viernes, 11 de noviembre de 2022

Un juego de billar contra Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

English versión

Cualquier venezolano avispado debería estar preguntándose por qué fue a parar la eterna discusión del diálogo régimen-oposición entregada a Francia. ¿Por qué ahora y no antes los europeos se encuentran muy interesados en que Maduro y su régimen de delincuentes encuentren acuerdos con la oposición? Y lo primero que me viene a la mente es que cuando algo muerto tarda tanto en ser enterrado, se descompone y la peste se hace tan inaguantable que todos tienen que intervenir, comenzando por el vecino. Veremos por qué digo esto.

Los EEUU ya jugaron todo lo que había que jugar de manera directa, incluyendo dejar colgado en la pared al  presidente reconocido, Juan Guaidó, para lograr imponer que ambos bandos (o podríamos más bien llamarles bandas) se reunieran para llegar a acuerdos para destrancar la posibilidad de un acuerdo con miras a mejorar el suministro petrolero que salga de una Venezuela en crisis política, para apaciguar la que vive el mundo, y en especial Europa, a causa de la guerra en Ucrania. EEUU ha hecho concesiones importantes sin contraprestación alguna a la banda criminal del régimen sin resultados concretos. En ese punto decidieron cambiar la estrategia.

Lo primero que decidieron fue no aparecer más negociando con criminales públicamente de una manera directa, y menos aún en contradicción con decisiones previamente tomadas de respaldar al interinato. De allí que comenzaran a jugar billar político, intentando mover indirectamente la bola terca del régimen a través de otras a las que también puede dolerles el hecho de que la situación venezolana siga estancada.

Y eso lo harían a través de países interesados en el problema venezolano, como el caso de Colombia y posteriormente de Francia, como veremos. Y los resultados se comenzaron a notar con la primera visita del Presidente de Colombia, Gustavo Petro, a Venezuela, en la Declaración Conjunta firmada el 1ro. de noviembre de 2022.

De pronto aparece de último en esa declaración un punto descolgado y absolutamente político y doméstico de Venezuela, que no tenía nada que ver con los anteriores netamente de reanudación de relaciones comerciales bilaterales, donde Petro muestra su “interés” en que exista un acuerdo entre Maduro y su oposición: “10. El presidente Gustavo Petro augura el mayor de los éxitos en la reanudación de la mesa de diálogo entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la oposición Venezolana y para lo cual estamos a su disposición” (ver Conozca los 11 puntos de la declaración conjunta firmada por Maduro y Petro, en  https://finanzasdigital.com/2022/11/conozca-los-11-puntos-de-la-declaracion-conjunta-firmada-por-maduro-y-petro/).

¿Qué puede significar eso? ¿Por qué el socio más importante –hasta ahora- de los EEUU en Latinoamérica presiona diplomáticamente por una solución al problema venezolano? ¿Lo hace gratis? La historia con nuestros hermanos colombianos nos ha demostrado que eso tiene su costo. Los norteamericanos solicitan ese “favor” a los colombianos a cambio de quien sabe cuál expediente, y ellos presionan a Maduro para regresar a las negociaciones de México por un lado donde les duele: las relaciones comerciales bilaterales.

Por otro lado, los EEUU en otro golpe de billar indirecto, deciden que sean los mismos países europeos los que se mojen el rabo si desean comer cachama, como dicen en Guayana. Si quieren petróleo para no pasar frío en un tenebroso invierno, cortesía de Putin, que se lo saquen directamente a Maduro. Ellos no harán más nada por eso, ya hicieron su parte con Chevron y solo se está a la espera de esas negociaciones comiencen en México para levantar las sanciones pendientes y autorizar a la petrolera norteamericana a que comiencen su contrato de mantenimiento con el régimen criminal de Nicolás Maduro Moros.

Sin embargo, el conductor de la política de la Unión Europea con Latinoamérica es España, pero al parecer eso está comenzando a cambiar. De acuerdo a fuentes en Europa “Pedro Sánchez no quiere saber nada de Maduro porque no quiere que le vean en España como un radical que está en manos de Podemos”…”España parece haber quedado fuera de juego en el escenario latinoamericano justo cuando la izquierda recupera el poder en los principales países de la región. De momento, Francia ha tomado la iniciativa y el próximo 11 de noviembre hay agendada una reunión privada de negociadores venezolanos dentro de la Conferencia por la Paz de París, en un nuevo intento por reactivar el diálogo organizado por México y facilitado por Noruega” (ver Macron aprovecha “la dejadez” de Sánchez en América Latina para situar a Francia como mediador en la Venezuela de Maduro, en https://www.larazon.es/internacional/20221108/auaid4b4n5gpdgiyk2zqqjgbkq.html).

¿Por qué digo que los EEUU están detrás de todo este ajedrez (o billar?) político, primero con Colombia y luego con la Unión Europea a través de Francia? Porque es el único país con la suficiente influencia política en el mundo occidental para hacer cambiar la ecuación geopolítica que implica que el régimen se mueva a favor de sus intereses, sin contar con que estas cosas no pasan solas. “En París, además, se verán las caras el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y los mandatarios de México, Andrés Manuel López Obrador; Chile, Gabriel Boric, y Argentina, Alberto Fernández bajo los auspicios de Macron” indica la nota del portal internacional. Y con todos esos Presidentes se encontrarán los enviados de Maduro y su oposición que no representan a nadie en Venezuela.

 

Y no es porque el gobierno de los EEUU “desconozca” otra alternativa para Venezuela. Ocurre porque una acción política de quienes dicen representarnos, con años de pagos de “lobbys” en el país del norte, mueven las palancas de decisión hacia una sola manera de enfrentar a los criminales que usurpan el poder en Venezuela: unas elecciones legitimadoras del régimen.

 

ANCO ha presentado formalmente desde hace meses al gobierno norteamericano, a través de sus canales diplomáticos, una solución incluyente, explicando que ese rumbo equivocado perjudicará a la larga los intereses de ellos mismos en la región, sugiriendo apoyar que el pueblo venezolano se exprese de manera directa a través del mecanismo Constituyente, establecido en la Constitución, con el arbitraje electoral de la Comunidad Internacional. En otras palabras, que sea el pueblo el que decida el futuro de Venezuela, no unos políticos sin representación y con muchos intereses. Sin embargo, la vía escogida oficialmente por los EEUU, con sus asociados internacionales, va rumbo a atornillar a Maduro, con una oposición inservible, y eso será lamentable para todos.

 

Las elecciones en el 2023 o el 2024 –para el caso es lo mismo- se terminarán haciendo solo si los venezolanos lo permitimos. Cada parte de esa puesta en escena tendrá su interés satisfecho: Maduro se quedará en el poder legítimamente con unas elecciones, al controlar el aparato electoral, la oposición se conformara con las migajas y el dinero que les den desde el régimen, los países de la Comunidad Internacional, incluyendo los EEUU, se quitaran una molestia de encima al negociar sin trabas con un solo interlocutor todo lo que necesiten de Venezuela, así sea con un criminal (ya lo han hecho antes muchas veces). Y los ÚNICOS pendejos y perdedores seremos el resto de los venezolanos. Y aquí cabe bien la frase “Venezuela no es Cuba”, porque en Venezuela hay más para repartirse entre todos ellos por más de 60 años…

Y mis siguientes preguntas son estas: ¿Se los vamos a permitir? ¿Seguiremos como corderos listos para un matadero electoral macabro, cortesía de la situación geopolítica del mundo? ¿Seguiremos creyendo los cuentos de camino de los delincuentes políticos de la oposición oficial, en su juego de primarias, para ir felices a ese matadero? ¡Démosle la espalda a ese juego de billar criminal! Los venezolanos tenemos la última palabra…

Caracas, 11 de Noviembre de 2022

Blog: https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

martes, 8 de noviembre de 2022

Brasil, crónica de un fraude anunciado

Por Luis Manuel Aguana

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En algunas ocasiones me han preguntado acerca del porqué escribo “en contra” de los procesos electorales automatizados, dada mi formación en el área de tecnología de la información. Y la respuesta que siempre doy es porque precisamente conozco lo que puede hacer la tecnología para violar los derechos humanos de las personas, en especial el derecho a elegir y ser elegido.

Pues bien, no estoy en contra de que la tecnología de la información sea una herramienta para agilizar los procesos, en especial los electorales, sino de que se hayan erigido como sustitutos de lo que puede el mismo ser humano verificar con sus propios sentidos. Me refiero específicamente al voto.

Si usted acude en unas elecciones a depositar su voto en una caja negra, llamada “urna electrónica”, que no le entrega ningún comprobante que pueda ser verificado por usted mismo al ser emitido, dándole prueba fehaciente de su selección, y que pueda ser auditado posteriormente por testigos de carne y hueso de todas las partes, queda entre usted y esa caja negra cuál fue la selección final de su voto. De esta manera, “el sistema” podría cambiar electrónicamente su voluntad en cualquier fase del proceso automatizado, ya bien sea en la propia máquina o “urna electrónica”, o en las computadoras del centro de totalización, o peor aún, en cualquier lugar intermedio escondido en las redes entre la caja negra de votación y el centro de totalización. Y usted ni nadie podrá hacer nada para negar o afirmar ese resultado.

Algunos dirán que existen sistemas de auditoría en todas las fases del proceso automatizado, pero también existen igualmente maneras técnicas de evadirlos, para que se desaparezcan sin dejar ningún rastro las pruebas de alguna modificación posterior de los datos y los sistemas. Es por esa razón que debe existir el comprobante físico que el elector haya verificado con sus sentidos y entregue con su selección a un depósito o urna, para que pueda ser contabilizado al final del proceso de elección en la mesa de votación. Eso es como irse de un comercio sin un comprobante o factura física de su compra, y con la cual pueda usted devolverse para reclamar.

De esta manera podríamos hacer un escrutinio, que solo pueden hacer las personas, de todos los comprobantes y compararlos con los resultados que arroja la llamada “urna electrónica”. Ese sería el llamado Escrutinio Manual, a diferencia del Escrutinio Automatizado, que es el que realiza una máquina sin comprobantes. Este fue uno de los fundamentos principales de la histórica sentencia de la Corte Constitucional de Alemania que anuló el voto electrónico en ese país (ver Corte Constitucional Alemana, Sentencia 2 BVC 3/07 - 2 BVC 4/07 – Inconstitucionalidad del E-Vote, en https://tinyurl.com/2st6t7mc).

Haber hecho ese Escrutinio Manual en TODAS las mesas, sin desmedro del número de ellas, en todas las elecciones a partir de 1998, nos hubiera ahorrado a los venezolanos la debacle política, económica y social que ahora nos aflige. De haber tenido la posibilidad de hacer ese mismo Escrutinio Manual en todas las mesas en Brasil, estoy seguro de que el resultado hubiera sido otro muy diferente al anunciado.

A pesar de la ausencia de los comprobantes de votación, se están aplicando metodologías matemáticas como las descritas en mi nota pasada, para la detección de anomalías en el proceso electoral, como la comprobación de Newcomb-Benford en grandes conjuntos de datos, que permiten detectar inconsistencias que deben ser investigadas a profundidad (ver Resultados en Brasil: la nueva incursión del voto electrónico, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/11/resultados-en-brasil-la-nueva-incursion.html).

Además de eso, están saliendo a la luz otros estudios que detectaron anomalías en el reciente proceso electoral de Brasil, al analizar las inconsistencias estadísticas de los resultados producidos por las “urnas electrónicas”, lo que revela, a nuestro juicio, una deliberada intención de manipulación del voto.

El informe acerca de las elecciones de Brasil presentado por un grupo que se autodenomina “Brazil Was Stolen” basado en el estudio directo de datos sobre los resultados presentados a partir de las “urnas electrónicas”, y que fundamentalmente se enfoca en los totales emitidos por los modelos de las máquinas usadas en las dos vueltas de las elecciones de Brasil 2022, se configura como una prueba de una manipulación como la ocurrida en todas las elecciones venezolanas a partir de 2004 (ver Estas son las “anomalías” electorales que impulsaron las protestas en Brasil, en https://panampost.com/oriana-rivas/2022/11/04/anomalias-en-las-elecciones-brasil/).

De acuerdo a ese estudio, basado en los resultados abiertos publicados por el Tribunal Electoral de Brasil (TSE), las máquinas previas a los modelos del año 2020 (2009, 2010, 2011, 2013 y 2015), que se ubicaron en poblaciones con 50.000 o menos electores, presentan diferencias en los resultados de la elección para presidente de Brasil, según el modelo de las urnas, en una misma región, con la misma población y características demográficas y geográficas. Se detectaron existencia de al menos dos códigos fuentes en las máquinas. El estudio indica que las “urnas electrónicas” previas al 2020 no fueron auditadas (ver video completo de la presentación al mundo en español y portugués a cargo del vocero del grupo Brazil Was Stolen, Fernando Cerimedo, en https://tinyurl.com/29nvh285).  

En la nota de PanamPost se destaca que: “1) En las ciudades con menos de 50.000 electores, las máquinas que datan del año 2020 marcan una diferencia de 10 puntos entre ambos candidatos (44,97 % a favor de Bolsonaro vs. 55,03 % para Lula da Silva). En comparación, en las máquinas no auditadas (previas a 2020) hay 15 puntos de diferencia (42,68 % vs. 57,32 %); 2) En la región nordeste, zona con la «principal diferencia», las máquinas de 2020 marcan 37,08 % a favor de Bolsonaro vs. 62,92 % para Lula da Silva. En las máquinas de años anteriores y no auditadas, Bolsonaro solo obtuvo 25,39 % frente a 74,61 % de Lula. Es decir, 11,7 puntos de diferencia en la misma región entre máquinas auditadas y no auditadas; 3) También en la región nordeste, excluyendo las capitales de esos estados, se registró el mismo comportamiento, pero con 8,7 puntos porcentuales de diferencia”.

Destaca el Informe de "Brazil Was Stolen": “En el caso de las ciudades con menos de 50.000 electores pueden ver la dispersión del voto mucho más normal en las maquinas que son del 2020, con una diferencia de Lula a favor de 10 puntos, en las ciudades de menos de 50.000 electores. Pero en las máquinas que no fueron auditadas, hay 15 puntos de diferencia. Vuelvo a lo mismo, ciudades de 50.000 personas, ciudades pequeñas no pueden tener tanta diferencia. Entran en un centro de votación familiares, amigos, vecinos, hay 7 maquinas o 5 maquinas modelo viejo y 3 o 4 maquinas del modelo 2020, y el comportamiento de la decisión popular del voto es diferente. Esa variable no es posible…” (ver video del informe, min 40:20). Este informe es consistente con las desviaciones producidas por los estudios que aplicaron la metodología matemática de Newcomb-Benford, en especial en la zona nordeste de Brasil.

Sin embargo, el informe de auditoría finaliza con lo siguiente: “Esto que vieron no es una determinación de que hay fraude, ni una decisión. Esto es información, que sin duda pone en duda el resultado del domingo pasado, donde una máquina se convirtió en una variable de decisión. En ninguna parte del mundo existe que una máquina determina la voluntad popular. No existe. No hay posibilidades de que tú vayas a votar y votes en una máquina si la maquina no está manipulada. Puede ser que Lula no conozca de esto, que su campaña tampoco lo sepa, y que sea un error de los modelos de votación, pero ustedes merecen saber la verdad en Brasil. La región y el mundo merecen saber si Lula es un presidente legítimo o no. Si la voluntad popular principal fuente de la democracia, realmente es tal. Tenemos que saber y tenemos que conocer la verdad…” (ver video del informe, min 1:14:08).

Esta aseveración ingenua de estos técnicos calificados del grupo “Brazil Was Stolen”, excelentes en matemáticas y estadísticas, pero muy deficientes en política, al indicar que “no es una determinación de que hay fraude”, es imposible de sostener. No existe manera que ese conjunto de máquinas hayan sido colocadas en las ciudades y centros correctos al azar. De la misma manera que la prueba de Newcomb-Benford arroje los resultados que presenta sin que se hayan manipulado las cifras de una manera deliberada, como en el caso de Enron. El desconocimiento de las denuncias de fraude técnico realizadas en Venezuela al indicar que “En ninguna parte del mundo existe que una máquina determina la voluntad popular”, lamentablemente no fue de ayuda para prever las consecuencias del uso de un sistema automatizado sin garantías.

Este informe confirma la existencia de la crónica un fraude masivo anunciado en las elecciones de Brasil en las dos vueltas, y solamente por no poseer un sistema capaz de garantizar un escrutinio manual. Y el único responsable de este fraude es el ex convicto Lula Da Silva, quien definitivamente no es legítimo al haberse robado unas elecciones, como lo ha hecho el régimen castro-chavista-madurista desde el año 2004 en Venezuela.

Esperamos que el gobierno legítimo del Presidente Jair Bolsonaro marque un hito histórico al desconocer ese triunfo fraudulento realizado a través de mecanismos electrónicos, e impulse a la brevedad posible una reforma a fondo del sistema electoral en Brasil. El desconocimiento de los sistemas automatizados sin la debida garantía de transparencia por parte de un país como Brasil, sería el primer paso para el rescate del resto de los sistemas electorales de Latinoamérica. Los venezolanos se lo agradeceremos.

Caracas, 8 de Noviembre de 2022

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