viernes, 18 de junio de 2021

Solución fuera de la caja

Por Luis Manuel Aguana

English versión

La gente ha oído hablar de pensar fuera de la caja y a pesar que intuitivamente sabe de lo que se trata, difícilmente logra hacerlo. La expresión denota que estamos acostumbrados a usar tanto los elementos más cercanos y conocidos para resolver los problemas, que llegamos a un punto donde las soluciones se agotan y será cada vez mas cuesta arriba solucionar un problema si no ampliamos nuestro perímetro de conciencia. El ejemplo más común de eso es la famosa caja de nueve puntos que solo se puede resolver si se unen los puntos fuera de la caja, y de allí el nombre (ver Solución del enigma: como pensar fuera del marco, en https://www.lavanguardia.com/vida/20151104/54437608969/solucion-enigma-pensar-fuera-marco.html). Como dice la nota señalada, “nuestro cerebro, casi de forma automática, dibuja un cuadrado en el que enmarca los nueve puntos y trata de unirlos sin salir de éste”, cuando el problema solo indica unirlos sin levantar el lápiz. El cerebro se queda pegado en hacerlo dentro del cuadro que forman los 9 puntos. Y la solución está fuera de él.

Leí recientemente en las redes otro acertijo ejemplo de esta situación, donde a un joven en una entrevista de trabajo le preguntaron cómo resolvería el siguiente problema: vas en tu carro bajo una fuerte tormenta y ves esperando en la parada del autobús a tres personas: la mujer de tu vida, un amigo que te salvo la vida una vez y una anciana moribunda. Solo le puedes dar la cola a uno de ellos, ¿a quién escogerías? El joven pensó rápidamente y  contestó: le doy el carro a mi amigo para que lleve la anciana al hospital y me quedo con la mujer de mi vida esperando el autobús! Obviamente le dieron el puesto. Nadie le dijo que tenía que quedarse con el carro.

Gente como ese joven con pensamiento “fuera de la caja” es la que necesitamos desesperadamente en Venezuela donde políticos jóvenes y viejos aplican soluciones marchitas dentro del cuadro que conocen desde hace muchos años, sin lavar ni prestar la batea, para que otros venezolanos puedan plantear soluciones nuevas y “fuera de la caja” a esta situación tan grave y compleja que vivimos los venezolanos.

Pero también nos enfrentamos a otro grave problema, además de plantear una solución “fuera de la caja”: que esta sea oída y considerada por aquellos que tienen la posibilidad de hacerla realidad. ¿De qué sirve plantear otra solución para un problema si no se la puedes comunicar a nadie, y nadie la pueda discutir como una solución, bien porque no la entiende o peor aún, si esa nueva solución no se quiere presentar porque va en línea directa en contra de los intereses de quienes tienen la posibilidad de presentarla? Allí las cosas se ponen cuesta arriba porque existe un conflicto de interés con el país.

Esa es la situación que nos presenta la solución Constituyente planteada por la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, en su comunicado al país y a la Comunidad Internacional (ver  Comunicado ANCO a los venezolanos y la Comunidad Internacional: La crisis es del pueblo venezolano y solo el pueblo venezolano debe resolverla, https://ancoficial.blogspot.com/2021/06/anco-los-venezolanos-y-la-comunidad.html). ANCO como organización de la sociedad civil tiene limitaciones importantes, como el resto del país civil no partidista, para llevar a una mesa de discusión internacional esa solución, porque no tiene los altavoces que se requieren para hacerla notar, aun cuando está haciendo lo que está a su alcance para que sea considerada. Pero eso podría ser insuficiente. Los partidos políticos han cebado tanto los oídos de la Comunidad Internacional que afuera todo el mundo cree que el CNE del régimen, los paramilitares y el partido armado PSUV, actuaran de modo “equilibrado” ante una observación internacional, en especial cuando se pretende lograr que el régimen acceda a elecciones presidenciales. Todo eso me recuerda la pesadilla del revocatorio de Hugo Chávez Frías en el año 2004, con la observación internacional de la OEA. Las maquinitas del régimen hicieron su trabajo debajo de las narices del Centro Carter y el Secretario General de la OEA, César Gaviria, y la oposición aceptó esos resultados que se demostraron fraudulentos en el tiempo. De esas aguas vinieron estos lodos. Soluciones dentro del cuadrito, recuerdan?

La solución que planteamos en ANCO siempre ha estado “fuera de la caja”. Si la hubieran asumido los partidos de la Asamblea Nacional legítima en su primera sesión luego de obtener una mayoría aplastante en enero de 2016, no estuviéramos hablando de esto ahora. Tenían los suficientes votos para convocar al país a una Asamblea Constituyente con el respaldo absoluto de la Comunidad Internacional. Pero los ciudadanos diputados opositores decidieron el curso “revocatorio”, que revestía mayores dificultades para solucionar la crisis. El Artículo 348 Constitucional establece que se puede invocar al Constituyente con el acuerdo de la 2/3 partes de los integrantes de la Asamblea Nacional, mientras un revocatorio, establecido en el Artículo 72 Constitucional, requiere el 20% de los electores inscritos en el RE, aparte de esperar la mitad del periodo del funcionario a revocar. Por supuesto el régimen lo impidió. A este punto la Asamblea Nacional legítima se desintegró el 5 de Enero de 2021 y ahora estamos tratando de hacer algo que pudimos hacer cómoda y perfectamente en enero de 2016.

¿Y porque digo que siempre ha estado “fuera de la caja”? Porque quienes aun siguen encerrados en el cuadro de los nueve puntos, no se han dado cuenta que si aplicaran la solución Constituyente, salir de Maduro sería lo menos que se podría hacer. Que si lo que buscan son “cargos”, estamos preparados para plantear con toda la seriedad técnica del caso, como lo ha indicado en varias oportunidades el Ing. Enrique Colmenares Finol, Coordinador Nacional de ANCO, dentro del marco de esa nueva Asamblea Constituyente, una Comisión que estudie a fondo una nueva organización político-territorial para Venezuela acorde con las necesidades presentes del país, llevando de entrada las actuales Parroquias a Municipios para la atención más cercana de las necesidades de la población, siguiendo las pautas de un Proyecto ya concebido en ANCO y que pueden desde ya revisar en nuestra propuesta “El Gran Cambio” que hemos publicado desde hace meses (ver El Gran Cambio, Una propuesta para el país que queremos, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).

Esa nueva Venezuela requeriría más de mil cien Alcaldes en contraposición a los 338 actuales, y la multiplicación al menos por cuatro del número de Concejales, en el marco de una profunda modificación y descentralización de las estructuras de poder en Venezuela. Solo en Caracas el Proyecto plantea no menos de 29 Municipios con sus respectivos Concejales. Los partidos deberían ser los más interesados en revisar ese planteamiento porque serían ellos los que llenarían esas vacantes. De nuevo, deben salir de los 9 puntos y mirar “fuera de la caja” para que entiendan la solución del problema de los venezolanos.

Pero hay otra cosa adicional. La solución Constituyente es por su naturaleza INCLUSIVA. No podemos invocarla sin incluir absolutamente a todos los venezolanos, y en especial a  quienes no están en la oposición. Se trata de CONSTITUIR AL ESTADO. Esto hace que ese planteamiento se traslade a todo el mundo, y que quienes invocan negociaciones con el régimen buscando acuerdos electorales para cargos de representación, asuman esta solución como el planteamiento principista que deben defender frente a la Comunidad Internacional a los fines de obligar al régimen a aceptar contarse en una elección Constituyente, que le daría a los Constituyentes representantes de todas las regiones y de todas las corrientes políticas del país, el poder supremo para disolver al régimen y constituir un nuevo Gobierno de Transición, hasta llegar a unas elecciones libres, transparentes y verificables para cambiar a todos los Podres Públicos, fundamentados en una nueva Constitución. La solución respetaría los postulados principistas de la Consulta Popular de Diciembre de 2020.

¿Puede esa representación opositora ser la portavoz de la solución de fondo y “fuera de la caja” para pelearla por nosotros en los escenarios internacionales? Permítanme dudarlo porque han demostrado que su interés es otro. Pero de que se requiere esa representación que defienda esta propuesta, se requiere. Los venezolanos debemos lograr conseguir una representación digna que de verdad defienda los intereses de todos para sanear al país, no para buscarle condiciones electorales a los partidos para llenar unos cargos que no resolverán la tragedia venezolana. Ya el planteamiento está hecho. Empujémoslo y divulguémoslo entre todos para que el mundo lo conozca…

 Caracas, 18 de Junio de 2021

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lunes, 14 de junio de 2021

Vacío y usurpación

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

“Existe “vacío de poder” cuando “el poder está vacío,” es decir, cuando nadie lo está ejerciendo. Por tanto, no puede haber “vacío de poder” cuando alguien está ejerciendo el poder, así sea ilegítimamente. En este caso, lo que habría es usurpación de autoridad” (ver Mensaje de Twitter del Dr. Allan Brewer-Carias fechado el 7 de Enero de 2019, en  https://twitter.com/arbrewercarias/status/1082274711214739458). Ante esa definición de “vacío de poder” del Dr. Allan Brewer-Carías, reconocido constitucionalista venezolano, difícilmente podría esgrimirse que en Venezuela exista un vacío de poder sino una usurpación del poder. Esto de ninguna forma significa que de igual manera no tengamos que llenar la “vacante” del poder usurpado con una autoridad legítima. Eso es lo que todavía sigue pendiente en Venezuela.

De allí que me extrañe notablemente que los políticos hayan abandonado la famosa ruta del “cese de la usurpación” de Nicolás Maduro Moros, indicando que eso fue un “error”, razón por la cual nace con renovado interés y entusiasmo la negociación de la oposición con el régimen, camino que por cierto ninguno de ellos abandonaron nunca, haciéndole creer a los venezolanos que había un verdadero interés en salir de Maduro y sus delincuentes, “dándose cuenta” ahora que la cosa no sería tan fácil como se había pensado.

Pero como se dice en el interior del país, “se cayeron de un coco”. Los venezolanos reafirmamos el cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros y lo transformamos en un mandato constitucional a través de una Consulta Popular vinculante, establecida como uno de los medios de participación política del pueblo venezolano en nuestro texto fundamental.

Esto es, ya no es una opción de los políticos decidir si negocian o no con Maduro en el poder. Ya no tienen esa opción. Y voy más allá: quienes están intentando negociar por nosotros dejaron de tener la representación interna legitima para poder hacerlo a partir del 5 de enero de 2021. Y si es del caso que se presente alguna negociación en el futuro por quien tenga la legitimidad para poder hacerlo por los venezolanos, la primera exigencia tiene obligatoriamente que ser que Maduro se separe del poder para pensar sentarse en una mesa.

Esto tal vez no lo entiende muy bien la Comunidad Internacional y por eso hay que explicárselos muy bien. Pero eso tampoco es del interés, por razones obvias, de quienes se atribuyeron la supuesta capacidad para negociar por los venezolanos fuera del país sin tener el respaldo popular. Ese respaldo vence cada 5 años de acuerdo a nuestra Constitución vigente. Y el de la Asamblea Nacional legítima venció, como ya indiqué, el 5 de Enero de 2021. No es cuestión de decidir que parte de la Constitución aplicamos y cual parte no porque nos interesa. Y al no existir otra Asamblea Nacional legítimamente electa -porque los venezolanos rechazamos contundentemente la elección parlamentaria del régimen del 6 de diciembre de 2020 en una Consulta Popular- mal podría nadie asumir una representación de los venezolanos para absolutamente nada fuera de Venezuela, así la Comunidad Internacional reconozca un fuero que ya no existe dentro del país.

¿Adónde nos deja todo esto? Como bien dijo el Dr. Brewer-Carias, no existe “vacío de poder” cuando alguien lo está ejerciendo aunque sea ilegítimamente. Fundamentándonos en lo anterior, Juan Guaidó Márquez es tan ilegitimo y usurpador como Nicolás Maduro Moros. Pero nadie en el reino de Venezuela se atreve a decir que el rey está desnudo, en especial aquellos que deben y tienen la obligación moral con los venezolanos de pronunciarse para indicar jurídicamente la situación legal del Presidente Encargado, como Presidente y como Diputado, así como el resto de sus colegas parlamentarios. Las razones pueden ser muchas, desde no querer meterse en esas profundidades del desastre venezolano, hasta simplemente un encubrimiento inexplicable pero a la vez insostenible. No en vano dicen que en Venezuela existe una sociedad de cómplices. Esta sería una dura demostración de eso.

El 1ro de Junio de 2018, fecha donde todavía ni siquiera se vislumbraba la existencia de un oscuro diputado llamado Juan Guaidó, un grupo de venezolanos donde me honró participar, asistidos por los distinguidos juristas venezolanos, la Dra. Blanca Rosa Mármol de León y el Dr. José Vicente Haro, introdujimos un Recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia legítimo, con el objeto de ejercer una “Acción Innominada con el objeto de solicitar a ese Tribunal Supremo de Justicia, realizara las actuaciones que fueren necesarias para crear las condiciones requeridas, con base en los Principios Fundamentales de la Constitución, para la designación de un Gobierno de Emergencia Nacional que tenga por objeto el restablecimiento del orden constitucional y democrático en Venezuela” (ver Recurso completo dirigido al TSJL, en https://tinyurl.com/3dt6e2vx).

En ese Recurso esgrimimos las razones constitucionales e institucionales para que ese legítimo Tribunal Supremo de Justicia cubriera el “vacío de poder” existente en la Venezuela de ese entonces, producto de la vacante usurpada ilegalmente por Nicolás Maduro Moros, solicitando que ese Alto Tribunal designara un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional para garantizar una transición aplicando los principios, valores y pilares fundamentales de la Constitución venezolana como garante de la supremacía y efectividad tales principios, todo ello conforme a lo establecido en los artículos 1, 2 3, 5, 6, 7 y 335 de la Constitución”; y que nombre un Gabinete que realmente tome las decisiones que el interinato nunca tomó en más de dos años de ejercicio, acordes con la situación de usurpación de Nicolás Maduro Moros, como por ejemplo la designación de un Alto Mando Militar legitimo a quien puedan responder los oficiales activos todavía leales a la democracia.

En ese sentido solicitamos al TSJL realizara todo tipo de consulta a la sociedad civil, factores políticos, académicos, gremiales, empresariales, sindicales, eclesiásticos, institucionales y aquellas consultas públicas que fueren procedentes y/o necesarias de acuerdo con el artículo 70 de la Constitución, para garantizar la integración más legítima, idónea, plural e independiente de venezolanos comprometidos con rescatar la democracia en Venezuela y restablecer el orden constitucional, todo lo cual debe ser salvaguardado por ese Tribunal Supremo de Justicia legítimo, como garante de la supremacía constitucional y de los valores, principios y normas de la Carta Fundamental venezolana” (Pág. 10 del Recurso).

¿Por qué creen ustedes que los políticos “opositores” que todos conocemos, y que ahora tratan de negociar por nosotros, se movieron como unos tigres para que ese “vacío de poder” fuera constitucionalmente cubierto en la siguiente y última legislatura del año 2019? Precisamente para evitar que todos los recursos legales –porque no solamente el nuestro estaba en curso- y en particular ese  “vacío de poder” que había sido llenado por un usurpador, fueran decididos en el más alto Tribunal de la República legítimamente sin la intervención de ellos, perdiendo el control de la situación política en Venezuela. Cerraron el vacío con la designación de Juan Guaidó en enero de 2019 como Presidente de la Asamblea Nacional y posteriormente como Presidente Encargado el 23 de enero de ese año.

A pesar de toda esa maniobra quienes estábamos esperando un fallo del TSJ legitimo en relación con ese “vacío de poder” nos quedamos satisfechos, esperando que esa designación abriera los caminos para el desalojo del usurpador. Pero eso no ocurrió y ahora estamos peor que a finales de 2018 en todos los sentidos. Se quedaron con la batea pero no lavaron la ropa, como decimos en Venezuela. Y todavía muchos aquí se atreven a decir que no son un obstáculo para salir de esta desgracia.

Ahora con dos usurpadores que no tienen el respaldo de una elección legítima de los venezolanos, se justifica doblemente lo que solicitamos el 1ro de Junio de 2018 al Alto Tribunal de la República en el exilio para que un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional, no solo decida una transición estable en el país sino que convoque a un proceso Constituyente, y posteriormente a elecciones libres, justas y verificables, como se hizo en Venezuela en 1946. Tenemos tradición republicana de sobra para encausar al país y más aun venezolanos dispuestos a realizarlo. Esta es otra manera de enfocar el problema y que termina en lo mismo que siempre hemos sostenido: ¡Que el pueblo venezolano decida!

Caracas, 14 de Junio de 2021

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