sábado, 27 de mayo de 2023

Gómez del siglo XXI

Por Luis Manuel Aguana

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Habida cuenta de los procesos políticos que se están llevando a cabo en Latinoamérica, los venezolanos caemos frecuentemente en la costumbre de buenas a primeras de compararlos con lo que está ocurriendo en nuestro país. Y a veces esas comparaciones no son posibles porque cada pueblo tiene su propia manera de afrontar los mismos problemas, y precisamente las comparaciones tienen lugar porque se refieren al problema y no a la forma que cada uno tiene de resolverlo, porque somos seres humanos, cuya respuesta como sociedad pasa por el gentilicio, las costumbres y su historia.

Los venezolanos solo podemos compararnos con nosotros mismos, y más allá que otros pueblos del continente estén pasando por una situación que eventualmente podríamos extrapolar, difícilmente la manera como lo están resolviendo no podría ser traspasada sin pasar antes por el filtro de quiénes somos y lo que hemos hecho.

Los venezolanos somos poco dados a mirar el pasado, y nos encuadramos más en aquella célebre frase del “como vaya viniendo, vamos viendo”, que encierra una respuesta diferente a cada situación, sin prestar atención a que en un pasado no tan lejano tuvimos una situación similar, y ahora no estamos aplicando nada de lo aprendido de ella, sino que fabricamos cada vez una respuesta nueva, sin pensar.

Estas breves líneas no cambiarán nuestra manera de asumir la realidad. Pero los venezolanos, como indique, solo podemos compararnos con nosotros mismos, de allí que sea interesante contemplar por un momento un período de la historia contemporánea del país que nos haga ver como en un espejo que fue lo que pasó y como las fuerzas políticas y el contexto histórico derivado de una situación muy semejante a la actual, sumado a nuestra manera de ser y de afrontar los conflictos, parió una respuesta política de la cual todavía quedan restos en la conciencia colectiva de los venezolanos.

No es la primera vez que un gobierno ha arruinado a los venezolanos de todas las formas posibles, como lo ha hecho la dupla Chávez-Maduro. El ejemplo histórico del gobierno de Cipriano Castro a principios del siglo XX es tal vez el ejemplo más cercano a nuestra realidad actual. Y cuando una enfermedad, sumada a sus propios miedos de ser eliminado por sus enemigos políticos, le cede el poder “temporalmente” a su compadre Juan Vicente Gómez, a la postre vicepresidente de la República, para ir a tratarse médicamente al exterior. Es ese el momento que aprovecha Gómez para deponerlo del poder en diciembre de 1908.

Pero la cosa no fue tan simple. Previamente, habían ocurrido eventos muy graves durante el gobierno de Castro que fueron protagonizados por la entonces Comunidad Internacional en contra de Venezuela, como lo fue el bloqueo a nuestras costas de diciembre de 1902, protagonizado por buques de Gran Bretaña y Alemania. “Como excusa, se invocaron las deudas no pagadas y los daños causados, verdaderos o supuestos, según se alegaba, a bancos y personas naturales de esas naciones” (1)(Pág. 69). Esa agresión no fue de ninguna manera espontánea, y esos barcos no llegaron a Venezuela sin el conocimiento previo del gobierno de los Estados Unidos. Hubo un año de preparación antes de ese incidente.

Efectivamente, la intención de esos países expuesta en Washington por el embajador de Alemania al Secretario de Estado, John Hay, fue doblegar a Castro a la fuerza por el cobro de deudas, y ocupar “temporalmente”, en una especie de alquiler, las aduanas de La Guaira y Puerto Cabello, si el bloqueo a las costas no era suficiente Eso fue autorizado por el gobierno de los Estados Unidos, en tanto y en cuanto no existiera ocupación del territorio venezolano por parte de esas potencias, en respeto a la Doctrina de Monroe (1)(Pág.70).

Pero las potencias se excedieron en su reclamo, entrando a la fuerza al país, y los EEUU intervinieron a favor de Venezuela, obligándolos a retirar sus naves, previa negociación por Venezuela en Washington: “El bloqueo fue suspendido luego de la firma de los “protocolos de Washington” a la medianoche del 14-15 de febrero de 1903” (1)(Pág.75).

Pero pese al retiro de los barcos, la deuda siguió allí: “El Tribunal de Arbitraje de la Haya dictaminó a favor de Alemania, Gran Bretaña e Italia en la prioridad que solicitaban para el pago de sus reclamaciones sobre los otros acreedores. Este fallo se produjo el 22 de febrero de 1904”… “No solo eran Alemania, Gran Bretaña e Italia los supuestos acreedores. A la lista se añadían Estados Unidos, Bélgica, México, Francia, Los Países Bajos, España, Suecia y Noruega que tenían diversos reclamos…”. (1)(Pág. 80-81). En esa negociación Venezuela dio en garantía los ingresos de las aduanas de la Guaira y Puerto Cabello.

A mediados de 1908 ya la situación de Castro es insostenible frente a la Comunidad Internacional: “El 13 de junio de 1908 el Secretario de Estado, Elihu Root, instruyó al Encargado de Negocios de los EEUU en Caracas, Jacob Sleeper, cerrar la legación y romper relaciones” (1)(Pág. 94). Al decir del historiador, político y periodista, Simón Alberto Consalvi, “Al dar el golpe de Estado, piensa en las grandes alianzas con naciones poderosas. Tenía muy claro que Castro se había granjeado su enemistad y, de allí en adelante, todo cambiaría en las relaciones exteriores de Venezuela con el mundo. Una demostración de júbilo mundial la dio el New York Times al registrar la noticia de la caída de Castro, al titularla así: “All civilized Nations Rejoiced”, o sea, la gran euforia universal en Europa y en Estados Unidos, únicos lugares civilizados de la tierra…” (1)(Pág. 96).

Como se puede notar, la Comunidad Internacional, no ha cambiado ni un ápice en sus decisiones de política, a pesar de los años, así como el tratamiento repleto de intereses que dan a sus amigos, que pudo utilizar Gómez a su favor, porque Castro no era ninguna garantía para el pago de deudas. Pero ¿y Venezuela? ¿Cómo se encontraba el país que dejaba Cipriano Castro y que  encontraría un individuo cuya situación única lo ponía al frente de un país destruido y endeudado? Eso nos lo cuenta Arturo Uslar Pietri:

“Indudablemente, la Venezuela que recibe Gómez el año 1908, es un país desangrado por la guerra civil, un país arruinado, un país destruido económicamente, un país profundamente dividido por el caudillismo histórico, y que en el fondo de su alma deseaba paz, deseaba sosiego, deseaba orden, deseaba disciplina, y esto es lo que Gómez instintivamente le va a dar. Le va a dar porque él es un hombre de esa condición que siente que el bien, de la disciplina, del trabajo es el primer bien, cuyo programa de gobierno es sencillamente “Unión, Paz y Trabajo”, es decir, vamos a acabar con las divisiones, vamos a poner a la gente a trabajar, vamos a mantener a la gente bajo una disciplina paternal que él iba a ejercer con una mano dura…” (ver Juan Vicente Gómez, por Arturo Uslar Pietri, en  https://youtu.be/UtoqFpj2_eI?t=622)

¿Les parece conocida esa situación? Nunca, como antes, esta tiranía de casi 24 años nos ha hecho retroceder al menos un siglo al mismo o peor lugar. Un país desangrado por una guerra civil que hemos confrontado con el régimen, con muertos, perseguidos, presos, torturados y exiliados, con un componente adicional de movilización forzada al exterior de la población civil de casi 8 millones de personas; un país arruinado, destruido y endeudado económicamente; un país profundamente dividido por sus caudillos políticos, cuyos egos y apetitos han destruido la gobernabilidad de Venezuela. Y todavía seguimos siendo a la vez el mismo país que desea con ansia, paz, sosiego, orden y disciplina. Lo que nos falta, de acuerdo a ese espejo de la historia, sería un Gómez del siglo XXI. ¿Y qué debería hacer ese supuesto personaje? Arturo Uslar Pietri lo pone en el espejo, para que los venezolanos nos reflejemos y aprendamos de la historia en esta realidad:

“Esa situación la va él a completar con dos cosas muy importantes: va a sanear la situación financiera del país, el país había vivido en quiebra financiera durante todo el siglo XIX, y el Gral. Gómez va a ser una especie de maniático de que el país no tenga deudas, de que el país no tenga problemas con las potencias extranjeras, de que el país esté al día en sus recursos, de que el país tenga reservas, y esto lo logra. Logra poner orden en las finanzas, logra acumular reservas cuantiosas para su tiempo. Y luego hace una obra también que va a destruir a los caudillos, va a acabar con los ejércitos personales de los caudillos, y va a crear un Ejército Nacional. Esta obra de la creación de un Ejército Nacional es una obra que él realiza lentamente con la ayuda de muchos hombres que entendieron esa necesidad para cambiar la situación de Venezuela…” (ver Juan Vicente Gómez, por Arturo Uslar Pietri, en  https://youtu.be/UtoqFpj2_eI?t=660). ¿Existirá entre nosotros ese maniático que desee ver al país sin deudas? No lo sé, pero se necesita.

En resumen, luce simple, pero no lo es: pagar lo que se debe fuera y unificar al país. En la época de Juan Vicente Gómez, eso último significo acabar con los ejércitos personales de los caudillos con la creación de una Fuerza Armada bajo su único mando. En la actualidad ese Gómez del siglo XXI se encontrará igualmente con frentes armados en todo el país, producto de la irresponsabilidad de este régimen, y deberá combatirlos a la fuerza que tuvo Gómez en su tiempo, hasta alcanzar la paz. Pero también tendrá que acabar con el caudillismo de los partidos, y eso solo lo logrará a través de un proyecto común de país que unifique a los venezolanos, con un solo propósito: Refundar la Nación para construirla nuevamente a través de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. De otra manera, la historia que no se aprendió se repetirá de nuevo…

Caracas, 27 de Mayo de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

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Twitter:@laguana

(1) Simón Alberto Consalvi, Juan Vicente Gómez – Biografía, Libros El Nacional, Editorial SEC, S.A. 2007

lunes, 22 de mayo de 2023

¡Sorpresa! Estamos en una tiranía

Por Luis Manuel Aguana

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En una jugada, que bien podría calificarse como una inyección de “ubicatex” a la oposición oficial, el régimen se estaría preparando desde el TSJ ilegítimo para aclararle a los venezolanos y a todo el mundo, que en Venezuela mandan ellos. De acuerdo a la primera plana del semanario La Razón del pasado fin de semana, el régimen prepara un “Zarpazo a las primarias” (ver Zarpazo a las primarias, TSJ de la dictadura prepara pronunciamiento contra reglamentos de la CNP, La Razón, del 21 al 27 de mayo de 2023, en https://larazon.net/).

Y es hasta natural. Todos los que estamos clarísimos de que en Venezuela existe una tiranía (que no una dictadura, ver Presidente Guaido, Maduro es simplemente un tirano, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/07/presidente-guaido-maduro-es-simplemente_26.html) debemos convenir que mal pudiera una Comisión Nacional de Primarias de la oposición, CNP, establecer reglas para ser acatadas dentro y fuera del país por la población opositora al régimen, en abierta contradicción con las ya establecidas por la tiranía a través de su sistema electoral, y pretender que el régimen acepte que el candidato que salga de allí se vaya a medir con ellos, así como así, en una elección presidencial. ¡Qué falta de respeto! ¡Hasta les doy la razón a esos Magistrados ilegítimos!

Y también añadiría, ¡qué falta de ubicación! Razón por la cual el gobierno se prepara para inyectarles una gran dosis de “ubicatex” y ponerlos en su sitio. Deberían adicionalmente obligarlos a todos en esa sentencia a realizar planas, escribiendo diariamente “estamos en una tiranía, estamos en una tiranía, estamos en una tiranía…”, como el castigo que los maestros les ponían a los muchachos de primaria cuando no entendían nada o estaban en la luna cuando se les explicaba algo.

La Comisión Nacional de Primarias designada por los partidos como “independiente” para seleccionar un candidato de la oposición (nótese que pongo la palabra entre comillas) se ha visto sometida a graves presiones que exigen, precisamente eso, independencia, para que no tomen decisiones que impliquen poner en peligro la identidad de los electores, haciendo partícipe al CNE en la selección del candidato opositor, rechazando el sistema automatizado del régimen a favor de un sistema de elección manual. Esta presión también es ciudadana.

Pero, por otro lado, también hay presiones a la Comisión de candidatos que sorprendentemente si quieren la intervención del CNE. Entre estos destacan aquellos que fueron en su oportunidad candidatos presidenciales y que en su momento declararon que “perdieron limpiamente” con el régimen. Y esos son precisamente los que la tiranía preferiría como contrincantes en una “elección”.

¿Cómo podría esa Comisión “independiente” tomar una posición en contra de la participación del CNE del régimen si precisamente lo que desean los partidos que la designaron es mostrar ante la ciudadanía una cara “opositora”, cuando la verdadera negocia con el régimen, sin mostrarse traidora a esa supuesta independencia? Entonces sorpresivamente la solución la da el TSJ ilegítimo, obligando al uso del CNE y sus máquinas fraudulentas.

¿Y cómo lo hace? ¡Fácilmente! Inyectándole “ubicatex” a los opositores, obligándolos a respetar el marco jurídico de la tiranía, como bien lo titula La Razón: “Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el régimen madurista, estudia la legalidad de seis reglamentos aprobados por la Comisión Nacional de Primaria, con motivo de la realización de las elecciones internas para seleccionar al candidato presidencial unitario de la oposición, el próximo 22 de octubre de este año”.

Y en especial la participación del CNE en las Primarias, principal dolor de cabeza de la CNP, se arregla con lo siguiente: “En relación con la participación del CNE en el evento electoral de la oposición, el criterio dominante en el alto gobierno es que de acuerdo a la Ley Orgánica del Poder Electoral, en su artículo 33, parágrafo segundo, el Consejo Supremo Electoral es el organismo competente para organizar las elecciones en sindicatos, gremios profesionales y organizaciones con fines políticos, “respectando siempre la autonomía de dichas organizaciones”. Y se acabó la vaina, donde ronca tigre, no hay burro con reumatismo.

¿Y los votos de los venezolanos en el exterior? ¡Bien gracias! Como se esperaba de aquel que no quiere contarse: “Se espera que igualmente se pronuncie en contra del voto en el exterior, tal como ha sido concebido por el “Reglamento para la participación de electores venezolanos en el exterior”, aprobado por la Comisión Nacional de Primaria, por encontrarse en contradicción con el artículo 124 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, el cual dispone que “sólo podrán sufragar en el exterior los electores y las electoras que posean residencia o cualquier otro régimen que denote legalidad de permanencia fuera de Venezuela. El Consejo Nacional Electoral determinará mediante reglamento el procedimiento para poder votar en el exterior”. ¿Qué tal? Es la tiranía la que decidirá con su TSJ ilegítimo las condiciones para que voten los millones de venezolanos que fueron desplazados fuera del país precisamente por ellos. Es como para un Guiness.

Y para ponerle una guinda a la torta, el TSJ del régimen también decidirá sobre las condiciones de inscripción de los candidatos a las primarias: “Finalmente, el TSJ podría pronunciarse también autorizando la inscripción de varios precandidatos presidenciales, cuya inscripción sería rechazada por la CNP de acuerdo a lo establecido en el artículo 3 del “Reglamento sobre postulaciones, sustituciones y manifestaciones de apoyo a candidaturas”, el cual señala en su parágrafo 3 que el aspirante deberá “haber demostrado un compromiso inequívoco con la lucha por la libertad, el rescate de la democracia, el respeto de los derechos humanos, la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados”, lo cual podría ser considerado discriminatorio al igual que el parágrafo siete, referido a la contribución de los gastos del evento”. La CNP y la llamada Plataforma Unitaria que la nombró, ya deben estar aliviados por esa pequeña ayuda de sus amigos…

¿Qué parte de “estamos en una tiranía” no han acabado de entender aquellos que insisten en vendernos, que un candidato que salga de una Comisión designada por unos partidos que le han hecho una y otra vez el juego al régimen, no va a ser otro títere más que la tiranía use en unas elecciones arregladas para perpetuarse en el poder? ¿Hasta cuando el insulto a la inteligencia de los venezolanos? Ya es hora de ir pensando en otra fórmula opositora para el 2024 o antes, porque ya esta solución “electoral” difícilmente ahora se la compraremos los venezolanos…

Caracas, 22 de Mayo de 2023

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