Por Luis Manuel Aguana
Aunque sabedor del viejo precepto que reza que los militares son
leales hasta que dejan de serlo, debo confesar que me tomó por sorpresa su intervención
democrática en las pasadas elecciones del 6D. Esperaba lo que ya Maduro,
Diosdado y Tiby nos tenían preparado, con la consiguiente aceptación del fraude
por la oposición oficial. Pero todos nos sorprendimos empezando por esa
oposición.
Sin embargo, algunas de las miles de explicaciones posteriores que
circulan por las redes apuntan a negociaciones previas de ciertas cúpulas
cuarto-republicanas con los personeros de siempre del régimen a fin de negociar
una supuesta transición. ¿Quién sabe? A veces la realidad resulta ser más increíble
que la ficción. Pero mejor descendamos de la nube de especulaciones y
aterricemos en la realidad. La oposición oficial se hizo con la Asamblea Nacional
con la ayuda de los militares. Cabe entonces de seguidas la gran pregunta: ¿estarán
a la altura del compromiso entregado a ellos por la población?
Las primeras de cambio no parecen ser muy alentadoras. Desde los
gestos de Henry Ramos Allup en la toma de posesión (ver http://www.el-nacional.com/politica/Soprendentes-gestos-Ramos-Allup-Caracas_0_754124587.html)
hasta los consejos de Henrique Capriles a los ganadores del 6D (ver http://www.el-nacional.com/sociedad/Vea-consejo-dio-Capriles-ganadores_3_754754538.html)
pareciera que ese triunfo opositor no decanta en la sindéresis que se requiere para
abordar la pavorosa crisis que se nos avecina en 2016.
Este tipo de manifestaciones de la oposición oficial al triunfo el 6D –
tal vez inicialmente muy entendibles tras 17 años de derrotas – son el catalizador
de las virulentas reacciones de los personeros del régimen que ya adelantan
acciones para entorpecer la agenda de la próxima Asamblea Nacional. Ya el ring
está montado para un enfrentamiento entre los dos principales poderes políticos
del Estado, con los venezolanos de espectadores en primera fila. Pero ¿saben qué?
los venezolanos estamos obstinados del enfrentamiento y el odio permanente, que
lo que ha traído como consecuencia ha sido la destrucción del aparato
productivo, resultando en hambre y miseria para nuestro país.
Si algo demostró la masiva votación reflejada el 6D y unas elecciones
parlamentarias convertidas en un plebiscito, fue que los venezolanos lo que
necesitan es que ALGUIEN se ocupe de los principales problemas que los aquejan,
y que dos poderes enfrentados muy poco harán para sacar al país adelante. La
Asamblea Nacional no es el órgano ejecutivo del Estado y por más que los
candidatos hayan prometido que al ganarla se resolverían los problemas, ESO NO
ES CIERTO.
Y no puede serlo puesto que es el órgano contralor y legislador, no el
ejecutor. Por lo que cualquier iniciativa de cambio será permanentemente
obstaculizada, y mientras los poderes se deshacen en el enfrentamiento, los
venezolanos nos moriremos de hambre, mientras el capital de confianza depositado en esos votos del 6D en una nueva Asamblea
Nacional se verá destruido a los pocos meses –quizá semanas- de haberse otorgado.
Entonces, decretado ya el enfrentamiento, los venezolanos seremos
testigos de las acciones a las que recurrirá la nueva Asamblea Nacional para
evitar que ese capital político se deshaga. De acuerdo al resultado de la
primera reunión de los 112 diputados opositores electos, su principal vocero Jesús
Torrealba advierte “que si el gobierno se
empeña en frenar el trabajo de la nueva Asamblea Nacional, los legisladores
recurrirán a los mecanismos constitucionales para lograr sus objetivos… Si el
gobierno se opone al deseo de cambio y justicia, activaremos los caminos que la
Constitución contempla para el cambio de gobierno, señaló en referencia a una
eventual constituyente, revocatorio, reforma o enmienda” (ver http://www.el-nacional.com/politica/diputados-MUD-prioridad-agenda-reivindicacion_0_754724706.html).
Y esto no es más que la crónica de una muerte anunciada, Gabo dixit. Tal y como lo indicáramos en la
nota anterior (ver El costo de las bayonetas en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/12/el-costo-de-las-bayonetas.html)
el gobierno y su Asamblea moribunda se aprestan a desalojar a los nuevos
legisladores de su sede del Capitolio Federal el 1ro. de enero de 2016 “como
parte de la radicalización de la revolución”, en un acto simbólico, para entregárselo
al “Poder Popular”, como lo reseña Luis Felipe Colina en La Razón de este
domingo 13 de Diciembre, justo antes de la entrega de la Asamblea a los nuevos
diputados. Mayor desconocimiento de la voluntad del pueblo demostrada el 6D
imposible. Como dijimos, eso se lo aplicaron a Antonio Ledezma al ganar la Alcaldía
Metropolitana de Caracas y pretenderán hacerlo ahora con la nueva Asamblea Nacional,
para luego despojarla de sus atribuciones pasando por encima de la
Constitución.
Tanto el pueblo chavista (aquellos que una vez creyeron y que siguen
creyendo en las consignas de Hugo Chávez, y que todavía esperan respuestas)
como el opositor, votaron masivamente para que se corrigiera el rumbo del país.
Y el régimen que lo conduce se niega y se negará a hacerlo como lo están
demostrando. Por lo que seguir esperando que corrijan el rumbo no solo es inútil
sino que malgasta un tiempo que la población no tiene. Se impone entonces
buscar la RECONCILIACION pero con las bases mismas de la población. Lo hemos
dicho innumerables veces: la solución es la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente, pero esta vez el pueblo abrió la posibilidad que fuera de la
mano de la propia Asamblea Nacional.
Sin embargo esto no será fácil. Los principales líderes de la
oposición oficial siempre han sido enemigos de la solución constituyente. Pero
ahora la situación se les está imponiendo. Aun cuando los 112 diputados
opositores decidieran en sus 2/3 convocar a una Constituyente, aún queda el
problema del CNE y sus Rectores gobierneros.
La Asamblea Nacional deberá previo a una siguiente elección de
cualquier naturaleza, no solo cambiar a estos Rectores en el CNE, sino modificar
la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPE), para poderle garantizar a los
venezolanos elecciones transparentes y auténticas, comenzando por eliminar el escrutinio
automatizado previsto en su Artículo 141, que deja a las maquinitas de Tiby la
decisión de quienes resultan electos, y la restitución del escrutinio manual
del 100% de los votos de los venezolanos.
Asimismo, establecer los mecanismos para no ir a un siguiente proceso
electoral sin una auditoría completa del Registro Electoral y la revisión profunda
de todo el proceso, con la eliminación de sistemas perversos como el SAI y las
captahuellas, así como la RESTITUCIÓN inmediata de la proporcionalidad en
cualquier elección del país. Y eso solo
para comenzar…
Sin embargo, TODOS los diputados electos el 6D lo han sido con un CNE corrupto
que muchos hemos cuestionado incansablemente
y que ha sido más defendido por la oposición que por el régimen. Con lo cual
dudamos que sea posible, no solo ir a una Constituyente con la actual
composición de partidos opositores, sino que les interese cambiar la actual Ley
electoral, que les ha dado una mayoría calificada con un sistema de
proporcionalidad que ahora sobre-representó a la oposición, como antes lo hizo
con el régimen.
Si los partidos y los dirigentes que resultaron electos no entienden
que están en una posición única para cambiar la situación del país y sus
instituciones, en particular la electoral, CONVOCANDO a las bases del pueblo venezolano,
chavistas y opositores, para dirimir un NUEVO PACTO SOCIAL Y UN NUEVO PAIS en
una Asamblea Nacional Constituyente, jamás se detendrá la confrontación ni se
verán satisfechas las demandas que les dieron los votos el 6D. Tendrá entonces la
misma sociedad, en medio de la más espantosa crisis, que generar sus propios
anticuerpos para salir adelante…
Caracas,
13 de Diciembre de 2015
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana