Por Luis Manuel Aguana
Un mes después del asesinato de Bassil Da Costa durante la
marcha del Día de la Juventud del 12F-2014, hice referencia que Venezuela a
partir del 12F-2014 entró sin darse cuenta en un operativo para recuperar el
país de la misma manera como el 11 de abril de 2002 Caracas entró en un
operativo para sacar a Chávez (ver El Operativo Libertad http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/el-operativo-libertad.html).
Los operativos tienen “varias
características estrechamente asociadas a los rasgos del venezolano” como
lo sugería la investigación señalada en ese artículo.
Sin embargo, esta forma de organizarnos para enfrentar los
problemas y que funciona en Venezuela en casi la totalidad de sus asuntos, en
sustitución a una forma estructurada de actuar como ocurre en otras culturas,
tiene la desventaja de que su éxito no se puede predecir con certeza dada su
naturaleza inmediatista y puede por lo tanto funcionar como fracasar. Nada
puede sustituir el trabajo persistente y tesonero, con aciertos y errores, y que
por sucesivas progresiones solo da como resultado el éxito, tarde o temprano.
Eso pasó con los japoneses después de la Segunda Guerra Mundial, quienes luego
de ver destruido su país emprendieron el único camino que su cultura milenaria les
indicó: trabajo, trabajo y más trabajo.
Los primeros productos que los japoneses manufacturaban fueron
muy malos, en especial los de la electrónica de consumo masivo. Recuerdo que
cuando llegaban aquí todos decían que eran desechables. Y efectivamente lo
eran. Pero luego mejoraron, y mejoraron muchísimo. Ahora los productos japoneses
son sinónimo de calidad mundial. Les ha costado mucho menos de un siglo y un
país destruido, levantado literalmente desde sus cenizas.
Pero sería impropio comparar dos culturas tan diferentes. Y más
que impropio, imposible. Solo quiero
resaltar aquí que esos niveles de progreso solo pudieron ser posibles con mucho
esfuerzo persistente, aunque su particular cultura les ayudara en la consecución
de ese estado impresionante de desarrollo.
Quise introducir el tema de nuestra propia forma de ser, entre
cuyas múltiples facetas se encuentra esperar resultados exitosos de una sola
vez sin tener una base sustentable para eso, en contraposición de trabajarlos
de una manera organizada, persistente e ininterrumpida. Desde que se logró, al
menos por algunas horas, la salida del régimen chavista en el 2002, continuamos
pensando que esa es la única manera de lograr resultados exitosos. Eso está,
como ya vimos, asociado estrechamente a los rasgos culturales del venezolano.
En efecto, demostramos en el 2002 que es posible que el
régimen caiga en un solo día con una concurrencia masiva a las calles de manera
pacífica. Verdaderamente deseo que eso sea así el próximo 1S y que esa
demostración efectivamente le muestre al mundo que los venezolanos no queremos
un régimen que ha conculcado nuestras libertades civiles y ha reducido al
pueblo a una masa sin forma de hambrientos y enfermos.
La torpeza de estos delincuentes les ha conducido a detener opositores
sembrando pruebas falsas, arreciar en contra de los dirigentes políticos ya presos,
antes de la marcha del 1S, insistiendo en la famosa excusa de la
desestabilización. Están aterrorizados y por lo tanto son más peligrosos. Es por
eso que el uso de herramientas como la movilización de un país entero son los
instrumentos de la Lucha No Violenta que se dejan de último en una estrategia
global, no apostando Rosalinda en una única jugada, aunque en la copla de
Ernesto Luis Rodríguez el lance haya resultado exitoso. Y esto es precisamente
porque existe la posibilidad que el régimen no caiga en un solo día.
Pero bien o mal ya está hecho. Los venezolanos hemos sido
convocados para el 1S a hacer presencia en las calles, no solo para exigir un
Referendo Revocatorio este año, como es la aspiración de todos, sino que nosotros
mismos nos hemos convocado en esa misma fecha para repudiar todo el desastre de
18 años de ruina y atraso. Estos delincuentes nos han arruinado nuestra calidad
de vida y debemos expresar ese descontento pacíficamente en las calles en la
primera oportunidad que tengamos.
Pero hay que tener algo claro. La marcha del 1S, independientemente
de su resultado, bien puede ser la primera de muchas que se realicen. A partir
de allí se deben incorporar otros elementos que coadyuven a conseguir ese
cambio que buscamos, como la organización nacional para la recolección de las
firmas para un proceso Constituyente de carácter Originario, tal y como lo
propone la Alianza Nacional Constituyente en su Manifiesto “Tres Días, Dos Firmas para el Cambio”
que ya está circulando en las redes (ver http://ancoficial.blogspot.com/2016/08/tres-dias-dos-firmas-para-el-cambio.html).
Algunos se han preguntado qué diferencia habría si el
régimen igualmente rechaza estas manifestaciones de voluntad como lo está
haciendo con el Referendo Revocatorio. La respuesta es bastante sencilla.
Recoger el 20% de las firmas del Registro Civil y Electoral para un Revocatorio,
está sujeto a la aprobación del régimen y las reglas de su CNE. Recoger el 15%
de ese mismo Registro Civil y Electoral para convocar un Proceso Constituyente
de carácter Originario depende solo de los ciudadanos y de las reglas que ellos
mismos se den (ver documento “Bases Constituyentes, Propuesta de los
Ciudadanos para la Reconciliación y el Cambio” en http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html).
Desde la Alianza Nacional
Constituyente ofrecemos esta solución a todos los venezolanos, a los partidos políticos, a las
Iglesias, a los trabajadores, a la Comunidad Internacional, pero en especial a nuestras las Fuerzas
Armadas, garantes últimos de la paz y la seguridad de los venezolanos. La
garantía de la recolección del 15% -y más allá- que la Constitución establece
para la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter
Originario, le daría a nuestras Fuerzas Armadas institucionales la legitimidad
necesaria para cambiar el curso de la historia de Venezuela, respaldando a
quienes deseamos una solución constitucional, pacífica y electoral pero de las
manos de las bases mismas del pueblo venezolano.
Puede ser que esta tragedia vaya más allá del 1S, por lo que
no hay que frustrarse sino fortalecerse. Y de algo si estoy seguro: sin un trabajo
consistente, permanente y organizado difícilmente veremos luz al final de este túnel.
Y la rapidez vendrá en la medida que avancemos en la construcción de ciudadanía.
De concientizar a la gente que esto no sale hasta que todos entendamos e internalicemos
que el Poder verdadero de la Soberanía esta en todos y cada uno de nosotros, y
no en los lideres políticos, ni en los partidos, ni en el régimen. Así que si no
comenzamos desde ahora, nunca veremos cambios significativos a favor de una
solución permanente. A eso nos hemos convocado, en este andar que ya hemos
comenzado por toda Venezuela. Cuídense el 1S, los necesitamos a todos…
Caracas, 30 de Agosto de 2016
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana