jueves, 7 de abril de 2022

19 de abril, una Constituyente desde el Zulia

Por Luis Manuel Aguana

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En mi casa desarrollamos un respeto especial por la fecha 19 de abril, no solo porque fuera la fecha patria que en realidad es, sino porque era el cumpleaños de mi padre. Como profesor de Ciencias Sociales (ver la vida del Dr. Raúl Aguana Figuera, en http://universidadculturaycivilizacion.blogspot.com/p/biografia.html), mi padre estaba muy consustanciado con el significado civil de esa fecha particular para su vida y así se los hacía ver a sus estudiantes cadetes de la Escuela Militar de Venezuela y EFOFAC (antigua Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación).

Ese significado histórico del 19 de abril apuntaba hacia el desconocimiento civil de una autoridad que los venezolanos de ese entonces consideraron irrita y usurpadora. Lamentablemente, de esos oficiales que fueron alumnos de mi padre, no queda ninguno activo (todos están retirados o fallecidos), y los que existen ahora no tienen la convicción por la formación impartida en su propia Escuela, de que los militares deben estar siempre sometidos al poder y la autoridad civil. El tiempo ha disuelto esa convicción, dejando a los venezolanos a merced de una soldadesca al estilo de la milicia del siglo XIX, sin formación acerca del rol que deben jugar frente a los ciudadanos. De no ser así, no existiera un régimen cuartelario que oprime las libertades y suprime la democracia en Venezuela.

El 19 de abril de 1810 marcó el inicio formal e histórico de la Independencia de Venezuela. No había estudiante de primaria en este país que no conociera la historia de aquel Jueves Santo cuando se reunió el Cabildo de Caracas que desconoció la autoridad del nuevo mandatario español Don Vicente de Emparan, constituyéndose en Junta Suprema de Caracas, hasta la instalación del Primer Congreso Constituyente el 2 de marzo de 1811.

Estos antecedentes nos dan la suficiente justificación para: a) considerar que esta es una fecha profundamente civil y que conmemora la primera vez que la sociedad civil venezolana se impuso sobre un gobernante usurpador; y b) establecer por parte de los ciudadanos un gobierno de transición hasta la convocatoria de un Congreso Constituyente que definiría el destino de la República. Luego la historia hizo el resto.

El significado Constituyente de esta fecha es inequívoco, y aunque forme parte de nuestro calendario histórico, pocas personas lo ven más allá del cuento de aquel gobernante español que dijo una vez “yo tampoco quiero mando” un 19 de abril, a instancias de un cura de apellido Madariaga y a partir de allí Venezuela se declaró independiente, siendo el acontecimiento algo mucho más profundo que eso.

De la misma manera nos ocurre con el planteamiento y la propuesta Constituyente. El carácter simplista con el que generalmente abordamos los temas, hacen que tomemos decisiones de rechazo de buenas a primeras sin esperar a conocer el fondo del asunto. Y mucha de esa responsabilidad tal vez tiene su razón de ser en que no es sencillo comparar planteamientos complejos como este frente a la simplicidad con que se puede entender una elección presidencial o parlamentaria.

En diversas intervenciones y entrevistas a través de las redes sociales he planteado que para poder realizar el proceso Constituyente en esta hora histórica que vive Venezuela, donde se agotaron las opciones –incluyendo la electoral-  para que los venezolanos podamos salir de esta crisis, se requiere de urgencia entrar en un proceso de negociación política que incluya a TODOS los involucrados en la tragedia venezolana: la Comunidad Internacional, la oposición oficial, el régimen, pero sobre todo, una representación calificada de la sociedad civil, esto es, aquellos que somos en última instancia los dolientes principales de esta tragedia. Para eso es un requisito fundamental tener a la Comunidad Internacional, comenzando por los EEUU, trabajando a favor de esta iniciativa, porque son los únicos capaces de sentar al régimen a negociar esta solución. De otra manera, a mi juicio es ilusorio plantear esta solución a los venezolanos.

Algunos han reaccionado de una manera virulenta a propuesta de incluir al régimen en esa negociación, y yo podría darles la razón. Pero si somos realistas tenemos que sentarnos a negociar con los secuestradores para que suelten a los rehenes, que somos todos los venezolanos. Por otro lado, un proceso CONSTITUYENTE, conceptualmente solo tiene sentido si están incluidos todos los venezolanos, sin distingo de parcialidad política. Y eso incluye a quienes aún creen en los que detentan el poder, que son igualmente venezolanos. No puede existir algo como una Constituyente únicamente “de la oposición”, así como tampoco puede existir una Constituyente solamente “del gobierno”.

Aquellos que crean que el país será estable haciendo una constituyente “de la oposición” están montados en una fantasía. Chávez hizo una constituyente solamente “del gobierno” en 1999, dejando explícitamente a la oposición fuera del proceso con unas Bases Comiciales parcializadas. A partir de allí el país nunca fue estable y los sucesos del 11A-2002 fueron la prueba fehaciente de ello. Y aún no existe paz social, sino la paz de los cuarteles y los cementerios, como ocurrió durante la tiranía de Juan Vicente Gómez. Esto sin contar con la otra “del gobierno” realizada por Maduro en julio de 2017, con peores consecuencias.

Y volviendo al requisito, como lo es el apoyo fundamental a esta iniciativa de la Comunidad Internacional –los EEUU-, ha sido algo muy difícil de lograr. Entre otras razones porque aquellos que deberían impulsar ese apoyo están en contra de una constituyente, ya que ellos serían los primeros en ser puestos a juicio y rechazados en el proceso. La oposición oficial nunca dio el visto bueno a la convocatoria del Constituyente, aun cuando tuvo la oportunidad de oro para hacerlo y resolver así la crisis del país. La primera acción de la Asamblea Nacional, electa en diciembre de 2015, no ha debido ser bajar los cuadros de Chávez de las paredes del Parlamento, sino convocar con los 2/3 de sus integrantes a un proceso Constituyente y establecer las reglas para hacerlo (Artículo 348 Constitucional). El régimen inmediatamente les quitó esa posibilidad al removerles la mayoría calificada.

La Comunidad Internacional nunca ha estado debida y eficientemente informada de esta iniciativa. ANCO ha hecho esfuerzos importantes de comunicar a los países acerca de esta posibilidad como una alternativa seria, constitucional, pacífica y electoral. Sin embargo, la oposición ha avanzado mucho en convencer a esa Comunidad Internacional que haciendo unas elecciones con el régimen en el poder se resolverá el problema venezolano y lamentablemente están equivocados. Remover al Poder Ejecutivo con unas elecciones–en el hipotético caso de que eso llegara a suceder- no sustituirá el resto de la institucionalidad corrupta del régimen y profundizará la crisis haciendo ingobernable al país.

Hemos insistido en que no es posible una elección justa, transparente y verificable estando el régimen en control del Poder Electoral, por la designación de Rectores provenientes de un Poder Legislativo ilegítimo. Es por ello que hemos propuesto la discusión de una elección Constituyente negociada con el auxilio de la Comunidad Internacional, como árbitro directo del proceso electoral, en una suerte de Intervención Humanitaria Electoral, con un Tribunal Electoral “ad-hoc” para Venezuela. Esta es una solución donde cabemos todos y podemos negociar como se realizaría entre los cuatro participantes.

Creemos que el 19 de abril de 2022 pueda ser una fecha que ponga de nuevo sobre el tapete de la opinión pública nacional e internacional esta iniciativa al país, en especial si se da el impulso desde el Estado Zulia, un Estado que ha alzado históricamente las banderas de la autonomía y la descentralización política y administrativa, principios fundamentales sobre los que se sustenta la propuesta de cambio constitucional de ANCO, en su proyecto de El Gran Cambio (ver El Gran Cambio, Una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).

Si el país se contagia de esta propuesta, es posible que también pueda atraer a la Comunidad Internacional a que esta es la salida política más ajustada a la realidad de los venezolanos, para vivir en paz y en democracia. Que sea del empuje del Zulia desde donde partan las esperanzas de cambio para este país destruido, no solo es un aval extraordinario para rescatar lo que para Venezuela significó el 19 de abril de 1810, sino un buen augurio para la Refundación de una República que inició su viaje hacia la libertad destituyendo a un usurpador en el Cabildo de Caracas. Abriguemos la esperanza que el Teatro Baralt de Maracaibo se convierta en ese Cabildo en este año 2022, dando inicio al proceso de transformación de Venezuela.

Caracas, 7 de Abril de 2022

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miércoles, 30 de marzo de 2022

Preguntas para ANCO

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

Me llamó la atención un breve cuestionario hecho a través de las redes sociales realizado a quienes impulsamos la convocatoria al Constituyente para iniciar la Refundación de la Nación, y que creo que debe ser explicado (y/o contestado) para entender mejor la percepción equivocada que el común de la gente tiene acerca de este proceso:

“Preguntas para ANCO

1. Porque se debe reformar o crear una nueva Constitución.

2. Cuáles artículos de la Constitución consideran deben ser reformado o eliminados 

3. Cuántos miembros  Principales y  Suplentes debe tener la nueva Constituyente que se propone.

4. En qué año y en qué mes se debe designar la ANC.

5. Qué tiempo de vigencia debe de durar la ANC.

Desearía que los proponente y organizadores de esta iniciativa política y constitucional respondieran estás interrogante que son del interés de los ciudadanos”

Aunque estas preguntas se le hicieron a ANCO, respetando que esta es una institución que ha dedicado muchos años a la convocatoria del Poder Constituyente Originario, no contestaré por ella sino que lo haré, como siempre lo he hecho en este blog, reflejando mis propias opiniones (no las de ANCO, porque esta expresa las suyas a través de sus comunicados) y por lo que este servidor ha escrito en los años que lleva apoyando esta iniciativa de esa organización de la sociedad civil.

No voy a abultar mas de lo necesario este texto y en algunos casos le apuntaré a los lectores donde pueden encontrar fácilmente la respuesta a algunas de esas preguntas, enfocándome en las que sí creo que deben ser aclaradas en este momento político de Venezuela. La primera pregunta la contesté concretamente hace casi 5 años en una nota titulada “La lucha por una Constituyente Originaria debe continuar” (ver nota en https://ticsddhh.blogspot.com/2017/05/la-lucha-por-una-constituyente.html). En esa nota que no ha perdido vigencia, explico con el detalle debido por qué debemos hacer una Constituyente y escribir una nueva Constitución para Venezuela, así que pasaré a la siguiente pregunta que es en realidad el motivo de esta nota.

Algunas personas que han conocido el planteamiento de ANCO se llevan la percepción equivocada que el problema que planteamos es un cambio facial de la Constitución de 1999. Esto es, cambiarle artículos o poner y/o eliminar algunos existentes. Y NO ES ASI. ¡De lo que se trata es cambiar el modelo político, económico y social del país! Y eso claramente conlleva a REHACER todo lo que está escrito en la Constitución para adaptarlo a un nuevo modelo que se les está planteando a los venezolanos.

De allí parte la mayoría de la resistencia y la crítica que se le ha hecho a éste proyecto desde que un grupo muy calificado de venezolanos lo formulara hace más de 15 años. En junio de 2014 lo explique en detalle utilizando una comparación muy dura: la transformación de un botadero de basura en un jardín con una mansión donde viviríamos todos (ver De Proyecto a Movimiento, en https://ticsddhh.blogspot.com/2014/06/de-proyecto-movimiento.html). La actualización de ese Proyecto está escrito en blanco y negro en el documento El Gran Cambio publicado por ANCO en su sitio en la red (ver El Gran Cambio, Una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).

La Constitución es el pacto fundamental que rige las relaciones entre los gobernantes y los gobernados de un país. Establece la organización del Estado y los deberes y derechos de los ciudadanos en un territorio. La Constitución define nuestro modelo económico y político, estableciendo el marco de las relaciones entre los ciudadanos. Todas nuestras constituciones desde la célebre Constitución de Angostura de 1819 han definido el rol centralizado del Estado frente a los ciudadanos, quebrando en la práctica el sentido federal con el que se fundó Venezuela en 1811.

A partir de Angostura, y a pesar de justificarse la congelación de la federación a favor de un Estado centralizado establecida en 1811, por motivos de la Guerra de Independencia, Venezuela todavía conserva en la estructura de su texto fundamental el modelo de un Estado administrador que da y un ciudadano pasivo que recibe. Un Estado que decide por la suerte final de sus ciudadanos. Unas regiones que dependen económicamente de un administrador todopoderoso, así puedan elegir a su representación política en los Estados y Municipios, en un Situado Constitucional establecido por Poderes Públicos que deciden centralizadamente sobre la vida y la muerte de las regiones del país.

Ese modelo piramidal no ha variado en más de 200 años de historia republicana y se ha profundizado desde que el Estado se hizo rico con la renta petrolera a comienzos del siglo XX. Y esto esta estructuralmente definido en todas nuestras constituciones a partir de 1819. No es cuestión de cambiar uno u otro artículo de la Carta Magna. Es cuestión de redefinir la estructura del poder, invirtiendo la pirámide de la administración del Estado a favor de los ciudadanos, regresando a la federación con la que se fundó la República en 1811.

La estructura constitucional del Estado que prevalece desde 1819 es lo que hay que cambiar, entregando el poder político hasta ahora centralizado a las 23 regiones del país, y estas a su vez a los municipios, que es en última instancia donde reside el ciudadano. La actual estructura beneficia a los pocos que llegan al poder y controlan el Estado y sus recursos. De allí que los partidos se peleen a muerte por alcanzar ese poder y se organicen para controlar a quienes llegan al parlamento que es donde se deciden finalmente los recursos que se reparten, en combinación con quien ocupa Miraflores. Los Diputados que se eligen en la actualidad no son verdaderos representantes de las regiones, sino de los partidos que los postulan. Ese es parte del cambio político que debe suceder como consecuencia del cambio de la estructura constitucional propuesta que lleva al país a un Estado realmente Federal y descentralizado. De haber tenido una estructura distribuida del poder como la que estamos proponiendo hubiese sido imposible para un solo partido y su Presidente felón expoliar y destruir nuestro país como lo han hecho.

Con el correr de los años y la finalización de la Guerra de Independencia, se reconoció el carácter federal de la República pero sin que los que gobernaban perdieran el control centralizado del Estado. La Constitución de 1830 estableció un sistema que combinó ambas cosas pero que siempre dejó a las regiones en las manos de quien controlaba el poder central. Esto ocurrió hasta que hubo un cambio importante del texto constitucional a la finalización de la Guerra Federal con la Constitución de 1864 que creó los Estados tal y como los conocemos hoy, al punto que Venezuela llevó el nombre de Estados Unidos de Venezuela (ver Irene Loreto González, Federalismo como sistema político, en http://historiaconstitucionalvenezuela.blogspot.com/2010/06/federalismo-como-sistema-politico.html).

De allí en adelante la estructura constitucional no ha variado hasta nuestros días. Incluso la Constitución de 1999 centralizó el modelo mucho más, eliminando la representación de los Estados en el parlamento, dejando a las regiones totalmente huérfanas. Es esta discusión la que los venezolanos debemos abordar sin más demora si deseamos darle a nuestra descendencia un mejor país. Y también se puede entender un poco mejor porqué éste planteamiento tiene tantos enemigos, que se han encargado de tergiversar el mensaje que debemos darle a los venezolanos.

Las preguntas 3), 4)  y 5) están respondidas en un documento denominado Bases Comiciales, y que debe ser aprobado por el pueblo venezolano al momento de la consulta que debe hacerse a los venezolanos, acerca de si desean o no un proceso constituyente. En la actualidad ANCO está trabajando para publicar a la mayor brevedad la actualización de la propuesta de Bases Comiciales para someterla a la consideración de los venezolanos.

La última versión publicada de las Bases Comiciales está contenida en nuestra propuesta constituyente de 2017 (antes de que Maduro convocara su Constituyente ilegitima, sin la aprobación de los venezolanos), titulada “Bases Constituyentes, Propuesta de los Ciudadanos para la Reconciliación y el Cambio”, cuya última versión se publicó el 26 de noviembre de 2017 (ver Documento Bases Constituyentes, en  https://tinyurl.com/8vjaccvu). Las Bases Constituyentes incluyen de manera extensa las Bases Comiciales de todo el proceso (cómo se realizarían las elecciones, quienes pueden participar como constituyentes y sobre qué fundamentos).

Las Bases Comiciales contenidas en el documento mencionado están en proceso de revisión pero son una buena aproximación de referencia a nuestra propuesta de unas bases comiciales incluyentes de todos los sectores de la vida nacional, con representación proporcional, incluyendo el lapso para desarrollar todo el proceso y la vigencia propuesta de la Asamblea Nacional Constituyente Originaria, dejando abierta la posibilidad de que esta sea convocada el día que el pueblo así lo decida.

Como se verá, la propuesta de ANCO a los venezolanos no es de ninguna manera improvisada y ha sido sometida a la consideración de importantes constitucionalistas que han hecho sus oportunas sugerencias en el transcurso de los años, siempre dejando un marco de actuación para las decisiones que finalmente tomaran los representantes del pueblo en esa Asamblea Nacional Constituyente Originaria propuesta.

Un cuestionario como el mencionado al comienzo de esta nota, a pesar de incluir preguntas que son plenamente pertinentes, no refleja la verdadera trascendencia del porqué y cómo debe ser realizado este proceso tan importante para el país. Y como proponente y en cierta medida organizador de esta “iniciativa política y constitucional” para Venezuela, y persona aludida, creí necesario e importante colocar las mismas preguntas pero en su debido contexto, para que la propuesta sea evaluada por los venezolanos en su exacta dimensión para el futuro del país. De otra forma será desestimada -como tantas veces lo ha sido- perdiéndose una vez más en el montón de propuestas políticas con las que se ha engañado lamentablemente al pueblo venezolano.

Caracas, 30 de Marzo de 2022

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