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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Una solución incluyente

Por Luis Manuel Aguana

Ya la MUD indicó que si el gobierno no deja a la Asamblea Nacional operar conforme esta previsto a partir del 5 de enero, para buscarle soluciones a los problemas del país, se buscara la mejor solución constitucional para resolver la crisis de gobernabilidad en la que el régimen ha puesto a Venezuela como reacción de haber perdido la Asamblea Nacional (ver  http://www.el-nacional.com/politica/diputados-MUD-prioridad-agenda-reivindicacion_0_754724706.html).

¿Será necesario llegar hasta ese extremo? A  mi juicio, ya llegamos. El régimen está decidido a ignorar la decisión plebiscitaria del electorado el 6D, asumiendo una huida hacia adelante de su revolución. Basta ver las reacciones publicas de sus representantes principales (ver Maduro: Hay que defender la revolución… http://www.maduradas.com/como-sea-maduro-hay-que-defender-la-revolucion-no-vienen-por-mi-vienen-por-la-patria/, Diosdado Cabello establece Parlamento Comunal Nacional http://www.notiminuto.com/noticia/diosdado-cabello-establece-parlamento-comunal-nacional/, Tarek El Aissami llama a tomar la Asamblea Nacional https://soundcloud.com/prensa-today/urgente-tarek-el-aissami-llama-a-tomar-la-asamblea-nacional). Firmaron acatar los resultados de las elecciones pero no las consecuencias que se derivan de ellos.

En consecuencia, muy poco podrá hacer la MUD para evitar esa confrontación que amenaza la paz entre los venezolanos, porque el gobierno solo sobrevive en el terreno de la violencia y la confrontación, dirigiendo desde Miraflores la desestabilización necesaria para no permitir que la nueva Asamblea pueda operar como corresponde.

Entonces, las advertencias de buscarle las soluciones constitucionales a ese problema se harán efectivas. La primera de ellas será buscarle el fin constitucional al gobierno de Nicolás Maduro a través de sus diferentes enfoques: renuncia, revocatorio, reforma o enmienda constitucional, todas ellas dirigidas a terminar con la pesadilla de este pésimo  gobierno.

Podría estar de acuerdo con eso, pero todas ellas adolecen del mismo mal: todas CONFRONTAN con la otra parte del país, que querámoslo o no, votó por los candidatos del PSUV. Si le creemos a las cifras del CNE, 5.599.025 electores (41,0%) votaron por el PSUV y 7.707.422 electores (56,5%) votaron por la MUD. Pero la MUD se llevó el 67,07% de los diputados versus el 32,93% del gobierno, en una desproporción que ahora favoreció a la oposición.

Si algo le pedimos a esa nueva Asamblea Nacional es que se tome el triunfo de una manera aplomada y seria. “Calma y Cordura” decía el General Eleazar López Contreras cuando Venezuela salió de la dictadura de Juan Vicente Gómez. Ningún partido de la MUD individualmente sacó más votos que el PSUV, y por eso la oposición oficial indica que es necesario continuar unidos en el mismo barco. Pero no indican que el país sigue montado sobre una bomba de tiempo si se deja que los que viven de la violencia y confrontación permanente sigan alimentando eso.

Debemos pensar entonces urgentemente en una solución QUE INCLUYA a esos casi 5,6 Millones de venezolanos que no votaron por la oposición oficial, que hay que respetar y buscarles una solución que los satisfaga, y que al parecer la MUD no los convenció todavía al no haber votado por sus candidatos el 6D, a pesar de la horrible crisis política, económica y social del país.

Y precisamente porque somos mayoría quienes pensamos que ya basta de violencia, confrontación, escasez y miseria, debemos pensar de una manera inteligente que sobrepase la lectura corta e interesada que le están haciendo a los resultados de 6D.

¿Cómo puede terminar el país después de la caída del gobierno de Maduro? En lo personal yo me sentiría muy feliz, pero tendría a 5,6Millones de personas arrechas en la puerta de mi casa que harían inestable cualquier cosa que venga después, en especial si desde el gobierno se estimula a los más violentos a que ataquen.

Si, es verdad que este gobierno es el peor que hemos tenido en más 200 años, peor incluso que los de Chávez, que ya es bastante decir. Pero por muy constitucional y legal que resulte una solución para darle un término a este gobierno desde la nueva Asamblea Nacional, si algo pudo sembrar exitosamente el Comandante Galáctico fue el odio y el resentimiento de la gente. ¡Hay 5,6Millones de resentidos! que por encima de todos los problemas, la escandalosa corrupción del gobierno, las colas por comida, la falta de medicinas y el infierno de los hospitales, el hambre, la necesidad, la inseguridad, y los 25.000 muertos todos los años en ascenso, AUN ESTAN VOTANDO POR EL GOBIERNO.

Y eso mis queridos amigos es una vaina muy seria que no podemos ignorar. Y que por ignorarla estamos TODOS varados en un hueco sin salida, ellos y nosotros. Entonces, ¿la solución es, según los diputados de la nueva Asamblea, pasarles por arriba? ¿Imponer a un nuevo gobierno sin llegar a un consenso con esa otra parte del país, a pesar de la delincuencia organizada que sabemos que hay detrás de quienes están en Miraflores, que preferirán encender el país por los 4 costados antes de ceder? Creo que sería un error monumental y la estupidez más grande que puedan cometer los nuevos diputados.

Nosotros debemos llegarle a esa parte de Venezuela, y entenderlos y hacernos entender. Que hay un régimen lleno de delincuentes que deben irse, pero con su consentimiento. SI, CON SU CONSENTIMIENTO, para construir entre todos, los 5,6Millones de ellos y los 7,7Millones de nosotros, otro país que no sea ni “escuálido” ni “revolucionario”, sino una sola nueva Venezuela. Hay que meterle inteligencia a esto para llegar a esa solución porque lo otro será un país en convulsión y odio permanente. El problema no es sacar a este gobiernito delincuente y malo para poner otro, como desean hacernos creer. La cosa es mucho más profunda que eso, y eso lo saben quienes dirigen la oposición oficial, que al parecer les es más conveniente tenernos en este brete permanentemente para “ganar” una confrontación en donde todos perdemos.

Debemos acrecentarnos y convocarlos, y convocarnos nosotros mismos, a discutir civilizadamente el país que queremos, con nuestras diferencias y coincidencias. Lo que nos sucede es el resultado de años de politiquería y falta de grandeza. Convoquemos al Constituyente Originario, al pueblo de Venezuela, el Depositario de la Soberanía, sin trampas y transparencia, a discutir Venezuela en una Asamblea Nacional Constituyente. Ese es el UNICO camino constitucional que NO CONFRONTA sino que INCLUYE al otro por encima de su propia dirigencia, quienes solo sobrevivirán si hay violencia, confrontación y odio permanente entre nosotros. La nueva Asamblea tiene una oportunidad excepcional y una responsabilidad histórica de materializar esa solución incluyente ahora. Si lo hacen podremos entre TODOS construir ese país en donde todos quepamos en paz, democracia y reconciliación.

Caracas, 16 de Diciembre de 2015

Twitter:@laguana

domingo, 13 de diciembre de 2015

Constituyente desde la Asamblea

Por Luis Manuel Aguana

Aunque sabedor del viejo precepto que reza que los militares son leales hasta que dejan de serlo, debo confesar que me tomó por sorpresa su intervención democrática en las pasadas elecciones del 6D. Esperaba lo que ya Maduro, Diosdado y Tiby nos tenían preparado, con la consiguiente aceptación del fraude por la oposición oficial. Pero todos nos sorprendimos empezando por esa oposición.

Sin embargo, algunas de las miles de explicaciones posteriores que circulan por las redes apuntan a negociaciones previas de ciertas cúpulas cuarto-republicanas con los personeros de siempre del régimen a fin de negociar una supuesta transición. ¿Quién sabe? A veces la realidad resulta ser más increíble que la ficción. Pero mejor descendamos de la nube de especulaciones y aterricemos en la realidad. La oposición oficial se hizo con la Asamblea Nacional con la ayuda de los militares. Cabe entonces de seguidas la gran pregunta: ¿estarán a la altura del compromiso entregado a ellos por la población?

Las primeras de cambio no parecen ser muy alentadoras. Desde los gestos de Henry Ramos Allup en la toma de posesión (ver http://www.el-nacional.com/politica/Soprendentes-gestos-Ramos-Allup-Caracas_0_754124587.html) hasta los consejos de Henrique Capriles a los ganadores del 6D (ver http://www.el-nacional.com/sociedad/Vea-consejo-dio-Capriles-ganadores_3_754754538.html) pareciera que ese triunfo opositor no decanta en la sindéresis que se requiere para abordar la pavorosa crisis que se nos avecina en 2016.

Este tipo de manifestaciones de la oposición oficial al triunfo el 6D – tal vez inicialmente muy entendibles tras 17 años de derrotas – son el catalizador de las virulentas reacciones de los personeros del régimen que ya adelantan acciones para entorpecer la agenda de la próxima Asamblea Nacional. Ya el ring está montado para un enfrentamiento entre los dos principales poderes políticos del Estado, con los venezolanos de espectadores en primera fila. Pero ¿saben qué? los venezolanos estamos obstinados del enfrentamiento y el odio permanente, que lo que ha traído como consecuencia ha sido la destrucción del aparato productivo, resultando en hambre y miseria para nuestro país.

Si algo demostró la masiva votación reflejada el 6D y unas elecciones parlamentarias convertidas en un plebiscito, fue que los venezolanos lo que necesitan es que ALGUIEN se ocupe de los principales problemas que los aquejan, y que dos poderes enfrentados muy poco harán para sacar al país adelante. La Asamblea Nacional no es el órgano ejecutivo del Estado y por más que los candidatos hayan prometido que al ganarla se resolverían los problemas, ESO NO ES CIERTO.

Y no puede serlo puesto que es el órgano contralor y legislador, no el ejecutor. Por lo que cualquier iniciativa de cambio será permanentemente obstaculizada, y mientras los poderes se deshacen en el enfrentamiento, los venezolanos nos moriremos de hambre, mientras el capital de confianza  depositado en esos votos del 6D en una nueva Asamblea Nacional se verá destruido a los pocos meses –quizá semanas- de haberse otorgado.

Entonces, decretado ya el enfrentamiento, los venezolanos seremos testigos de las acciones a las que recurrirá la nueva Asamblea Nacional para evitar que ese capital político se deshaga. De acuerdo al resultado de la primera reunión de los 112 diputados opositores electos, su principal vocero Jesús Torrealba advierte “que si el gobierno se empeña en frenar el trabajo de la nueva Asamblea Nacional, los legisladores recurrirán a los mecanismos constitucionales para lograr sus objetivos… Si el gobierno se opone al deseo de cambio y justicia, activaremos los caminos que la Constitución contempla para el cambio de gobierno, señaló en referencia a una eventual constituyente, revocatorio, reforma o enmienda” (ver http://www.el-nacional.com/politica/diputados-MUD-prioridad-agenda-reivindicacion_0_754724706.html).

Y esto no es más que la crónica de una muerte anunciada, Gabo dixit. Tal y como lo indicáramos en la nota anterior (ver El costo de las bayonetas en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/12/el-costo-de-las-bayonetas.html) el gobierno y su Asamblea moribunda se aprestan a desalojar a los nuevos legisladores de su sede del Capitolio Federal el 1ro. de enero de 2016 “como parte de la radicalización de la revolución”, en un acto simbólico, para entregárselo al “Poder Popular”, como lo reseña Luis Felipe Colina en La Razón de este domingo 13 de Diciembre, justo antes de la entrega de la Asamblea a los nuevos diputados. Mayor desconocimiento de la voluntad del pueblo demostrada el 6D imposible. Como dijimos, eso se lo aplicaron a Antonio Ledezma al ganar la Alcaldía Metropolitana de Caracas y pretenderán hacerlo ahora con la nueva Asamblea Nacional, para luego despojarla de sus atribuciones pasando por encima de la Constitución.

Tanto el pueblo chavista (aquellos que una vez creyeron y que siguen creyendo en las consignas de Hugo Chávez, y que todavía esperan respuestas) como el opositor, votaron masivamente para que se corrigiera el rumbo del país. Y el régimen que lo conduce se niega y se negará a hacerlo como lo están demostrando. Por lo que seguir esperando que corrijan el rumbo no solo es inútil sino que malgasta un tiempo que la población no tiene. Se impone entonces buscar la RECONCILIACION pero con las bases mismas de la población. Lo hemos dicho innumerables veces: la solución es la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, pero esta vez el pueblo abrió la posibilidad que fuera de la mano de la propia Asamblea Nacional.

Sin embargo esto no será fácil. Los principales líderes de la oposición oficial siempre han sido enemigos de la solución constituyente. Pero ahora la situación se les está imponiendo. Aun cuando los 112 diputados opositores decidieran en sus 2/3 convocar a una Constituyente, aún queda el problema del CNE y sus Rectores gobierneros.

La Asamblea Nacional deberá previo a una siguiente elección de cualquier naturaleza, no solo cambiar a estos Rectores en el CNE, sino modificar la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPE), para poderle garantizar a los venezolanos elecciones transparentes y auténticas, comenzando por eliminar el escrutinio automatizado previsto en su Artículo 141, que deja a las maquinitas de Tiby la decisión de quienes resultan electos, y la restitución del escrutinio manual del 100% de los votos de los venezolanos.

Asimismo, establecer los mecanismos para no ir a un siguiente proceso electoral sin una auditoría completa del Registro Electoral y la revisión profunda de todo el proceso, con la eliminación de sistemas perversos como el SAI y las captahuellas, así como la RESTITUCIÓN inmediata de la proporcionalidad en cualquier elección del país.  Y eso solo para comenzar…

Sin embargo, TODOS los diputados electos el 6D lo han sido con un CNE corrupto que muchos  hemos cuestionado incansablemente y que ha sido más defendido por la oposición que por el régimen. Con lo cual dudamos que sea posible, no solo ir a una Constituyente con la actual composición de partidos opositores, sino que les interese cambiar la actual Ley electoral, que les ha dado una mayoría calificada con un sistema de proporcionalidad que ahora sobre-representó a la oposición, como antes lo hizo con el régimen.

Si los partidos y los dirigentes que resultaron electos no entienden que están en una posición única para cambiar la situación del país y sus instituciones, en particular la electoral, CONVOCANDO a las bases del pueblo venezolano, chavistas y opositores, para dirimir un NUEVO PACTO SOCIAL Y UN NUEVO PAIS en una Asamblea Nacional Constituyente, jamás se detendrá la confrontación ni se verán satisfechas las demandas que les dieron los votos el 6D. Tendrá entonces la misma sociedad, en medio de la más espantosa crisis, que generar sus propios anticuerpos para salir adelante…

Caracas, 13 de Diciembre de 2015

Twitter:@laguana

jueves, 8 de agosto de 2013

País enfermo



Por Luis Manuel Aguana

“No es la Constitución la que está enferma en Venezuela, sino la sociedad”. La frase es del Padre Luis Ugalde (ver Refundación de la Republica en http://www.el-nacional.com/luis_ugalde/Refundacion-Republica_0_241176161.html) argumentando, como ya lo han hecho otras distinguidas personalidades, que Venezuela ha tenido muchas constituciones y ninguna ha resuelto ningún problema.

Refiero la frase porque me quedé con ella por lo de la enfermedad que refiere el artículo del Padre Ugalde y tiendo a estar de acuerdo con que la sociedad venezolana está gravemente enferma. En lo que no nos ponemos de acuerdo todos es en el tratamiento que hay que darle a esa enfermedad. Incluso hay que ponerse de acuerdo primero en la naturaleza misma del mal para poder poner el remedio adecuado.

Decir que en Venezuela ha habido muchas Constituciones y una mas no resolverá el problema es un lugar común simplista. Hay que mirar en detalle porqué las hubo y la naturaleza misma del país que fuimos y que somos para haberlas tenido. A los Estados Unidos le ha bastado con tener una sola Constitución fundamentada en sólidos principios para tener un gran país. Pero hay que ir al fondo de quiénes son ellos y su cultura. A Inglaterra le ha servido no tener Constitución para ser la roca sólida institucional que es dentro del concierto de naciones del planeta.

El problema entonces no es el número de Constituciones. Como pueblo a nosotros nos ha tocado ir en aproximaciones sucesivas para ir madurando institucionalmente. Eso no es malo ni es bueno. Simplemente es. Y si requerimos de media docena más de Constituciones para madurar institucionalmente porque así somos nosotros, bienvenidas sean.

Pero lo que definitivamente no es un llamado Constituyente, es una salida fácil para salir del problema. ¡Es todo lo contrario! Lo fácil es dejar las cosas así y que vayamos de elecciones en elecciones esperando que las cosas se resuelvan solas, con un sistema electoral completamente corrompido y un país invadido sin disparar un tiro.

Sin embargo muchos venezolanos, no estamos todavía de acuerdo en si se debe hacer eso. Y eso me lleva a plantearnos la naturaleza de la enfermedad señalada. Es diferente un tumor benigno que un cáncer. O peor aún, que el médico se equivoque en el tratamiento. El mejor ejemplo de eso fue Chávez yendo al peor sitio del mundo a tratarse la primera vez. De no haber ido a Cuba aun estuviera haciéndonos la vida imposible.

Detengámonos un poco en la enfermedad. ¿Cuál es la enfermedad de la sociedad venezolana? Hay que empezar por allí si planteamos el análisis por esa vía. ¿El liderazgo? ¿Los partidos políticos? ¿La forma de ser del venezolano? ¿El facilismo? Hay que preguntarse porque Venezuela quiso salir de los partidos políticos a finales de los años 90, que hasta incluso lo mejor de la elite intelectual venezolana apoyo el militarismo rampante de un golpista.

Hay analistas que lo miran desde lo económico indicando que una sociedad que vive de un tesoro petrolero encontrado, nunca sacará la cabeza de abajo. Siempre el gobierno será el botín que cobre el que llegue, hasta que el tesoro se le acabe como aquel que dilapida un Kino ganador.

Hay que fijar entonces una hipótesis de enfermedad para ensayar un tratamiento. Si no nos ponemos de acuerdo en la enfermedad, mucho menos en el tratamiento. Entonces desde este blog haré un enunciado hipotético de cuál es la enfermedad. Obviamente muchos estarán en desacuerdo con ese diagnostico. Pero para atreverse a proponer una Constituyente para resolver el problema hay que decir cual es primero la enfermedad que supongo que sufrimos.

Hipótesis: Venezuela vivió 40 años de paz en democracia porque los factores políticos prevalecientes luego de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez hicieron un Pacto para garantizar la gobernabilidad del país dentro del juego democrático. Hubo factores (la izquierda comunista) que no suscribieron ese Pacto e intentaron destruirlo aliándose con fuerzas extranjeras (la Cuba de Fidel Castro) para derrocarlo. No pudieron y se “plegaron” al juego democrático. Algunos lo hicieron de verdad y honestamente. Pero otros lo hicieron con reconcomio, esperando un mejor chance.

Ese Pacto no se remozó ni actualizó. La Constitución de 1961 no se cumplió a cabalidad y los herederos de aquellos firmantes que suscribieron inicialmente el Pacto no hicieron valer su oferta de democratizar al país pensando que ese era su coto privado de caza. Con el campanazo del Caracazo soltaron el proceso de descentralización como un caramelo chucuto, con la cabuya amarrada de los reales, dejando en mengua a las regiones. Se enriquecieron y la sociedad en su conjunto decretó la muerte del Pacto original, clamando por un Rey como las ranas del cuento. Y llegó ese Rey y lo demás es historia.

Pero lo fundamental es que no hubo más Pacto hasta que en 1999 se prometió uno nuevo con una nueva Constitución, apoyada principalmente por el golpista y aquellos factores reconcomiados que vieron en ese momento la venganza esperada de tantos años de oprobio bipartidista, olvidando que ese sistema que estaban enterrando les había garantizado una supervivencia digna como minorías. No se respetó en ese nuevo “Pacto” al 48% del electorado en esa Constituyente, dándole tan solo 6 escaños en esa Asamblea. A partir de ese momento la sociedad estuvo dividida en dos toletes.

Entonces nuestra hipótesis es que a consecuencia de un Pacto incumplido, una mitad del país pisa a la otra con una bandera que ni siquiera es venezolana sino cubana. Porque la manera que halló el golpista para perpetuar esa desgracia a costillas de nuestra economía, fue entregar nuestra soberanía a Cuba sin disparar un tiro. Y esto fue lamentablemente con la ayuda de todos aquellos resentidos que apoyaron invadir nuestro país durante los años 60’s y que esperaban otra oportunidad para hacerlo de nuevo.

Ahora bien, para volver a unir esas partes se requiere de otro Pacto, encontrarnos de nuevo, convocando al depositario de la soberanía y eso solo se puede hacer a través de una ANC. Decidir si eso que hizo Hugo Chávez es o no es lo que queremos como país. Y muchos estamos seguros que eso que llaman “Socialismo” NO ES lo que quiere el SOBERANO y es por eso el terror de convocarlo.

Una nueva Constitución no es más que el subproducto de ese Pacto Social que dice como éste se materializa en la práctica, pero no sustituye a la reconciliación que solo se logra en el acuerdo y en la visión de futuro del país que todos queremos y que se refleja en esos Constituyentes electos de una manera limpia.

Si se hace bajo el manto del reconcomio, el resentimiento y la trampa electoral, con unas Bases de Convocatoria amañadas “para ganar” como en 1999, cualquier Constitución que salga de allí NO SERVIRA PARA NADA y viviremos tan inestables como cualquier país africano, porque la verdadera enfermedad es el odio artificial impuesto, irresponsable y criminalmente, de una parte del país hacia la otra. Entonces el remedio será peor que la enfermedad.

Caracas, 8 de Agosto de 2013

Twitter:@laguana