lunes, 7 de agosto de 2023

El primer inhabilitado

Por Luis Manuel Aguana

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A estas alturas ha quedado muy claro, luego de las diversas interpretaciones de prominentes juristas venezolanos, que las inhabilitaciones para optar a cargos de elección popular, realizadas por instituciones controladas por el régimen de Nicolás Maduro Moros, en contra de dirigentes políticos opositores resultan irritas e ilegales, y son producto de lo que ya hemos repetido hasta el cansancio: estamos en una tiranía de la cual podemos esperar cualquier medida en contra de sus detractores para mantenerse en el poder.

Sin embargo, eso es lo que resalta en la superficie cuando en el fondo de lo que en realidad tenemos que preocuparnos es el porqué todavía la política pasa por encima de la justicia y es utilizada, en mayor o menor medida, como una herramienta para sojuzgar a los enemigos políticos. No es extraño entonces que una tiranía aplique semejante restricción sin contemplaciones en un país cuya primera enmienda a la primera Constitución en democracia (1961), se realizara en 1973 con el objetivo de inhabilitar al dictador Marcos Pérez Jiménez para evitar que fuera electo Presidente de la República o que pudiera desempeñar cargos de representación política en el Congreso. Mal podríamos entonces sorprendernos que este cuchillo oxidado aún se encuentre en el arsenal político venezolano.

Efectivamente, el momento político venezolano de la época dictaba que era muy posible que el exdictador Pérez Jiménez, le disputara al status quo de la política venezolana, la Presidencia de la República, a pesar de todos los crímenes cometidos en los 10 años de la dictadura perezjimenista, razón por la cual se legisló para cerrar el paso a esa posibilidad: Constitución de 1961, Enmienda No. 1, Artículo 1: “No podrán ser elegidos Presidente de la República, Senador o Diputado al Congreso, ni Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, quienes hayan sido condenados mediante sentencia definitivamente firme, dictada por Tribunales Ordinarios, a pena de presidio o prisión superior a tres años, por delitos cometidos en el desempeño de funciones públicas, o con ocasión de estas…”. Se podría decir que el anterior es un ejemplo clásico de la política construyendo los caminos de la justicia en un caso que ellos consideraron “justo” y sobre el cual no existía ningún precedente.

En la actualidad “…el derecho a ser electo en Venezuela es un derecho político que sólo puede restringirse de acuerdo con la Constitución de 1999 y con la Convención Americana de Derechos Humanos, mediante sentencia judicial dictada en un proceso penal conforme a las normas del Código Orgánico Procesal Penal, cuando un juez impone a un condenado la pena de inhabilitación política, que es siempre una pena accesoria a la pena principal de prisión o presidio” (ver El derecho político de los ciudadanos a ser electos para cargos de representación popular y el alcance de su exclusión judicial en un régimen democrático, Allan R. Brewer-Carias, 2011, en https://allanbrewercarias.com/wp-content/uploads/2014/09/703.-796-.-Brewer.-INHABILITACI%C3%93N-POL%C3%8DTICA-EN-LA-LOCGR-Y-VIOLACI%C3%93N-DE-LA-CONVENCI%C3%93N-AMERICANA-DDHH.-marzo-2011.pdf).

De acuerdo a este destacado jurista –y que resulta también la opinión general de los expertos en la materia- la inhabilitación política sale de una sentencia de un Tribunal como pena accesoria a una pena de prisión o presidio. En otras palabras, no es una decisión que salga del escritorio de un funcionario, sino de un tribunal de justicia. 

Pero en Venezuela han existido casos donde la política ha impedido el giro de la rueda de la justicia, permitiendo que personas que debieron ser inhabilitadas para el ejercicio de cargos públicos por haber cometido delitos llegaran a posiciones que les dieron puerta franca para destruir el país. Al no existir las inhabilitaciones políticas que debieron por principio estar allí, el país ha pagado las consecuencias lamentables de que haya prevalecido la política sobre la justicia. Tal es el caso de Hugo Chávez Frías y todos los oficiales sobreseídos por el alzamiento militar del 4 de febrero de 1992.

“El sobreseimiento es la terminación anticipada de un proceso penal en el que aún no ha habido sentencia y que se declara concluido por razones de interés general…. El sobreseimiento aplicado en el caso que nos ocupa encuentra su fundamento legal en el artículo 54, numeral 3 del Código de Justicia Militar, que atribuye al Presidente de la República la facultad de “ordenar el sobreseimiento de los juicios militares, cuando así lo juzgue conveniente, en cualquier estado de la causa” (ver El sobreseimiento de Chávez, Juan José Caldera, 2007, https://rafaelcaldera.com/wp-content/uploads/2018/01/EL_SOBRESEIMIENTO_DE_CHAVEZ-Juan-Jos%C3%A9-Caldera.pdf

De acuerdo al propio ex presidente Rafael Caldera, citado por J.J. Caldera, en entrevista realizada el 2 de junio de 2003, “…la libertad de Chávez fue una consecuencia de la decisión que se había tomado con todos los participantes de los alzamientos del 4 de Febrero y del 27 de Noviembre… esos sobreseimientos comenzaron a dictarse en tiempos del propio Presidente Pérez, que fue el Presidente que estaba en Miraflores cuando ocurrió la sublevación; continuaron durante el Gobierno del Presidente Velásquez y cuando yo asumí habían puesto en libertad a casi todos, por no decir a todos, los participantes de la acción… Sería contrario a todas las normas jurídicas que se hubiera sobreseído el juicio que se les seguía a los demás oficiales y se hubiera mantenido a Chávez en la cárcel por el temor de que pudiera llegar a ser Presidente. Temor que nadie compartía en ese momento…”.

Pero esas palabras del expresidente Caldera revelan que Chávez es sobreseído por razones de política, aplicada desde los tiempos del entonces Presidente Carlos Andrés Pérez, que si bien pueden ser o no compartidas por algunos, pasan por supeditar la política a la justicia, porque Hugo Chávez Frías y sus sediciosos en justicia debían continuar enjuiciados, sentenciados, presos e inhabilitados.

Es claro que al no haber existido juicio al ser suspendido debido a la aplicación de un sobreseimiento, no podía existir una sentencia condenatoria, que en el caso de Chávez era completamente esperable, ya que había confesado públicamente la responsabilidad de ser el jefe de esa insurrección con muertos incluidos, el 4 de febrero de 1992. En justicia, Chávez debía ser condenado, pero la política suspendió el juicio que lo convertiría en el primer inhabilitado de toda esta historia de inhabilitaciones políticas. Pero no un inhabilitado por la decisión de un político o un funcionario, sino por la decisión de un Tribunal Militar.

Más acertadas no podrían ser entonces las recientes declaraciones de la Magistrada Emérita del Tribunal Supremo de Justicia, la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, que señalan que “Chavez nació inhabilitado, dio un golpe de Estado y la democracia lo perdonó” (ver Chávez nació inhabilitado, Entrevista a Blanca Rosa Mármol de León, en https://eltiempove.com/blanca-marmol-de-leon-chavez-nacio-inhabilitado-dio-un-golpe-de-estado-y-la-democracia-lo-perdono/), porque eso fue lo que ocurrió, pero la política impidió que la justicia realizara su trabajo, con las consecuencias que todos estamos padeciendo, y los demócratas al creer que eso quedaría allí, porque piensan todavía que la política debe estar sobre la justicia, terminamos todos los venezolanos pagando un altísimo precio con una tragedia que nos somete a todos.

¿Qué más prueba necesitan ver, tocar y sentir en carne propia los venezolanos para que se entienda de una buena vez que un sistema judicial mediatizado por la política trae miseria, hambre y corrupción, pero sobre todo injusticia? Que lo primero que tenemos que lograr luego de pasar esta tragedia es garantizar a través de una revisión profunda de la institucionalidad del país, y que exista una verdadera independencia del Poder Judicial, para que NADIE, ni siquiera el Presidente de la República, le pueda meter las manos al curso de la justicia. Y eso solo se logra convocando al Constituyente para Refundar la Nación. De esta manera se resolverá por sí sola cualquier futura inhabilitación política, porque finalmente garantizaremos vivir en un Estado de Derecho. Por sufrir esa injusticia, ojalá eso lo acabe de entender quienes pretenden sustituir a la tiranía en un futuro próximo, después de más de 50 años de inhabilitaciones políticas…

Caracas, 7 de Agosto de 2023

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viernes, 4 de agosto de 2023

La transformación de las primarias

Por Luis Manuel Aguana

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Ahora resulta que las primarias dejaron de ser para elegir al candidato que se enfrente con Nicolás Maduro Moros en el 2024, sino para dirimir el liderazgo de la oposición política al régimen, tal y como lo planteó claramente María Corina Machado (MCM) al decidir inscribirse en ese show electoral opositor. ¿Y porque digo esto? Porque a los venezolanos, desde que en nuestro país se jugaba a los cuadritos del 5 y 6, a nuestro pueblo no le gusta jugar a perdedor, siempre a ganador. De allí que si nos guiamos por las encuestas y la percepción electoral general opositora, MCM estaría marcando el para qué son esas primarias opositoras, más allá de la razón misma para el cual fue diseñado ese mecanismo por los partidos que integran la oposición oficial de la llamada Plataforma Unitaria.

Todo apunta a que esa es en realidad la verdadera disputa entre los partidos del G4 con MCM y el saboteo o implosión a ese proceso de primarias que lleva a cabo ese cartel de partidos “opositores”, que se materializa en renuncias dentro de la Comisión Nacional de Primaria (CNP), la no inscripción de candidaturas de protegidos del régimen y los condicionamientos para inscribirse de otras venidas a menos. Pero en realidad eso no es lo importante.

Lo importante es que si dentro de la percepción de la realidad de los venezolanos cambió el para qué es convocado un proceso de medición de respaldo político, o se transformó de alguna manera el resultado esperado por esa realidad, entonces también cambió el cómo se debe proceder para venderle este nuevo producto a los venezolanos. De allí la soberana confusión que todo el mundo tiene frente a ese proceso.

¿Es que la gente apoya a MCM porque su discurso apunta a hacerle una oposición real al régimen y su intención de empoderarla con los votos es para que conduzca los destinos de la oposición, o la apoya para que se mida con el candidato del régimen? Tengan cuidado al decidir, son dos cosas muy diferentes. Si es para lo primero, es indiferente que el régimen la inhabilite para ser candidata presidencial, porque esa condición solo sería una más de las arbitrariedades que comete una tiranía en funciones, por lo que cabe esperar que decida otras adicionales –abrirle un juicio militar, por ejemplo- antes de permitirle contarse como se haría en una democracia. Pero si es para lo segundo, no tiene ningún sentido un proceso opositor como ese, si no es para validar y legitimar por los votos a un régimen ilegítimo frente al mundo.

Sí, es verdad, de esas primarias nominalmente debería salir un “candidato opositor”. Pero todos sabemos que cuando la oposición oficial estableció ese mecanismo nunca esperó que se suscitara el fenómeno electoral que posteriormente representara MCM, desbalanceándoles todo el juego y entrampando lo que inicialmente deseaban, que no era otra cosa que decidir entre ellos el candidato más potable al régimen y que aceptara sin chistar su resultado fraudulento, y no que diera la pelea para vencerlos en una elección presidencial. Y eso cambió el escenario. Ahora se trata de la supervivencia de la oposición oficial, tal y como la conocemos, y de todos aquellos que dicen representar a los venezolanos en diálogos y otras movidas con el régimen.

Como verán, el juego de las primarias se transformó en una cosa completamente diferente a lo inicialmente pensado por sus creadores, y que tiene importantes implicaciones en lo que pasará en Venezuela en el corto plazo. Observadas desde esa perspectiva, las primarias se convierten en un campo de batalla de la oposición para dilucidar quién prevalece ante los ojos de los venezolanos, más allá de decidir a un candidato, cosa que ya pasó a un segundo plano.

La CNP, como instrumento de los políticos de la Plataforma Unitaria, no permitirá que su cometido cambie en atención al deseo de sus creadores, por lo que serán capaces de quebrarse a la presión del régimen de proclamar un candidato exento de inhabilitaciones. Y ese será su peor error frente a los venezolanos, marcando así el comienzo de su desaparición definitiva, al ir en contra de la decisión general opositora del país.

El régimen luce entrampado. Si no logra que la oposición oficial se “autosuicide” anulando las primarias porque “técnica y logísticamente son imposibles de realizar” como lo sugiriera la vicepresidente renunciante de la CNP, tendrá entonces que decidir eliminarlas por la vía judicial, como ya está planeado, corriendo con los costos políticos internacionales que eso acarrearía. Pero si esa decisión judicial se matiza, regulando el perfil de quien puede salir electo en las primarias opositoras, entonces ambos, oposición oficial y régimen, estarían bien servidos. ¿Aclamaría la CNP a MCM como candidata ganadora de las primarias a pesar de una decisión judicial que ordene que los inhabilitados no puedan ser inscritos ante el CNE del régimen? No creo que las condiciones de la convivencia que tienen les permita eso.

En un escenario donde lo importante no es el candidato frente al régimen, sino el candidato con mayor votación opositora, el problema se reduce a que ese conteo de la población opositora dentro y fuera del país, se realice de una manera efectiva y legítima, a pesar de todos los problemas. Ningún candidato(a) que se sepa perdido en ese escenario le interesará que las primarias se efectúen.

Por otro lado, al régimen le conviene que se realicen las primarias, en tanto no sea MCM quien resulte aclamada como candidata de la oposición. No le importará que gane, sino que no sea ella quien compita contra ellos oficialmente en el 2024. Y a ella no le importará si gana y no la dejan ser candidata frente al régimen porque el hecho simple de haber ganado el proceso la convierte en la líder indiscutible de la oposición, lo que le daría la capacidad de iniciar inmediatamente la cruzada por conseguirlo por encima de sus detractores.

Entonces la clave de toda esta transformación pasa porque la oposición finalmente logre realizar un proceso de consulta ciudadana con resultados concretos, ya no de primaria –que tiene una connotación diferente-, para seleccionar quien debería guiar el destino de la oposición venezolana. Y una vez seleccionado, proceder a decidir si ir a una elección o no con el régimen, o de entrar a un proceso continúo y persistente de resistencia civil para hacerles verdaderamente la vida imposible hasta que se vayan. Para aquellos que no creemos en elecciones con un tirano contando los votos, nos decantamos por esto último, porque querámoslo o no, eso será lo que finalmente tendremos…

Caracas, 4 de Agosto de 2023

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martes, 1 de agosto de 2023

De la Stasi a la Inteligencia Artificial

Por Luis Manuel Aguana

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A la memoria de mi hija María Cecilia, periodista de tecnología…

El impacto reseñado por todos los medios de comunicación, incluidas las redes sociales, de la tecnología de la Inteligencia Artificial (IA) me hizo recordar la razón por la que en un principio abrí este pequeño espacio en la red, que no era otra que traducir en términos simples como la tecnología de la información, antes llamada informática, cambiaría radicalmente la manera en que las personas serían productivas en la sociedad, sin contar con los cambios en su forma de interrelacionarse socialmente. 

Hace 35 años mi preocupación se centraba en qué cosas de todo eso podríamos utilizar como pueblos no generadores de tecnologías, formulando en ese entonces un concepto que llamé Informática Necesaria y cuyas bases publique en una revista venezolana de asuntos mundiales y política exterior. Tuve el honor de compartir portada con ilustres protagonistas de la época como Simón Alberto Consalvi y el ex presidente Carlos Andrés Pérez (ver Política Internacional Oct-Dic 1988, Luis Manuel Aguana, Informática y Política Internacional, en https://www.academia.edu/104733908/Inform%C3%A1tica_y_Pol%C3%ADtica_Internacional_Luis_Manuel_Aguana).

Cuando aún no había estallado el fenómeno mundial del Internet, ya existían señales que se veían en el horizonte que apuntaban a que el mundo iba hacia una concentración de conocimientos como la nueva fórmula de valor social. Pero eso no podía materializarse en ese momento porque no existían las herramientas tecnológicas que lo hicieran posible. Sabíamos sí que eso cambiaría al mundo, pero no el cómo lo haría.

Pero el mundo siguió girando y en la evidencia de esas señales, que solo podían ser vistas para ese entonces por personas cercanas al mundo de la tecnología, intenté manifestar esa preocupación para los venezolanos en la misma revista en 1995, a través de otro artículo que lamentablemente no publicaron y que fue mi primera aproximación a este problema, y que ahora no se diferencia en nada a las preocupaciones que en la actualidad se tienen con el advenimiento de la IA (ver Economía Mundial de la Información, 1995, Luis Manuel Aguana, en https://www.academia.edu/44241942/Econom%C3%ADa_Mundial_de_la_Informaci%C3%B3n). Hay que recordar también que de haber existido una herramienta como la de este blog en 1995, hubiera sido posible comunicar estas inquietudes para quienes escribíamos, que antes dependíamos de si un editor creía procedente o no publicar algo que llegara a sus manos, o de si se tenían los recursos para publicar.

Sin embargo, en ambos casos, para ese entonces las preocupaciones no iban más allá de si una tecnología de la información era o no localizada en nuestros países, o si su uso masivo le quitaría el empleo a los trabajadores, ya bien sea en los empleos de manejo masivo de información, o a través de la automatización de fábricas de bienes o producción de servicios. O de vuelta a la vieja preocupación de si las máquinas sustituirán a los seres humanos, como se está ahora resucitando con el fenómeno de la Inteligencia Artificial. Y ese, a mi juicio, no es el lugar donde deberíamos prestar nuestra mayor atención.

Si bien es cierto, esas preocupaciones son válidas, la historia ha demostrado que las máquinas no solo no sustituyeron a los empleados en las oficinas o fábricas, sino que sirvieron de complemento a un ejército de jóvenes con una nueva visión del mundo, aplicando esas nuevas tecnologías para el bienestar de las personas, y todo el sistema se reacomodó a una nueva situación más eficaz y productiva para todos.

Pero hay algo que si cambió en detrimento de la humanidad: la capacidad de usar esas nuevas tecnologías para hacer daño. Y así como la explosión del conocimiento y la disponibilidad de herramientas para su uso y procesamiento, fueron y siguen siendo una bendición para todos, son las herramientas por excelencia para los totalitarismos y las tiranías, y todo aquel que decida, con los medios suficientes a la mano, controlar la sociedad para llegar y permanecer en el poder.

Pero las nuevas tecnologías lo que hicieron fue acopiar de una manera increíblemente más eficiente lo que lo históricamente ya antes habían hecho quienes detentaban el poder: los datos de las personas. Veamos un caso histórico muy resaltante:

En los Países Bajos, el esfuerzo por establecer un sistema de población con fines administrativos y estadísticos se completó incluso antes de la ocupación nazi (Methorst, 1936; Thomas, 1937). En 1938 H. W. Methorst, que era entonces director general de la Oficina Central de Estadística neerlandesa y, anteriormente, jefe de la oficina neerlandesa de de registro de población, informaba de los rápidos progresos Países Bajos en la implantación de un nuevo sistema registro de la población que seguiría a cada persona "de la cuna a la tumba" y abriría "amplias perspectivas de simplificación de la administración municipal y, al mismo tiempo, la investigación social" (1938: 713-714). A principios de 1941, el sucesor de Methorst al frente de la oficina de registro de población, J. L. Lentz, había adaptado rápidamente este sistema general "de la cuna a la tumba" para crear sistemas de registro especiales para las poblaciones judía y gitana de los Países Bajos.

Estos sistemas de registro y los correspondientes documentos de identidad desempeñaron un papel importante en la detención de judíos y gitanos holandeses antes de su deportación a los campos de exterminio. Los judíos holandeses tuvieron la tasa de mortalidad más alta (73%) de todos los judíos residentes en los países ocupados de Europa occidental, mucho mayor que la tasa de mortalidad entre la población judía de Bélgica (40%) y Francia (25%), por ejemplo. Al mismo tiempo, los refugiados judíos de Alemania y otros países que vivían en los Países Bajos durante la ocupación nazi experimentaron una tasa de mortalidad global inferior a la de la población judía neerlandesa. La mejor explicación de este fenómeno inusual es que estos refugiados, a diferencia de la mayoría de los judíos neerlandeses, evitaron registrarse (resaltado nuestro) (ver Seltzer, William y Anderson, Margo (2001). The Dark Side of Numbers: The Role of Population Data Systems in Human Rights Abuse. Social Research, Vol. 68, No.2 (Summer 2001), en https://tinyurl.com/y9fzdpcr).

Otro caso, históricamente más reciente, lo tenemos con el Ministerio para la Seguridad del Estado (MfS) de la comunista República Democrática Alemana (RDA), conocido como la STASI: “La tesis es que un régimen de vigilancia eficaz hace menos urgente el uso de la violencia abierta porque se empuja a la población a autodisciplinarse”El MfS desarrolló uno de los aparatos de vigilancia más omnipresentes de la historia de la humanidad. En 1981, Erich Mielke, jefe de la Stasi de 1957 a 1989, declaró: En su constante esfuerzo por aclarar «quién es quién», el MfS —con sus fuerzas, medios y métodos chekistas— tiene que identificar las verdaderas actitudes políticas de la gente, sus formas de pensar y de comportarse . . aclarar los medios . . dar una respuesta a quién es enemigo; quién está adoptando una actitud hostil y negativa; quién está bajo la influencia de fuerzas hostiles, negativas y de otro tipo y puede convertirse en enemigo quién puede sucumbir a las influencias enemigas y dejarse explotar por el enemigo; quién ha adoptado una posición vacilante; y de quién pueden depender el partido y el Estado y recibir un apoyo fiable” (ver Andrea Togni, Cómo la Stasi de Alemania Oriental perfeccionó la vigilancia masiva, en https://mises.org/es/wire/como-la-stasi-de-alemania-oriental-perfecciono-la-vigilancia-masiva).

 

Al tiempo presente, los datos masivos de las personas siguen siendo todavía un objetivo apetecible en todos los órdenes. Solo imaginar que los nazis de la II Guerra Mundial o los comunistas de la STASI de la RDA, desaparecida en 1989, hubiesen tenido disponibles las herramientas computacionales que se encuentran ahora libres en el internet o máquinas disponibles en cualquier tienda de electrónicos, para ponerle la mano a los datos de la gente, da cuenta de que el mundo no sería ni de lejos lo que estamos viendo hoy. Seríamos una humanidad esclavizada. Pero todavía existen personas, organizaciones y países enteros que piensan como ellos, por lo que cualquier fantasía negativa que se les pueda ocurrir es posible. Esa es la peor amenaza que se cierne sobre la humanidad, y no en realidad que alguien pierda su trabajo porque un programa basado en IA da respuestas más rápidas y más precisas a los clientes de una empresa.

 

El atropello a los Derechos Humanos por parte de criminales como los que aún gobiernan a Venezuela puede profundizarse si nosotros -sin percatarnos de ello- ponemos a su disposición datos e información que los lleven a profundizar aún más la vigilancia que ya tienen sobre nosotros, y que solo han activado un bajísimo porcentaje del daño que pueden hacer. Y hasta que no regrese el Estado de Derecho y las libertades en Venezuela, no podremos dar los primeros pasos para proteger adecuadamente a los venezolanos de ese potencial peligro tecnológico…

Caracas, 1ro de Agosto de 2023

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jueves, 27 de julio de 2023

Las dos caras de una renuncia

Por Luis Manuel Aguana

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“El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”

Simone de Beauvoir

La renuncia de la vicepresidente de la Comisión Nacional de Primarias (CNP) dice mucho más de lo que no dice, más aún viniendo de una persona formada como Ingeniero de Información de una universidad tecnológica (Universidad Tecnológica del Centro, UNITEC) (ver El Político, Renuncia de la vicepresidenta de la Comisión Nacional de Primaria, María Carolina Uzcátegui, en https://tinyurl.com/2w3d9hh9).

Los técnicos tenemos ciertamente una deformación profesional: queremos que las cosas estén en su lugar antes de comprometernos en algo. Y si el compromiso es del tamaño generado por las expectativas de la población de elegir a la persona que efectivamente tenga los votos de los opositores venezolanos para hacerle frente al régimen, no podemos equivocarnos en demandar de nuestros mandantes lo que sea necesario exigir para que se cumpla efectivamente lo que técnicamente se requiera para tener el éxito esperado.

Hay dos caras importantes a considerar en la misiva de renuncia de la Ing. Uzcátegui, la  técnica y la política.

En la cara técnica cabe resaltar la confesión según la cual, “Hoy, no están dadas las condiciones técnicas y logísticas para que el proceso de primaria sea una consulta amplia y al alcance de la mayoría de los venezolanos independientemente de su estrato social. La meta establecida sobre el número de centros de votación no ha podido ser alcanzada y luce cuesta arriba dado los tiempos del cronograma. El tratamiento que se ha dado a los votantes en el exterior no ha sido sincero, pues no se cuenta con las capacidades necesarias para atender a una diáspora que, en su mayoría, no podrá participar en el proceso electoral del 2024 gracias a la  política sistemática de exclusión sostenida en los últimos años por parte del Gobierno Nacional. No existen las garantas necesarias, con el proceso de voto manual, para que los resultados que se desprendan de esta consulta sean un fiel reflejo de la voluntad de los venezolanos con deseo de participar (resaltado nuestro).

En algún momento destacamos en este blog la importancia de los aspectos técnicos y logísticos necesarios para llevar el voto a la mayor cantidad de opositores, y más aún cuando se trata de que ninguno de esos aspectos se pueden llevar a cabo sin dinero. Hoy los venezolanos deberíamos saber, al menos de modo general, como se va a llevar a cabo ese proceso de cara al país opositor, incluyendo los procedimientos de participación de la sociedad civil, como por ejemplo en las mesas electorales, cuantos centros se habilitarán y donde –tanto dentro como fuera del país-, y en especial cuando se anunció la realización de un voto manual que exige la masiva participación de la gente. Todo esto sin contar con cuál Registro Electoral se trabajará para esas elecciones primarias.

Si se desea que el país opositor participe en ese proceso, lo más lógico es que desde mucho antes se haya iniciado una campaña de llamado para la articulación de todo aquel que desee participar desde la sociedad civil, porque tal y como lo han vendido, las primarias no solo convocan a los partidos políticos sino a todo el país opositor dentro y fuera de Venezuela. Y esa ha sido la historia lamentable de la participación ciudadana con los partidos, cada uno de ellos queriendo tomar un pedazo de una torta que no existe y que más bien hay que trabajarla para que todos podamos comer. Eso ya lo vivimos en la Consulta Popular de 2020.

La gravedad de la afirmación de la insinceridad con la cual se ha conducido el proceso para los venezolanos de la diáspora dice mucho de cómo se concibió esa participación en primer lugar. El Reglamento para la participación de electores venezolanos en el exterior en la elección primaria de 2023, aprobado el 6 de mayo de 2023 por la CNP, indica en su Artículo 4 lo siguiente: Podrán votar en la elección Primaria en el exterior en alguna de las ciudades o localidades que a tal fin disponga la Comisión Nacional de Primaria, de conformidad con este Reglamento, los venezolanos ya inscritos en el Registro Electoral del CNE para votar en el exterior y los que, estando o no en dicho Registro, actualicen sus datos para votar en dichas ciudades o localidades”. Eso ya pone un límite al número de electores venezolanos porque eso no incluye a los millones que migraron del país y que jamás pudieron inscribirse en el exterior porque el régimen elimino desde hace años esa posibilidad. Entonces, ¿a que jugaba la CNP desde un comienzo? ¿A trabajar con el régimen? ¿Se dio cuenta de eso ahora la Ing. Uzcátegui?

Por otro lado, los partidos no se mueven, al verse perdedores ante una opción que luce claramente vencedora. De allí a que definitivamente se retirara la candidatura de Manuel Rosales y otras vean el proceso como gallina que ve sal. No juegan a que gane el país. Y eso nos lleva a la siguiente cara de la renuncia de la Ing. Uzcátegui, la política:

Me duele asumir que este proceso de primara está siendo utilizado por intereses que, lejos de creer en la fortaleza del proceso democrático electoral, hoy juegan a enrumbamos por proyectos personales y no colectivos”….“Mi llamado es a los candidatos participantes en el proceso, depongan los intereses individuales y partidistas que lejos de fortalecer la primaria, la han fracturado. Es momento de pensar en el país y en la gente, en los mecanismos que nos permitan fortalecer el voto como instrumento para alcanzar los cambios sociales, políticos y económicos demandados por la mayoría del pueblo venezolano” (resaltado nuestro).

Me extraña que una persona de esa posición no haya pensado en eso antes de asumir una responsabilidad como esa. Los partidos de la oposición oficial no están interesados en lo que Venezuela gane, sino en lo que ellos ganen. Lamentablemente es así. Pero en una pelea donde se decidirá la legitimidad de una tiranía ante la Comunidad Internacional, cualquiera podría pensar que dejarán de lado eso y trabajarían juntos por el país. Craso error, y es lamentable que los venezolanos lo vean escrito en blanco y negro de las manos de una protagonista de la historia que ojalá sea que haya sido utilizada como tantos otros de buena fe, a los fines de la perpetuación del régimen.

Pero hay algo más grave que subyace en la renuncia de la Ing. Uzcátegui: que sean los mismos opositores los que estén implosionando a la CNP desde adentro antes que el régimen se haga cargo y asuma el costo político, nacional pero aun más internacional, que eso conlleva. ¿Será eso lo que está pasando? Debe estar lista la sentencia del TSJ de Maduro para darle un hachazo a la cabeza de la CNP pero prefieren que sea ella misma la que haga los honores, como “chacumbele” que el mismito se mató. De esa manera, todos los interesados quedarán contentos. ¡Cuánta razón tenía Simone de Beauvoir…!

Caracas, 27 de Julio de 2023

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jueves, 20 de julio de 2023

De vuelta a los principios constituyentes

Por Luis Manuel Aguana

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No me queda otra que volver a apelar a los principios cuando noto que mucha gente –incluso de convicciones firmes- ha sido seducida por el carnaval electoral del régimen, confiando en que esa puede ser una solución a la gravísima situación del país. Cuando tengas dudas, regresa a los principios. Esa ha sido mi brújula fundamental y piedra filosofal de pensamiento ante la montaña de basura que se nos echa encima, capaz de convencerte de cualquier cosa.

Porque no se puede olvidar algo en todos estos años: la ruta electoral ha sido desde hace décadas la ÚNICA solución que nos han planteado los factores de la oposición política a los venezolanos para salir del error monumental que cometimos al elegir un golpista en 1998. Desde el Referendo Revocatorio amañado del 2004 hasta las próximas elecciones de 2024, han sido casi 20 años de intentar lo mismo, hasta ahora, con el mismísimo resultado.

Sin embargo, un grupo de venezolanos, agrupados bajo la idea de un proyecto de país concreto y diferente (ver El Gran Cambio, una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html), le planteamos al país una suerte de borrón y cuenta nueva, partiendo de invocar la soberanía popular que reside en el pueblo venezolano y que la puede ejercer directamente mediante los mecanismos políticos establecidos en la constitución y no indirectamente a través de sus representantes electos. Le planteamos al país la convocatoria –de nuevo, porque ya había sido convocada en 1999- a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario.

Los venezolanos nos quedamos en el pasado con el Artículo 5 de la Constitución de 1961, donde solo podía ejercerse soberanía a través de los representantes que fueran electos mediante el sufragio. Eso cambió en 1999 con el ejercicio directo de la soberanía mediante la incorporación de los mecanismos políticos establecidos en el Artículo 70, donde está prevista la convocatoria constituyente de la mano del pueblo venezolano, sin la intermediación de los Poderes Públicos.

Al plantear la salida constituyente no lo hacíamos con el fin de tumbar ningún gobierno, por más horrible que fuera, como lo es el actual, sino con exactamente la misma idea por la cual el pueblo voto en 1998: fijar un rumbo diferente para el país. Pero, como debemos aceptar todos los venezolanos, resulto en una equivocación monumental, que hay que corregir.

Ahora, en esta disputa en la que nos encontramos los venezolanos, donde estamos en el medio de una guerra con el régimen para lograr un candidato que efectivamente represente el sentir del pueblo opositor, pareciera –porque es solo una percepción que todos consideran una realidad- que si se logra ese hito, entonces estaremos a las puertas de hacer que se caigan definitivamente las barreras que impiden que se alcance la democracia y la libertad. Pero, ¿es eso cierto? Tengo 20 años de dudas en relación con eso.

Pero yo no soy el dueño de la verdad, nadie lo es. No sé si al tener un candidato(a) que ejerza el liderazgo adecuado, este conduzca una lucha que logre efectivamente demostrar, sin lugar a dudas y ante todo el mundo, que los votos de unas elecciones amañadas se transformen en una victoria sobre la tiranía y esta huya finalmente del país. Pero como bien dice el dicho popular, “los deseos no preñan”, por lo que si algo se puede garantizar con eso es ponerle rostro a quienes de verdad si desean cambiar las cosas, con la promesa de lograr la victoria en ese objetivo, si demuestran que lo hacen de una manera honesta y consistente.

Pero al margen de este razonamiento, como mencioné antes, el cambio de un gobierno no es el objetivo de un proceso constituyente. El objetivo de ese mecanismo es la revisión a fondo del pacto entre gobernantes y gobernados, discutir el sistema institucional del país para que este pueda ser gobernable de nuevo, estableciendo un sistema que le dé oportunidades y mejor calidad de vida a los venezolanos, con todos los seguros necesarios para que no vuelva a ocurrir una tragedia como la vivida en Venezuela por más de 20 años. En palabras de la Iglesia Católica, Refundar la Nación.

Si la visión de cualquiera que aspire y logre desplazar al régimen que encabeza el delincuente y condenado por un tribunal, Nicolás Maduro Moros, es solo ocupar su puesto para desplegar un “programa de gobierno”, se habrá perdido toda la sangre derramada por los jóvenes venezolanos en las calles, así como las torturas padecidas por los militares que si cumplieron con su juramento y se mueren en las mazmorras de Maduro. Si la visión es esa, su gobierno durará muy poco, ya que desde el punto de vista de la gobernabilidad con el resto de los poderes secuestrados, su viabilidad sería imposible. La única esperanza para la continuidad de su esfuerzo sería que convoque al Constituyente al acceder al poder.

Por otro lado, la recuperación de la confianza para producir algo en Venezuela, para aspirar volver a ser lo que fuimos una vez, pasa por la participación del pueblo convocado en Constituyente para rehacer con la participación de todos lo que fue destruido, no para aplicar el programa de gobierno de nadie que llegue a ser Presidente, o Presidenta, como lo llaman ahora.

Todo el mundo está preocupado por salir del régimen. Yo también lo estoy. Pero más preocupado estoy en que un cambio prometido y logrado sea gatopardiano, cambiar para no cambiar nada. En el quítate tú para ponerme yo, y que arribe una nueva nomenclatura que deje a la gente afuera, prometiendo cambios que no se podrán dar sin que se produzca una inflexión en la realidad actual, y que solo un proceso constituyente puede garantizar, donde el nuevo gobernante esté de acuerdo en ponerle límites al poder que ejercerán quienes gobiernen después de él en el futuro, en el marco de una nueva institucionalidad que necesitamos desesperadamente.

Si se trata de ir a unas elecciones con esos principios en mente, puede ser que tal vez valga la pena el esfuerzo de romper las barreras de la participación política frente a una tiranía. Pero si se trata de lo contrario, será más de lo mismo, y peor aún, con los mismos resultados…

Caracas, 20 de Julio de 2023

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