miércoles, 30 de abril de 2025

El modo de diálogo del Papa Francisco

Por Luis Manuel Aguana

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“…la (verdadera) política es el arte de presentar un proyecto y convencer al otro”

Papa Francisco (1936-2025)

En la última entrevista realizada por INFOBAE al Papa Francisco, y conducida por el periodista Daniel Hadad, fundador y CEO del prestigioso medio digital, publicada originalmente en marzo de 2023, el Papa se refirió en los últimos minutos a la situación de Venezuela:

“P: Las últimas tres preguntas tienen que ver con América Latina. La primera tiene que ver con Venezuela. El informe Bachelet de Naciones Unidas habla de violaciones, descargas eléctricas, presos políticos, desaparición forzada de personas. Me hizo acordar a la noche oscura que vivió la Argentina con la dictadura militar, pero 40 y tantos años después. ¿Ve alguna luz de esperanza en que pueda modificarse el régimen de Venezuela?

R: Pienso que sí. Pienso que sí porque son las circunstancias históricas las que van a obligar a cambiar el modo de diálogo que tienen. Pienso que sí. O sea, nunca cierro la puerta a posibles soluciones. Al contrario, la fomento” (ver El último reportaje del Papa Francisco a Infobae, en https://www.infobae.com/sociedad/2025/04/21/el-ultimo-reportaje-del-papa-francisco-a-infobae/) (resaltado nuestro).

Como todos saben, el Papa Francisco nunca fue particularmente explicito en rechazar de plano públicamente al régimen de Nicolás Maduro Moros, refiriéndose siempre a la búsqueda de dialogo y el rechazo de las dictaduras, dándole de manera permanente el respaldo a la posición de los representantes de la Iglesia Católica local, esto es a la Conferencia Episcopal Venezolana.

Un ejemplo de eso fue una declaración de septiembre de 2024 a Rome Reports, donde a la solicitud de un mensaje para el pueblo venezolano, respondió: “No he seguido la situación en Venezuela, pero el mensaje que daré a los gobernantes es que dialoguen y hagan las paces. Las dictaduras no sirven de nada y acaban mal, tarde o temprano. Lean la historia de la Iglesia… Diré que el Gobierno y el pueblo hagan todo lo posible por encontrar un camino de paz en Venezuela. No puedo dar una opinión política porque no conozco los detalles. Sé que los obispos han hablado y el mensaje de los obispos es bueno” (ver Rome Reports, Las dictaduras acaban mal, en  https://www.romereports.com/2024/09/16/el-papa-se-pronuncia-sobre-venezuela-las-dictaduras-no-sirven-de-nada-y-acaban-mal/).

Sin embargo, en ese lenguaje simple del Papa Francisco, que no daba cabida a otras interpretaciones, nos veía como dos grupos enfrentados que debían dialogar, y en esa particular entrevista de INFOBAE de 2023, de una manera premonitoria se refirió a que las circunstancias históricas nos obligarían a cambiar “el modo de diálogo” que teníamos -y todavía tenemos- entre los bandos enfrentados en el país.

Lo anterior me dejó impactado porque los venezolanos nunca hemos tenido una representación que genuinamente haya “dialogado” con el régimen en unos términos que puedan considerarse equitativos. Porque si se considera que “dialogar” donde la parte “opositora” está completamente desacreditada y chantajeada por el régimen porque todos los negociadores tienen algún “rabo de paja” que el régimen explota hasta la saciedad, díganme ustedes si los venezolanos, esto es, aquellos a quienes ellos dicen representar en esa mesa de diálogo, podremos sacar algún provecho de esas negociaciones.

Y las “circunstancias históricas” cambiaron, tanto fuera como dentro del país. Y cambiaron mucho. Ahora y desde octubre de 2023, meses luego de esa entrevista de INFOBAE, María Corina Machado (MCM) se convierte en cabeza indiscutible de la oposición política y supuesta nueva negociadora, si las condiciones se dan para eso con el régimen. De hecho, el último diálogo oposición-régimen que dio origen al evento electoral del 28 de julio de 2024, sale del Acuerdo de Barbados que el régimen decidió ignorar.

Pero el Papa tenía razón. Las nuevas circunstancias históricas van a “obligar a cambiar el modo de diálogo que tienen”. Y eso tendrá que ocurrir, aunque MCM no lo quiera, si queremos salir del estancamiento de la situación política venezolana. ¿Y por qué lo digo? Porque si la herramienta de los políticos es la argumentación y el medio de convencer es el diálogo, no hay otra manera de resolver la situación política venezolana.

Y alguno de ustedes me dirá, “no, la solución es sacarlos a la fuerza”. Mi modesta respuesta sería que ese no es el terreno de los políticos. Los políticos son muy malos en establecer estrategias para la violencia, debiendo ceder para eso la conducción a los militares. Porque si Venezuela llegó al punto donde las circunstancias señalan que se debe desarrollar un conflicto armado para resolver el problema político, estamos peor de lo que pensé, porque a nuestros políticos todavía les falta muchísima preparación para esa eventualidad. Tendría que haber reencarnado en alguno de ellos El Libertador Simón Bolívar, el venezolano que combinó de manera única y genial la disciplina política y militar. Y solo el hecho de pensarlo causaría risa…

La situación externa de los EEUU, la interna con una oposición escondida y otra entregada que no se puede llamar oposición, aunado a la calle cerrada de una solución electoral en la que ya nadie cree, y los pasos cada vez más decididos del régimen para afianzarse en el poder con una Reforma Constitucional, sin contar con la pérdida de las FFAA tal y como la conocimos, no dejan margen alguno para otra cosa que no sea cambiar el modo de diálogo con el régimen y entrar a una nueva negociación. Esa es la evolución de la negociación política en Venezuela después del 28 de julio, con un modo de diálogo que sería completamente diferente al que hemos tenido hasta ahora.

La negociación de la MUD/PU fracasó, no solo porque nunca nos representaron genuinamente, sino por mediocre y ajustada a sus propios intereses políticos. Esa no fue una negociación verdadera, sino una entrega. La negociación que debe tener lugar ahora con MCM tiene que ser diferente. Estoy completamente seguro de que el régimen estaría dispuesto a negociar, pero no existirá negociación posible si lo que se ofrece a cambio es cárcel y persecución. La propuesta tiene que ser a la altura de la excepcional circunstancia del país, por lo que hay que ofrecer una negociación distinta.

Hay que poner sobre la mesa una salida en la cual puedan converger equitativamente los intereses de los grupos en disputa. ¿Y qué propuesta más equitativa que una elección Constituyente, donde se convocaría al pueblo, de un lado y de otro, para que decida el destino del país, con la intermediación electoral de la Comunidad Internacional? Es una solución que conoce muy bien el régimen y que con los negociadores adecuados podría convocarse, salvaguardando los intereses del país y de todos los sectores enfrentados.

En este caso, no se estaría eligiendo un presidente de la República para cualquiera de los bandos, sino la representación genuina del pueblo. Si ellos quieren una Reforma Constitucional, nosotros proponemos una Constituyente que es lo que corresponde para las reformas estructurales, como las del poder comunal que quieren hacer a la Constitución. Y que en ese escenario, reunidos todos en una Asamblea Nacional Constituyente, que esa representación decida lo que se hará, restableciendo el Estado de derecho. Esto está dispuesto en la Constitución y constituye una solución legítima y electoral que obviaría la desconfianza de todo el mundo, incluyendo sectores oficialistas, en el Consejo Nacional Electoral, garantizando la participación de todos los venezolanos.

Si la oposición política no quiere negociar, se me haría difícil entender su discurso, porque si los quieren presos, entonces deben buscar quien financie y conduzca una salida violenta que pueda lograrlo. Pero si no la han conseguido, ni existen las condiciones internacionales para proceder con eso, ¿entonces qué es lo que queda? HACER POLÍTICA.

Y hacer política en este contexto ES NEGOCIAR. El tema de fondo es qué le propones al otro para negociar. De allí nuestra propuesta, porque como están las cosas, tenemos la obligación ética de comenzar creativamente a proponer soluciones, porque mientras más tiempo pasa, la gente se va consumiendo de hambre, en un país cada vez más depauperado.

¿Es descabellado lo que proponemos? No lo creo. Creo que es más descabellado seguir esperando que alguien nos “salve” sin tener con qué hacerlo. Si somos serios, debemos empezar a avanzar nosotros mismos por alguna parte para al menos iniciar la recuperación de la esperanza de los venezolanos. Si la verdadera política es “el arte de presentar un proyecto y convencer al otro”, ya es hora de comenzar a obligarnos a cambiar el modo de diálogo, como dijo el Papa Francisco. La maestría en cualquier arte solo se alcanza con la práctica…

Caracas, 30 de abril de 2025

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

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jueves, 24 de abril de 2025

El componente activo de la abstención

Por Luis Manuel Aguana

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No son de ninguna manera sorprendentes las cifras que muestra la reciente encuesta CATI Meganalisis, Verdad Venezuela, que muestran la fotografía del sentir venezolano de la última semana de marzo 2025, en especial aquellas relativas a la desconfianza del venezolano en el sistema electoral (ver Encuesta completa en http://t.me/meganalisis).

En efecto, a la pregunta abierta “¿Usted votaría en las elecciones regionales que está convocando el actual CNE?”, la respuesta contundente fue un NO de un 83,7% de los encuestados. Pero el dato definitivamente brutal es la desconfianza en el CNE que, según la encuestadora, alcanza niveles históricos. A la pregunta abierta, “¿Usted confía en la honestidad, imparcialidad y profesionalismo del Consejo Nacional Electoral?”, la respuesta fue un NO en 87,73%.

Para aquellos que llevamos años denunciando la parcialidad y el fraude electoral del régimen a través del CNE en Venezuela, estas cifras no son más que el resultado de los años que fueron necesarios para que el pueblo venezolano terminara de despertar, y que se corresponden con el hecho de que existe una forma de gobierno autoritaria en Venezuela que ha manipulado históricamente las cifras electorales, llegando a su clímax el 28 de julio de 2024, donde los venezolanos internalizaron de forma definitiva que su voto no materializaría un cambio en la situación política del país en un futuro próximo previsible.

Incluso terminaron de desnudarse los supuestos opositores, quienes, a pesar de ser evidente el fraude en los resultados electorales del 28 de julio, todavía insisten en seguirle la farsa al régimen, postulando sus candidaturas para una nueva elección, sin aún existir resultados oficiales de la última elección presidencial. La reacción de repulsión de la gente no se hizo esperar, cuando ante la pregunta “¿Cómo calificaría usted a los políticos que decidan ser candidatos en las elecciones regionales del 25 de mayo?”, respondieron en un 81,8% que esos políticos “le sirven conscientemente a Maduro y al chavismo”. No era nada que ya no supiéramos, pero la sorpresa es que esos alacranes todavía insistan en ser reivindicados ante la opinión pública.

Pero la abstención, ahora contundentemente mayoritaria, sigue siendo un problema porque al manifestarse abiertamente el rechazo a las manipulaciones electorales del régimen, ésta por sí misma no constituye una forma de protesta efectiva, si no lleva consigo un componente activo de rebeldía ciudadana. No es solo abstenerse de comprar el producto electoral del régimen y su oposición alacrán, sino cualquier otra cosa que venga aparejada a eso, manifestando en la práctica una acción concreta del pueblo como consecuencia de ese rechazo.

El régimen ha anunciado una Reforma Constitucional que dará a conocer los primeros días del próximo mes de mayo y que debe someter a la consideración de los venezolanos a través de un Referendo a los 30 días de ser sancionada en la Asamblea Nacional (Artículo 344 Constitucional).

El régimen no va a quedarse con el rechazo de la mayoría de la gente, sino que actuará en consecuencia, manipulando los resultados como ya lo hizo con el Referendo del Esequibo, donde “aparecieron” de la nada 10 millones de votos, sin colas en los centros, y haciendo que exista la evidente posibilidad de rodar la fecha electoral del 25 de mayo a una que coincida con la fecha del Referendo sobre la Reforma Constitucional, que se apruebe en la Asamblea Nacional, matando de esa manera dos pájaros de tiro, y dejando muy posiblemente para la historia, esa elección como la que bien podría ser la última realizada de manera directa por los venezolanos.

¿Y por qué ese temor? Porque ya Maduro entregó su primer borrador de reforma de 80 artículos de la Constitución a la Comisión de Reforma Constitucional que preside Jorge Rodríguez, Presidente de la Asamblea Nacional del régimen, y “adelantó que esta reforma incluye una modificación de la estructura del Estado”. De la misma manera Maduro informó que se realizaría una “ampliación y perfeccionamiento de la democracia”, a través de “la incorporación del poder comunal, social y popular” a los tres niveles de poderes existentes -nacional, regional y municipal-” (ver La Voz de América, ¿Qué cambios persigue la reforma constitucional que promueve Maduro en Venezuela?”, en https://www.vozdeamerica.com/a/que-cambios-persigue-reforma-constitucional-que-promueve-maduro-venezuela-/7980519.html).

Cambios de la envergadura señalados por el jefe del régimen, NO PUEDEN SER REALIZADOS, a través de una reforma, tal y como establece el Artículo 342 Constitucional:Artículo 342: La reforma constitucional tiene por objeto una revisión parcial de esta Constitución y la sustitución de una o varias de sus normas que no modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto constitucional…” (resaltado nuestro).

Y precisamente el régimen pretende, según el anuncio de Maduro en su momento, “una modificación en la estructura del Estado”, al pretender modificarla con “la incorporación del poder comunal, social y popular” a los tres niveles de poderes existentes -nacional, regional y municipal-”. Esas modificaciones constitucionales solo pueden realizarse en el marco de una Asamblea Nacional Constituyente legítimamente convocada, como lo establece la propia Constitución de 1999 en su Artículo 347.

Y todos estos eventos se llevarán a cabo con la ausencia del 83,7% de los electores venezolanos presentes en el país, y los electores que se encuentran en una diáspora de más de 8 millones de venezolanos, que por razones obvias no se contarán. Eso es a lo que se acerca el país en aproximadamente un mes, sin que tengamos respuesta alguna de la dirección de la oposición legítimamente electa el 28 de julio de 2024.

Ante esta situación aterradora, la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, propuso al liderazgo político una acción concreta del pueblo, como componente activo al rechazo mayoritario del venezolano al sistema electoral, la convocatoria por iniciativa popular a una Asamblea Nacional Constituyente (o como se le conoce en el exterior, a una Convención Constituyente) con el Arbitraje Electoral de organismos internacionales, por presión de la Comunidad Internacional, ante unas Elecciones Regionales irritas y desnaturalizadas por el fraude, y frente una Constituyente ilegítima disfrazada Reforma Constitucional.

Esta sería una clara respuesta de rebeldía ciudadana al grave desmantelamiento del sistema democrático del país, por medio de una Reforma Constitucional írrita sin la participación de los ciudadanos, y cuya manifestación ya se está dando por los niveles históricos previstos de abstención. Si la dirigencia política opositora tiene una solución diferente frente a la disolución del Estado como lo conocemos, ya es hora de que la den a conocer. Los venezolanos estamos muy urgidos de ella…

Caracas, 24 de Abril de 2025

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