domingo, 11 de noviembre de 2012

La mordaza de Globovisión



Por Luis Manuel Aguana

La pregunta inmediata es ¿Cuál mordaza? ¿La que le pusieron o la que está poniendo? No haré aquí una discusión acerca de la llamada autocensura de los medios en un sistema totalitario. Debe haber miles de tratados escritos acerca de ese tema. Es claro que existe ese fenómeno cuando un medio de comunicación teme a ser cerrado por emitir opiniones o noticias que afecten al régimen.

Pero cuando un medio que no comulga con las ejecutorias del gobierno se autocensura para bloquear opiniones que alguien podría considerar “radicales” dentro de la propia oposición, la cosa se pone complicada, entre otras razones porque no se sabría a quienes le está haciendo el juego, si al gobierno por temor a un cierre o a una particular oposición que bien podría estar interesada a que este estado de cosas permanezca.

¿Quién define una actitud “radical” dentro de las filas opositoras? La línea es muy delgada. Es como cuando una muchacha (la opinión pública) solo puede ser cortejada por los pretendientes (formadores de opinión) que los padres (la “oposición formal”) decidan. No queremos que “salgan” al aire opiniones “radicales” que nos puedan alborotar a la muchacha, dirán. Siempre a la muchacha le llegaran los pretendientes y para mala suerte de los padres la mayoría de las veces se termina escapando por la ventana con el primero que le hable como es.

¿Qué es lo que deberían hacer en estos casos los medios y los periodistas? Mostrar el espectro completo y dejar que la muchacha decida de quien se quiere enamorar. Eso les espanta a los padres, que siempre se pronunciarán por mantenerla escondida hasta que salga  “un buen partido”. Craso error. No solo porque eso es imposible de hacer, sino porque a la final los padres tendrán que aceptar la decisión de la muchacha.

Este ejemplo es lo que está pasando ahora mismo con las recientes denuncias en relación a una supuesta autocensura del único  medio que ha marcado la pauta opositora del país, siendo esto sumamente grave y preocupante. El hecho de no transmitir deliberadamente un programa (ver la denuncia en http://www.noticierodigital.com/2012/11/ignacio-gainzarain-senores-globovision-%C2%BFquien-veto-el-programa-de-nitu-perez-osuna-con-alfredo-weil/) que había sido pautado para ser transmitido, deja entrever muchas dudas en relación a como se está conduciendo esta lucha de la oposición y cuáles son los intereses que realmente están prevaleciendo.

No existe en realidad nadie químicamente puro, reza el dicho popular. Todo el mundo tiene su corazoncito, aunque este le corresponda ser objetivo en sus planteamientos. Cuando un medio informativo como Globovisión solo coloca en el aire una parte de la opinión opositora por la razón que sea, interesada o no, se está incurriendo en lo que precisamente se está tratando de combatir con los medios en poder del gobierno. Cuando solo se muestra una parte de la opinión opositora, lo que significa es que el medio responde a otros intereses que difieren de los de la comunidad a la cual se debe.

Cuando introdujimos el Recurso de Nulidad en contra de las Elecciones del 7-O, pudo más la captura de Rosita en la pantalla de ese medio televisivo que la denuncia ciudadana en contra de las violaciones del gobierno a los derechos de los votantes durante el acto electoral. ¿Solo se transmite lo que hace la oposición “conveniente”?

Cuando solamente aparecen en los medios los voceros de la MUD defendiendo al CNE y se bloquea la opinión y la invitación de personas serias a los programas líderes de opinión en relación al fraude electoral -sí, FRAUDE ELECTORAL- los medios tiemblan con la palabra porque temen el cierre y se autocensuran.

¿Hasta qué punto es conveniente esa postura para la democracia? ¿Hasta qué punto un medio, al acudir al expediente de esconder lo que la gente grita a voces, como es el caso de las irregularidades cometidas por el CNE el 7-O, está haciéndole un servicio a la democracia y a la gente que dice que informa?

Nadie puede meterse en los zapatos de los Directivos de Globovisión. Ellos solo saben lo que tienen en juego. Han pasado muchas presiones, encarcelamientos, destierros, multas hiper millonarias. Y todos sabemos que sin ese medio no se sabría qué es lo que en realidad sucede en el país. Sin embargo, es delicado el terreno que pisan en la actualidad, porque sin dejar de informar, cada vez es más difícil encontrar donde está la verdad en esta jungla opositora. Estoy seguro que si hacen un esfuerzo en buscarla, seguramente la encontrarán, como buenos periodistas que son, dejando a un lado la opinión de los padres que buscan el “mejor partido”.

Y los próximos meses van a ser cada vez más confusos. Debemos separar, después del descalabro del 7-O, las manzanas podridas de la cesta opositora. Preguntarnos quienes dentro de la oposición, incluso entre aquellos que conducen programas de televisión, les interesa que este estado de cosas continúe. Hay que vernos a todos para descubrir porque seguimos dando vueltas en círculos después de 14 años de oprobio.

Y una pregunta que saldría de Perogrullo: ¿Y quién decide quién es el bueno y quién es el malo? ¿Quién separa las manzanas podridas? La única manera de saberlo es tener un mecanismo que nos permita ver a todos lo que en verdad está sucediendo en el país sin colocar a nadie en esa responsabilidad. Y los medios son fundamentales en esta tarea.

Mostrarlo todo sin recelos, censuras e intereses, aunque el medio no esté de acuerdo con alguna postura específica. Nadie tiene toda la verdad. La verdad es la que el ciudadano se hace cuando tiene todos los elementos para juzgar una situación. Y una vez que muchos, muchísimos ciudadanos, tienen sus elementos y toman una decisión, entonces esa mayoría decide cual manzana está podrida, dándole o no su apoyo.

Pero eso no es lo que desean a veces quienes quieren torcer los cauces de la historia. Ocultar una verdad puede ser muy conveniente cuando se desea que los acontecimientos se muevan hacia otro lado. Y el concurso de un medio como Globovisión puede ser muy importante para hacerlo.

En realidad espero que ese no sea el caso con un medio que ha demostrado muchísima valentía e inteligencia para permanecer al aire en medio de una tormenta perfecta. Pero que no puede dejar que los intereses obscuros de unos pocos que creen tener “la verdad”, tuerzan la historia del país en la creencia que eso es lo más conveniente a los intereses de todos los venezolanos. Dejen que la muchacha decida…

Caracas, 11 de Noviembre de 2012

Twitter:@laguana

miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Quién toma “el fusil”?



Por Luis Manuel Aguana

Aclaratoria previa a los señores del SEBIN: no se escandalicen por el título de la nota. No estoy llamando a la insurrección civil, ni al golpe de Estado, ni a la Guarimba, por si acaso se les ocurre mandar las unidades antes de leer. Todo legal…

Hay una escena de la película “A Few Good Men” de Jack Nicholson y Tom Cruise donde este último increpa como fiscal militar  al personaje de Nicholson en relación a su responsabilidad como General norteamericano a cargo de la base de Guantánamo en Cuba. Ambos extraordinarios actores asumen su papel a cabalidad. El primero insiste en que su responsabilidad es hacer el trabajo sucio, de ser una pared de contención al comunismo y para eso requiere de gente dura dispuesta a echarse plomo con el enemigo sin importar a quien se tenga que llevar por delante.

Por otro lado Cruise en su papel de fiscal insiste en que aún en esas condiciones la ley debe prevalecer. A lo que riposta el personaje de Nicholson algo que en cualquier ocasión pondría pensar a cualquiera: la gente no desea ni quiere saber como yo le proporciono su seguridad y luego usted viene aquí a cuestionar mis procedimientos. Si no está de acuerdo en cómo lo hago, entonces escoja su muro tome un fusil y cuídelo, de otra manera déjeme hacer mi trabajo como yo considero que se debe hacer…

¡Qué interesante! El personaje de Nicholson plantea que hay un “trabajo sucio”, en este caso cuidar a la gente del comunismo- y del cual nadie desea saber- pero es necesario que alguien haga para mantener el “status quo”, pero que cuando es confrontado por la ley, representada en este caso por el personaje de Cruise, se establece la eterna batalla del “ser” y “el deber ser”, quedando al final como vencedor, en el caso de la película, el orden legal establecido. La Ley triunfó llevándose al personaje de Nicholson a la cárcel.

Eso es lo bueno a veces de las películas, llevan las situaciones a los extremos. De esa manera se pueden apreciar los contrastes que no son tan evidentes. No siempre sale vencedor “el deber ser” como en el caso de la película citada. De hecho, casi nunca se sale con la suya. Pero como en toda película que se respete los chicos buenos siempre ganan.

Sin embargo de esa escena me quedó grabado algo bien importante y que es en realidad el motivo de esta nota: a la hora del té- o de las chiquiticas como decimos en Venezuela- nadie está dispuesto a “tomar un fusil” y defender el muro. Deja que “alguien” haga el trabajo “sucio” sin importar el precio que tengan que pagar. Entendiendo aquí como el “fusil” la responsabilidad de algo que sabe que es necesario realizar pero que nadie pretende asumir porque lo considera difícil o “sucio”, o peor aún, que no es con él.

Creo que algo de eso que mencionó el personaje de Jack Nicholson es lo que nos está pasando en Venezuela. Todo el mundo sabe y en especial los que tienen la responsabilidad de tomar acciones, que el sistema electoral venezolano es una trampa y está arreglado para la permanencia eterna del que te conté en el poder. Ya no es posible seguir mirando para otro lado pero nadie quiere asumir eso. Quienes dirigen en la oposición prefieren llamar a votar y votar sin exigir un mínimo de condiciones y nosotros testigos pasivos de este horrorizante espectáculo, de alguna manera esperamos que “alguien” haga el trabajo de cambiarlo. Pero les tengo malas noticias: quienes deben abogar por cambiarlo o al menos hacer el esfuerzo, no están interesados en hacerlo.

Al principio, pensaba yo ingenuamente, que era un problema de tecnología no comprendida a cabalidad. Luego, que era un problema de un mal intencionado asesoramiento técnico (Grupo La Colina) o en el mejor de los casos, la ingenuidad política de poder ganarle a una ruleta trampeada de Las Vegas.

Al final y con el tiempo he ido cayendo poco a poco y en cuenta de que existe un interés de “este lado” que las cosas sigan igual. Lamento confesar que los inocentes en política caemos tarde. Y contra ese interés “de este lado”, ni un ejército de técnicos bien calificados y mejor intencionados que denuncien y denuncien podrá en contra de eso. Y tal situación amerita otro tipo de enfoque.

¿Cuál podría ser el interés de alguien “de este lado”- o de la oposición, para decirlo claramente- que permanezca un sistema tan perverso en el cual se eligen nuestros gobernantes sin contar los votos? ¿Cuál podría ser el interés de alguien “de este lado” que se siga alimentando el Registro Electoral de cuanto extranjero le interese al gobierno sin auditoría y sin ningún control? Tal vez debamos hacer las preguntas correctas para descifrar eso.

Y debo aclarar que no pienso que todos los que están “de este lado” formarían parte de esa conspiración. ¡Aun me queda cierto resquicio de inocencia! Esto lo digo porque después de meses de alertar a todo el liderazgo político opositor de que íbamos al matadero electoral con ese sistema perverso avalado y defendido por la misma oposición, no cabía dentro de nuestro entendimiento el porqué de esa posición irreductible que se cerraba a cualquier cuestionamiento técnico. Y la única respuesta posible se resume en una palabra tenebrosa: complicidad.

Y volviendo a las películas, deberíamos hacer como el popular detective Columbo: Preguntarse quién sale beneficiado. Allí no les puedo ayudar mucho en un ambiente tan confuso. Pero si tienen un poco de malicia pregúntense quien saldría beneficiado de un probable chavismo sin Chávez PERO en la oposición…Es una cosa diabólica y macabra pero eso es en lo que hemos estado hundidos desde hace muchísimos años y lo peor es que lo consideramos “normal”. Ya es hora de al menos empezar a sacar la cabeza de esa cloaca y respirar un poco de aire fresco para tener nuevas ideas.

Pero eso escapa del alcance de esta nota. Y aunque estamos en un terreno inexplorado en lo político debemos enfocarnos en el terreno firme de lo técnico y continuar proponiendo soluciones al problema del cambio necesario del sistema electoral, aun a sabiendas que es necesario un ambiente político adecuado para que ese cambio se pueda dar.  Al menos ya eso es un paso en la dirección correcta.

El saber que parte de los malos están entre los tuyos es un avance. Y es lógico que sea así. Si nos ponemos en la mente torcida de un militar que maneja los destinos de todos los venezolanos, no cabría menos que esperar que haya comprado sopotocientas mil conciencias para sabotear desde adentro de nuestras filas cualquier sacada de cabeza que pretendamos realizar. Así piensan los militares, y en especial los golpistas.

Entonces, lo primero que debemos hacer es identificar- y eso está bien difícil- quienes “de este lado” NO ESTAN en esa jugada. Estos se hallan en todos los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil donde existe gente honesta y de buena disposición a los que hay que convencer que con este sistema electoral no saldremos de este atolladero.

El apoyo de la gente consciente es importante para empezar una lucha por el cambio del sistema electoral venezolano y conseguir Elecciones Auténticas. No es solo un problema de técnicos de buena voluntad, es un problema de todos los venezolanos. Pero en esta oportunidad de la vida real -y a diferencia del caso de ficción de la película de Nicholson- muchos venezolanos si estamos dispuestos a “tomar el fusil” civil y defender el muro de la democracia del comunismo cubano, no porque lo consideremos un trabajo sucio, sino porque quienes tenían esa responsabilidad la olvidaron o se vendieron al régimen, abandonado el muro y dejándonos al descubierto.

Caracas, 7 de Noviembre de 2012

Twitter:@laguana