sábado, 20 de diciembre de 2014

Democracia Digital



Por Luis Manuel Aguana

Es interesante observar el contraste de las épocas y las herramientas. En la medida que se desarrollaron con el tiempo las herramientas, la humanidad avanzó en su forma de vivir y desarrollar calidad de vida. Tómese por ejemplo el transporte. De no haber existido una tecnología para transportar personas y cosas en las diferentes épocas, no se hubieran desarrollado ciudades y conglomerados industriales. La invención del automóvil y su masificación a principios del siglo pasado marcó un hito en la forma como se construyeron las ciudades y donde vivían las personas.

Sin embargo así como operaron esos cambios profundos de la humanidad con relación al transporte y la manera de vivir de la gente, no existe relación alguna en términos de proporción con lo que ocurre con los cambios producidos por la tecnología de la información y la manera en cómo ahora nos relacionamos las personas entre nosotros mismos, nuestros trabajos, e incluso nuestros gobiernos, y la manera en que nuestros representantes nos “representan” para tomar decisiones que nos afectan a todos.

Si bien es cierto ahora sabemos instantáneamente lo que ocurre al otro lado del planeta, tanto como lo que ocurre en nuestra misma ciudad, esa información, más allá de saber lo que pasa al instante, representa una sobredosis que paraliza al ser humano, siendo en la mayoría de los casos-para quien no sabe qué hacer con eso-, una maldición más que una bendición.

Cuando viajaba al exterior siempre me llamó la atención que los ciudadanos de localidades importantes de países desarrollados, fuera de las muy cosmopolitas, no sabían donde quedaba Venezuela, y lo más llamativo aún, ni les interesaba. Los que más tenían una idea, sabían de un país que producía petróleo en Sudamérica. Solo estaban pendientes de su propio círculo local de vida y de su propia cotidianidad.

Entonces, me decía yo, ¿qué hacían estos tipos con el Internet? ¿Porqué los periódicos locales no decían nada del resto del mundo? Y la respuesta no la vine a entender sino mucho tiempo después: esos países dividen sus problemas y los manejan desde su propio ámbito territorial de conocimiento y aplicación. Y cuando cada “espacio” es administrado por su gente, aplicando sólo el conocimiento que necesitan para resolver los problemas locales, no requieren saber de nada más, el resto les sobra.

En esos países cuando un individuo se hace más general, ya bien sea por razones de liderazgo público o privado, y su entorno va más allá de lo local, haciendo su esfera nacional o internacional, el sistema lo lleva a tener que conocer más. Y allí es donde se ve que un líder político o empresarial es global y generalista. En Venezuela los liderazgos no han aprendido eso todavía porque nuestro sistema de hacer las cosas y ver al mundo apunta a ser generalista de una sola vez, donde se sabe de lo general sin haber aprendido lo local.

En los países desarrollados, a pesar que los cambios en la tecnología de la información no se han traducido muy fuertemente en el modo en que la gente se relaciona, si tienen claro que poco a poco esos cambios se darán de una manera gradual dentro de su propia manera de hacer las cosas, dejándole a la tecnología el justo lugar que le corresponde. Por ahora, la mayoría de la gente asiste con un horario a un puesto de trabajo a pesar que en ésta nueva época, prácticamente todas las personas somos procesadores de información y podemos hacer el trabajo desde nuestras casas. Incluso podemos vernos y reunirnos virtualmente sin movernos de lugar. Y eso nos lleva también a la redefinición gradual del nuevo rol de nuestros representantes en esta época de contacto digital masivo, que hace que la relación entre representantes y representados estén comunicados de una manera directa y sin barreras.

Todavía la mayoría de nuestro liderazgo político en Venezuela cree que las nuevas herramientas de comunicación se usan como se usaban las anteriores (radio, prensa y televisión). Tienen cuentas de Twitter y Facebook porque es la moda y no saben usarlas. No discuten bis-a-bis con sus electores y representados. Creen que era como antes que escribían artículos en la prensa y eso se quedaba allí, sin que la gente pudiera replicarles inmediatamente y ellos darse el lujo de no contestar. La aparición de nuevas caras en esos medios que no necesitan pedirle permiso a ningún editor de prensa o dueño de medio televisivo o radial para ser tan conocidos como ellos y que fijan nuevas líneas de política, es el pan de cada día. Es un mundo nuevo y un juego político muy diferente que tiene un tablero dinámico para operar.

En Argentina un grupo de jóvenes crearon un nuevo partido político con el nombre “Partido de la Red” que “propone mejorar la democracia aprovechando las virtudes de Internet” (ver Wikipedia Partido de la Red en http://wiki.partidodelared.org/index.php/P%C3%A1gina_principal). La intención principal es que los representantes electos hagan lo que sus representados en mayoría dispongan. Para ello concibieron una aplicación por teléfonos inteligentes denominada DemocraciaOS. “La propuesta del Partido de la Red es que los ciudadanos puedan debatir y votar en la plataforma Democracia OS sobre los proyectos de ley de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No habrá barreras para la participación: todos los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires podrán expresar su opinión.”. Les invito a ver la extraordinaria conferencia de Pía Mancini fundadora de ese partido, explicando los alcances de esa iniciativa (ver TED http://www.ted.com/talks/pia_mancini_how_to_upgrade_democracy_for_the_internet_era) y su historia en YouTube (http://youtu.be/scCKzU2jQWc).

Esa conceptualización de democracia directa, sin intermediarios de cogollos o negociadores de política, que hacen con el mandato de los ciudadanos lo que les viene en gana, está en vías de extinción. Pero más allá de eso, la combinación de comunicación directa entre elector y elegido a través de una herramienta novedosa y la subdivisión con responsabilidad real y de recursos de los “espacios” locales (Municipales), Estadales y Federales, establecen unos niveles de responsabilidad diferentes, haciendo mucho más preciso quien debe ocuparse de qué, y qué debe exigírsele a quien.

Una democracia basada en un nuevo modelo de descentralización como el propuesto en el Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/) está en completa sintonía con ese tipo de democracia que ya visualizamos como una realidad en el mundo dentro de los próximos años y que bien podríamos bautizar como Democracia Digital. Ya estamos dando los primeros pasos para llegarle al ciudadano y convocarlo como nunca antes se había realizado en el país, aprovechando las herramientas del Siglo XXI para refundarlo con nuevas estructuras, que nos permitan heredarle a las nuevas generaciones una Venezuela que si mire hacia el futuro.

Caracas, 20 de Diciembre de 2014

Twitter:@laguana

martes, 16 de diciembre de 2014

UNO, transición y Constituyente


Por Luis Manuel Aguana

Aunque lamentablemente y por problemas técnicos escuché por pedazos la conferencia  vía Zello que realizó anoche el Dr. Luis “Balo” Farías, a través del canal “Venezuela Hasta los Tuétanos” (http://www.ivoox.com/charla-dr-luis-balo-farias-15-12-2014-audios-mp3_rf_3862807_1.html), explicando nuestra propuesta al país del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), si pude escuchar algunas valiosas intervenciones que no puedo menos que comentar por este medio ya que tocan, a mi modo de ver, el centro de nuestro planteamiento al país de convocar al Depositario de la Soberanía, al haberse cerrado todas las vías naturales para: a) solucionar el que consideramos el verdadero fondo del problema que padecemos los venezolanos, más allá de indicar que estamos en medio de un Estado delincuente y cubanizado; y b) pasar de un estado actual de caos a un estado de reconstrucción y recuperación de la democracia.

No es fácil abordar este problema. Hemos estado muchos meses tratando de explicarle al país, en especial a la dirigencia política y a aquellos que marcan opinión el alcance del planteamiento, y si a ellos les resulta difícil entenderlo, imaginen como puede ser para el resto de la opinión pública a la cual pretendemos llegar.

Y no se trata que nosotros seamos alguna suerte de “iluminados” que nos encontramos la piedra filosofal de la política y los demás son unos tapados que no nos  entienden. No. Se trata de ver el problema desde una perspectiva diferente, de ver más allá del cuadro en donde nos hemos encasillado desde hace más de 30 años, intentando dar soluciones tradicionales a problemas inéditos y sumamente complejos.

Comenzaré por el fondo del planteamiento. Chávez llegó a la política venezolana en 1992 por las mismas razones por las que estamos tratando de salir de este régimen. Los problemas que había en 1998 y por los cuales los venezolanos le dieron su voto en mayoría relativa y compraron su planteamiento constituyente, aun sin saber que implicaba eso ni como se comía, se han agravado de manera superlativa, al punto que ya no es posible salir por la vía tradicional electoral como lo plantea la oposición oficial y colaboracionista, entre otras razones porque el régimen contaminó esa vía para quedarse en el poder.

Coincidimos plenamente entonces en que no hay salida electoral con aquellos usuarios de los canales de Zello que forman parte de una resistencia activa al régimen y que plantean la vía de la aplicación del Artículo 350 constitucional, así como de aquellos amigos, entre los cuales se encuentran Alberto Franceschi y el V.A Mario Iván Carratú, fundadores de UNO (Un Nuevo Orden), organización que se ha declarado “político-social, civil y militar”, que intentan la vía cívico-militar como el mecanismo para lograr esa transición, a la que indefectiblemente deberemos llegar los venezolanos para pasar de un estado al otro.

Nuestra diferencia estriba entonces en el cómo llegamos a esa transición. Todavía no he escuchado de quienes indican que “¡hay que ir al 350 ya!” como se come eso, más allá de pedirle a los militares que intervengan. Incluso hay quienes han indicado que esa transición debe venir del chavismo (¡!), con todo y lo sorprendente que esto pueda ser. He opinado en no menos de dos oportunidades explícitamente en relación al tema de la transición (ver Reinterpretando la Transición en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/reinterpretando-la-transicion.html y El signo de la Transición http://ticsddhh.blogspot.com/2014/07/el-signo-de-la-transicion.html) y en ambos coincido en que obviamente no es posible dejar el factor militar afuera de esta ecuación. PERO (siempre hay un pero) a mi juicio es LA SOCIEDAD CIVIL Y NO LOS MILITARES los responsables de este proceso, independientemente que estos últimos sean los que al final obliguen a forzar un cambio en las condiciones políticas del país.

Es por eso que siempre hemos hablado de la vía CONSTITUCIONAL para resolver este problema, entre otras razones porque este asunto no es solo de quienes nos consideramos opositores al régimen sino también de quienes estando en la acera del oficialismo también desean un cambio y que ven en cada vez mayor proporción que el sistema que propone el régimen del “mar de la felicidad cubano” no es la solución. Y es allí donde está el verdadero reencuentro y la reconciliación. Pero no con los delincuentes sino con el pueblo “chavista” (si, entre comillas, porque al final también son venezolanos).

Entonces, el Proyecto País Venezuela no es una cosa aislada del problema de la transición y no se puede ver como un proyecto de “buenas intenciones” que se aplique después que los militares y un grupo de civiles iluminados “resuelvan” la transición, entre otras razones porque sería un golpe de Estado más de los que ya estamos cansados los venezolanos.

Es más, si hay un golpe NO DESEO NINGUNA CONSTITUYENTE y que se quede la constitución como está, porque esta sería una más de las muchas que han existido en nuestra historia republicana, que se haría para acomodar la nueva circunstancia política a los nuevos gobernantes. Sería iluso suponer que aquellos que vengan en ese nuevo escenario no quieran, como estos que ya tenemos, administrar la chequera del Estado, en un “quítate tu pa’ponerme yo”. Nunca habrá garantía de que eso no suceda, siendo una lotería pensar que esos militares nuevos sean como los de 1958.

¿Qué es lo que le daría verdadera legitimidad a cualquier pronunciamiento de las Fuerzas Armadas o movimiento cívico-militar como el que propone UNO? TRES MILLONES DE FIRMAS EN LAS MANOS, certificadas, comprobadas, blindadas recogidas por una sociedad civil organizada para eso, SIN LA PARTICIPACION DE NINGUN ORGANO CONSTITUIDO CORROMPIDO. Eso es lo que proponemos y en eso estamos. Primero es la VOLUNTAD POPULAR expresada en los Artículos 5 y 347 constitucionales, exigiendo como pueblo depositario de la soberanía LA CONVOCATORIA DE UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE con un Tribunal Electoral Constituyente que garantice  Elecciones Autenticas de los constituyentistas, ensamblado con unas reglas o Bases que el mismo depositario de la soberanía imponga, que respete el Principio de Representación Proporcional y la participación de todos los venezolanos sin distingo de condición política.

Una vez que se tenga el mandato claro del Depositario de la Soberanía en las manos, no habría fuerza gubernamental que impida un cambio. Allí si toca que quienes deben defender con las armas esa Soberanía lo hagan, y si no lo hacen entonces los ciudadanos tienen el derecho y el deber de salir a las calles a defenderla. Iríamos entonces a las calles con un PROPÓSITO CLARO. Nadie en el mundo nos puede negar que luchemos para pedir democracia.

¿Se dan cuenta entonces que la transición no es una cosa diferente y es parte de un mismo todo constitucional? No se me escapa que esa transición será durísima y las medidas que habrá que tomar serán de mucho dolor para el pueblo venezolano. Pero es precisamente por eso que no puede ni debe ser la decisión de unos pocos sin el respaldo de la Soberanía popular que solo deviene de voluntades recogidas para una reconstrucción basada en un Proyecto con un norte claro. A eso es lo que llamamos “empoderamiento popular” de aquellos que dejando de ser pueblo nos convertimos en ciudadanos para exigir democracia y libertad.

Caracas, 16 de Diciembre de 2014

Twitter:@laguana