Por Luis Manuel Aguana
“Tenemos aquí a las
personas adecuadas, juntas, en este lugar inspirador, con los conocimientos,
las herramientas y la influencia para crear un cambio verdaderamente
transformador, para tomar las medidas audaces que hacen falta para que el
planeta pase del punto de inflexión al cambio decisivo.”. Así se expreso el
Presidente de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza,
Zhang Xingsheng en su discurso de apertura al Congreso Mundial de la Naturaleza
en Hawai el pasado septiembre. Si cambiamos en la expresión la palabra “planeta”
por “país”, podríamos pronunciarla en Venezuela al cierre de este terrible año.
Tenemos todo el potencial para pasar del punto de inflexión a un cambio
decisivo. La gran pregunta: ¿será el 2017 cuando decidamos hacerlo?
No puedo dejar ir este año de tantos fracasos sin al menos sugerir
que es lo se debería hacer para cambiar el estado de cosas. Y no es que yo
tenga una fórmula mágica para eso, sino que tenemos la obligación ensayar otros
enfoques, de acuerdo a la sugerencia de Einstein -intentar otra cosa-, dado que
esta situación de fracaso continuo y consistente de la oposición, por tercamente
seguir haciendo lo mismo aun cuando sepamos que es en gran parte producto de las
desviaciones de muchos de sus dirigentes, debe llamarnos a todos a una profunda
reflexión y deseos fervientes de cambio para el año nuevo que se inicia,
tomando las acciones a las que haya lugar.
Muchos investigadores de la conducta humana de las mejores
universidades del mundo han estudiado a fondo las razones del porque fracasan o
tienen éxito las personas cuando se enfrentan a grandes retos. Llenan las páginas
de éxitos y fracasos de la historia universal testimonios que van desde aquella
famosa frase de Thomas Alva Edison, indicando que el no había fracasado 999
veces sino que había descubierto 999 maneras diferentes de cómo no hacer una
bombilla eléctrica, hasta las memorias más inverosímiles de pueblos que salieron
con bien de situaciones más comprometidas que la nuestra.
El fracaso es parte del paquete cuando se trata de seguir un
camino de manera firme si de verdad se cree en el. Y creo que gran parte de lo
que nos sucede tiene que ver en descubrir cuál es ese camino. Y aquí no se
trata de aludir la trillada "recuperación de la democracia" sino el para
qué queremos luchar para recuperarla.
De ninguna manera estoy luchando -y lo digo en primera
persona para no involucrar a nadie más en esta declaración- en la recuperación
de la democracia tal y como la entiende la MUD. Yo no sé si los muchachos que
dirigen VP o PJ, muchos de los cuales eran colegiales en 1993 cuando se eligió
el último gobierno de la democracia como la entendíamos en el pasado, están comprendiendo
a lo que me refiero. Cuando hago referencia a la recuperación de la democracia debe
entenderse aquí como la restauración de los valores institucionales que dieron
inicio al ciclo 1958-1998 cuando se forjó un Pacto político que duro 40 años.
Es por lo que estoy luchando. Trabajamos por el rediseño
total del sistema político-institucional del país y ponerlo en funcionamiento para
las nuevas generaciones. El viejo diseño institucional establecido a partir de
1961 no funcionó aunque muchos insistan en defenderlo, en particular los
partidos y dirigentes que disfrutaron de él hasta 1998. Era débil y susceptible
a corromperse al primer momento y efectivamente eso fue lo que sucedió. No permitieron
que se fortaleciera y colapsó antes de aparecer Chávez a la vida política del país
en 1992, con lo cual este sujeto no fue más que la consecuencia de algo que se
desmoronaba, y que teniendo la oportunidad de cambiarlo para construir algo mejor
sobre esas ruinas, construyó un sistema de dominación totalitario con la ayuda
del castrocomunismo.
Nuestra misión entonces, si decidimos aceptarla (así como en
Misión Imposible) es doblemente difícil: desmontar el actual estado totalitario
castro-chavista-madurista-comunista y comenzar desde el principio, no desde que
lo tomo Chávez, sino desde mucho antes, planteando un sistema verdaderamente
federal rescatando la esencia democrática del planteamiento que originó el
sistema democrático en 1958, pero ubicando las cosas en el contexto de este
mundo moderno y global del Siglo XXI.
¿Y porque es doblemente difícil? Porque tenemos dos grandes
enemigos para conseguir ese propósito: en primer lugar, el régimen que
obviamente intentará impedir su cambio y en segundo lugar, aquellos que en la
oposición oficial también desean cambiarlo pero para su propio beneficio, vendiéndole
a la gente que antes de Chávez las cosas iban de maravilla y que con uno que
otro maquillaje se pueden arreglar, ocultando su verdadero deseo de ponerle
manos de nuevo al botín que significa manejar otra vez la renta del país y su
control institucional. Algunos creemos que no se puede permanecer en lo actual
ni mucho menos regresar a lo anterior, sino construir algo completamente nuevo.
¿Difícil verdad? Pero no imposible. O inventamos o erramos, Simón Rodríguez dixit.
Pero ¿cómo abordar ese reto de cambio? La Dra. Rosabeth Moss
Kanter nos ilustra un camino interesante. He seguido la pista de esta profesora
de la Escuela de Negocios de Harvard desde hace muchos años, y en esta oportunidad
deseo dejarles un obsequio de fin de año para que reflexionen sobre el cambio:
Seis claves para el cambio positivo (ver Six
keys to leading positive change, https://youtu.be/owU5aTNPJbs), que les sugiero que estudien
con mucho cuidado ya que se aplica a todos, desde lo personal, pasando por lo
organizacional, y llegando a lo político.
Lamentablemente el video esta en idioma original –inglés-, por
lo que me permitiré resumir lo que creo más importante de esas 6 claves desde
el punto de vista de lo que nos ocupa, el cambio político, traducidas en la
especialidad de la Dra. Kanter, las habilidades de liderazgo (“skills of
leadership”), y lo que ella llama “los seis elementos positivos que nos ayudan
a mantener las cosas moviéndose hacia adelante, o en una dirección positiva de
progreso”:
1. Irrumpir en la escena. Aparecerse. Dar a conocer quiénes
somos y que pretendemos hacer. “Si no te apareces nada pasará”. La Alianza Nacional
Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/)
irrumpió en la escena política del país haciendo una propuesta coherente desde
su primera aparición del 17 de marzo de 2016 y mucho antes con la introducción
del Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).
Creemos que nuestra presencia en el país, y dejar saber quiénes somos al
hacernos disponibles a la sociedad con esta propuesta, es un paso fundamental y,
tal como lo indica la Dra. Kanter, hará la diferencia.
2. Hacer uso del poder de la palabra. Los voceros de la
Alianza debemos explicarle al país por todos los medios que tengamos a la
disposición cual es nuestra visión de ese nuevo país que queremos. “Nadie sabrá
lo que pensamos si no lo decimos”. Es por eso que es fundamental que todos
nuestros activadores y Aliados conozcan a profundidad nuestra propuesta,
contenida en el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía Constituyente y demás
documentos. “El poder de la palabra no son las simples palabras, el poder de la
palabra esta en darle forma a la agenda, enmarcar la discusión de las personas,
ayudarlos a pensar de una manera diferente”. Es por eso que los verdaderos liderazgos
influencian personas, haciéndolos pensar en que es posible cambiar un estado de
cosas por otro, dándole a la gente ideas para la acción.
3. Explicar la gran visión, el principio fundamental, los
valores que nos mueven para hacer lo que pretendemos hacer. “Sin visión y sin
valores el liderazgo está vacío”. ¡Y es verdad! Nadie que pretenda convencer de
un cambio jamás podrá hacerlo si no muestra una diferencia profunda con el
pasado, proponiendo transformaciones de una envergadura tal que vuelquen las
estructuras fundamentales. Eso es precisamente lo que pretendemos hacer
nosotros, y no se ve a nadie en el horizonte político venezolano planteándole al
país nada, más allá de unas caras completamente devaluadas que buscan cargos,
prometiendo “hacer mejor” algo sobre un sistema destruido por el régimen.
4. Buscar alianzas, compañeros de ruta, equipos de trabajo
afines. “Todo va mejor si se hace acompañado con quien comparte tus ideas” ¡Nos
llamamos Alianza Nacional Constituyente! Pero no buscamos cualquier Aliado.
Buscamos quienes compartan nuestra visión de una nueva Venezuela, nuestros
valores, nuestra manera de plantearnos la solución de este problema tan grave
que el país tiene, nuestro Proyecto de País. Eso nos hará fuertes y creceremos
para implementar este cambio que el país necesita con urgencia.
5. Nunca te rindas. ¡Ni que decirlo! Aquí la Dra. Kanter nos
enuncia su propia ley, la Ley de Kanter: “Everything can look like a failure in the
middle” (“Todo puede parecer un fracaso en la mitad”). No existe nada
que emprendamos que no tropiece con algún obstáculo en el medio del camino: “está
tomando más de lo que imaginamos porque esto no se había hecho nunca antes”, “todavía
no conseguimos los recursos”, “nos atacan quienes no creen en esto”, “hay que
hacerlo de otra manera empezando desde el principio porque fulano lo dijo”, etc.,
etc., etc.. Las “mitades” del camino son muy, pero muy difíciles. No nos
podemos rendir porque “si nos rendimos, por definición es un fracaso”. Si
continuamos, persistimos, perseveramos, buscando las salidas a los obstáculos
produciremos el éxito. Tal vez un éxito mayor al que originalmente esperábamos.
“Nunca rendirse es la marca distintiva del liderazgo”.
6. Comparte el éxito, el crédito, el reconocimiento. La idea
de retribuir eso a los demás una vez conseguido el éxito es la característica de
aquel liderazgo que prueba, más allá de tener la razón, que no era propietario
de ella, sino que pertenecía a todos para el beneficio general, habiendo sido él
solo un agente de cambio. Eso genera una dinámica virtuosa que es capaz de
hacer que se vuelva a repetir exitosamente en otro proyecto.
Estimados amigos de la Alianza y en especial mis queridos
seguidores de todo este año, no nos dejemos abatir por el fracaso del 2016. ¡No
nos rindamos! Hagamos de este 2017 ese punto de inflexión al cambio
decisivo, porque solo así invariablemente tendremos un éxito mayor del que
esperamos. ¡Feliz Año 2017!, mis queridos amigos…
Caracas, 30 de Diciembre de 2016
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