lunes, 22 de agosto de 2016

Carta de Don Rafael Grooscors Caballero a Abdón VivasTerán – 18-08-2016

Apreciado Abdón,

Hace 57 años, en la AL (Asamblea Legislativa) del Táchira, discrepamos, elegantemente, sobre la interpretación, referida a la política, de la última encíclica papal. Tengo la impresión de que me convenciste. En todo caso, las diferencias militantes, nos distanciaron casi para siempre. Pero aún cuando todavía estoy vivo y resido en Venezuela, nunca he abandonado la lucha y siempre he estado pendiente de sus ocurrencias. Por eso aprovecho la ocasión para observar, en el texto de la proclama y en la intención de sus redactores, algo que, adecos y copeyanos, venezolanos en general, --¿salvo Ezequiel Zamora?--  abrigan en común. Cierto desprecio por la autónoma capacidad de acción de los Estados, singularmente hablando, es decir, los 24 que conforman nuestra geografía política territorial.

Nunca se les atiende como a 24 sociedades distintas, cada cual con sus propias peculiaridades. El Táchira es bien una muestra. Ningún otro se le parece. A cada rato de la historia, lo convalida. Probablemente igual ocurre con Bolívar y con el Zulia. Tienen su definida personalidad diferente, susceptible de responder a reclamos distintos. Pero veo que todos son "convocados" a que "vengan" a Caracas --¡Caracas, Caracas, Caracas!-- a "sumarse" a la marcha del Primero de Septiembre, en favor del Revocatorio.

¿Puede marchar el Cristo de La Grita? ¿Los raudos que hacen posible, en el Amazonas, al Orinoco, pueden venir a la Capital? ¿El grafito y el grafeno, la bauxita y lo que queda del cuadrilátero ferroso de Bolívar, con sus aguas en caída violenta sobre el gran río, pueden hacerse presentes en la populosa manifestación caraqueña? Ignoran o ignoramos a sus pobladores. Primero son los organismos internacionales y la opinión pública del exterior, que la específica sociedad civil de cada uno de los Estados.

Abdón, cuando trabajen por ellos, adentro, se van a conseguir muchas "Venezuelas", en tránsito hacia su autonomía y reivindicación territorial. Es necesario, a mi juicio, antes que nada, crear los climas de indignación ciudadana, propios de cada Estado, in situ, con su amalgama de palabras que identifiquen sus separadas aspiraciones de pequeñas naciones, unidas a la federación supra-nacional. 24 manifiestos; 24 marchas; 24 climas de rebelión; 24 focos de repudio al mal gobierno nacional, son alientos mejores para el cambio que doscientas conversaciones con Ban Ki Moon y con Almagro.

Ando por Barcelona, España, visitando a mis hijas y a mis nietos. Eludo la cualidad de exilado. Ya voy por los 86 y tengo mi tumba preparada en cualquier lugar de Venezuela. De allá no sale mi pensamiento. En ese sentido, soy ultra-nacionalista, aun cuando me importa mucho el "nuevo mundo" y veo a América, "together", como la nueva puerta del futuro para todos. Regresaré en septiembre y uniré mi "cascada" voz a la de los rebeldes con causa. Ojalá dejen hablar a los Estados; los rebelen; los lancen individualmente a la lucha y recojan los frutos del éxito. Ojalá haya revocatorio. Ojalá haya Constituyente. Ojalá haya renuncia presidencial. Ojalá haya sentencia sobre la doble nacionalidad del jefe nacional y lo obliguen a abdicar. Pero, por favor, respeten a las 24 sociedades civiles de los 24 Estados de la unión republicana.

Un abrazo, cariñoso,
Rafael Grooscors Caballero

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