martes, 21 de septiembre de 2021

La hora 25 de Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

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Siempre he pensado que las cosas importantes se pueden decir en pocas palabras, en especial cuando no se puede perder tiempo porque los problemas son más que agobiantes y sobre todo muy complejos. Hay que leer y escuchar mucho e intercambiar ideas para buscar soluciones. Aprender de experiencias de quienes las tienen porque si hay algo que se ha demostrado es que nadie es poseedor de la verdad, y reconocer que no se tienen todas las piezas del rompecabezas, y para completarlas requerimos del concurso de otros. En la Venezuela opositora nadie tiene todas las piezas del rompecabezas titulado “salir del régimen”.

Igualmente siempre he considerado que para iniciar un camino para medianamente intentar resolver cualquier problema, su formulación inicial debe ser lo más exacta posible porque si no se hacen las preguntas correctas, definitivamente las respuestas serán irremediablemente equivocadas. Y esto hay que hacerlo cada vez que se inicie un camino.

Inicio esta nota con esas reflexiones despertadas por la intervención del ex Presidente Jamil Mahuad en un reciente seminario al que fui invitado, titulado “Gobernanza Global y Crecimiento en Libertad”, extraordinaria iniciativa de Miami Dade College, el Instituto Atlántico de Gobierno, la Escuela de Gobierno Benjamín Franklin, la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), American Museum of the Cuban Diáspora, con la participación estelar del ex Presidente del Gobierno español, José María Aznar, el ex Presidente de Ecuador, Jamil Mahuad y el ex Presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle.

Aunque todos los temas tocados en los tres días del seminario fueron de una importancia fundamental, me centro en el que más representa una estaca clavada en el corazón del venezolano común, que no es otro que el de la violación de sus Derechos Humanos desde la perspectiva de un ex presidente de gobierno, y cuya perspectiva precisamente ha dado pie a un juicio en la Corte Penal Internacional al usurpador Nicolás Maduro y su corte delincuencial.

A mi juicio la reflexión en pocas palabras del ex Presidente Jamil Mahuad justamente da en el centro del problema de Derechos Humanos venezolano: “…Registramos una trayectoria de mengua constante, pues hemos pasado de una época en que los gobiernos se empeñaban en combatir el narcotráfico y el terrorismo, a otra en que algunos gobiernos decidieron ignorar esos problemas. Hacerse de la vista gorda y mirar hacia otro lado desenfocando su atención de los Derechos Humanos. Peor aún, luego aparecieron gobiernos que se convirtieron en socios y patrocinadores del crimen organizado, hasta llegar a los varios narco Estados de hoy en que los gobiernos de países se han convertido en narcotraficantes, en el que los narcotraficantes se han convertido en gobiernos de ciertos países, que utilizan los códigos, las estructuras y los modus operandi de las mafias para ejercer el poder político de gobierno. Y ya sabemos cuál es el valor que ese tipo de comportamientos asignan a los valores y a los Derechos Humanos”.

Y ustedes me dirán “¡Pero eso ya lo sabíamos! ¡Son unos delincuentes!”. Sin embargo algo que ya nosotros sabemos desde hace rato porque somos víctimas directas de ese proceso degenerativo, ya es un tema abordado seriamente en el mundo político global: “Menos del 20% de los países del mundo actual son gobernados por democracias plenas. ¿Cómo jugar con las reglas del juego democrático limpio en países controlados por gobiernos autoritarios y totalitarios que no creen en esas reglas y que no respetan los Derechos Humanos? Y se ríen en la cara de sus opositores que si lo hacen, a los que apresan, torturan y hasta los matan”. Porque esto daría respuesta a quienes todavía insisten en ir a procesos electorales con los delincuentes a cargo del país; y porque todo aquel que siga ese juego macabro tiene necesariamente que ser cómplice de eso.

En su exposición, el ex Presidente Mahuad refiere a “La hora 25” novela de 1949 y llevada al cine en los años 60s, del autor rumano Constantin Virgil Gheorghiu, Muchos han dado distintas interpretaciones a “la hora 25” pero utilizaremos la del mismo autor: “La hora 25 es la hora que sigue al momento final, cuando ya no es posible la esperanza, es “el momento en que toda tentativa de salvación se hace inútil”, en palabras de Traian, uno de los personajes de la obra. Al final, las ideologías totalitarias –sean del color que sean, de derechas o de izquierdas- terminan siendo opresoras y deshumanizando al hombre hasta extremos insospechados” (ver La hora 25, en https://unpocodehistoria.es.tl/La-hora-25.htm). Nada podría ser más parecido a Venezuela. ¿Estamos en la hora 25, cuando ya no es posible ninguna esperanza y toda tentativa de salvación es inútil? O como se pregunta ex presidente Mahuad: “¿Debemos de actuar con urgencia porque estamos en la hora 24 y ya es muy tarde, y solo los queda contemplar la destrucción irreversible que se nos viene porque entramos ya en la hora 25?”.  Mi respuesta no puede ser otra: depende de nosotros, los venezolanos.

Esas preguntas son duras pero son las preguntas correctas. No puedo decir si lo de Venezuela ha tocado fondo porque cualquier situación dramática siempre puede ser peor, pero solo nosotros podemos decir si llegamos a la hora 25. Si insistimos en engañarnos que no hemos llegado a la hora 24 porque nos meten un soporífero electoral seremos nosotros los responsables de llegar a esa hora 25 donde ya no se pueda hacer nada.

Si los venezolanos reconocemos estar en la hora 25 porque ya todo se perdió, con una situación “electoral normal” como nos lo pretenden hacer ver los vendedores de espejitos de la oposición pagados por el régimen, eso significará que todos los muertos y las infinitas penurias de nuestra población desde hace mas de 20 años no habrán valido nada. No es una cuestión tan simple como dejar pasar que son unos delincuentes y negociar con ellos unas elecciones. NO. Es que la delincuencia se convirtió en gobierno en Venezuela y nunca pensamos que eso pasaría. Aterricemos que ese es el verdadero problema y actuemos en consecuencia. Finalizo citando el cierre del ex presidente Mahuad: “…las personas que ejercen liderazgo democrático no les alcanza con tener la razón. Han de conseguir también que las mayorías les den la razón y que les den la razón a tiempo”. Y yo le agregaría: cuando recuperemos la libertad, la razón de esas mayorías se podrá expresar libremente. Mientras tanto la lucha seguirá siendo para que precisamente la puedan expresar y no lleguemos a esa hora 25…

Caracas, 21 de Septiembre de 2021

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domingo, 12 de septiembre de 2021

Abstencionismo en tiempos de negociación

Por Luis Manuel Aguana

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Al haberse caído la careta de la MUD en torno a su participación ya oficial en las elecciones del 21N, es obligante abordar de nuevo de la abstención militante como el principal mecanismo de rechazo a quienes insisten en hacerle el juego al régimen con la desgastada excusa de “defender los espacios”, espacios que por lo demás el régimen se ha encargado de llenar con su gente, quiéranlo o no aquellos que nos achacan la culpa de “perder” por no participar en elecciones ilegitimas.

En este espacio no daré las razones que ya expliqué extensamente en el año 2012 (ver Abstencionismo en tiempos de dictadura, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/abstencionismo-en-tiempos-de-dictadura.html) y en el año 2017 (ver Abstención en tiempos de colaboracionismo, en https://ticsddhh.blogspot.com/2017/10/abstencion-en-tiempos-de.html) y que al parecer no han sido suficientes para aquellos cuya razonamiento todavía se basa en que los ciudadanos “no podemos hacer otra cosa” que votar o que “si no hubiéramos votado en el 2015” no estaríamos en el lugar “privilegiado” en el que nos encontramos ahora, según la cual “no existiría una Comunidad Internacional reconociendo a Guaidó como Presidente Encargado”. Es importante responder a esas interrogantes para aquella población a la que se manipula para que vote en elecciones ilegitimas como resultado de una narrativa que impulsa un “efecto rebaño” producido por sectores coludidos con el régimen u otros que ingenuamente caen en ese discurso superficial, aunque como he repetido muchas veces, no existen ingenuidades en política.

Una importante cantidad de electores venezolanos aun no han terminado de asimilar en su totalidad el carácter hegemónico y autoritario de quienes hoy detentan el poder en Venezuela. Y eso no ha sido gratis, alguien ha pagado por eso. Para llegar allí los partidos políticos opositores que dependen de elecciones con el régimen para sobrevivir y grupos de opinión interesados -y frecuentemente tarifados- han sido una pieza clave para que la totalidad de los venezolanos aun no se encuentren convencidos que quienes están usurpando el poder en Venezuela no lo dejarán por la vía del sufragio, y que aun insisten que la única salida es votar en tiranía. Tal vez si hubiera una Junta Militar como la que tuvo el Gral. Marcos Pérez Jiménez, sería más simple convencer a los venezolanos de que el General a cargo no les daría elecciones sin antes tener los resultados a su favor. Pero en su lugar se encuentran Maduro y sus delincuentes, que son mucho peores, y aun así todavía creen que obtendrán Gobernaciones y Alcaldías de unas elecciones con ellos.

Entonces estamos aquí detenidos entre argumentos en contra y a favor de ir a votar, sin pasearnos antes que la pregunta no es si votar o no el 21N. La pregunta es si una elección de cargos en un ecosistema político completamente distorsionado y corrupto tras 20 años de socialismo depredador va a resolver el problema de Venezuela. Esa es la verdadera pregunta. Y si la respuesta es NO, entonces la siguiente pregunta debería ser que es lo que hay que hacer primero para enderezar lo que debe estar enderezado para que ese ecosistema funcione para hacer elecciones.

Ante el razonamiento espurio de que los venezolanos no podemos hacer otra cosa que votar en dictadura, la respuesta es RESISTIR. Si, resistir como lo hizo Alberto Carnevali en la dictadura de Pérez Jiménez. cuando llamó a los venezolanos “de la manera más resuelta (a mantener) un permanente estado de rebelión civil, una indesmayable ofensiva de oposición popular, que mantenga agresivos y encrespados los ánimos de todos los venezolanos contra la humillación de que somos víctimas para impedir en todo momento que la dictadura de Pérez Jiménez se estabilice sin resistencia”, realizado ante el fraude electoral de la dictadura perezjimenista en las elecciones para elegir la Asamblea Constituyente que se debía instalar en 1953 (ver Rebelión Civil, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/rebelion-civil.html). Como dije en ese en ese entonces, si cambiamos  el nombre de “Pérez Jiménez” por el de “Nicolás Maduro Moros”, el comunicado bien lo pudo escribir Alberto Carnevali para la sociedad venezolana de la actualidad.

Resistirse a aceptar sumisos que la tiranía de Nicolás Maduro Moros perdure es en lo que deberíamos estar haciendo los venezolanos, incluyendo esos partidos que quieren coexistir, simulando un estado de normalidad que no existe en Venezuela, que lo que da es excusas a los países de la Comunidad Internacional que han respaldado al Gobierno Encargado a decir que este no tiene razón de existir porque los venezolanos aceptamos electoralmente una situación a todos luces inaceptable, llegando a la conclusión de que si nosotros lo aceptamos, ¿porque ellos no habrían de hacerlo?

Si los venezolanos no hubieran votado mayoritariamente por la oposición en el 2015 una sola cosa habría pasado: NADA. Aquí se han perdido casi 6 años donde se ha profundizado dramáticamente la destrucción de Venezuela. Ha sido más bien una desgracia que esta oposición mediocre se le hayan dado los votos en esas elecciones parlamentarias de diciembre de 2015 y no haya sido capaz de sacudirse la tiranía estableciendo un Gobierno de Transición de las manos del Parlamento. La mejor prueba de que nuestros votos fueron mal utilizados fue precisamente el resultado de esa elección parlamentaria de 2015.

La nueva directiva del CNE ilegitimo se pasea por toda Venezuela tratando de convencernos que el sistema electoral sigue siendo “el mejor del mundo” como lo bautizó  Tibisay Lucena y resulta que el mejor vocero de esa mentira de propaganda goebbeliana es el Rector que se dice de la oposición. ¿Y en que fundamenta esa gira? En que “es imposible” que se sepa la identidad del elector. Y aunque eso fuera cierto, que no lo es, ese no es el problema. El problema es que el régimen cambió el sistema de escrutinio de manual a automatizado, dejando a que las maquinas decidan los resultados. Es decir que si ellos cambian los votos dentro de las maquinas, aunque los interesados tengan las actas, no valdrá por ley sino lo que diga su sistema. Y no existe sistema automatizado que no se pueda violar. Cualquier técnico con el suficiente conocimiento puede cambiar los resultados (ver La trampa del Voto Electrónico: De Escrutinios Manuales a Escrutinios Automatizados, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/la-trampa-del-voto-electronico-de.html).

¿En qué país del planeta se escruta por sorteo solo un porcentaje de las urnas electorales? Ese fue el sistema que inventó el régimen para intervenir en las urnas que no se abren. ¿Por qué el régimen no abre el 100% de las cajas de votos con la presencia de la observación internacional y los testigos de todas las partes con el pueblo presente? Ese es precisamente el problema, tenemos un sistema electoral estructuralmente viciado.

Por definición no existe abstencionismo en tiranía, lo que existe es resistencia civil para no convalidar elecciones dentro de un sistema que no cree en ellas y solo busca su legitimación. No concurrir a las urnas electorales que son el santuario de la democracia, no es más que el respeto que le damos a la institución del voto quienes si creemos en ese sistema, que ha sido pisoteado por el régimen de Chávez y luego por el de Maduro, y que debe ser restablecido de las manos del pueblo venezolano.

Y esto no es retorico porque no sepamos que hacer luego de no votar. Los venezolanos que sabemos que no hacemos nada con ir a votar en tiranía, debemos proponer –y estamos proponiendo- cauces para que se produzca un cambio OBLIGANDO a los secuestradores a entregar a Venezuela. Si esto es a través de una negociación con auxilio de la Comunidad Internacional, bienvenida sea la negociación como ya lo hemos sugerido. Pero si no se logra obligar por esa vía, más temprano que tarde los hechos desembocarán en otra solución. Y por eso estamos organizándonos desde la sociedad civil, para producir las acciones que nos lleven a esa solución que rescate de la institucionalidad y el restablecimiento constitucional y democrático. Aquellos que se quieran sentar en una acera esperando pasivamente a que las cosas cambien votando en tiranía, son los que activamente estarán colaborando consciente o inconscientemente para que esa tiranía se perfeccione y se afiance.

Mejor no lo pudo decir nadie como Alberto Carnevali en 1952, al cerrar su comunicado desde la resistencia:

“…Porque el patriótico reclamo nacional está concebido en otra forma inexorable: si no combatimos ahora hasta triunfar, el pueblo será esclavizado ignominiosamente por tiempo indefinido. El pueblo tiene que defender ahora mismo su libertad a cualquier precio y con los medios que tenga en sus manos. El pueblo tiene que combatir con sus propios recursos, los interminables recursos de la acción de masas, que en nuestro país existen en condiciones invalorables para la conquista del triunfo. Somos la mayoría de la nación. Somos todo un pueblo. La dictadura está desasistida de todo respaldo social y de todo apoyo moral. Una indoblegable decisión de lucha alienta prodigiosamente nuestros corazones. Una fe desbordante enciende nuestra sangre. Contamos en resumen, con preciosos factores humanos y morales suficientes paran dotar nuestra capacidad de combate de un poderío mil veces más fuerte que las mas aceradas corazas del despotismo”.

Su palabra imperecedera vaya adelante…

Caracas, 12 de Septiembre de 2021

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