martes, 18 de septiembre de 2018

Intervención militar o disuasión fuerte

Por Luis Manuel Aguana

El mensaje del Secretario General de la OEA fue muy claro: “Dije muy claramente que siempre debemos agotar el camino de las acciones diplomáticas y que debemos dejar todas las opciones abiertas, que no debe descartarse ninguna opción. A partir de ahí, algunas interpretaciones maniqueístas buscaron cambiar el eje de la discusión. El desarrollo fue que hablábamos de ataque militar de violencia, que éramos favorables a la agresión armada. No es cierto…” (ver Mensaje de Luis Almagro sobre visita a Zona de Frontera Colombia-Venezuela, en https://twitter.com/Almagro_OEA2015/status/1041421553513058304). Sin embargo las declaraciones de Almagro en Colombia fueron interpretadas como que el Secretario General de la OEA estaba a favor de un ataque militar, e inmediatamente saltaron los Cancilleres del Grupo de Lima rechazando una intervención militar en Venezuela (ver El Grupo de Lima rechaza cualquier intervención militar en Venezuela

Pero lo que me llamó más la atención fue la fuerte reacción de toda la opinión pública en contra de la Declaración del Grupo de Lima, lo cual refleja ciertamente el curso de la corriente que en este momento esta prevaleciendo en relación a la manera en cómo debe resolverse la crisis venezolana. Y esto amerita un examen un poco más detenido, dado a que está tomando cada vez más cuerpo la necesidad de explorar la expresión “todas las opciones”, habida cuenta que ya los Cancilleres del Grupo de Lima expresaron la posición de sus países en relación a no intervenir militarmente en Venezuela.

Y “todas las opciones” no necesariamente implican solo la opción militar, aunque esa pueda ser también estudiada por esos países. La gente en Venezuela se encuentra muy, pero muy desesperada. Sin poder comprar un mínimo de alimentos por una escandalosa hiperinflación, sin medicinas, sin atención médica, sin agua, sin electricidad, sin servicios públicos básicos porque todos han colapsado, cualquier ser humano que viva en Venezuela que no lo pueda sostener, o se va o se muere. Así de simple están las cosas. Y cada vez es mayor la cifra de quienes no lo pueden sostener. De allí el éxodo en masa para los países vecinos.

¿Y cómo se detiene eso? Yendo a las causas: derrocando la dictadura comunista de Maduro. ¿Pero es así de simple? ¿Metemos a los militares multinacionales desde afuera y ya? Aun cuando la corriente de opinión apunte a una intervención militar con fines humanitarios, el resultado de esa decisión puede ser aun peor. Y eso tal vez no se está visualizando aquí por la desesperación que tenemos en Venezuela.

Ya hemos indicado muchas veces que estamos en una situación de rehenes. Y los delincuentes tienen sembrado el sitio con explosivos. Si alguien cruza por la puerta los hacen estallar, muriendo ellos y nosotros y por supuesto quienes se metan. Prefieren hacerlo así porque son fanáticos y quieren probar un punto ideológico difícil de comprender por quienes no entendimos que esto era parte de un plan que tiene años en ejecución.

El régimen entrena permanentemente a milicianos paramilitares armados en todo el país, y no precisamente para agredir a quien nos invada sino a los propios venezolanos que nos opongamos a ellos. Es posible que se activen de manera criminal en contra de la misma población opositora desarmada -a quien ya han identificado- cuando comience una refriega violenta. No estamos hablando de gente racional sino de talibanes fanáticos ideologizados. Entonces, antes de dar un paso que comience un enfrentamiento armado, lo que sería un baño de sangre imposible de cuantificar, creo que lo mas responsable sería seguir explorando opciones, aunque el tiempo ya este agotado o a punto de agotarse. Siempre hay tiempo para evitar la violencia.

Por si ya no fuera suficiente con lidiar con los grupos de paramilitares armados, y la amenaza que esto representa para la población civil, nos queda aún por resolver el posible periodo de inestabilidad y anarquía posterior en el país de no existir un plan serio de regreso a la institucionalidad. Una caída no controlada del régimen que no implique la participación de la soberanía popular, que refrende las actuaciones de quienes hayan insurgido para desmontar a los delincuentes del poder será altamente inestable, simplemente porque muchos otros grupos conspirarán atribuyéndose protagonismos y derechos.

Este tipo de grupos generalmente se preguntan: ¿y porque ellos y no nosotros? Y eso solo cesa cuando el pueblo es el que dispone quien debe gobernar. De allí que se haga indispensable mover a la opinión pública para convencerle de que sea la soberanía la que decida un plan elaborado a conciencia para ser ejecutado a fin de llenar el vacío de poder antes de que caiga el régimen. Pero para mucha gente con ganas de poder eso no es conveniente. Prefieren que caiga como una piñata: el que tenga más fuerza, que recoja más caramelos del piso, aunque eso no sea de la conveniencia de los venezolanos.

Hace más de un año había manifestado que no estaba en contra de una intervención (ver  Intervenciones humanitarias, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/08/intervenciones-humanitarias.html) si el “dueño de la casa” decide llamar al 911 internacional porque la dictadura le está negando el derecho a recibir ayuda humanitaria. Como dice Luis Almagro, existe la responsabilidad de proteger. Y el “dueño de la casa” aquí es el pueblo de Venezuela.

Si la representación constitucional de ese pueblo es designada sin más dilación, los términos de esa ayuda pueden ser definidos de inmediato entre nuestra representación constitucional, esto es, un Gobierno de Emergencia Nacional nombrado para tal fin, y la comunidad internacional.

Si este, luego de evaluar con profundidad pero con extrema urgencia la situación, decide que se requiere de una intervención basada en el principio señalado por el desaparecido ex Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan, según el cual “El gobierno de ningún país tiene el derecho de escudarse detrás de la soberanía nacional para violar los derechos del hombre o las libertades fundamentales de los habitantes de ese país”, entonces la comunidad internacional no estaría actuando unilateralmente, sino a pedido de un Gobierno de Emergencia legítimo, que responderá por lo que suceda después.

Pero si por el contrario, un grupo de países decide por su cuenta intervenir en Venezuela porque ya no se puede seguir esperando debido al daño que está causando la situación venezolana en la región, ya estarán desde este momento compitiendo para manejar el país los buitres que captan el olor descompuesto de los restos del régimen de Maduro, con la consiguiente y segura inestabilidad futura.

¿Cuál de las dos prefiere usted?

Ahora bien, si el TSJ legitimo y la Asamblea Nacional deciden (como al parecer por su parte ya lo ha decidido la Asamblea Nacional) que no llenarán el vacío de poder que ha dejado la sentencia condenatoria de Nicolás Maduro Moros, el vacío se llenará igual, por imposición de los hechos y sin control de nadie designado por el pueblo de Venezuela o por sus poderes legítimos. Aparecerá de la nada una intervención militar-humanitaria promovida por alguna coalición internacional, con su correspondiente Junta de Gobierno que decidirá el destino de los venezolanos, con el consiguiente riesgo de repetir el cuento de las ranas pidiendo Rey (ver Fabulas de Esopo http://ticsddhh.blogspot.com/2012/03/fabulas-de-esopo.html). El remedio puede ser peor que la enfermedad. Ya nos paso una vez con Hugo Chávez…

Pero de existir un Gobierno de Emergencia, este podría perfectamente decidir que antes de llamar al 911 internacional “disuadiéramos” a los delincuentes que desgobiernan el país a someter a la soberanía popular, con todas las garantías internacionales del caso, el destino de la nación, so pena de tomar la última decisión que representa una solución violenta que no ganaría el régimen ni por casualidad. Se le estaría dando un chance al pueblo de pronunciarse en relación a su presente y futuro, en particular acerca de cómo se llevaría a cabo el proceso de transición, y el “dueño de la casa” decidiría con el apoyo de toda la comunidad internacional desmontar el sistema que nos ha arruinado así como el discurso del régimen de una “invasión imperialista”.

¿Estarían los secuestradores que nos tienen de rehenes, dispuestos a negociar su salida sin muertos que contabilizar a través de ese mecanismo? Porque en una intervención habrá muertos de todos lados, pero si de algo estoy seguro es que los primeros serían ellos. ¿Estarán dispuestos verdaderamente a detonar los explosivos, volándonos a todos con ellos adentro sin negociar antes una salida? Creo que el Grupo de Lima y el Secretario General de la OEA podrían estar de acuerdo en esta versión disuasiva de la intervención.

De acuerdo al ex Embajador ante las Naciones Unidas, Diego Arria “la capacidad de disuasión de una potencia, como Estados Unidos, no ha sido utilizada todavía en la medida en que eso es posible y que sea más eficiente…Yo creo que la mejor intervención para Venezuela es la de la disuasión….Te repito: el momento es de la disuasión fuerte. La mafia la utilizaba: “I’ll make you an offer you can’t refuse”.” (ver Diego Arria: “Ni China ni Rusia intervendrán por Venezuela”
https://es.panampost.com/orlando-avendano/2018/09/07/diego-arria-ni-china-ni-rusia-intervendran-por-venezuela/). Sería interesante comenzar a trabajar en “cuál sería la oferta que no podrían rechazar” que les propondríamos, pero estoy seguro que encontraríamos alguna en aras del rescate de nuestra libertad y con el menor costo en vidas posible…

Caracas, 18 de Septiembre de 2018

Twitter:@laguana

viernes, 14 de septiembre de 2018

El plan del pueblo soberano

Por Luis Manuel Aguana

“El líder debería ser un plan. Nuestro líder es un mapa. Nosotros lo que necesitamos, todos, los que están adentro, los que están afuera, los desplazados, los exiliados, los perseguidos, todos, es una hoja que nos ponga a todos en la misma línea...” (ver entrevista a JJ Rendón, estratega político y asesor electoral venezolano, con la periodista Idania Chirinos en NTN24, en https://youtu.be/h35yMoayWe0). Y tal vez JJ tenga razón. En un estado de caos opositor donde no se visualiza por ningún lado quien lleva las riendas opositoras y todos compiten por tener la razón, difícilmente existirá una solución al grave problema que enfrentamos los venezolanos.

Pero JJ Rendón no se refería a que alguna persona o grupo en especifico tuviera el liderazgo para enfrentar esta situación tan compleja que vivimos, conducida por unos delincuentes que si cuentan con un plan de destrucción premeditado que ha sido muy efectivo para mantenerse en el poder. JJ se refería a que mirando este macro problema que tenemos, se tiene que pensar en un plan global que nos incluya a todos para combatir al régimen en su propio terreno en una situación de atomización opositora donde todos creemos tener la razón.

Pero no existe una unidad de criterios. Mientras algunos creemos que en Venezuela hay una situación de rehenes, otros creen que lo que hay aquí es un mal gobierno que sale por elecciones. Y hasta que no tengamos una posición común y coincidamos todos en que es lo que estamos enfrentando difícilmente habrá solución.

Sin pretender estar en desacuerdo con ese planteamiento, porque ese es el tratamiento correcto que un estratega de la talla internacional de JJ Rendón le da a al problema que tenemos,  podría afirmar que esa solución se asemeja a aquella del cuento donde unos  ratones expertos propusieron la solución ideal para resolver el problema de poder llegar a la comida advirtiendo la presencia del gato. La solución que dieron los especialistas fue colocar un cascabel alrededor del cuello del animal para así saber cuándo se acercara. Esa era sin discusión la solución del problema. Pero inmediatamente surgió la pregunta que todos conocemos: ¿Y quién le pone el cascabel al gato? Esa es la solución teórica ideal pero luego vino la realidad y la desmontó.

¿Quien pone de acuerdo a todo el liderazgo político opositor venezolano para acordar y seguir un mismo plan para salir del régimen? Resolver eso sería más difícil que la misma solución para expulsar a Maduro y sus ladrones del poder en Venezuela. Aún teniendo un plan -que ciertamente creo que JJ Rendón ya tiene- sería más factible encontrar otra solución que lograr que la dirigencia política acepte un plan común, por extraordinario que este sea. Las diferencias son demasiado grandes, sin contar con la existencia de un colaboracionismo abierto opositor pagado por el régimen.

Sin embargo, la misma situación ha ido convenciendo poco a poco a los venezolanos que el país se ha convertido en una gran cárcel donde estamos todos encerrados con los pranes que manejan el penal, donde no valen otras reglas que las que ellos imponen por la fuerza. De allí que gran parte de la población haya decidido escaparse por las fronteras antes que las cosas empeoren, si es que ya no están lo suficientemente malas.

Vistas así las cosas, creo que los venezolanos si hemos coincido en la caracterización del problema–no así los dirigentes políticos- y que ese plan del que habla JJ Rendón debería estar refrendado por el pueblo soberano que si sabe -sin que nadie se lo diga- con quienes están tratando. Eso reduce el problema, no a convencer a la dirigencia política para que siga un plan común, sino al pueblo mismo de la ruta a seguir. Pero ¿puede una población rehén de unos malandros decidir su destino? Claramente no. ¿Puede una dirigencia opositora en Venezuela decidir algo cuando ellos son objeto de amenazas y presiones de esos mismos pranes que nos tienen secuestrados dentro del país? Fuera del colaboracionismo de muchos de ellos, aquellos que se opongan abiertamente son sometidos, presos y torturados. Ni decir tengo que hay ejemplos recientes de esa conducta.

Entonces cuando vemos las declaraciones blandengues de la dirigencia política local a favor de continuar con una charada electoral con el régimen, no podemos saber si es porque están amenazados, o porque están cobrando o porque simplemente quieren pasar por debajo de la mesa, dejando que esta crisis se profundice convirtiendo a Venezuela en algo peor que Cuba. Y a medida que pasan los días, ya los personeros del régimen, que ya están plenamente identificados por la Comunidad Internacional como unos delincuentes, se atrincheran en el país porque no pueden escaparse de él, y huyendo hacia adelante presentan un nuevo proyecto de Constitución socialista que los pone a gobernar hasta que les de la gana, y al que hay que oponerse solo por definición, que le cercena ya por librito los derechos a los ciudadanos.

¿Debería el mundo considerar que los venezolanos que vivimos en Venezuela –dirigencia política opositora incluida- estamos en la posición de decidir una solución para este problema? ¿Les está dado a los partidos de la oposición negociar con el régimen unas elecciones espurias en diciembre en su condición de rehenes? Es como si les preguntaran a los rehenes retenidos en medio de un atraco a un banco que se les ocurre a ellos para liberarse de los delincuentes. ¡Nada! ¡Son rehenes que hay que liberar!

Entonces mal puede el Poder Legislativo en Venezuela, rehén del pranato de Nicolás Maduro Moros, decidir en relación a llenar el vacío de poder en Venezuela tras una sentencia condenatoria del mismo Nicolás Maduro Moros. Sería completamente absurdo. Cualquier propuesta, discusión o acuerdo que hagan desde la Asamblea Nacional a partir de esa sentencia estará sesgado por la amenaza e intimidación que el régimen ejerza sobre los diputados que no quieran seguir el destino del Diputado Juan Requesens. Con ese ejemplo el régimen claramente demostró lo que le puede pasar a quienes no se dejen comprar desde el poder.

Esperar entonces que la Asamblea Nacional designe un próximo Gobierno de Transición, o de Emergencia como lo llamamos desde aquí, para cubrir el vacío de poder luego de la sentencia firme en contra de Maduro, es en el mejor de los casos un contrasentido. Y en el peor sería un “autosuicidio” ya que el régimen podría disponer también de esa decisión bajo amenaza o colaboracionismo de los diputados opositores bajo su control.

Le corresponde finalmente entonces al único Poder Legitimo fuera de la influencia del régimen, el Tribunal Supremo de Justicia legitimo en el exilio, decidir lo necesario para subsanar el vacío de poder en Venezuela. Esto no solo pasa por decidir un Gobierno de Emergencia Nacional, sino también el alcance de sus decisiones para recuperar la libertad de los rehenes que estamos en Venezuela. Eso, en los términos expuestos por JJ Rendón, sería precisamente el plan que ejecutaría ese Gobierno para recuperar el país. Pero ese plan necesariamente tendrá que contemplar la participación del pueblo de Venezuela en las decisiones fundamentales, a tenor de lo dispuesto por el mismo Alto Tribunal en su Auto de Ejecución de Sentencia de fecha 30 de noviembre de 2017: “Tercero:….En razón de que el país está sumido en una crisis social y económica profunda que tiene afectado la vida normal de los ciudadanos, es procedente la activación de la resistencia civil y pacífica decretada por este Alto Tribunal al tenor de los artículos 333 y 350 constitucional, lo que hace urgente producir los cambios que requiere Venezuela para la restitución de la vigencia de la Constitución y por ende de la democracia en Venezuela, por lo tanto, cualquier salida de la crisis que se pretenda en el escenario político, debe hacerse dentro de los mecanismos de participación popular que consagra el artículo 70 de la Constitución, y nunca a espaldas del pueblo, con el fin primordial de provocar la salida inmediata de todo aquello que ha generado la crisis por la que atraviesa el país. (ver Auto de Ejecución de Sentencia TSJ legítimo, en http://ancoficial.blogspot.com/2017/12/auto-de-ejecucion-de-sentencia-tsj.html) (Resaltado nuestro).

Luego de recuperar nuestra libertad y después que el pueblo de Venezuela ejerza su participación a través de los mecanismos que la misma constitución establece, no habrá duda de nadie y coincidiremos todos en ese gran plan del pueblo soberano, haciendo realidad esa idea del liderazgo de un plan para salir de la tiranía.

Caracas, 14 de Septiembre de 2018

Twitter:@laguana