domingo, 25 de julio de 2021

La nueva capitulación

Por Luis Manuel Aguana

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Es bueno recordar la carta que enviara el Embajador Diego Arria a la Directiva de Fedecámaras en ocasión de su 71ª Asamblea Anual en el año 2015, luego de la presencia de Delcy Rodríguez en la 77ª Asamblea Anual de esa Federación en días pasados. La carta del Dr. Arria titulada “La Capitulación de Fedecámaras” volvió a circular por las redes sociales como si hubiese sido escrita ayer (ver La Capitulación de Fedecámaras, en http://aserne.blogspot.com/2015/07/diego-arria-la-capitulacion-de.html). Incluso algunos que no la conocían pensaron que había sido reciente dado lo actualizado de sus señalamientos, ya que en lugar de haber tomado en cuenta esas observaciones en el año 2015, los empresarios hicieron todo lo contrario, mostrando luego de 6 encuentros anuales adicionales, una entrega completamente abierta al régimen para el presente año 2021.

Y la respuesta igualmente no puede ser otra que la que diera el Embajador Arria en el año 2015 y que se resume en la nota que publiqué en ese momento: La Primacía de las Libertades Políticas (ver La Primacía de las Libertades Políticas, en https://ticsddhh.blogspot.com/2015/07/la-primacia-de-las-libertades-politicas.html): si queremos poner comida en la mesa del venezolano, lo primero que debemos garantizar es un sistema político que respete las libertades civiles y los Derechos Humanos. Así de simple.

Pero algunos me dirán, ¿y qué pueden hacer los empresarios si no es plegarse al régimen o desaparecer? Y es un tema profundamente ligado a la ética, o cuál debe ser la banda mínima de operación que permita subsistir al empresario sin entregarse a un régimen que lo que juega es a la desaparición del tejido empresarial, dentro de un sistema altamente regulado donde no se permite el libre juego de la oferta y la demanda. ¿Cuál es el tipo de empresario que ha de sobrevivir en ese ambiente? En otras palabras, deberíamos preguntarnos: ¿existen todavía empresarios verdaderos en Venezuela? Y si existen, ¿hasta cuando pueden sobrevivir en el marco de un régimen que maniobra para su desaparición definitiva?

Hay una teoría que señala que, salvo muy contadas excepciones, en realidad nunca hubo en el sentido estricto, empresarios en Venezuela. Nunca hubo un escenario de competencia que permitiera que las empresas crecieran y se desarrollaran fuera del manto protector del todopoderoso Estado venezolano. Para crecer y desarrollarse en Venezuela se debía tener de alguna manera negocios con el gobierno, el único poseedor y administrador de la riqueza última, el petróleo. Todos los caminos del empresariado venezolano conducían – y todavía conducen - a esa Roma.

Los grandes sectores industriales y comerciales del país vivieron siempre del Estado venezolano. De allí que fuera imposible que la gran maquinaria de la economía privada venezolana funcionara con un Estado quebrado. Cuando el Estado y su administrador, el gobierno, no tienen dinero para sostener una economía altamente dependiente de un único producto de exportación, vemos la debacle que estamos padeciendo.

Los delincuentes que desmontaron pieza por pieza la industria petrolera, no se dieron cuenta que estaban serruchando la rama del árbol donde estaban –y estábamos todos- sentados. Ni siquiera los cubanos que nos invadieron con el permiso traidor de quienes gobiernan el país, nunca entendieron que estaban desmontando con su ayuda, su propia subsistencia futura, actuando como el alacrán montado sobre la rana al cruzar el río, picándola para ahogarnos a los dos. En otras palabras, defecaron sobre su plato de comida. Ni siquiera entendieron que la desestabilización que siguen impulsando por Latinoamérica requería de una Venezuela con plena fortaleza económica, al ser este el país con una industria petrolera que debía ser mantenida y resguardada.

Los “empresarios” que han quedado en el país y a los que se dirigió Delcy Rodríguez en la 77ª Asamblea Anual de Fedecámaras, no son empresarios, por lo que mal podríamos esperar conductas empresariales cónsonas con esa condición. Serán empresarios cuando demuestren que están dispuestos a imponerse sobre la realidad que les acontece.

El Profesor Emeterio Gómez, quien fuera en vida una de las autoridades venezolanas más importantes en el terreno de la Ética y Moral, indica en su obra “Responsabilidad Moral de la Empresa Capitalista” (1) que: “La comprensión de la Ética y del Ser Humano pasa por detectar cuando la Realidad o el Mundo se nos imponen y cuándo es que nosotros podemos imponernos sobre ellos. O, también, respectivamente, que es lo que NO podemos cambiar en el Mundo y que es lo que si podemos cambiar en él”…”…La Ética tiene sentido mientras usted tiene posibilidades de imponerse por sí mismo sobre el vicio…o sobre la realidad”…”…si usted se voltea y decide nadar contra la corriente, entonces las palabras nadar y decidir cobrarán su significado pleno. ¡Ahora usted si sabrá lo que es nadar y lo que es decidir. Si usted se mete en el río –o en la vida- y no hace el esfuerzo por “ir contra la corriente”, entonces inevitablemente esta lo arrastrará. Y, lo más importante sobre lo que vale la pena reflexionar: ¡si la corriente es muy fuerte, el esfuerzo que usted tendrá que hacer será mayor! Y cabe pensar también que la corriente pudiese ser demasiado fuerte y que usted no tendrá ningún chance de evitar ser arrastrado… en cuyo caso es mejor que no se meta en el río”.

¿Cómo se aplica esto a nuestros “empresarios” de Fedecámaras? Que existe una realidad que se impuso, el régimen. Y ellos como empresarios tienen la obligación de imponerse a su vez sobre esa realidad. Si alguno de ellos tiene la Ética suficiente intentará hacerlo, esto es, nadar contra la corriente. Si no lo hace, la corriente –el régimen- lo arrastrará, por lo que el esfuerzo tendrá que ser mucho mayor. Si no están dispuestos a hacerlo, que no se metan al río como recomendaba el Profesor Gómez. Esto es, no juegue a ser algo que no podrá ser ante una realidad actuante y si se mete al río y no nada en contra de la corriente, usted NO ES quien dice ser, sino algo que una realidad superior a usted le impuso.

Pareciera un juego de palabras pero no lo es. No pueden existir empresarios arrollados por un régimen, y en consecuencia nada que pueda llamarse “sector empresarial” bajo esa definición. Lo que quedó como “empresarios” después de la destrucción de las bases económicas del país es algo que sobrevive y flota como un escombro en la fuerte corriente del río que finalmente llegará la desembocadura de su destrucción definitiva, en un sistema que no tolera el concepto de empresa privada.

De allí que se entienda la reacción adversa del régimen a la carta enviada al Presidente de Fedecámaras, Ricardo Cusano, en ocasión a esa Asamblea por Monseñor Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, y que fuera tan virulenta (ver Carta del Cardenal Parolín a Fedecámaras https://www.diariolasamericas.com/america-latina/venezuela-carta-cardenal-parolin-encoleriza-maduro-n4227812) atacando a la Iglesia Católica, y señalando el mismo expediente de siempre, instando a los curas a “quitarse la sotana y hacer política”. Por eso hay que recordarle a Delcy Rodríguez que Hugo Chávez no le ordenó quitarse la sotana al cura que garantizaría su vida cuando lo estaban echando del poder el 11 de Abril de 2002 precisamente por hacer nada más político y humanitario que eso. Por eso siempre esta allí la Iglesia Católica. Esa carta no fue más que un llamado a la Ética y la Moral necesaria de los empresarios en tiempos de crisis política.

En la carta Mons. Parolín les recuerda la responsabilidad moral del empresario al indicar “…considero que es importante que la sociedad civil sea también protagonista de la solución a la crisis actual de ese amado País, una solución que sólo se dará si los venezolanos, y especialmente los que tienen algún tipo de responsabilidad política, están dispuestos a sentarse y a negociar, de un modo serio, sobre cuestiones concretas que den respuesta a las verdaderas necesidades de los venezolanos, y durante un periodo limitado en el tiempo. Esto exige voluntad política por parte de los involucrados, disponibilidad a dejar que el bien común prevalezca sobre los intereses particulares, y el apoyo responsable de la sociedad civil y de la comunidad internacional” (resaltado nuestro). Esta es la misma posición que hemos sostenido desde la sociedad civil en la Propuesta a la Nación y la Comunidad Internacional del Consejo Rector de la Conferencia Ciudadana para el Restablecimiento Constitucional, donde destacamos la necesaria participación del pueblo venezolano en la solución de la crisis, proponiendo un nuevo curso de negociación política que INCLUYA a factores de la sociedad civil (ver Propuesta a la Nación, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/07/el-consejo-rector-de-la-conferencias.html).

Ante esta nueva capitulación de Fedecámaras, se hace más evidente el fracaso de quienes insisten en una salida política del país sin la participación de los venezolanos. “Dejar que el bien común prevalezca sobre los intereses particulares” no fue precisamente lo que paso en esa Asamblea Anual de los “empresarios” con el régimen.

Una vez más las palabras de la Iglesia Católica señalan el camino de la Refundación de la Nación. Con unos empresarios entregados difícilmente podremos hacerla, y más aún si pretenden continuar viviendo de la teta del Estado después de un proceso de transformación política y económica del pais. Este es un buen momento para que los verdaderos empresarios, los que están luchando para nadar en contra de la corriente, reflexionen acerca del importante papel que jugaran en la Venezuela autosostenida que más temprano que tarde, deberemos construir entre todos.

Caracas, 25 de Julio de 2021

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(1) Emeterio Gómez, La Responsabilidad Moral de la Empresa Capitalista, ISBN 980-6073-83-5, 2005, Páginas 33 y siguientes.

lunes, 19 de julio de 2021

Salvación Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

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La primera reacción que muchos venezolanos tuvieron al comunicado del Consejo Rector de la Conferencia Ciudadana para el Restablecimiento Constitucional y Democrático (ver Propuesta a la Nación y la Comunidad Internacional, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/07/el-consejo-rector-de-la-conferencias.html), fue que cómo íbamos a llamar a un "nuevo proceso de negociación" que incluyera al régimen de Nicolás Maduro Moros, habida cuenta que todos esos procesos le habían servido al régimen para retrasar y ganar tiempo para consolidarse en el poder. Muchos se preguntaron -y con mucha razón- si ésta no era otra estrategia que serviría al régimen para ese mismo propósito. Intentaré explicar en esta nota esa aparente contradicción.

ANCO, como partícipe de esta importante instancia de la sociedad civil, establecida mediante un Pacto para el logro del cumplimiento del mandato vinculante del pueblo obtenido en la Consulta Popular realizada del 7 al 12 de diciembre de 2020, hizo esta importante propuesta que fue aprobada por su Consejo Rector, al cumplirse 4 años de la Consulta Popular de 2017, como el siguiente paso natural de quienes con justa razón, no solo exigimos participar en las decisiones de nos atañen como pueblo, sino cómo proponentes de una nueva ruta que evite precisamente que esa sea la excusa que el régimen utilice para alargar el sufrimiento del pueblo venezolano.

Quienes firmamos el Pacto para el Restablecimiento Constitucional creemos firmemente en una solución pacífica, constitucional y democrática a esta crisis, y con ello estamos plenamente de acuerdo con el principio fundamental según el cual la salida de la crisis pasa por poner a todos los actores interesados en una mesa de negociación, como bien lo indica la Declaración de los EEUU, la UE y Canadá.

Pero cuando se indica que deben participar todos los actores interesados, no es posible dejar del lado de afuera a quien consideramos es el principal actor, EL PUEBLO VENEZOLANO, representado por su sociedad civil, que en un ejercicio pleno de democracia protagónica, exige participar hoy más que nunca en todas las decisiones que incidan sobre su bienestar y la búsqueda de una salida democrática a la crisis, sin desconocer a la representación política de la Asamblea Nacional que ya ha sido reconocida por la Comunidad Internacional.

En este sentido igualmente se reconoce que existen unos actores que ejercen el poder en Venezuela, que tienen el control de los Poderes Públicos del Estado, y que más temprano que tarde deberán entender que no los pueden detentar sin el aval legítimo del pueblo venezolano. De eso precisamente se trata un proceso verdadero de negociación política. Y eso es lo que la Comunidad Internacional pretende lograr que se entienda por los venezolanos, sin llegar al expediente de la violencia por motivos políticos.

Nuestra propuesta va dirigida a que sea el pueblo venezolano quien decida el destino del país a través de sus legítimos representantes, electos como Constituyentes provenientes de todo el territorio venezolano, con la ayuda técnico-electoral de la Comunidad Internacional. Nada puede ser más democrático que eso. Y que sean esos representantes electos de ambos lados en un proceso cuyas bases sean negociadas por las dos partes, con la mediación de la Comunidad Internacional, quienes decidan el destino del Poder Ejecutivo, como ya se hizo en dos Constituyentes anteriores, la primera convocada y electa legítimamente en 1999, y la siguiente convocada y electa ilegítimamente en el 2017. Si el Constituyente Originario remueve el Poder Ejecutivo y el resto de los Poderes Públicos, este deberá decidir la designación de un Gobierno de Transición que nos garantice un Poder Electoral que nos lleve unas elecciones generales libres, justas y verificables posteriormente.

La Comunidad Internacional ha ofrecido su concurso a participar en este proceso dando a entender claramente que está en la plena disposición de levantar las sanciones que le ha impuesto a los personeros del régimen, si se llega a una negociación que de cómo resultado el regreso de la institucionalidad en el país. Si eso es posible o no, lo dirá la disposición que tenga el régimen de Nicolás Maduro Moros de aceptar una ruta que permita una salida a la destrucción sistemática que ya estamos viendo en el país. En la medida que no lo permita, se irá acercando mas al punto donde ninguna negociación sea posible, dándole a entender a la Comunidad Internacional que la vía ya no sería pacífica, trayendo como consecuencia el agotamiento de ese camino dejando a la Comunidad Internacional el análisis de otras alternativas para enfrentar la crisis venezolana. Pero aun no llegamos allí, y parte de este ejercicio es definir (¿forzar?) eso a la brevedad posible.

Aquellos que con todo derecho no creen que eso sea posible, esto es, negociar con el régimen una verdadera salida pacífica, constitucional y democrática, en lugar de sabotear esta propuesta, más les valdría dedicar su tiempo en diseñar una vía alternativa y trabajar por ella, si verdaderamente creen en su viabilidad en las actuales condiciones internacionales, donde la mayoría de los países se niegan a una salida no negociada. Desde aquí les deseo mucha suerte porque finalmente ambas rutas conducen al mismo destino.

Nosotros creemos que este es el momento más adecuado para plantear un proceso Constituyente porque es, por su naturaleza, un proceso incluyente y que resuelve a la vez, no solo la transición hacia una nueva etapa de la transformación necesaria para Venezuela, sino la refundación del país, como bien lo ha planteado la Iglesia Católica venezolana. Es un proceso que no implica un “quítate tú para ponerme yo”, como lo plantearía una elección presidencial en el medio de un país destruido y dividido, con una parte de la población en contra de la otra. En el escenario de una Constituyente, ambas partes en su justa proporción tendrían que acordar juntos un país en donde quepamos todos.

Si los personajes que conducen el país están muy seguros que permanecerán 60 o 100 años en el poder, que se vean en el espejo cubano que se está resquebrajando todos los días a mayor velocidad. Las condiciones del mundo actual ya no son las de mediados del siglo pasado cuando Fidel Castro llegó al poder bajando de una montaña. Las comunicaciones instantáneas, la realidad de un mundo que tiende al respeto serio de los Derechos Humanos, la lucha internacional cada vez más férrea en contra del terrorismo y el narcotráfico, así como las presiones de una economía globalizada, más temprano que tarde les harán huir por la puerta de atrás. Un proceso Constituyente les ofrece a todos una puerta por delante por donde salir. Mi recomendación es que la tomen todos los actores del régimen –y en especial los militares- y la oposición, porque si no piensan en la salvación de Venezuela, les puedo asegurar que si será para la salvación de ustedes…

Caracas, 19 de Julio de 2021

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