Por Luis Manuel Aguana
Tomé prestado el título de esta nota de una novela del mismo nombre escrita por Morris West y publicada a principios de los años 80. El título original en inglés era “The clowns of God”, o Los Bufones de Dios, en el estricto sentido de la novela. El mensaje que transmitió me pareció fascinante al momento de leerlo, hace más de 30 años. Y la historia tan trascendental que la traigo a colación en este momento dadas las severas implicaciones que tendrá en el país una negativa de los partidos políticos de profundizar y radicalizar las denuncias de la sociedad civil en relación a la depuración del Registro Electoral, después de la elección del candidato de la Unidad Democrática el 12 de Febrero de 2012.
Para aquellos más jóvenes, que no conocieron la obra de Morris West, mismo autor de Las Sandalias del Pescador, la preocupación del novelista por la política mundial y su relación con la religión cristiana fue siempre el norte e inspiración fundamental de sus obras. Esta novela, Los Bufones de Dios, relata la visión de un Papa, acerca de lo que ocurriría luego de la destrucción atómica del mundo por parte de las potencias. El Papa intenta comunicar a todos su visión a través de una Encíclica Papal pero es obligado a abdicar y es internado en un monasterio con voto de silencio. Pero lo increíble del relato, no era la probabilidad cierta de que el mundo entrara en una vorágine destructiva, hecho que ciertamente era una posibilidad en esos años, sino sus posteriores implicaciones.
El centro de la historia era como iba la sociedad a afrontar un mundo destruido y el papel de la cristiandad después de que precisamente esa destrucción ocurriera. Todo el mundo se preocupaba por que el conflicto sucediera pero nadie se paseaba en lo que pasaría luego si efectivamente se daba. El tema no era lo que ocurriría- eso era dado como cierto-, sino lo que haríamos después de que esa fatalidad ya fuera un hecho. ¿Y quienes eran los Bufones de Dios? Todo el mundo a quien iba dirigido el mensaje de la destrucción y que debían ser informados de una manera precisa pero sencilla de cómo debía ser organizada la humanidad en un nuevo estado de cosas. Este mensaje fue dirigido por este Papa depuesto a través de unas cartas firmadas con el pseudónimo de Juanito el Bufón y distribuidas internacionalmente. ¡Es claro que al ser escrito el libro en la era pre-Internet, el mensaje era mucho más difícil de hacer llegar! Estoy seguro que en esta época Morris West hubiera utilizado el correo electrónico en su personaje.
Pues nos encontramos ahora en un predicamento semejante. Tal vez aquí no estamos hablando de que al mundo le caerán las bombas atómicas que avizoraba West en su novela. Sin embargo la bomba y no precisamente atómica será lo que caerá en la Venezuela del 8 de Octubre cuando el CNE declare que Chávez, o quién haga sus veces, ganó “limpiamente” las elecciones con una “mayoría” indiscutible.
La alusión al relato de Morris West viene por aquella pregunta que nos haremos entonces después que la tragedia ocurra. No pretendo erigirme en el Papa de la novela del afamado escritor al enviarles cartas a los venezolanos indicándoles que harán, pero si dedicaré este espacio que deja abierto mi blog en la red para seguir machacando, antes del 7 de Octubre, en las implicaciones de no insistir en la depuración del REP y la necesidad de que el candidato electo el 12F se abandere de esa cruzada y se dedique de una manera consistente a denunciar, e incluso no ir a los comicios, si ese REP no es depurado y auditado de una manera clara para todos los venezolanos. Eso no solo le daría credibilidad al mismo candidato, sino confianza al país de que saldremos con votos de la pesadilla chavista este año del Señor 2012. Luego, si son desoídas o ignoradas, como hasta ahora han sido, todas las angustias de esta válida preocupación, entonces nos veremos en el mismo predicamento del mencionado Papa: que es lo que haremos después…
Ahora bien, ¿estoy dando por cierta esta tragedia? No necesariamente. Depende de la actitud de los partidos políticos integrados en la MUD y el candidato electo el 12F. Tengan la seguridad los venezolanos que el REP está lo suficientemente viciado para que la Sala de Totalización del CNE de por ganador al oficialismo el 8 de Octubre en la madrugada. No voy a volver a citar a ESDATA y los cálculos técnicos de su gente. Están en la red para quien quiera buscarlos. Ese ya no es el tema en discusión. Olvídense que los programas y las máquinas de votación le pondrán los votos a Chávez, no es necesario. Lo hará el REP. Asimismo quítense de encima la ilusión de los testigos y las actas de la oposición. Para la cantidad de mesas nunca la oposición ha sido capaz de tener los suficientes testigos en todo el territorio nacional (esto nunca lo he entendido) y a la final sus credenciales no valen el cartón en que están escritos. El cobre se bate siempre en la madrugada a la apertura de los centros y el chavismo del CNE hará de las suyas. Y en esta oportunidad será más violento y pendenciero ya que se juega el cuello del máximo líder y tratarán de que haya los menos testigos opositores posibles reales y activos.
La tragedia sobrevendrá si el candidato y los partidos hacen una campaña “excesivamente normal” como si aquí estuviera jugándose una elección de la Cuarta Republica. Lo veremos en la actitud ante el CNE de parte de los partidos y el candidato opositor. Si ustedes la ven “excesivamente normal”, como si estuviéramos en 1988, 1993 o 1998, agárrense los pantalones y cómprense las alpargatas para bailar el joropo del chavismo por seis años más!
Las implicaciones de este juego macabro son muy profundas y sus ramificaciones extensas. Extraña el silencio cómplice ante el CNE de los precandidatos del llamado “estatus” político. Quiero darles el beneficio de la duda porque están en la precampaña y todos sus esfuerzos asumo deben estar dedicados a diferenciarse de los contendores, así estén utilizando el CNE para dirimir la candidatura opositora. Sin embargo, debemos ponerle el ojo a las actitudes después de declarar un ganador el 12F.
Volviendo a la novela de West, si esta “normalidad” ocurre- y eso lo veremos muy pronto después del 12F-, la premonición de las bombas atómicas de la novela, será un hecho. Y deberemos enfrentar con claridad y mucho cuidado lo que se nos viene encima, ya que los partidos políticos y sus dirigentes nos habrán vendido. Lo interesante es que guerra avisada no mata soldado. Deberán activarse entonces las alarmas de la sociedad civil porque el tren lleno de bufones ingenuos va directo al despeñadero con fecha cierta final el 7 de Octubre de 2012.
Caracas, 2 de Febrero de 2012
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