miércoles, 7 de agosto de 2024

Maquiavelo y Agátocles de Siracusa

 

Por Luis Manuel Aguana

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En algún momento mencioné que tal vez no exista mejor obra acerca de cómo ejercer y conservar el poder, que aquella escrita en 1513 por Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, que fuera dedicada al Magnífico Lorenzo de Médecis (1). Cualquier líder político que se respete, de cualquier época, debe tenerla como su manual de cabecera porque “presenta como característica sobresaliente el método de dejar de lado sistemáticamente, con respecto a las estrategias políticas, las cuestiones relativas a la moral y a la religión. Solo interesa conservar el poder” (ver texto de presentación de El Príncipe, en  https://goo.su/UECtYpd). 

Hay un capítulo muy revelador de esa obra dedicado a aquellos que llegaron a su Principado mediante crímenes. ¿Cómo accedieron al poder? ¿Qué consideraciones hace Maquiavelo a ese caso? En su opinión, ¿es posible conservar el Principado por mucho tiempo? ¿En qué condiciones? Es interesante ponerle la lupa a este caso, resaltando para ustedes la historia de Agátocles de Siracusa, referida por Maquiavelo en el Capítulo VIII, “De los que llegaron al Principado mediante crímenes”:

“El siciliano Agátocles, hombre no solo de condición oscura, sino baja y abyecta, se convirtió en rey de Siracusa. Hijo de un alfarero, llevó una conducta reprochable en todos los períodos de su vida; sin embargo, acompañó siempre sus maldades con tanto ánimo y tanto vigor físico que entrado en la milicia llegó a ser, ascendiendo grado por grado, pretor de Siracusa. Una vez elevado a esta dignidad, quiso ser príncipe y obtener por la violencia, sin debérselo a nadie, lo que de buen grado le hubiera sido concedido. Se puso de acuerdo con el cartaginés Amílcar, que se hallaba con sus ejércitos en Sicilia, y una mañana reunió al pueblo y al Senado, como si tuviese que deliberar sobre cosas relacionadas con la república, y a una señal convenida sus soldados mataron a todos los senadores y a los ciudadanos mis ricos de Siracusa. Ocupó entonces y supo conservar como príncipe aquella ciudad, sin que se encendiera ninguna guerra civil por su causa”.

Lo anterior nos muestra que en la historia existen de ejemplos que por su parecido con tiempos recientes asombra, no solo en las acciones criminales de sus protagonistas, sino de la “condición oscura”, “baja y abyecta” de quienes consiguieron el poder, de sus orígenes humildes, y muy en especial aquella de “llevó una conducta reprochable en todos los períodos de su vida”. Asimismo, el cómo se confabuló con otros para ejecutar sus crímenes, conservando sus posiciones de poder sin mayor obstáculo ni “guerra civil”.

Pero hay una cuestión crucial. La pregunta que el mismo Maquiavelo se hace: ¿Por qué ese tipo de individuo, como Agátocles, logra conservar a pesar de todo el poder, en comparación con otros que usando el mismo expediente de violencia no lo lograron? Veamos:

“Podría alguien preguntarse a qué se debe que, mientras Agátocles y otros de su calaña, a pesar de sus traiciones y rigores sin número, pudieron vivir durante mucho tiempo y a cubierto de su patria, sin temer conspiraciones, y pudieron a la vez defenderse de los enemigos de afuera, otros, en cambio, no sólo mediante medidas tan extremas no lograron conservar su Estado en épocas dudosas de guerra, sino tampoco en tiempos de paz. Creo que depende del bueno o mal uso que se hace de la crueldad. Llamaría bien empleadas a las crueldades (si a lo malo se lo puede llamar bueno) cuando se aplican de una sola vez por absoluta necesidad de asegurarse, y cuando no se insiste en ellas, sino, por el contrario, se trata de que las primeras se vuelvan todo lo beneficiosas posible para los súbditos” (resaltado nuestro).

¡Qué interesante! La clave se encuentra en un concepto no visto antes: la “administración de la crueldad”, o como dice Maquiavelo, del buen o mal uso que se haga de ella para la conservación del poder si llegaste a él mediante acciones criminales. Y su tesis indica que esa crueldad debe ser aplicada  solo al comienzo y de una sola vez, sin insistir en ella. Había que tener la sangre fría de Maquiavelo para el estudio de esa bajeza humana, y establecer los límites hasta donde se puede llegar con el empleo criminal de la fuerza.

Pero el consejo a Lorenzo de Médecis va más allá, al indicar como graduar la crueldad a los súbditos so pena de perder el poder:

“Mal empleadas son las que, aunque poco graves al principio, con el tiempo antes crecen que se extinguen. Los que observan el primero de estos procedimientos pueden, como Agátocles, con la ayuda de Dios y de los hombres, poner, algún remedio a su situación, los otros es imposible que se conserven en sus Estados. De donde se concluye que, al apoderarse de un Estado, todo usurpador debe reflexionar sobre los crímenes que le es preciso cometer, y ejecutarlos todos a la vez, para que no tenga que renovarlos día a día y, al no verse en esa necesidad, pueda conquistar a los hombres a fuerza de beneficios. Quien procede de otra manera, por timidez o por haber sido mal aconsejado, se ve siempre obligado a estar con el cuchillo en la mano, y mal puede contar con súbditos a quienes sus ofensas continúas y todavía recientes llenan de desconfianza” (resaltado nuestro).

Es decir, con la crueldad administrada adecuadamente al principio, un criminal puede permanecer indefinidamente en el poder, cometiendo las atrocidades que le es preciso realizar de una sola vez en lo que es estrictamente necesario. Si se excede y la renueva día a día, le será imposible conservar el poder del Estado. Es increíble que en una época muy anterior a la lucha por los Derechos Humanos, Maquiavelo estableciera que un gobernante no puede conservar el poder indefinidamente si “se ve siempre obligado a estar con el cuchillo en la mano”, ya que no podrá contar con súbditos (en este tiempo los llamaríamos ciudadanos) que los toleren, “Porque las ofensas deben inferirse de una sola vez para que, durando menos, hieran menos; mientras que los beneficios deben proporcionarse poco a poco, a fin de que se saboreen mejor”. ¡Mejor explicación para una lucha permanente y sin descanso, imposible!

Lamentablemente estos consejos se dieron en su momento para la preservación en el poder de quienes acceden a él mediante la actividad criminal, como lo describió Maquiavelo en su obra, con el ejemplo de Agátocles de Siracusa. Pero también es una precisa descripción del mal para quienes se disponen a luchar en contra del flagelo de los Agátocles del mundo, que lamentablemente todavía existen, dejando al descubierto su despreciable naturaleza.

Ah, se me escapaba: cualquier parecido con la realidad de personas e instituciones, vivas o muertas, reales o ficticias en la República Bolivariana de Venezuela es pura coincidencia, aun cuando la realidad sea superada por la espantosa situación de este maltratado pero extraordinariamente valiente y heroico país, que con el favor de Dios  finalmente conseguirá su libertad…

Caracas, 7 de Agosto de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

(1) Maquiavelo, Nicolás, El Príncipe, Luarna Ediciones, España (versión utilizada en esta nota, en https://tinyurl.com/y55y5d3c)

sábado, 3 de agosto de 2024

Clandestinidad y Resistencia Civil

Por Luis Manuel Aguana

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Con la publicación del segundo boletín de resultados de la elección del 28 de julio, dando como ganador a Nicolás Maduro Moros con el 51,95% de los votos, el régimen confirma su decisión de no dar marcha atrás al mega fraude electoral perpetrado el 28J, y sostiene con las bayonetas el golpe de Estado cometido en contra de la Soberanía Popular (ver De fraude a golpe de Estado, en https://ticsddhh.blogspot.com/2024/07/de-fraude-golpe-de-estado.html).

Así las cosas, la evolución de este proceso histórico que vive Venezuela se decanta entre una oposición que parece lucir sin la experiencia suficiente para enfrentar a una tiranía narco militarizada que quedó al descubierto completamente con el mega fraude cometido, y volver a las prácticas realizadas en un pasado reciente, en los años 2014 y 2017, convocando a la población a las calles de manera pacífica, pero indefensa ante la violencia de un régimen que asesina y desaparece opositores.

¿Y por qué digo esto? Por la convocatoria familiar de hoy sábado 3 de agosto que hace María Corina Machado (MCM) a los venezolanos en todo el país para  “encontramos todos en familia, con nuestros hijos, nietos, abuelos en todas las ciudades de Venezuela”, en el medio de una desatada persecución y violencia del régimen en todas las calles del territorio nacional (ver El País América, María Corina Machado se pone a resguardo por seguridad y convoca a una marcha nacional para el sábado, en https://elpais.com/america/2024-08-02/maria-corina-machado-se-pone-a-resguardo-por-seguridad-y-convoca-a-una-marcha-nacional-para-el-sabado.html).

Y no que estemos planteando a los venezolanos “enfriar las calles” o renunciar a la protesta pacífica a la que tenemos derecho, sino a moderarla y adecuarla al momento político, aplicándola justo cuando lo único que se requiera para que se vayan sea el pueblo en las calles. De otra manera, se seguirá desangrando a una población que lo único que ha hecho es darlo todo, hasta su vida, para poder vivir en libertad.

Es por esta misma y precisa razón por la que MCM se ha puesto “a resguardo” como bien titula El País América, anunciando en una carta dirigida al periódico The Wall Street Journal, que está pasando a la clandestinidad:

“Estoy escribiendo esto desde la clandestinidad, temiendo por mi vida, mi libertad y la de mis compatriotas bajo la dictadura dirigida por Nicolás Maduro. El Sr. Maduro no ganó la elección presidencial de Venezuela el domingo. Perdió de manera aplastante contra Edmundo González, 67% a 30%. Sé que esto es cierto porque puedo probarlo. Tengo recibos obtenidos directamente de más del 80% de las estaciones de votación de la nación” (ver declaración de MCM en carta al WSJ en EEUU, en https://x.com/VPITV/status/1819117158615732282).

Pero no solo MCM debe ponerse “a resguardo”. Todos debemos hacerlo, y con mucha más razón el mismo el Presidente Electo Edmundo González Urrutia (EGU), que luego del golpe de Estado ejecutado, en su condición de diplomático de carrera puede y debe a la brevedad posible, comenzar a coordinar desde el exterior todos los esfuerzos necesarios para lograr los respaldos internacionales urgentes y necesarios para la lucha que los venezolanos deberemos librar para conseguir una solución breve y adecuada a nuestra circunstancia. Eso hizo Rómulo Betancourt como principal dirigente político y cabeza de la oposición, después de declararse abiertamente un golpe de Estado a la Soberanía Popular.

En efecto, el único partido con experiencia en clandestinidad en la historia contemporánea de Venezuela, ha sido Acción Democrática, estando cerca de 10 años en esa situación, del 7 de diciembre de 1948 hasta el 23 de enero de 1958:

“El 7 de diciembre de 1948 mediante decreto de la junta militar de gobierno, se disuelve al partido Acción Democrática en todo el país. A partir de este momento pasa a la clandestinidad, desempeñando un papel protagónico en lo que se ha dado en denominar como la resistencia, hasta el 23 de enero de 1958, momento en el cual es derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jiménez” (ver Henry Vaivads, Acción Democrática y su evolución histórica, en https://produccioncientificaluz.org/index.php/cuestiones/article/view/14184/14163).

En consecuencia, atendiendo a la experiencia que ya hemos tenido en el pasado en una ocasión política similar, donde una tiranía se ha revelado en toda su dimensión, debemos revisar lo que hizo ese partido en la clandestinidad. El lineamiento que dio en plena resistencia el Secretario General de ese partido, Alberto Carnevali, ante el fraude perpetrado por la dictadura de Pérez Jiménez, en el proceso para elegir la Asamblea Constituyente que debía instalarse en 1953, no estaba precisamente dirigido en la dirección de marchar o concentrar a la gente en la calle, sino la de pasar a la clandestinidad y organizar un gran movimiento de Resistencia Civil.

En un comunicado que conocimos en su oportunidad por cortesía del Dr. Alfredo Coronil Hartmann, hijo de Rómulo Betancourt, titulado “A la Rebelión Civil llama Acción Democrática” fechado el 24 de Diciembre de 1952, se establecen los lineamientos de esa resistencia ciudadana en clandestinidad, desde la perspectiva de ese partido. Claramente, debe tenerse en cuenta que una coordinación opositora de la actualidad tendría que acomodar estos lineamientos a la presente época y circunstancia, pero el concepto frente a lo que se tiene al frente es imperecedero:

Dentro de breves días, las masas populares recibirán indicaciones precisas sobre la forma contundente de iniciar esta nueva y más activa y beligerante etapa de la resistencia civil. Y para garantizar que esta sea la acción permanente que coordine a todos los sectores populares, de todos los demócratas del país, estamos acelerando la ejecución de las siguientes medidas”…”…estamos estableciendo un ágil mecanismo de organización para movilizar a todos los hombres y mujeres sin partido que se están acercando a nuestras filas para pedir una activa participación en la lucha por la liquidación de esta humillante etapa de nuestra historia nacional. Ante ellos, nuestro partido deberá actuar con gran amplitud de criterio, respetándoles las propias convicciones ideológicas, pero unificándolos en la lucha común por la recuperación de la soberanía, con la consigna de que “ningún ciudadano demócrata, aunque no milite en partido alguno, debe permanecer inactivo en la presente ofensiva contra la tiranía”.

“Luego propiciaremos con todas las demás fuerzas políticas organizadas un plan de rebelión civil contra la dictadura. Buscaremos en esa coordinación “acción coincidente” de tipo práctico, conservando cada partido su independencia ideológica y su autonomía organizativa interna. Esta coordinación debe responder a la consigna de que “todas las fuerzas políticas están obligadas a hacer respetar la soberanía nacional con los medios de que dispongan”.

Finalmente, debemos inciar con audacia una implacable ofensiva de rebelión civil en todos los campos de la vida nacional. Todos los partidos, todos los hombres y mujeres, todos los venezolanos dignos debemos desatar una coordinada y certera acción multitudinaria hasta lograr oponer a la tiranía en la mortal disyuntiva de reconocer la soberanía nacional o aniquilar sangrientamente a todo el pueblo venezolano”.

Actuaremos realistamente. Con clara conciencia de que nuestro poder no es otro que el gran poder de un pueblo enardecido porque se le ha vejado y se le ha humillado brutalmente. Actuaremos sin la menor vacilación. Sabedores de que el pueblo no tiene armas de guerra porque siempre confió ingenuamente en que las armas de los cuarteles eran para defenderlo y ahora están siendo utilizadas en su contra. Pero convencidos de que la gran tragedia política que entristece a la nación por permite plantearse el dilema simplista de combatir con armas o no combatir. Porque el patriótico reclamo nacional está concebido en otra forma inexorable: si no combatimos ahora hasta triunfar, el pueblo será esclavizado ignominiosamente por tiempo indefinido. El pueblo tiene que defender ahora mismo su libertad a cualquier precio y con los medios que tenga en sus manos. El pueblo tiene que combatir con sus propios recursos, los interminable recursos de la acción de masas, que en nuestro país existen en condiciones invalorables para la conquista del triunfo. Somos la mayoría de la nación. Somos todo un pueblo. La dictadura está desasistida de todo respaldo social y de todo apoyo moral. Una indoblegable decisión de lucha alienta prodigiosamente nuestros corazones. Una fe desbordante enciende nuestra sangre. Contamos en resumen, con preciosos factores humanos y morales suficientes paran dotar nuestra capacidad de combate de un poderío mil veces más fuerte que las más aceradas corazas del despotismo” (ver Alberto Carnevali, A la Rebelión Civil llama Acción Democrática”, 24 de diciembre de 1952, en  http://pararescatarelporvenir.blogspot.com/2013/11/a-la-rebelion-civil-llama-accion.html) (resaltado nuestro).

Esta es la voz de la experiencia, desde una Venezuela que enfrentó el mismo flagelo de un régimen que violentó la Soberanía Popular, estableciendo inmediatamente un plan. A partir de ahora NADA puede ser espontáneo porque eso cuesta vidas. Una Resistencia Civil organizada y planificada estaría en posición de minimizar esa fatalidad. En esta etapa, luego de un golpe de Estado, nadie en la oposición se puede dar el lujo de trabajar solo porque esto ya dejo de tratarse de una elección robada, unas actas y unos votos, sino de la supervivencia futura de una nación, de nuestra nación. Debe ser una lucha muy bien organizada, de la misma manera como lo fue la elección, pero de una forma muy distinta, dirigida para todos, en resguardo de nuestras familias, de nuestros hijos y para las futuras generaciones.

Caracas, 3 de Agosto de 2024

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