Por Luis Manuel Aguana
No hay concepto más duro y drástico, pero necesario, como el de la destrucción creativa de Joseph Schumpeter, que inicialmente formulado para la economía, ha demostrado que aplica a prácticamente toda actividad del ser humano, porque lleva encerrado en sí mismo la esencia de la renovación. “De acuerdo a Schumpeter, el "viento perenne de destrucción creadora" describe el "proceso de mutación industrial que incesantemente revoluciona la estructura económica desde adentro, destruyendo incesantemente la antigua, creando incesantemente una nueva" (ver Wikipedia, Destrucción creativa, en https://es.wikipedia.org/wiki/Destrucci%C3%B3n_creativa).
La tecnología es una prueba constante y viviente de ese concepto: las fotografías digitales destruyeron las películas de acetato donde se grababan por luz las antiguas fotografías, y se construyó a partir de allí un concepto nuevo, una nueva industria que llevó a la ruina emporios industriales como Kodak. Spotify y Apple Music destruyeron el negocio de la industria de la música, basada en discos físicos o CDs tradicionales, que habían venido evolucionando desde el disco de pasta y luego de acetato, pasando por los casetes de cinta magnética. La telefonía celular y las aplicaciones de voz digital dentro de teléfonos portables, destruyeron el jugoso negocio de la comunicación internacional de las compañías telefónicas.
Podríamos mostrar muchos más ejemplos, que llegan exactamente a lo mismo: para que una nueva idea o solución se imponga –innovación- la anterior debe destruirse. O mejor expresado, se tiene que destruir lo viejo para dar paso a lo nuevo, en un incesante ciclo de destrucción creativa para que podamos seguir adelante. Y no es un proceso que se pueda detener, aunque muchos lo han intentado y fracasado.
Ese mismo concepto se puede aplicar a la clase política derrotada el 22 de octubre de 2023 en unas primarias que decidieron quien llevaría las riendas del cambio político en Venezuela, que con el respaldo de la mayoría de venezolanos, derrote a una tiranía que se niega -por definición- a abandonar el poder democráticamente. Pero también para destruir creativamente a las fuerzas políticas “opositoras” que perdieron esa elección y que dejaron desde hace mucho tiempo de representar a los venezolanos, y que no queriendo aceptar ese cambio, se aferran a los mismos mecanismos del pasado para no salir de la escena política, sin importarles que la tiranía se imponga, a pesar de la decisión contundente de los venezolanos el 28 de julio de 2024. Prefieren que el cambio político no se produzca, sumiéndonos en más de 100 años de atraso político, y pretendiendo que los venezolanos paguemos por su supervivencia. Pero el concepto de Schumpeter se terminará imponiendo, como siempre se ha impuesto históricamente.
Para los escépticos, mostramos cómo el concepto de destrucción creativa aplica también a la política:
“El concepto de destrucción creativa de Schumpeter, originalmente aplicado al ámbito económico, puede ser una lente muy útil para analizar los procesos políticos. ¿Cómo podemos aplicar la destrucción creativa a la política?
· Innovación
política: Al igual que en la economía, la innovación es clave en la
política. Nuevas ideas, propuestas y movimientos pueden "destruir"
viejas estructuras políticas y dar lugar a nuevas formas de gobernar y de
relacionarse con la sociedad.
· Destrucción
de viejas estructuras: Los cambios políticos suelen implicar la
desmantelación de sistemas políticos obsoletos o ineficientes. Revoluciones,
reformas profundas y cambios de régimen son ejemplos claros de esta
"destrucción".
· Creación
de nuevas realidades políticas:
Tras la destrucción, se abre un espacio para la construcción de nuevas
instituciones, normas y prácticas políticas. Esto puede llevar a cambios
radicales en la forma en que se toman las decisiones, se distribuye el poder y
se representa a los ciudadanos.
· Ciclos políticos: Al igual que en la economía, la política también experimenta ciclos. Períodos de estabilidad pueden ser seguidos por momentos de gran transformación, en los que se produce una intensa destrucción creativa. (ver IA Gemini, Creación y Destrucción en Política, en https://gemini.google.com/share/a1b833e58fdb) (resaltado nuestro).
Está ahora en manos de María Corina Machado (MCM) como líder indiscutible del proceso de cambios políticos, la creación de una nueva realidad política para Venezuela, después de las elecciones del 28 de julio de 2024. No menciono para este cambio a Edmundo González Urrutia (EGU), quien como venezolano producto de esa clase política que se niega a desaparecer, deberá en algún momento crítico en el cortísimo plazo decidir si será un freno o parte del proceso indetenible de destrucción creativa hacia una nueva realidad política en Venezuela.
Cuando en mi nota pasada (ver Hay que juramentar a Edmundo, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/01/hay-que-juramentar-edmundo.html) indicaba que había que juramentar a EGU, no lo expresaba como la culminación jurídica de su elección como Presidente, sino como parte de ese proceso de destrucción creativa de lo viejo hacia lo nuevo.
Muchos respetables y renombrados juristas han señalado la supuesta imposibilidad de la juramentación de EGU como Presidente de la República en ejercicio fuera de Venezuela. No es motivo de esta nota valorar la certeza o no de esas afirmaciones, pero lo que sí puedo indicar es que el proceso político que vive el país requiere inmediatamente de un Presidente en ejercicio a favor del cambio democrático, independientemente de donde este, y creo que es el deber de todos quienes podamos contribuir a que eso se logre, poner lo mejor de nuestro conocimiento para que sea una realidad viable, sin ponerle objeciones, porque de no ser así se le hace un gran servicio a la tiranía para continuar ilegítimamente en el poder.
El Presidente Electo, con el pasar del tiempo sin que suceda algo que cambie ya la situación política en Venezuela, terminará siendo un jarrón chino que en algún momento no se sabrá dónde colocar. Esa situación de indefinición deja a Venezuela en las manos exclusivas –y sin contraparte oficial venezolana- de la disposición o no de la Comunidad Internacional de salir de la tiranía de Maduro. Es imposible para ningún venezolano saber qué es lo que terminarán haciendo con la tiranía venezolana si no estamos en esas decisiones oficialmente como gobierno.
Un Presidente y Vicepresidente de la República ejerciendo todas las atribuciones que les concede la Constitución, contribuirían en el exterior de manera determinante a que esas decisiones, que deberán estudiarse y coordinarse desde las principales capitales de los países de esa Comunidad Internacional que los reconocen, sean tomadas a la brevedad posible. Queda entonces en las manos de la actual dirección política opositora decidir si alargar más o no la situación de angustia de los venezolanos. Tomando la decisión política de convertir oficialmente a EGU en Presidente y a MCM en Vicepresidente, esas acciones se deberán precipitar.
Por otro lado, EGU como Presidente Electo en el exterior, dependiendo económicamente de la clase política que fue derrotada como representante de nuestros intereses, es una contradicción en sí misma, porque serán ellos los primeros en impedir que su desempeño sea exitoso y no querrán que se juramente bajo ningún respecto fuera de Venezuela. Eso les da tiempo más que suficiente para montarse en unas elecciones con Maduro para “normalizar” la situación de Venezuela. Y ya están dando los primeros pasos para eso, como lo manifiesta el periodista Orlando Avendaño en un mensaje en la red social X /Twitter): “Esto es un escándalo. El Gobierno suizo está organizando una ronda de diálogo con colaboracionistas y normalizadores, con el fin de luego participar en las negociaciones del ilegal cambio constitucional de Maduro. Participan los rectores Arturo Peraza y Victor Rago, Stalin González del partido colaboracionista Un Nuevo Tiempo, Ramón José Medina, Ramón Guillermo Aveledo, entre otros” (ver mensaje de (@OrlvndoA) en X (Twitter), en https://x.com/OrlvndoA/status/1883209237343433161).
En el mensaje de Avendaño se copia una invitación del “Institute for Integrated Transitions”, IFIT para “examinar oportunidades” convocando a una reunión titulada “Reforma Constitucional oportunidades en un esquema de continuidad del conflicto” con los principales de la “Comisión Nacional por la Reforma Constitucional” del régimen. Viendo los invitados especiales de la “otra parte” para debatir “continuidad”, podemos sacar algunas conclusiones que nos retrotraen a tiempos que de verdad deseamos dejar en el pasado, donde la seudo oposición jugó un papel trascendental para la continuidad del régimen de Maduro.
Solo MCM y su equipo pueden tomar la decisión política, juramentar a EGU o dejar correr su situación sin un estatus oficial. Retrasarlo será un suicidio político que les da tiempo a quienes están ayudando a Maduro a quedarse. Si se toma esa decisión POLÍTICA, saldrán las fundamentaciones JURÍDICAS que sean necesarias. Ese es el orden correcto, no al revés. Por más que los partidos de la MUD-PUD hayan puesto su tarjeta en las elecciones, por más que todavía controlen los fondos de la OFAC, por más que traten de impedir las consecuencias de la decisión del pueblo venezolano, nunca más tendrán nuestro respaldo en ninguna elección en el futuro. Ya su tiempo pasó y les toca ser destruidos, entendiendo esa destrucción como una transformación necesaria para el país.
Una vez que EGU se convierta en Presidente y MCM en Vicepresidente, con el control administrativo y financiero que les corresponde como representantes oficiales de Venezuela ante el mundo, las cosas cambiarán para esa seudo oposición. Más les vale aceptar, tanto a la vieja como a la nueva dirección política opositora de Venezuela, la realidad inevitable de la destrucción creativa. Créanme que será una nueva época positiva para todos.
Caracas, 26 de Enero de 2025
Blog:
TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana