Por Luis Manuel Aguana
Cualquier venezolano avispado debería estar preguntándose por qué fue a parar la eterna discusión del diálogo régimen-oposición entregada a Francia. ¿Por qué ahora y no antes los europeos se encuentran muy interesados en que Maduro y su régimen de delincuentes encuentren acuerdos con la oposición? Y lo primero que me viene a la mente es que cuando algo muerto tarda tanto en ser enterrado, se descompone y la peste se hace tan inaguantable que todos tienen que intervenir, comenzando por el vecino. Veremos por qué digo esto.
Los EEUU ya jugaron todo lo que había que jugar de manera directa, incluyendo dejar colgado en la pared al presidente reconocido, Juan Guaidó, para lograr imponer que ambos bandos (o podríamos más bien llamarles bandas) se reunieran para llegar a acuerdos para destrancar la posibilidad de un acuerdo con miras a mejorar el suministro petrolero que salga de una Venezuela en crisis política, para apaciguar la que vive el mundo, y en especial Europa, a causa de la guerra en Ucrania. EEUU ha hecho concesiones importantes sin contraprestación alguna a la banda criminal del régimen sin resultados concretos. En ese punto decidieron cambiar la estrategia.
Lo primero que decidieron fue no aparecer más negociando con criminales públicamente de una manera directa, y menos aún en contradicción con decisiones previamente tomadas de respaldar al interinato. De allí que comenzaran a jugar billar político, intentando mover indirectamente la bola terca del régimen a través de otras a las que también puede dolerles el hecho de que la situación venezolana siga estancada.
Y eso lo harían a través de países interesados en el problema venezolano, como el caso de Colombia y posteriormente de Francia, como veremos. Y los resultados se comenzaron a notar con la primera visita del Presidente de Colombia, Gustavo Petro, a Venezuela, en la Declaración Conjunta firmada el 1ro. de noviembre de 2022.
De pronto aparece de último en esa declaración un punto descolgado y absolutamente político y doméstico de Venezuela, que no tenía nada que ver con los anteriores netamente de reanudación de relaciones comerciales bilaterales, donde Petro muestra su “interés” en que exista un acuerdo entre Maduro y su oposición: “10. El presidente Gustavo Petro augura el mayor de los éxitos en la reanudación de la mesa de diálogo entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la oposición Venezolana y para lo cual estamos a su disposición” (ver Conozca los 11 puntos de la declaración conjunta firmada por Maduro y Petro, en https://finanzasdigital.com/2022/11/conozca-los-11-puntos-de-la-declaracion-conjunta-firmada-por-maduro-y-petro/).
¿Qué puede significar eso? ¿Por qué el socio más importante –hasta ahora- de los EEUU en Latinoamérica presiona diplomáticamente por una solución al problema venezolano? ¿Lo hace gratis? La historia con nuestros hermanos colombianos nos ha demostrado que eso tiene su costo. Los norteamericanos solicitan ese “favor” a los colombianos a cambio de quien sabe cuál expediente, y ellos presionan a Maduro para regresar a las negociaciones de México por un lado donde les duele: las relaciones comerciales bilaterales.
Por otro lado, los EEUU en otro golpe de billar indirecto, deciden que sean los mismos países europeos los que se mojen el rabo si desean comer cachama, como dicen en Guayana. Si quieren petróleo para no pasar frío en un tenebroso invierno, cortesía de Putin, que se lo saquen directamente a Maduro. Ellos no harán más nada por eso, ya hicieron su parte con Chevron y solo se está a la espera de esas negociaciones comiencen en México para levantar las sanciones pendientes y autorizar a la petrolera norteamericana a que comiencen su contrato de mantenimiento con el régimen criminal de Nicolás Maduro Moros.
Sin embargo, el conductor de la política de la Unión Europea con Latinoamérica es España, pero al parecer eso está comenzando a cambiar. De acuerdo a fuentes en Europa “Pedro Sánchez no quiere saber nada de Maduro porque no quiere que le vean en España como un radical que está en manos de Podemos”…”España parece haber quedado fuera de juego en el escenario latinoamericano justo cuando la izquierda recupera el poder en los principales países de la región. De momento, Francia ha tomado la iniciativa y el próximo 11 de noviembre hay agendada una reunión privada de negociadores venezolanos dentro de la Conferencia por la Paz de París, en un nuevo intento por reactivar el diálogo organizado por México y facilitado por Noruega” (ver Macron aprovecha “la dejadez” de Sánchez en América Latina para situar a Francia como mediador en la Venezuela de Maduro, en https://www.larazon.es/internacional/20221108/auaid4b4n5gpdgiyk2zqqjgbkq.html).
¿Por qué
digo que los EEUU están detrás de todo este ajedrez (o billar?) político,
primero con Colombia y luego con la Unión Europea a través de Francia? Porque
es el único país con la suficiente influencia política en el mundo occidental
para hacer cambiar la ecuación geopolítica que implica que el régimen se mueva
a favor de sus intereses, sin contar con que estas cosas no pasan solas. “En París, además, se verán las caras el
presidente de Colombia, Gustavo Petro, y los mandatarios de
México, Andrés Manuel López Obrador; Chile, Gabriel Boric, y
Argentina, Alberto Fernández bajo los auspicios de Macron” indica
la nota del portal internacional. Y con todos esos Presidentes se encontrarán
los enviados de Maduro y su oposición que no representan a nadie en Venezuela.
Y no es
porque el gobierno de los EEUU “desconozca” otra alternativa para Venezuela.
Ocurre porque una acción política de quienes dicen representarnos, con años de
pagos de “lobbys” en el país del norte, mueven las palancas de decisión hacia
una sola manera de enfrentar a los criminales que usurpan el poder en
Venezuela: unas elecciones legitimadoras del régimen.
ANCO ha
presentado formalmente desde hace meses al gobierno norteamericano, a través de
sus canales diplomáticos, una solución incluyente, explicando que ese rumbo
equivocado perjudicará a la larga los intereses de ellos mismos en la región,
sugiriendo apoyar que el pueblo venezolano se exprese de manera directa a
través del mecanismo Constituyente, establecido en la Constitución, con el
arbitraje electoral de la Comunidad Internacional. En otras palabras, que
sea el pueblo el que decida el futuro de Venezuela, no unos
políticos sin representación y con muchos intereses. Sin embargo, la vía
escogida oficialmente por los EEUU, con sus asociados internacionales, va rumbo
a atornillar a Maduro, con una oposición inservible, y eso será lamentable para
todos.
Las elecciones en el 2023 o el 2024 –para el caso es lo mismo- se terminarán haciendo solo si los venezolanos lo permitimos. Cada parte de esa puesta en escena tendrá su interés satisfecho: Maduro se quedará en el poder legítimamente con unas elecciones, al controlar el aparato electoral, la oposición se conformara con las migajas y el dinero que les den desde el régimen, los países de la Comunidad Internacional, incluyendo los EEUU, se quitaran una molestia de encima al negociar sin trabas con un solo interlocutor todo lo que necesiten de Venezuela, así sea con un criminal (ya lo han hecho antes muchas veces). Y los ÚNICOS pendejos y perdedores seremos el resto de los venezolanos. Y aquí cabe bien la frase “Venezuela no es Cuba”, porque en Venezuela hay más para repartirse entre todos ellos por más de 60 años…
Y mis siguientes preguntas son estas: ¿Se los vamos a permitir? ¿Seguiremos como corderos listos para un matadero electoral macabro, cortesía de la situación geopolítica del mundo? ¿Seguiremos creyendo los cuentos de camino de los delincuentes políticos de la oposición oficial, en su juego de primarias, para ir felices a ese matadero? ¡Démosle la espalda a ese juego de billar criminal! Los venezolanos tenemos la última palabra…
Caracas, 11 de Noviembre de 2022
Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana