sábado, 18 de febrero de 2023

Las llaves de la embajada

Por Luis Manuel Aguana

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No me cansaré de insistir que en política no existen ingenuidades. Por supuesto, es imposible negar que exista allí mucha ignorancia de las cosas y por esa razón se tomen decisiones que terminan afectando a quienes las toman, precisamente por ignorantes. Y no es que esto sea dicho con carácter peyorativo. Mi padre, educador insigne, decía al respecto de ese tema, que ignorante es el que ignora, y de allí que sea necesario educarlo, aunque la tarea de educar ignorantes sea muy dura. O como decía Benjamín Franklin: “Ser ignorante no es una gran vergüenza, pero no estar dispuesto a aprender si lo es”. Y los políticos han demostrado hasta la saciedad ser unos desvergonzados…

Es el caso de las primeras consecuencias que estamos observando los venezolanos, al perder la sede y la representación diplomática de Venezuela en los EEUU con la decisión de eliminar el interinato y desaparecer la figura de la Presidencia Encargada en la Ley de Reforma del Estatuto que rige la Transición, que es el nombre del adefesio legal que aprobó la Asamblea Nacional de 2015, el pasado 30 de diciembre de 2022. Dudo mucho que los autores de semejante acción lo hayan hecho por ignorancia de la Convención de Viena, o cualquier otra reacción de desconocimiento que ahora esgrima el Departamento de Estado de los EEUU (ver El Departamento de Estado asume las sedes diplomáticas de Venezuela en EEUU, en https://www.turimiquire.net/2023/02/10/el-departamento-de-estado-asume-las-sedes-diplomaticas-de-venezuela-en-los-estados-unidos/).

Fueron múltiples notorias y comunicacionales las oportunidades en que las delegaciones opositoras se reunieron con James Story, Embajador de los EEUU para Venezuela, con sede en Bogotá, Colombia, antes de diciembre de 2022, al punto que muchos consideraron que el jefe de la oposición política de Venezuela era el Embajador Story. Es por eso que dudo mucho que esa intención no haya sido ventilada, con la consiguiente respuesta acerca de sus consecuencias de parte de los funcionarios norteamericanos, por lo que difícilmente el llamado grupo G3 no estaría en desconocimiento de lo que sucedería si desaparecían la Presidencia Encargada.

Pero aun así lo hicieron, colocando deliberadamente las relaciones con los EEUU en suspenso hasta que ocurran las elecciones de 2024 o antes cuando el régimen así lo decida. Los EEUU cerraron la Embajada de Venezuela en Washington y se quedaron con las llaves para entregárselas al nuevo gobierno que ellos consideren legítimo en nuestro país. Y ese nuevo gobierno deberá salir de esas elecciones.

Ciertamente, la Presidencia Encargada era un obstáculo para quienes, dentro de la erróneamente llamada oposición venezolana, están haciendo el trabajo de ayudar a la permanencia de Nicolás Maduro Moros en el poder. Lo lamentable de esta situación es que ese paso demostró allanarle es camino al régimen en su pretensión de ser considerado legítimo a los ojos de la Comunidad Internacional.

Viéndolo de esa manera un acto que ahora ha sido tomado por la colectividad como impulsivo, ingenuo o hasta ignorante por las consecuencias que tuvo, tiene ahora toda la apariencia de ser deliberado y a conciencia.

Esa fue la tarea que el régimen le impuso a la oposición oficial en ese “diálogo” de México: acabar con el interinato e impulsar la vía electoral a través de las primarias opositoras, ya que ese paso catalizaría la existencia de un “gobierno legítimo” que los EEUU puedan reconocer a partir de esas elecciones. Incluso si son antes mejor, como ya lo han venido anunciando prominentes voceros del régimen como Diosdado Cabello Rondón.

El siguiente paso ya lo está dando la Comisión de Primarias, al iniciar los acercamientos formales con el Consejo Nacional Electoral, CNE. Esto eliminaría la participación de precandidatos incómodos y que están pidiendo algo que no les van a dar: elecciones primarias libres, manuales y transparentes, con la plena participación de los venezolanos de la diáspora.

Pero el régimen y sus asociados mantendrán cerca a esos candidatos incómodos hasta donde sea posible, enviándoles el caramelo de encuestas donde salen ganadores. Eso los mantendrá entretenidos y en confianza, así como a la población, que vería con agrado aquello de que van adelante “ni los unos ni los otros”, en una estrategia donde luciría ganadora una opción donde más del 80% de los venezolanos se inscribe. Pero esto durará hasta cuando esa Comisión de Primarias anuncie su decisión mayoritaria de utilizar el CNE para contar los votos opositores, como efectivamente lo desea la mayoría de sus factores principales, y algunos lo han manifestado públicamente.

¿De qué se trata finalmente todo esto? De quien se queda finalmente con las llaves de la embajada en los EEUU y el reconocimiento de la Comunidad Internacional. Y la oposición oficial se lo está poniendo al régimen en bandeja de plata deliberadamente. Los que creen que pueden ganar esa elección primaria con una Comisión de Primarias que nadie sabe de dónde salió, bajo qué criterios fue designada y a que intereses responde, están viviendo una suerte de Sueño de una Noche de Verano. Lo que sí está muy claro para todos es que quien salga designado como candidato “ganador” de esas primarias para medirse con quien ponga el régimen, será el que aceptará mansamente los resultados que decida el CNE controlado por Maduro. Esa es la situación que está planteada en Venezuela.

Y ustedes me dirán, “pero tú lo que quieres es que nos coma el tigre” como decía la vieja guaracha. Pareciera que el destino de Venezuela ya está determinado, y que es como un tren que va a toda marcha montado en un riel que apunta hacia un barranco.  Que el régimen tiene todos los números de la rifa del poder. Pues bien, hasta ahora es así.

¿Y cómo hacemos para descarrilar ese tren? La Comunidad Internacional insiste tercamente en que nos midamos electoralmente con quien controla la máquina de contar votos, y el que la tiene se está asegurando que el resultado le favorezca, incluyendo quien será su oponente, porque tiene el dinero y el poder para hacerlo.

Mientras tanto Maduro cancela el diálogo, donde supuestamente la oposición oficial discutiría “las condiciones” para unas elecciones “libres, justas y verificables”, indicando que no hay garantías para seguir en el diálogo (ver Nicolás Maduro anunció que no vuelve a la mesa de diálogo en México, en https://www.costadelsolfm.org/2023/02/16/nicolas-maduro-anuncio-que-no-vuelve-a-la-mesa-de-dialogo-en-mexico/).

El régimen nunca tuvo intenciones de concluir ese diálogo, pero si convocará a unas elecciones, pero bajos sus propios términos y en el momento que quiera. Eso es lo que se ve en el horizonte político. Si los venezolanos estamos dispuestos a entregar las llaves de la embajada de los EEUU al régimen en el 2024, y con ellas el reconocimiento que está buscando desesperadamente, sigamos pensando como la oposición oficial que el camino de las primarias es la salida. De lo contrario tenemos tiempo para pensar desde ahora cómo se hace para descarrilar un tren…

Caracas, 18 de Febrero de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

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jueves, 9 de febrero de 2023

¿Interinato o representación legítima?

Por Luis Manuel Aguana

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El Recurso de Amparo introducido por la representación de la Asamblea Nacional de los Trabajadores de Venezuela, ante el Tribunal Supremo de Justicia que opera en el exilio, solicitando la NULIDAD del inconstitucional Acto Legislativo de la Asamblea Nacional (de 2015) que sanciona y promulga la Ley de Reforma del Estatuto de la Transición a la Democracia para Restablecer la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (ver Nuevo Herald, Piden a máxima corte venezolana anular desmantelamiento de presidencia interina, en https://www.elnuevoherald.com/noticias/america-latina/venezuela-es/article272217213.html), aterriza judicialmente lo que muchos ya hemos expuesto informalmente a través de las redes sociales: la inconstitucionalidad de la Ley del Estatuto para la Transición.

En efecto, no es precisamente de ahora que se introdujo ese Amparo, que esa Ley es inconstitucional, sino desde el mismo año 2019, cuando ese instrumento le dio soporte operativo a la llamada Presidencia Encargada, institución que si fue constitucionalmente establecida a raíz de la falta absoluta del Presidente de la República –Artículo 233 Constitucional- a consecuencia del fraude perpetrado por Nicolás Maduro Moros con sus elecciones anticipadas en mayo de 2018 (ver texto completo del Recurso de Amparo de la Asamblea Nacional de Trabajadores, 01-02-2023, en https://tinyurl.com/4j5h3zuw).

Sin embargo, el disparador del Amparo de los trabajadores, no fue precisamente la inconstitucionalidad de la Ley del Estatuto para la Transición, que efectivamente ya lo era desde 2019, sino la desaparición en la última reforma de la ley, ocurrida el 30 de diciembre de 2022, de la figura de la Presidencia Encargada que nació por disposición constitucional el mismo día en que debía aparecer un Presidente de la República legítimamente electo para encargarse de la Primera Magistratura del país.

En el año 2019, la Asamblea Nacional de 2015, desde el primer momento, cuando el Diputado Juan Guaidó Márquez asumió la Presidencia de la República por mandato constitucional establecido en el Artículo 233, al permanecer en su cargo como Presidente de la Asamblea Nacional, ya violentaba la separación de poderes, por lo que no era nada que ya no supiéramos los venezolanos.

Lo novedoso de este acto es que los venezolanos asumimos erróneamente que esa Ley del Estatuto para la Transición le daba vida a la Presidencia Encargada, cuando no era así. Los partidos políticos mayoritarios de la Asamblea Nacional nunca tuvieron la intención de juramentar como Presidente de la República a Juan Guaidó Márquez –y de hecho no lo hicieron- porque su intención clara era controlar las atribuciones del Poder Ejecutivo y así lo hicieron de manera descarada, y el diputado Juan Guaidó Márquez lo permitió abiertamente durante tres años, generándose en la práctica ese gobierno parlamentario inconstitucional al que alude el Recurso de Amparo de los trabajadores, porque para este momento ya Guaidó era realmente un estorbo al haberse separado su partido de la coalición parlamentaria.

Lo escandaloso de esa reforma es que se pretende convencer a los venezolanos que se puede lograr la recuperación del Estado de Derecho y el restablecimiento constitucional en Venezuela montados sobre un adefesio inconstitucional. Y la atrocidad más relevante que cometieron fue eliminar la figura de la Presidencia Encargada, que no fue creada por la Ley del Estatuto para la Transición en el año 2019, sino por la propia Constitución de 1999.

Por encima de las opiniones de expertos abogados constitucionalistas, algunos de ellos citados en ese Recurso de Amparo, los diputados aprobaron la reforma a “troche y moche” como decimos en Venezuela, con la excusa de mantener el control de los activos en el exterior y la “ineficiencia” de Juan Guaidó Márquez de lograr el cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros, cuando fueron ellos mismos los que decidieron todas las acciones de esa Presidencia Encargada, manejada cual marioneta de circo. No era de extrañar entonces un estrepitoso fracaso.

Aun cuando podamos acordar la procedencia de ese Recurso de Amparo en la restitución de la figura de la Presidencia Encargada atropellada por esa reforma de la ya inconstitucional Ley del Estatuto para la Transición, no podemos dejar de lado que el interés final de los venezolanos NO ES tener una Presidencia Encargada, sino un Presidente Legítimo y Constitucional en funciones. Eso fue lo que nos quitó a los venezolanos el régimen en mayo de 2018, y Juan Guaidó Márquez en la Presidencia Encargada debía ser el responsable de la restitución de ese orden atropellado.

Es por eso que existía la Presidencia Encargada, pero los partidos, en lugar de darle las atribuciones que constitucionalmente le correspondían al Poder Ejecutivo, secuestraron sus funciones en el Legislativo, a través de esa funesta Ley del Estatuto para la Transición, para medrar de los pocos recursos que la Comunidad Internacional, con EEUU a la cabeza, le proporcionaron para su operación, y así financiar lo poco legítimo que quedaba en Venezuela. Y se quedaron en eso, demostrando una falta de grandeza y amor por este país.

Ante tamaña distorsión de valores, moral, ética y objetivos, los venezolanos estamos sufriendo las peores consecuencias, porque esta acción (o inacción) de quienes se supone debían actuar a favor de nuestro bienestar, le han entregado el país al régimen. Y no contentos con eso, pretenden convencernos de ir a unas elecciones controladas por Nicolás Maduro Moros en el año 2024, o cuando a este le de la gana. Esto viene precedido por un caramelo anestesiante llamado “elecciones primarias” de la misma supuesta oposición, autora del descabezamiento de Juan Guaidó Márquez, la Presidencia Encargada y la inconstitucional Ley del Estatuto para la Transición y su correspondiente atorrante reforma. Póngale usted el adjetivo que quiera a quien le puedan vender eso.

Y es por esta misma razón que otro grupo de venezolanos concurrimos en octubre del año pasado al mismo Tribunal Supremo de Justicia en el exilio para solicitar el rescate de nuestro derecho a la participación política y al voto, y entre otras importantes peticiones, la NULIDAD del Memorándum de Entendimiento entre el régimen usurpador de Nicolás Maduro Moros y la llamada “Plataforma Unitaria”, firmado el 15 de agosto de 2021 (ver Nota de Prensa y Recurso de Amparo en Solicitan NULIDAD del Memorándum de Entendimiento entre la oposición y el gobierno de Maduro, ante el TSJ en el exilio, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/10/solicitan-nulidad-del-memorandum-de.html y texto del Amparo en https://tinyurl.com/yc7r276y) (ver nota Un Amparo por el rescate al Derecho a la participación Política en, https://ticsddhh.blogspot.com/2022/10/un-amparo-para-el-rescate-al-derecho-la.html).

Este Recurso de Amparo previo, aun pendiente de decisión por el Alto Tribunal en el exilio, como consecuencia de lo anterior, solicita que se designe un ente electoral Ad-Hoc, que ofrezca “confianza a los venezolanos”, y “… asuma la competencia reglamentaria para la organización de las elecciones o consultas pertinentes a los venezolanos, sin la interferencia y/o la mediatización de los actuales factores en pugna política, pues eso fue, precisamente, lo que el Constituyente quiso evitar al establecer el derecho a la participación política…”, como reza la Nota de Prensa que anunció al mundo este nuevo intento en la larga cruzada por cambiar las cosas en nuestro país.

Si bien es cierto que los supuestos opositores reventaron la Presidencia Encargada, no menos cierto es que el fundamento de nuestra lucha no es designar a nadie que “se encargue” de ella, sino que los venezolanos podamos elegir a nuestros representantes legítimos a través de administradores igualmente legítimos, designados por un Tribunal legítimo. Y lamentablemente a todos ellos no los podremos conseguir en Venezuela mientras exista un régimen con el control del Poder Electoral, y en consecuencia, un nuevo Poder Electoral tendrá que ser designado en el exilio. Esa es la lucha que la Presidencia Encargada de Juan Guaidó Márquez no libró, ni creo que libre nadie en sustitución de él, que no seamos los que realmente somos los dolientes de un retorno de la libertad en Venezuela.

Caracas, 9 de Febrero de 2023

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