de Biden frente al debilitamiento de la Presidencia Encargada tras dos años de bandazos y malas decisiones. De acuerdo a la nota periodística, los Estados Unidos contemplaron en su presupuesto para el presente año “... 30 millones de dólares, con el objetivo de la defensa de la democracia en Venezuela, sumado a 5 millones adicionales para programas de salud. Dicha cantidad está contemplada en el presupuesto general de gastos del Gobierno norteamericano para el año fiscal 2021, documento que firmó el presidente Donald Trump. Sin embargo, el periodista Joshua Goodman indicó que desde la presidencia estadounidense se habría solicitado que el monto fuera de 205 millones de dólares por una posible transición que creían iba ocurrir durante este año”. (resaltado nuestro)
En otras palabras, la administración de Trump habría contemplado en concreto y con cifras la posibilidad de salir del régimen de Maduro durante el transcurso del presente año. Aquellos que hayan trabajado en los presupuestos de la administración pública saben que cuando un gobierno decide poner algo de alguna manera en su presupuesto es porque tiene prevista la posibilidad real de ejecutarlo. Y esto es algo bien significativo de cara a la situación de Venezuela y la posible salida de Maduro del poder.
Ahora bien, la realidad indica que el posicionamiento de una nueva cara al frente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso norteamericano, el demócrata Gregory Meeks, puede dar un vuelco a la política de los Estados Unidos hacia Venezuela. “Durante sus años como congresista, Meeks ha mantenido estrechas relaciones con mandatarios suramericanos, en especial el expresidente venezolano, Hugo Chávez. Su relación con el fallecido mandatario contribuyó a que fuera incluido en la lista de Políticos Más Corruptos de Washington, creada por la organización de transparencia Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética (CREW, por sus siglas en inglés)”... Adicionalmente, “El demócrata ha viajado varias a veces a Venezuela y se ha reunido tanto con Chávez como con el actual presidente en disputa, Nicolás Maduro. Formó parte del llamado Grupo de Boston, que sostenía reuniones entre funcionarios venezolanos y estadounidenses para mejorar las relaciones entre ambos países. En el 2013 fue el único miembro del Congreso que formó parte de la delegación estadounidense que asistió al funeral del líder bolivariano”. Y para remate, “Meeks se ha posicionado en contra de una intervención militar en Venezuela y a favor de las negociaciones lideradas por el Grupo de Lima como posible salida a la crisis. Su último viaje a la región fue en el 2019, junto a un grupo de congresistas que visitaron la frontera con Colombia” (ver Quién es Gregory Meeks...en https://www.voanoticias.com/estadosunidos/eeuu-perfil-gregory-meeks-lider-comite-asuntos-exteriores-camara). Este es el breve perfil de quien al decir de PanamPost podría ser el enlace entre los narcodelincuentes que tienen el poder en Venezuela y la administración de Biden.
Es en este escenario donde se encuentra una Presidencia Encargada en su peor estado de debilidad frente a los venezolanos tras dos años de desaciertos; y un régimen que aun teniendo el poder no da pie con bola en ninguna de sus políticas, y en particular la económica, constituyéndose en la peor peste que Venezuela ha tenido desde su fundación. Y este es el mejor caldo de cultivo para una negociación que 6,4 millones de venezolanos rechazamos en una Consulta Popular el pasado Diciembre 2020, poniendo de primero el Cese de la Usurpación de los narcodelincuentes que detentan el poder.
Ninguna administración de los Estados Unidos querrá un régimen que envía drogas a su país o que negocia con los peores enemigos de su gobierno, sea del partido que sea. La prioridad de todo gobierno norteamericano será desactivar cualquier peligro a su seguridad nacional, no sacarnos a estos delincuentes de encima. Y eso lo deberían tener claro los políticos que llevan la oposición oficial de Venezuela. Con Trump en el gobierno norteamericano los venezolanos al menos tuvimos el mejor aliado para deshacernos del régimen, al punto de que hasta establecieron la posibilidad de un presupuesto para ayudarnos en caso de una transición. Con Biden lo que tendremos será cohabitación como la que los norteamericanos han tenido hasta ahora con Cuba por más de 60 años.
Pero como lo que han querido y demostrado abiertamente en la oposición oficial – de Leopoldo López para abajo - desde siempre ha sido negociar elecciones, al parecer la mesa estará servida con Biden, incluso con Maduro en Miraflores. La nota de PanamPost indica: “En Venezuela están cautelosos, no solo Maduro, también lo está Guaidó, cuyo reconocimiento pende de un hilo porque poco a poco pierde apoyo dentro de su propio partido y en otros países”. Y eso podría ser cierto. La renovación de ese reconocimiento estaría en las manos de Biden después de su toma de posesión, poniendo de rodillas a Guaidó y al resto de la oposición oficial, obligándolos a sentarse con Maduro, llevado de la mano de Gregory Meeks. ¿Y donde quedaría el pueblo venezolano? Pintado en la pared…
De allí que nosotros, los ciudadanos, tengamos que hacer valer lo que decidimos en una Consulta Popular, haciéndonos partícipes y beligerantes en este juego macabro al cual nos están haciendo llevar, los unos por incapaces y los otros por narcodelincuentes. Debemos exigir la beligerancia del pueblo venezolano frente a cualquier instancia internacional ante la falta de una representación real de nuestros intereses legítimos expresados en una Consulta Popular que el Gobierno Encargado de Juan Guaidó ha decidido ignorar.
El Gobierno Encargado de Juan Guaidó se ha negado a hacer valer internacionalmente lo que decidimos los venezolanos del 7 al 12 de Diciembre de 2020. Ninguna de las figuras internacionales, embajadores reconocidos del Gobierno Encargado en cualquier instancia internacional, con Julio Borges a la cabeza, han ignorado olímpica y deliberadamente que 6,4 millones de venezolanos exigimos que Maduro cesara la usurpación del poder antes de hacer cualquier elección en Venezuela. Y eso lo tiene que respetar, no solo el nuevo gobierno de los Estados Unidos, sino CUALQUIER GOBIERNO DEL MUNDO, en especial si fue precisamente el Gobierno de los EEUU, con Donald Trump a la cabeza, el UNICO que ha reconocido el resultado de la Consulta Popular. El Gobierno Encargado ni siquiera ha notificado oficialmente al resto de los gobiernos del continente americano reunido en la OEA, el resultado de ese evento cívico a todas luces inédito en la historia política de las Américas. Si ellos no lo hacen entonces los venezolanos debemos exigir beligerancia en los asuntos que nos conciernen ante los gobiernos amigos, y hacerlo nosotros mismos.
Por encima de esos representantes de la oposición oficial está la Soberanía Popular que reside en nosotros, el Pueblo de Venezuela de acuerdo a nuestra Constitución. Hay un Principio de Autodeterminación de los Pueblos que hay que hacer respetar aquí frente a la Comunidad Internacional. Ni el Gobierno Encargado de Juan Guaidó y menos aún el régimen de Maduro pueden negociar eso por encima de la voluntad del pueblo. Todos los venezolanos, investidos o no de autoridad, tenemos una orden emanada de las preguntas No. 1 y No 3. de la Consulta Popular, comenzando por Juan Guaidó Márquez. ¡Hagamos respetar eso frente al mundo! Debemos alzar nuestra voz e impedir una nueva elección que sería ilegitima frente a un mandato claro del pueblo venezolano expresado en la Consulta Popular de Diciembre de 2020. La decisión final será nuestra…
Caracas, 18 de Enero de 2021
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